Siguiendo a Alí a una prudente distancia, Ekrem se dio cuenta de que
se
encontraban en la ciudad y que su hermano
estaba entrando en la galería de arte. ¿Qué estaría buscando
allí? Para Ekrem era toda una incógnita.
Alí entró en la galería y comenzó a subir las escaleras mientras
que Ekrem lo observaba gracias a las enormes cristaleras que dejaban
ver el interior del lugar.
Entrando Ekrem también, un hombre le paró creyéndose que era Alí.
-
¿Qué haces aquí, Alí? Ya te hemos pagado todo lo que nos dijiste.
Tú mismo zanjaste la deuda y estamos en paz… ¿Vienes a por más?
-
Esto… No, no. Puedes estar tranquilo. Sólo venía a dar una vuelta
y ver la galería.
- Uf
vale, menudo susto me has dado. Creí que vendrías a por más dinero
del que nos pediste.
Ekrem asentía con la cabeza sin parar de mirar hacia la escalera.
Había perdido de vista a su hermano y aquel hombre no dejaba de
hablar sin parar. ¿Había comido lengua o qué?
Cuando pudo despedirse de ese tipo, Ekrem subió las escaleras y
comenzó a buscar a Alí sin parar, pero en donde entraba no lo
encontraba. ¿Dónde se había metido?
Comenzando a desesperarse, Ekrem salió de una de las habitaciones
quejándose de que, por culpa de aquel hombre, había perdido la
oportunidad de averiguar más cosas sobre Alí, quien bajaba las
escaleras sin saber tampoco que su hermano estaba buscándolo.
Pero Ekrem no perdía la esperanza y continuó buscando a su hermano
sin parar, terminando de recorrerse todas las instalaciones de la
galería.
Volviendo a casa, justo cuando estaba pasando por el pasillo, Violet
alzó la voz.
-
¿Ya estás de vuelta?-preguntó Violet sin despegar la mirada del
ordenador.
-
Sí,-contestó entrando en la habitación-. ¿Tú sigues escribiendo
eso?
-
Sí, y tengo pensado un final… apoteósico.
- Me
alegro por ti, Violet.
Saliendo de la habitación de la muchacha, recorrió el pasillo hasta
entrar en su cuarto justo cuando Aarón fue tras él con la intención
de matarlo.
Entrando en la habitación, Aarón saludó a su víctima y éste se
dio la vuelta.
-
Hola chaval.
-
Aarón, ¿qué haces aquí?
-
Estaba buscándote…
- ¿A
mí? ¿Para qué?
- No
te hagas el tonto, que te sale muy bien cuando quieres. Te creías
muy listo, pero nosotros lo somos más y te hemos descubierto…
-
¿Descubrir el qué? No te entiendo.
- No
es momento de palabrerías, sino de actuar.
Sacando su cuchillo, Aarón se lo clavó en el estómago mientras
hacía una confesión.
-
Desearía que fueses Alí, pero tuviste la lengua muy larga y a
nosotros no nos gustan los chivatos. Lo siento Ekrem.
Intentando articular palabra, Aarón calló al muchacho y le sacó el
cuchillo tirándolo al suelo mientras que la sangre no paraba de
salir a borbotones.
Mirando el charco de sangre que había, Aarón sonrió y salió
corriendo de la habitación provocando que Violet se alterase.
-
¿Pasa algo Ekrem?-preguntó a través de la pared-.
Al no obtener respuesta, Violet entró en la habitación del muchacho
viéndolo
tirado en el suelo y desangrándose. El muchacho ya no hacía ningún
movimiento por lo que Violet gritó como si estuviera poseída.
-
¡Ekrem! ¡NO!
Rompiendo a llorar, Violet no se podía creer que Ekrem estuviera
muerto. ¿Por qué lo habían hecho? En ese momento no podía pensar,
sólo llorar y arrepentirse por no haber sido sincera con él y
haberle dicho lo que sentía verdaderamente.
Escuchando la puerta de la entrada, Violet salió de la habitación y
corrió escaleras abajo gritando. Viendo que se trataban de los demás
que venían del cine, Violet avisó de lo ocurrido.
-
¡Ekrem! ¡Está muerto! ¡Lo han matado!
-
¡¿Cómo?!-preguntaron Agatha y Emel al unísono.
- Lo
han matado,-dijo Violet echándose a llorar-.
Subiendo las escaleras, Emel fue la primera en entrar y ver a su
primo en semejante situación. Sin poderlo evitar, le sobrevino una
terrible arcada y Emel tuvo que correr hacia el baño para vomitar
ante la fuerte impresión que le había causado ver a su primo
asesinado.
Entrando después, Agatha abrió la puerta y escuchó cómo Loreen
lloraba a sus espaldas.
-
Dios mío…-dijo Agatha acercándose al cuerpo y tocándolo para ver
si tenía pulso-. Joder, está vivo. Rápido, llévatelo a la cabaña,
Loreen.
-
¿Qué?-preguntó su hija mayor-.
Loreen no entendía nada, por lo que Agatha se lo volvió a repetir.
-
Ekrem está vivo idiota, así que llévalo a la cabaña y por el
camino llama a este número. Es un buen amigo mío y él sabrá lo
que hacer.
- ¿Y
por qué no llamamos al 911?
-
¡Hazme caso joder! Confía en mí, hija.
-
Vale mamá.
-
Sácalo por la puerta de atrás, yo voy a hablar con Ralph…
Abajo, Violet seguía llorando sin parar mientras que Ralph la miraba
con total indiferencia.
- Ha
sido una terrible pérdida, Violet. Lo echaremos mucho de
menos,-decía Ralph justo cuando Agatha bajaba las escaleras-.
-
¿Podemos hablar, Ralph?-dijo Agatha-.
Aceptando, Agatha le dijo a Ralph de hablar en privado en el comedor
para, de esta forma, dejarle vía libre a Loreen para sacar el cuerpo
de Ekrem.
-
Violet, ve a buscar a Emel y ayúdala, por favor.
-
Vale…
Cerrando la puerta, Agatha estalló contra Ralph.
-
¿Has sido tú?
-
¿Yo? ¿Qué he hecho ahora?
-
Eso te pregunto yo, ¿has mandado matar a Ekrem?
-
¡¿Qué cojones estás diciendo?! ¿Se te ha ido la cabeza? ¿Me
crees un psicópata asesino o algo así? ¡Soy inspector de seguros!
- ¡Y
una mierda! ¿Te crees que no llevo tiempo sospechando que algo me
ocultas? Desde que Alí llegó a la casa ha cambiado muchísimo y
está mucho peor a raíz de empezar a trabajar con vosotros. ¿Sois
una especie de asesinos a sueldo o algo así?
- O
algo así,-terminó afirmando Ralph-.
Ante el asombro de Agatha, Ralph se mantenía sonriendo mientras
mantenía una calma que daba miedo.
- ¿Y
me lo dices así?
- ¿Y
cómo quieres que te lo diga? Soy un prestamista, ayudo a hacer feliz
a la gente dándole dinero, pero luego quiero que me lo devuelvan y,
si no lo hacen, las penalizaciones pueden ir desde destrozarles la
casa, romperles un hueso o… matarlos. Ekrem descubrió lo que
hacemos y no podía permitir que nos delatase, así que tuvimos que
actuar en consecuencia.
Respirando agitadamente, Agatha le pegó un fuerte guantazo a Ralph
que le hizo daño hasta a ella.
-
¡Vete de aquí! ¡Lárgate y no vuelvas nunca más a esta casa! No
quiero que te acerques a ninguno de nosotros. Olvídate de Alí,
Loreen, Violet, Emel y, por supuesto, olvídate de mí. Estamos
muertos para ti… Y da gracias que no te denuncio a la policía.
Como si de un sueño se tratase, Ralph no se creía que Agatha
hubiese reaccionado de esa forma. Después de que la conociera en
orgías y fiestas donde el alcohol y el sexo estaban a la orden del
día, ¿cómo podía tener Agatha tantos escrúpulos a la hora de la
verdad?
Saliendo del comedor, Ralph se encontró de frente con el otro
gemelo.
-
Alí… Lo siento mucho.
-
¿Lo siento por qué?
- Tu
hermano ha… sufrido un accidente y ha muerto. Ven cuando quieras a
nuestro refugio y hablamos.
Y como si de un fantasma se tratase, Agatha apareció de nuevo y
asustó a Ralph al hablar de repente.
-
¡Ni lo sueñes! Ya te he dicho que Alí no se te va acercar nunca
más.
Mirando a Agatha, frunció el ceño sin saber qué ocurría a modo de
pregunta. Guiñándole el ojo, Agatha le sonrió haciéndole entender
que estuviese tranquilo.
Estando todavía Ralph por allí, Agatha volvió a gritarle.
-
¿Qué cojones haces aquí todavía? ¡VETE DE AQUÍ!
- Te
arrepentirás de esto, Agatha. Te lo juro.
Subiendo al dormitorio y entrando, un gran charco de sangre era
perfectamente visible junto a la cómoda. Soltando una lágrima,
comenzó a llorar.
-
Alí, te han matado a ti creyendo que eras yo y ahora todos creen que
yo, Ekrem, soy tú…-dijo el verdadero Ekrem-. ¿Qué puedo hacer
ahora?
CONTINUARÁ…
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