jueves, 30 de julio de 2020

Capítulo 14 || Doble o nada

 Siguiendo a Alí a una prudente distancia, Ekrem se dio cuenta de que se encontraban en la ciudad y que su hermano estaba entrando en la galería de arte. ¿Qué estaría buscando allí? Para Ekrem era toda una incógnita.


 Alí entró en la galería y comenzó a subir las escaleras mientras que Ekrem lo observaba gracias a las enormes cristaleras que dejaban ver el interior del lugar.


 Entrando Ekrem también, un hombre le paró creyéndose que era Alí.
- ¿Qué haces aquí, Alí? Ya te hemos pagado todo lo que nos dijiste. Tú mismo zanjaste la deuda y estamos en paz… ¿Vienes a por más?
- Esto… No, no. Puedes estar tranquilo. Sólo venía a dar una vuelta y ver la galería.
- Uf vale, menudo susto me has dado. Creí que vendrías a por más dinero del que nos pediste.


 Ekrem asentía con la cabeza sin parar de mirar hacia la escalera. Había perdido de vista a su hermano y aquel hombre no dejaba de hablar sin parar. ¿Había comido lengua o qué?


 Cuando pudo despedirse de ese tipo, Ekrem subió las escaleras y comenzó a buscar a Alí sin parar, pero en donde entraba no lo encontraba. ¿Dónde se había metido?


 Comenzando a desesperarse, Ekrem salió de una de las habitaciones quejándose de que, por culpa de aquel hombre, había perdido la oportunidad de averiguar más cosas sobre Alí, quien bajaba las escaleras sin saber tampoco que su hermano estaba buscándolo.


 Pero Ekrem no perdía la esperanza y continuó buscando a su hermano sin parar, terminando de recorrerse todas las instalaciones de la galería.


 Volviendo a casa, justo cuando estaba pasando por el pasillo, Violet alzó la voz.
- ¿Ya estás de vuelta?-preguntó Violet sin despegar la mirada del ordenador.
- Sí,-contestó entrando en la habitación-. ¿Tú sigues escribiendo eso?
- Sí, y tengo pensado un final… apoteósico.
- Me alegro por ti, Violet.


 Saliendo de la habitación de la muchacha, recorrió el pasillo hasta entrar en su cuarto justo cuando Aarón fue tras él con la intención de matarlo.


 Entrando en la habitación, Aarón saludó a su víctima y éste se dio la vuelta.
- Hola chaval.
- Aarón, ¿qué haces aquí?
- Estaba buscándote…
- ¿A mí? ¿Para qué?
- No te hagas el tonto, que te sale muy bien cuando quieres. Te creías muy listo, pero nosotros lo somos más y te hemos descubierto…
- ¿Descubrir el qué? No te entiendo.
- No es momento de palabrerías, sino de actuar.


 Sacando su cuchillo, Aarón se lo clavó en el estómago mientras hacía una confesión.
- Desearía que fueses Alí, pero tuviste la lengua muy larga y a nosotros no nos gustan los chivatos. Lo siento Ekrem.


 Intentando articular palabra, Aarón calló al muchacho y le sacó el cuchillo tirándolo al suelo mientras que la sangre no paraba de salir a borbotones.


 Mirando el charco de sangre que había, Aarón sonrió y salió corriendo de la habitación provocando que Violet se alterase.
- ¿Pasa algo Ekrem?-preguntó a través de la pared-.


 Al no obtener respuesta, Violet entró en la habitación del muchacho viéndolo tirado en el suelo y desangrándose. El muchacho ya no hacía ningún movimiento por lo que Violet gritó como si estuviera poseída.
- ¡Ekrem! ¡NO!


 Rompiendo a llorar, Violet no se podía creer que Ekrem estuviera muerto. ¿Por qué lo habían hecho? En ese momento no podía pensar, sólo llorar y arrepentirse por no haber sido sincera con él y haberle dicho lo que sentía verdaderamente.


 Escuchando la puerta de la entrada, Violet salió de la habitación y corrió escaleras abajo gritando. Viendo que se trataban de los demás que venían del cine, Violet avisó de lo ocurrido.
- ¡Ekrem! ¡Está muerto! ¡Lo han matado!
- ¡¿Cómo?!-preguntaron Agatha y Emel al unísono.
- Lo han matado,-dijo Violet echándose a llorar-.


 Subiendo las escaleras, Emel fue la primera en entrar y ver a su primo en semejante situación. Sin poderlo evitar, le sobrevino una terrible arcada y Emel tuvo que correr hacia el baño para vomitar ante la fuerte impresión que le había causado ver a su primo asesinado.


 Entrando después, Agatha abrió la puerta y escuchó cómo Loreen lloraba a sus espaldas.
- Dios mío…-dijo Agatha acercándose al cuerpo y tocándolo para ver si tenía pulso-. Joder, está vivo. Rápido, llévatelo a la cabaña, Loreen.
- ¿Qué?-preguntó su hija mayor-.


 Loreen no entendía nada, por lo que Agatha se lo volvió a repetir.
- Ekrem está vivo idiota, así que llévalo a la cabaña y por el camino llama a este número. Es un buen amigo mío y él sabrá lo que hacer.
- ¿Y por qué no llamamos al 911?
- ¡Hazme caso joder! Confía en mí, hija.
- Vale mamá.
- Sácalo por la puerta de atrás, yo voy a hablar con Ralph…


 Abajo, Violet seguía llorando sin parar mientras que Ralph la miraba con total indiferencia.
- Ha sido una terrible pérdida, Violet. Lo echaremos mucho de menos,-decía Ralph justo cuando Agatha bajaba las escaleras-.
- ¿Podemos hablar, Ralph?-dijo Agatha-.


 Aceptando, Agatha le dijo a Ralph de hablar en privado en el comedor para, de esta forma, dejarle vía libre a Loreen para sacar el cuerpo de Ekrem.
- Violet, ve a buscar a Emel y ayúdala, por favor.
- Vale…


 Cerrando la puerta, Agatha estalló contra Ralph.
- ¿Has sido tú?
- ¿Yo? ¿Qué he hecho ahora?
- Eso te pregunto yo, ¿has mandado matar a Ekrem?
- ¡¿Qué cojones estás diciendo?! ¿Se te ha ido la cabeza? ¿Me crees un psicópata asesino o algo así? ¡Soy inspector de seguros!
- ¡Y una mierda! ¿Te crees que no llevo tiempo sospechando que algo me ocultas? Desde que Alí llegó a la casa ha cambiado muchísimo y está mucho peor a raíz de empezar a trabajar con vosotros. ¿Sois una especie de asesinos a sueldo o algo así?
- O algo así,-terminó afirmando Ralph-.


 Ante el asombro de Agatha, Ralph se mantenía sonriendo mientras mantenía una calma que daba miedo.
- ¿Y me lo dices así?
- ¿Y cómo quieres que te lo diga? Soy un prestamista, ayudo a hacer feliz a la gente dándole dinero, pero luego quiero que me lo devuelvan y, si no lo hacen, las penalizaciones pueden ir desde destrozarles la casa, romperles un hueso o… matarlos. Ekrem descubrió lo que hacemos y no podía permitir que nos delatase, así que tuvimos que actuar en consecuencia.


 Respirando agitadamente, Agatha le pegó un fuerte guantazo a Ralph que le hizo daño hasta a ella.
- ¡Vete de aquí! ¡Lárgate y no vuelvas nunca más a esta casa! No quiero que te acerques a ninguno de nosotros. Olvídate de Alí, Loreen, Violet, Emel y, por supuesto, olvídate de mí. Estamos muertos para ti… Y da gracias que no te denuncio a la policía.


 Como si de un sueño se tratase, Ralph no se creía que Agatha hubiese reaccionado de esa forma. Después de que la conociera en orgías y fiestas donde el alcohol y el sexo estaban a la orden del día, ¿cómo podía tener Agatha tantos escrúpulos a la hora de la verdad?


 Saliendo del comedor, Ralph se encontró de frente con el otro gemelo.
- Alí… Lo siento mucho.
- ¿Lo siento por qué?
- Tu hermano ha… sufrido un accidente y ha muerto. Ven cuando quieras a nuestro refugio y hablamos.


 Y como si de un fantasma se tratase, Agatha apareció de nuevo y asustó a Ralph al hablar de repente.
- ¡Ni lo sueñes! Ya te he dicho que Alí no se te va acercar nunca más.


 Mirando a Agatha, frunció el ceño sin saber qué ocurría a modo de pregunta. Guiñándole el ojo, Agatha le sonrió haciéndole entender que estuviese tranquilo.


 Estando todavía Ralph por allí, Agatha volvió a gritarle.
- ¿Qué cojones haces aquí todavía? ¡VETE DE AQUÍ!
- Te arrepentirás de esto, Agatha. Te lo juro.


 Subiendo al dormitorio y entrando, un gran charco de sangre era perfectamente visible junto a la cómoda. Soltando una lágrima, comenzó a llorar.
- Alí, te han matado a ti creyendo que eras yo y ahora todos creen que yo, Ekrem, soy tú…-dijo el verdadero Ekrem-. ¿Qué puedo hacer ahora?


CONTINUARÁ…

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