domingo, 26 de mayo de 2019

Capítulo 14 || Venganzas


Tras salir del trabajo, Alicia llegó a casa y se encontró a Marc viendo la tele.
- Buenas noches cariño,-saludó la recién llegada-. ¿Cómo es que estás despierto?
- ¡Hola! ¿No te acuerdas de que mañana es festivo y no hay clase?
- Sí, cierto… Que vengo pensando en algo de lo que me he enterado en el trabajo y no me lo puedo quitar de la cabeza.




Acercándose a ella, Marc agarró a Alicia de las manos y se las besó antes de darle un dulce beso en los labios.
- ¿Y qué es eso que te abstrae tanto?
- Lucía.
- ¿Qué Lucía?
- Cariño, tu ex.
- ¿Mi ex? ¿Qué pasa con ella?




Sonriendo plenamente, Alicia comenzó a contarle lo sucedido aquella noche.
- Y claro, después de tantas cervezas, el alcohol le afectó y no paraba de hablar, mira qué loro… Me comenzó a hablar de su novia, de que ella lo quería, que tal y que cual. Eso sí, estaba muy ofuscado en que ella no quería hijos y que seguía tomándose la pastilla anticonceptiva y, justo cuando fui a darme cuenta, Lucía vino a recogerlo y ese chico me comenzó a decir que era su novia.
- Espera, ¿el que te estaba hablando borracho era Trevor?
- ¡Eso! Joder, gracias, que no me acordaba del nombre.
- ¡¿Trevor borracho?! Eso sí que es nuevo.
- Pero, ¿no te das cuenta?
- ¿De qué?
- De que Lucía no quiere hijos y de que se toma la pastilla, así que es imposible que esté embarazada como le dijo a Eddie.




Comenzando a afirmar con la cabeza mientras sonreía, Marc acababa de darse cuenta de que tenía mucho sentido lo que contaba Alicia.
- ¡Tienes razón! Seguramente se inventó que estaba embarazada por algún motivo y tú, sin quererlo, lo has descubierto.
- Si hubieras visto la cara de sepulcro que se le quedó cuando me vio… Debería haberlo grabado jajaja.
- Conozco esa cara y sé que ha debido ser un poema jajajaja. ¿Y qué dijo Trevor?
- ¿Ese? Si comenzó a preguntarle a Lucía que si no quería tener hijos con él era porque ella creía que él la tenía pequeña…
- JAJAJAJAJAJA, ¿en serio que le preguntó eso?
- Te lo prometo, como que me llamo Alicia. El tío no callaba, me tenía la cabeza loca…
- Pues el Trevor que yo conocía era callado, tranquilo, muy estudioso...-la pareja siguió charlando mientras se iban al dormitorio a descansar-.




A la mañana siguiente, como Marc no tenía clase, se levantó y, colocándose frente a Alicia, comenzó a bajarse el pantalón del pijama lentamente mientras hacía movimientos suaves con sus caderas.
- Hace mucho que no hacemos el amor por la mañana y… Hoy quiero que sea algo especial, Alicia.
- ¿Qué tienes pensado?
- Pues se me ha ocurrido que...-comenzó a decir Marc justo cuando escuchó el timbre de la puerta-.




Sentándose en la cama totalmente frustrado, Marc se llevó las manos a la cara simulando que se la arañaba.
- ¿Quién podrá ser?-se preguntó Marc-.
- Ve y lo averiguarás…




Abriendo la puerta rápidamente a causa del pequeño enfado que tenía, ese estado se disipó por completo cuando vio a Lucía de pie frente a él.
- Oh, Lucía… No te esperaba.
- Siento venir sin avisar pero… Necesito hablar contigo. ¿Puedo entrar?
- Sí, claro. Siéntate en el sofá mientras yo voy a cambiarme.




Entrando en el dormitorio, Alicia le preguntó quién era quien había llamado y él, en voz baja, le contestó.
- Lucía.
- ¿Querrá hablar contigo sobre lo de ayer?
- Seguramente. Voy a cambiarme…




A todo esto, Lucía intentaba aclarar todas las cosas que quería decirle a Marc mientras esperaba en el salón. Estaba hecha un lío, pero quería organizarse mentalmente para no dejarse nada en el tintero.




Ni un minuto después, Marc salió del dormitorio sonriendo.
- Ya estoy aquí,-dijo Marc-.
- No quería despertaros.
- Si no nos has despertado, tranquila.
- Ah… Vale.




En ese momento, si hizo un silencio algo incómodo, ya que Marc no dijo nada más y Lucía no se atrevía a hablar. Carraspeando un poco, Lucía tragó saliva y se dirigió a su ex.
- Esto… ¿Podemos hablar?
- Sí, perdona, que estaba en mis cosas. Dime.




Suspirando, Lucía comenzó a hablar.
- Lo primero que quiero es pedirte perdón. Llegué aquí la otra vez con la idea en mente de mentirte para tener una excusa y poder volver a retomar el contacto. Me porté mal contigo hace dos años y ahora lo he vuelto a hacer pensando en que, si te decía que estaba embarazada, sentirías pena por mí y, de esa forma, volveríamos a hablar, a ser amigos… No lo sé.
- Si te soy sincero, no me lo creí en ningún momento. Eddie vino y me contó que se lo dijiste a él, pero yo sabía que era mentira.
- ¿Cómo lo sabías?
- Te conozco bien y sé que eres la que primero pone el condón y luego hace lo que sea. Lo hacías conmigo y me imagino que esas costumbres no las cambias con el paso del tiempo. Recuerdo la frase que siempre decías antes de hacer nada...-estaba hablando cuando Lucía lo interrumpió-.
- La seguridad siempre es lo primero, sí, me acuerdo,-dijo Lucía sonriendo levemente-.




Bajando la mirada, se volvió a hacer un breve silencio entre ellos.
- Bueno,-comenzó a decir Lucía-, entonces… ¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Podemos volver a ser amigos?
- Por mi parte lo veo fantástico. Ha pasado mucho tiempo y es inútil guardar rencor. Te puse los cuernos y lo siento, no debí hacerlo porque no te lo merecías. Fue lo más normal del mundo que reaccionaras así.
- Ya, pero cuando Eddie vino a mi casa para preguntar por ti, hice oídos sordos y no le escuché. Luego vi en la tele que tus padres habían sido asesinados, que tú no habías vuelto a ser visto… Y ya ahí comencé a darme cuenta de que la había cagado.
- Tuvo que ser así… Si no hubiera sido de esa forma, yo ahora no estaría con Alicia y, de verdad te lo digo, puedo afirmar que es la mujer de mi vida.




La aludida estaba, irremediablemente, escuchando detrás de la puerta porque, aunque no quisiera, las paredes eran muy finas y se escuchaba todo. Al oír las palabras de Marc, no pudo evitar sonreír pensando en la suerte que tenía de haber encontrado un chico como él.




La conversación fuera seguía a buen ritmo.
- Te lo digo de verdad,-decía Marc-, fue ella la que me ayudó a quitarme esa coraza que me había puesto y, aparte de la situación que ya tenía, Henry me trataba fatal y ella era la que daba la cara por mí. Nunca me dejó de lado.
- Pues me encantaría darle las gracias.
- ¿Darle las gracias a ella? ¿Por qué?
- Porque aunque no lo creas, te quiero mucho. No de forma romántica, pero sí que te aprecio muchísimo y has sido una parte vital de mi vida y no me habría perdonado que te pasase nada malo y el hecho de saber que ella ha estado ahí para ti cuando yo fallé… Dice mucho. Se la ve una gran persona.
- Pues, si quieres, se lo puedes decir a ella misma.
- ¿Querrá verme?
- Claro mujer. ¡Alicia!-dijo Marc alzando un poco la voz-. Sal aquí un momento, por favor.




A los pocos segundos, Alicia salió sonriendo y mirando fijamente a Lucía.
- Madre mía Alicia,-comentó Marc-, menudo vestido… Me vas a provocar un infarto chiquilla.
- Mira que eres exagerado. Hola Lucía,-dijo saludando a la invitada-. Me alegra verte.




Levantándose del sofá, Lucía se fundió en un abrazo con Alicia. Eso era algo que Marc nunca se había imaginado… Su ex y su actual novia dándose un abrazo y charlando como si nada.
- Gracias por cuidar a Marc, Alicia. Ahora eres lo más cercano a una familia que tiene y no me gustaría que le pasase nada malo. Ha sufrido mucho y se merece ser feliz.
- Lo sé. Conmigo estará siempre atendido y cuidado porque él lo vale y mucho.
- Y, entre nosotras, lo has mejorado mucho,-confesó Lucía al oído de Alicia-.
- ¡Eh! ¿Qué secretitos os estáis contando?-preguntó Marc queriéndose enterar de todo-.




Y yéndose a por Marc, Lucía repitió el proceso abrazándolo mientras que Alicia los miraba con cariño.
- Marc, cuida a esa chica porque vale su peso en oro. Se nota que te quiere con locura y que haría lo que fuera necesario por ti. No seas tonto y no la pierdas.
- No se me ocurriría por nada del mundo. Es muy especial para mí y no voy a permitir que nada ni nadie me aleje de ella.
- Y, si te digo la verdad, Alicia está más buena que Megan.
- Uh, y que lo digas jajajaja.




Y como si la hubiesen invocado de cierta forma, Megan llamó a Alicia que, mirando el móvil y avisando a Lucía y a Marc, descolgó el teléfono.
- Hola Megan… Ya, sí. Es difícil… Quiero mucho a Marc pero Eddie tiene algo que… Me atrae, no sé lo que es. Sí, será eso. Es de raza negra, así que tiene mucho que ver. ¿Tú crees...? ¿Estás segura de que le gustaría repetir? Ay, no sé, estoy indecisa… ¿Me podrías ayudar con él? A ver si juntas podemos convencerlo de nuevo. ¡Muchas gracias! Estupendo, te veo aquí en un rato.




Mirando a Marc de golpe, Lucía no acababa de entender qué acababa de escuchar.
- ¿Qué ocurre aquí, Marc?
- Te resumo… Megan era la jefa de Alicia y cuando se enteró de que es mi novia la echó. Fuimos a protestarle y la amenazamos con denunciarla pero su padre se enteró y la quitó a ella de jefa y ha puesto a Alicia en su lugar. Entonces, por rabia y por celos, Megan le dijo a Eddie que se acercase a mí y a Alicia para ver si podía acostarse con ella para que yo la dejase y así Megan tener vía libre.
- ¿En serio?
- Sí, sí. Lo que pasa es que Eddie no ha querido y me lo contó todo así que se nos ocurrió un plan… Hacerle creer que había pasado como ella planeaba y después, cuando quedasen para hacer un trío entre Eddie, Alicia y Megan, ésta se encontraría con su padre en lugar de con los otros.
- Pero… ¿No es eso un poco cruel?
- ¿Cruel? ¿A qué te refieres?
- A que al final le vais a hacer algo muchísimo peor a ella que lo que os hizo a vosotros. Habéis conseguido que a Alicia la pongan de jefa y, estamos de acuerdo en que Megan es odiosa en muchos aspectos, pero si es así es porque sus padres nunca le han puesto límites, pero no creo que se merezca ni ella ni su padre encontrarse en esa situación.
- Tiene razón…-intervino Alicia-. Es mi jefe directo ahora que ha apartado a Megan. No habíamos pensado en eso…
- ¿Y si...?-dijo Marc de repente-. ¡Se me ha ocurrido una idea fantástica!




Sacando su móvil del bolsillo del pantalón, Marc marcó un número de teléfono y esperó a que contestasen.
- Eddie, soy yo. Mira, ¿te ha llamado...? Sí,por eso te llamaba. Vente para mi casa, rápido. No, tú vente para acá y deja de hacer preguntas. Venga, hasta ahora.
- ¿Va a venir?-preguntó Lucía-.
- Sí, y tu novio también debería. ¿Podrías llamarlo?
- ¿Qué pinta mi novio...? Ah vale, ya entiendo...




Intuyendo la idea que tenía Marc en mente, Lucía sacó su móvil y llamó a Trevor.
- Buenas cariño. Mira, ¿podrías venir a por mí? No, no ha pasado nada, estoy bien. Es que estoy en casa de unos amigos y me gustaría que me recogieses, ¿no te importa? Vale, pues mira, la dirección es…




Al cabo de un rato, Megan subió por el ascensor y se encontró a Eddie llamando a la puerta de la casa de Marc.
- Qué rápido has venido, ¿eh Eddie?
- Estoy deseando ver lo que pasa…
- Qué guarrete eres.
- Lo sabes muy bien…




Al abrirse la puerta, tanto Megan como Eddie vieron a Alicia con ese vestido tan corto y que le ensalzaba tanto sus atributos naturales.
- Hola chicos…-saludó Alicia-.
- Wow Alicia, estás… Genial,-dijo Megan-. Casi podría decirse que tienes mejor cuerpo que yo.
- Pasad,-invitó la anfitriona-.




En cuanto cruzaron el umbral de la puerta y Megan vio a Lucía y, nada más y nada menos que a Marc, su cara se desencajó por completo. Eddie tenía en mente el plan que habían pensado en un primer momento, pero eso era algo completamente nuevo y que también le había pillado por sorpresa.
- Tomad asiento, por favor,-invitó Marc con una amplia sonrisa en su rostro-.




Con la expresión mortalmente seria y en completo silencio, Megan hizo lo que Marc había dicho, al igual que Eddie. Se notaba que había tensión en el ambiente y el silencio acampó entre ellos hasta que Eddie lo rompió durante un momento.
- Pues se ha quedado un buen día…
- ¿Qué es lo que pretendes, Marc?-preguntó Lucía-.
- Cuando estemos todos, hablaré.




Y apenas un par de minutos después, llamaron al timbre y Alicia fue a abrir. Cuando Trevor se encontró con Alicia, se sorprendió mucho.
- Oh, tú eres la chica del bar, ¿no es así?
- Efectivamente.
- Ah, es que me ha llamado mi novia y me ha dado esta dirección, tal vez me haya equivocado.
- Para nada, está aquí. Pasa.
- Gracias…




Al pasar por la esquina y ver a todos sus antiguos amigos de la adolescencia reunidos, Trevor se quedó quieto pero Marc, invitándole a sentarse, le hizo reaccionar y moverse para ocupar la silla que quedaba libre.




Al sentarse, Trevor tenía de frente a Megan, a quien llevaba sin ver desde lo sucedido hacía dos años.
- Qué sorpresa verte aquí, Megan.
- Lo mismo digo. No sabía que iba a haber tanta gente en esta fiesta…
- ¿Qué fiesta? ¿Qué ocurre?
- Ah, no tengo ni idea. Sé lo mismo que tú…




Por su parte, Eddie miraba a todos con una sonrisa y sin saber a ciencia cierta qué iba a ocurrir. Tenía el plan en mente, pero por ahí no veía al padre de Megan por ninguna parte y tampoco creía que eso fuera a suceder porque el ambiente se notaba cargado y caldeado, pero no de la forma que a él le gustaría…




Mirándolos a todos, Marc sonrió y, tras carraspear, comenzó a hablar.
- Eddie, Megan, Trevor y Lucía… Hacía mucho tiempo que no os veía a todos juntos. Creo que desde que os invité a mi casa a hacer los deberes y, bueno, ya sabéis lo que sucedió. Bien, os estaréis preguntando qué hacéis aquí…
- ¡Por favor y gracias! Nos gustaría tener alguna explicación de qué coño es esto,-dijo Megan bastante seria-.
- Pues bien, os he reunido hoy aquí porque…




CONTINUARÁ...

domingo, 19 de mayo de 2019

Capítulo 13 || Venganzas


Después de cenar Eddie se fue y, tanto Alicia como Marc, lo despidieron en la puerta. En cuanto se cerró, ambos tomaron una decisión.
- Tenemos que irnos de esta casa,-comentó Marc-.
- Desde luego. Esto parece el supermercado, todo el mundo pasa por aquí.
- Pues no perdamos más tiempo…




Sacando el portátil de la habitación, Marc lo colocó en la mesa donde comían y se pusieron a mirar inmuebles de alquiler por la zona, ya que les salía más rentable de momento.
- Gracias al dinero de la entrevista podemos optar a algo mejor, pero tendrías que encontrar trabajo pronto para poder estar algo más desahogados con los gastos… Yo no sé si podré ganar tanto en un mes,-decía Marc sin levantar la mirada de la pantalla-.
- Tienes razón, mañana mismo me pondré a buscar trabajo. No te preocupes.




Tras encontrar un par de casas que les parecían interesantes, ambos se fueron a dormir para estar frescos como una lechuga a la mañana siguiente y, pasadas unas horas de sueño extremadamente reparadoras, Marc se disponía a irse a clase.
- Bueno, me voy a hincar los codos en el instituto…-dijo Marc-.
- Que te sea leve, cariño.




Y rodeándola por la cintura, Marc besó a Alicia al más puro estilo de Hollywood, pillando por sorpresa a su novia.




No querían separarse, pero había que seguir con la rutina diaria.
- Te quiero, Alicia.
- Y yo a ti, Marc.




Tras mirar por internet algunos comercios donde Alicia sabía que había que enviar el currículum a través de un correo electrónico, se puso a ver la tele un rato antes de salir a la calle a patearse los bares y restaurantes.




Justo cuando iba a apagar la tele, su móvil comenzó a sonar y, al ver que no conocía el número, contestó algo extrañada.
- ¿Dígame?-preguntó Alicia.-
- Buenos días Alicia, soy Megan.
- Ah, hola… ¿Qué quieres?
- ¿Podrías venir al bar? Tengo que hablar contigo.
- ¿De qué? Si puede saberse…
- Mi padre se ha enterado de nuestra pelea y… ¿Puedes venir o no?
- Sí, voy para allá, dame una media hora.
- Aquí te espero. Hasta luego.




Durante todo el trayecto en metro, Alicia no paró de comerse el coco sobre el tema. ¿Para qué quería hablar con ella? ¿Qué le habría dicho su padre? Era todo una incógnita.




En cuanto entró, Megan alzó su mano y la saludó invitándola a sentarse.
- Buenas Alicia. ¿Qué tal?
- Bien, bien. ¿Y tú?
- Estoy...




La respuesta de Megan dejó a Alicia algo cortada, ya que no sabía qué responder a eso…
- Bueno, te he llamado porque, como te he dicho, mi padre se enteró ayer de nuestra pelea y, como era de esperar, te ha defendido a ti antes que a mí, que soy su hija, pero bueno. Me echó una bronca de mil demonios y, total, en resumidas cuentas, que me ha apartado de la empresa no sin antes mandarme a hablar contigo y decirte que ahora eres la jefa del bar. A partir de mañana te encargarás de hacer los cuadrantes del resto de tus compañeros y todas esas cosas que hacen los jefes.
- ¿Me lo estás diciendo en serio?




Alicia se había quedado a cuadros, ya que no se esperaba nada de eso.
- ¿Ves que mi cara sea un chiste? Mejor no respondas eso…
- Bueno pues, dale las gracias a tu padre de mi parte, Megan.
- No hará falta. Me ha dicho que te llamará mañana por la mañana porque quiere hablar contigo y que, a partir de ahora, todas las cosas que ocurran se las dirás directamente a él.
- Entiendo, pues muchísimas gracias. No me esperaba nada de esto, en serio...-dijo Alicia más como un pensamiento en voz alta que como un comentario para entablar conversación-.
- Me alegro por ti…,-contestó Megan con voz seca-.




Mientras Alicia pegaba saltos de alegría en la silla, Megan no podía evitar ocultar su cara agria porque ahora su padre la había dejado en evidencia delante de todos y había preferido a una desconocida antes que a ella.
- Bueno, ¿eso es todo?-preguntó Alicia-.
- Sí, nada más.
- Entonces me marcho. Gracias a tu padre de nuevo,-dijo Alicia con una sonrisa mientras se levantaba-.




En cuanto Alicia se fue del bar, Eddie salió del baño mientras que Megan le decía que se acercase a ella.
- Eddie, te quiero pegado a Marc como una lapa para que te enteres de todo, ¿vale?
- ¿Y por qué quieres joder a Marc y a Alicia? Sigo sin entenderlo.
- Porque esa niñata ha conseguido lo que yo nunca fui capaz de tener: el corazón de Marc.
- Pues cuando se muden y les pierdas de vista, no lo vas a tener tan fácil…
- Por eso te tengo a ti, mi bombón de chocolate.




Levantándose de la silla, Megan pasó su mano por la barbilla masculina y se fue hacia el baño.
- Como te has portado muy bien, te has ganado tu recompensa…-dijo Megan mientras contoneaba las caderas para que Eddie se fijase en su culo-.
- Pero qué buena está, por favor…-pensó el chico-.




Entrando en el baño y poniendo un cartel fuera que decía “fuera de servicio”, Megan se desnudó frente a Eddie mientras le hacía un baile muy sensual, a lo que el chico correspondió quitándose la ropa y comenzando a mover su miembro viril. Al verlo, Megan dejó de bailar y se lo introdujo en la boca.




¿Qué era lo que pretendía Megan? Volver a recuperar a Marc, simple y llanamente. Siempre había sido una niña consentida y que conseguía todo lo que quería y respecto al tema amoroso no iba a ser menos. Si se alejó de Marc en su momento fue porque se sintió mal con Lucía y quiso hacer las paces con ella, aunque no le sirvió de mucho. El tiempo pasó y cuando volvió a ver a Marc tan guapo, mucho más maduro y con esa novia… Se volvió a sentir igual que en su adolescencia. No quería ser la otra, quería ser la novia de alguien y Marc era el candidato perfecto. Sólo se interponía Alicia, pero para ella tenía un jugoso plan con el que contaría con la ayuda de Eddie, a quien manejaba a su antojo porque ella tenía algo que él ansiaba mucho: sus movimientos pélvicos mientras follaba y que tan loco le volvían.




Tras follar durante un rato, Alicia se miró al espejo tras vestirse teniendo aún restos de semen en su cara y le habló a Eddie.
- Ahora quiero que hagas lo siguiente y, si sale bien, podrás cumplir tu mayor fantasía…




Al cabo de unas horas, Marc volvió de clase y se encontró con la comida hecha y los platos puestos en la mesa. Alicia lo recibió con un beso y una gran sonrisa en la cara.
- Qué ganas tenía de que volvieras. Ven, te tengo que contar…-dijo Alicia conduciendo a su novio a la mesa-.




Mientras almorzaban, Alicia comenzó a contarle todo lo que había ocurrido aquella mañana, desde la llamada de Megan hasta la conversación en el propio bar con ella.




Al enterarse de que la habían ascendido nada más y nada menos que a jefa, Marc casi se atraganta. Ese Naim no iba mal desencaminado cuando se lo profetizó unas semanas atrás.




Unas horas después, como a media tarde, llamaron a la puerta y abriéndola, Alicia descubrió que era Eddie.
- Buenas Eddie, ¿qué te trae por aquí?
- Hola Alicia. ¿Está Marc?
- Está ahora mismo trabajando en el ordenador… ¿Es muy importante?
- Me gustaría hablar con él…




Tras avisar a Marc, éste salió del cuarto de trabajo mientras que Alicia se fue al dormitorio a leer tumbada sobre su cama.
- Os dejo que charléis tranquilos.
- Eres un cielo, Alicia,-dijo Marc guiñándole el ojo-.




Saludando a Eddie, ambos se dieron un abrazo.
- No me acostumbro a verte de nuevo, Marc. Es increíble…
- Bueno, eres el único amigo que me queda así que vete acostumbrando.
- Verás, hablando de vernos… No sé si será buena idea seguir manteniendo el contacto.
- Pero, ¿por qué? ¿Qué ha pasado?




Tragando saliva, Eddie comenzó a ser completamente sincero con Marc.
- No te he contado toda la verdad… Verás, meses después de que te ocurrieran todas esas desgracias, Megan me llamó una tarde porque decía que… Aquel encuentro que tuvimos entre nosotros y que te conté, le gustó mucho y quería repetirlo. Claro, ya sabes cómo está Megan y que me dijese que quería volver a follar conmigo era un sueño hecho realidad. Desde entonces nos hemos estado acostando esporádicamente.
- Bien, sois libres los dos. Yo no siento nada por ella… ¿Por qué me cuentas todo esto?
- Porque me está utilizando para haceros daño, a ti y a Alicia.
- ¿Y eso por qué?
- Porque se muere de celos. Es una obsesiva y dice que quiere tenerte de nuevo y que no va a parar hasta conseguirlo y que nada ni nadie se lo va a impedir y me quiere utilizar para llevar a cabo su plan…




Mirando a Eddie, Marc sonrió algo incrédulo.
- ¿Y qué plan es ese?
- Quiere que me acueste con Alicia cuando tú no estés y que tú nos pilles, termines con ella y así ella tendrá vía libre para consolarte y que vuelvas con ella.
- ¿Y tú qué ganarías a cambio?
- Pues Megan piensa que Alicia se sentirá igual que ella con Lucía en aquella ocasión y que si la consuela y se hace “amiga” de Alicia, la podrá convencer de que hagamos un trío y así podré acostarme con dos tías a la vez…




Sentándose en el sofá, Marc frunció el ceño.
- ¿Me estás diciendo que te está chantajeando con no hacer un trío si no consigues lo que ella quiere?
- Básicamente… Joder tío, dicho así suena como una estupidez.
- Es que lo es, Eddie. ¿No te das cuenta que Megan no quiere a nadie? Sólo a sí misma. Mira, te lleva utilizando para quitarse el calentón varios años, ahora te chantajea con sexo a cambio de que tú consigas lo que ella te ha dicho y, en el caso de que lo consiguieras, harías el trío y luego, ¿qué? Ella ya me tendría a mí y a ti te darían por culo. Después de todo, el que se quedaría fuera serías tú.
- No lo había pensado de esa forma, pero ahora que lo dices tienes razón. Menuda zorra…




Cerrando los ojos, Marc suspiró.
- Megan no es ninguna zorra, simplemente sabe cuáles son sus armas y cuáles tus debilidades y las sabe utilizar muy bien. Es una chica lista y estoy seguro de que no parará en su empeño de intentar estar conmigo.
- No, te lo puedo asegurar…
- Pero, tengo una duda… ¿Por qué me cuentas todo esto?
- ¿Sinceramente? Porque siempre que pienso en ti se me viene a la memoria la expresión que pusiste cuando te enteraste por mí que habían asesinado a tus padres, esas lágrimas, ese llanto… Tío, se me pone la piel de gallina sólo de pensarlo. Y también con todo esto que quiere hacer Megan también se me viene a la cabeza cuando me cerró la puerta en las narices mientras yo te estaba buscando. Tan indiferente y ahora tan interesada…
- Pues vamos a hacer una cosa. Le vas a decir que yo no estaba en casa y que después de mucho tiempo hablando, te has acostado con ella y al final he llegado de repente y os he pillado. Megan se pondrá muy contenta y me hablará para “consolarme”. Yo le seguiré el rollo y cuando hable también con Alicia, mi novia se hará la víctima y se la meterá en el bolsillo haciéndole creer que está muy triste. Lo mejor es que justamente hoy Alicia ha recuperado su trabajo y tiene contacto directo con el padre de Megan así que, cuando quedéis los tres para hacer el supuesto trío, el único que aparecerá será el padre. ¡Imagínate la cara que pondrá cuando vea a su hija en semejante situación!




Sin poderlo evitar, las carcajadas comenzaron a sonar en toda la habitación, siendo tan fuertes que hicieron que Alicia saliese del dormitorio a preguntar. En cuanto la vieron, la invitaron a sentarse con ellos para contarle todo.
- Alicia ven,-dijo Eddie-. Marc y yo tenemos una idea y tenemos que hablar contigo…
- ¿Qué tenéis en esas cabecitas que Dios os ha dado?




En cuanto pusieron al día a Alicia y ésta aceptó, Marc y Eddie junto con dicha Alicia comenzaron su plan. Hablando con Megan, Eddie le confesó que se había acostado con Alicia y que justamente cuando estaban mejor llegó Marc y los pilló. También le contó que lo echó de casa a patadas y que Marc parecía destrozado. Tal y como habían predicho, Marc recibió una llamada de Megan poco después, haciéndose la buena amiga. Por su parte, Alicia no había entrado en acción de momento, pero ahora tenía que enfocarse en el trabajo, ya que había pasado un día y se acababa de reincorporar como jefa.
- Estás como un cañón,-dijo uno de los camareros a la coctelera justo cuando Alicia entró en el bar-.
- Héctor,-intervino Alicia-. ¿Quién te ha dado permiso para hablarle así a una compañera de trabajo?
- Nadie, Alicia.
- Pues que sea la última vez que te escucho hablar así. Entre nosotros quiero respeto y nadie se lo faltará a otro por cuestión de sexo, raza o religión. ¿Queda claro?
- Sí, Alicia.
- Bien, pues sigue con tu trabajo anda. ¿Estás bien, Tracy?-preguntó Alicia dirigiéndose a su amiga y compañera de trabajo-.
- Sí, no te preocupes. Ese Héctor es un imbécil-.
- Si vuelve a pasar algo parecido me lo dices.




Como esa noche había una fiesta de disfraces, Alicia prefirió ponerse tras la barra por agilizar un poco y comenzó a atender a infinidad de clientes.




Uno de esos clientes era Trevor, viejo amigo de Marc y al que ella no conocía. A causa del alcohol y de 4 cervezas entre pecho y espalda, Trevor no paraba de hablar con Alicia, quien intentaba hacer oídos sordos.
- Es que es genial,-decía Trevor-. Es guapa, simpática, inteligente… Y me quiere con locura. ¡Aunque ella no me lo demuestre! Pero yo lo sé, que es lo importante.
- Muy bien, me alegro por usted,-decía Alicia muy profesionalmente-.
- Lo que pasa, señorita, es que dice que no quiere hijos. ¡Con 20 años que tiene y ya dice que no quiere hijos! ¿Y yo qué pinto entonces? Soy su pareja, ¿verdad? ¿Verdad que soy su pareja, señorita?
- Si usted lo dice…
- Lo digo ¡y lo afirmo! Le he dicho que deje de tomarse las pastillas anticonceptivas porque yo voy a heredar las empresas de mi padre y ella es la hija de una actriz famosa, así que… ¿Por qué no quiere tener hijos? ¡Podríamos darle de todo!




Y quien entró en el bar en ese momento no fue otra que Lucía. Viendo en la situación en la que se encontraba Trevor, no se dio cuenta de quién estaba detrás de la barra. Abriendo los ojos de par en par, Alicia se quedó boquiabierta después de lo que se había enterado.
- Trevor, ¿qué haces aquí? ¿Otra vez bebiendo? ¿Tienes siempre que emborracharte cada vez que discutimos por el dichoso embarazo?-preguntó Lucía algo molesta-.
- Esta, esta es mi preciosa novia. ¡Señorita!-gritó Trevor dirigiéndose a Alicia-. ¿La ve? ¿No es preciosa? Esta es la que no quiere tener hijos conmigo…
- A esta chica no le interesa nuestra vida, Trevor,-dijo Lucía alzando la mirada hacia la barra por un momento y quedándose helada al ver quién era la que estaba detrás de ella-. Trevor vámonos.
- ¿Por qué no quieres hijos conmigo? ¿Es porque estoy gordito? ¿Es eso?
- ¡Que te levantes, coño! ¡Vamos!-ordenó Lucía agarrando del brazo a su novio-.
- La tengo pequeña, es eso… ¿Es eso Lucía?-preguntó Trevor tambaleándose mientras iba agarrado del brazo de su novia que corría hacia el exterior del bar a paso ligero-.




CONTINUARÁ...