Después de cenar Eddie se fue y, tanto Alicia como Marc, lo
despidieron en la puerta. En cuanto se cerró, ambos tomaron una
decisión.
-
Tenemos que irnos de esta casa,-comentó Marc-.
-
Desde luego. Esto parece el supermercado, todo el mundo pasa por
aquí.
-
Pues no perdamos más tiempo…
Sacando el portátil de la habitación, Marc lo colocó en la mesa
donde comían y se pusieron a mirar inmuebles de alquiler por la
zona, ya que les salía más rentable de momento.
-
Gracias al dinero de la entrevista podemos optar a algo mejor, pero
tendrías que encontrar trabajo pronto para poder estar algo más
desahogados con los gastos… Yo no sé si podré ganar tanto en un
mes,-decía Marc sin levantar la mirada de la pantalla-.
-
Tienes razón, mañana mismo me pondré a buscar trabajo. No te
preocupes.
Tras encontrar un par de casas que les parecían interesantes, ambos
se fueron a dormir para estar frescos como una lechuga a la mañana
siguiente y, pasadas unas horas de sueño extremadamente reparadoras,
Marc se disponía a irse a clase.
-
Bueno, me voy a hincar los codos en el instituto…-dijo Marc-.
-
Que te sea leve, cariño.
Y rodeándola por la cintura, Marc besó a Alicia al más puro estilo
de Hollywood, pillando por sorpresa a su novia.
No querían separarse, pero había que seguir con la rutina diaria.
- Te
quiero, Alicia.
- Y
yo a ti, Marc.
Tras mirar por internet algunos comercios donde Alicia sabía que
había que enviar el currículum a través de un correo electrónico,
se puso a ver la tele un rato antes de salir a la calle a patearse
los bares y restaurantes.
Justo cuando iba a apagar la tele, su móvil comenzó a sonar y, al
ver que no conocía el número, contestó algo extrañada.
-
¿Dígame?-preguntó Alicia.-
-
Buenos días Alicia, soy Megan.
-
Ah, hola… ¿Qué quieres?
-
¿Podrías venir al bar? Tengo que hablar contigo.
-
¿De qué? Si puede saberse…
- Mi
padre se ha enterado de nuestra pelea y… ¿Puedes venir o no?
-
Sí, voy para allá, dame una media hora.
-
Aquí te espero. Hasta luego.
Durante todo el trayecto en metro, Alicia no paró de comerse el coco
sobre el tema. ¿Para qué quería hablar con ella? ¿Qué le habría
dicho su padre? Era todo una incógnita.
En cuanto entró, Megan alzó su mano y la saludó invitándola a
sentarse.
-
Buenas Alicia. ¿Qué tal?
-
Bien, bien. ¿Y tú?
-
Estoy...
La respuesta de Megan dejó a Alicia algo cortada, ya que no sabía
qué responder a eso…
-
Bueno, te he llamado porque, como te he dicho, mi padre se enteró
ayer de nuestra pelea y, como era de esperar, te ha defendido a ti
antes que a mí, que soy su hija, pero bueno. Me echó una bronca de
mil demonios y, total, en resumidas cuentas, que me ha apartado de la
empresa no sin antes mandarme a hablar contigo y decirte que ahora
eres la jefa del bar. A partir de mañana te encargarás de hacer los
cuadrantes del resto de tus compañeros y todas esas cosas que hacen
los jefes.
-
¿Me lo estás diciendo en serio?
Alicia se había quedado a cuadros, ya que no se esperaba nada de
eso.
-
¿Ves que mi cara sea un chiste? Mejor no respondas eso…
-
Bueno pues, dale las gracias a tu padre de mi parte, Megan.
- No
hará falta. Me ha dicho que te llamará mañana por la mañana
porque quiere hablar contigo y que, a partir de ahora, todas las
cosas que ocurran se las dirás directamente a él.
-
Entiendo, pues muchísimas gracias. No me esperaba nada de esto, en
serio...-dijo Alicia más como un pensamiento en voz alta que como un
comentario para entablar conversación-.
- Me
alegro por ti…,-contestó Megan con voz seca-.
Mientras Alicia pegaba saltos de alegría en la silla, Megan no podía
evitar ocultar su cara agria porque ahora su padre la había dejado
en evidencia delante de todos y había preferido a una desconocida
antes que a ella.
-
Bueno, ¿eso es todo?-preguntó Alicia-.
-
Sí, nada más.
-
Entonces me marcho. Gracias a tu padre de nuevo,-dijo Alicia con una
sonrisa mientras se levantaba-.
En cuanto Alicia se fue del bar, Eddie salió del baño mientras que
Megan le decía que se acercase a ella.
-
Eddie, te quiero pegado a Marc como una lapa para que te enteres de
todo, ¿vale?
- ¿Y
por qué quieres joder a Marc y a Alicia? Sigo sin entenderlo.
-
Porque esa niñata ha conseguido lo que yo nunca fui capaz de tener:
el corazón de Marc.
-
Pues cuando se muden y les pierdas de vista, no lo vas a tener tan
fácil…
-
Por eso te tengo a ti, mi bombón de chocolate.
Levantándose de la silla, Megan pasó su mano por la barbilla
masculina y se fue hacia el baño.
-
Como te has portado muy bien, te has ganado tu recompensa…-dijo
Megan mientras contoneaba las caderas para que Eddie se fijase en su
culo-.
-
Pero qué buena está, por favor…-pensó el chico-.
Entrando en el baño y poniendo un cartel fuera que decía “fuera
de servicio”, Megan se desnudó frente a Eddie mientras le hacía
un baile muy sensual, a lo que el chico correspondió quitándose la
ropa y comenzando a mover su miembro viril. Al verlo, Megan dejó de
bailar y se lo introdujo en la boca.
¿Qué era lo que pretendía Megan? Volver a recuperar a Marc, simple
y llanamente. Siempre había sido una niña consentida y que
conseguía todo lo que quería y respecto al tema amoroso no iba a
ser menos. Si se alejó de Marc en su momento fue porque se sintió
mal con Lucía y quiso hacer las paces con ella, aunque no le sirvió
de mucho. El tiempo pasó y cuando volvió a ver a Marc tan guapo,
mucho más maduro y con esa novia… Se volvió a sentir igual que en
su adolescencia. No quería ser la otra, quería ser la novia de
alguien y Marc era el candidato perfecto. Sólo se interponía
Alicia, pero para ella tenía un jugoso plan con el que contaría con
la ayuda de Eddie, a quien manejaba a su antojo porque ella tenía
algo que él ansiaba mucho: sus movimientos pélvicos mientras
follaba y que tan loco le volvían.
Tras follar durante un rato, Alicia se miró al espejo tras vestirse
teniendo aún restos de semen en su cara y le habló a Eddie.
-
Ahora quiero que hagas lo siguiente y, si sale bien, podrás cumplir
tu mayor fantasía…
Al cabo de unas horas, Marc volvió de clase y se encontró con la
comida hecha y los platos puestos en la mesa. Alicia lo recibió con
un beso y una gran sonrisa en la cara.
-
Qué ganas tenía de que volvieras. Ven, te tengo que contar…-dijo
Alicia conduciendo a su novio a la mesa-.
Mientras almorzaban, Alicia comenzó a contarle todo lo que había
ocurrido aquella mañana, desde la llamada de Megan hasta la
conversación en el propio bar con ella.
Al enterarse de que la habían ascendido nada más y nada menos que a
jefa, Marc casi se atraganta. Ese Naim no iba mal desencaminado
cuando se lo profetizó unas semanas atrás.
Unas horas después, como a media tarde, llamaron a la puerta y
abriéndola, Alicia descubrió que era Eddie.
-
Buenas Eddie, ¿qué te trae por aquí?
-
Hola Alicia. ¿Está Marc?
-
Está ahora mismo trabajando en el ordenador… ¿Es muy importante?
- Me
gustaría hablar con él…
Tras avisar a Marc, éste salió del cuarto de trabajo mientras que
Alicia se fue al dormitorio a leer tumbada sobre su cama.
- Os
dejo que charléis tranquilos.
-
Eres un cielo, Alicia,-dijo Marc guiñándole el ojo-.
Saludando a Eddie, ambos se dieron un abrazo.
- No
me acostumbro a verte de nuevo, Marc. Es increíble…
-
Bueno, eres el único amigo que me queda así que vete acostumbrando.
-
Verás, hablando de vernos… No sé si será buena idea seguir
manteniendo el contacto.
-
Pero, ¿por qué? ¿Qué ha pasado?
Tragando saliva, Eddie comenzó a ser completamente sincero con Marc.
- No
te he contado toda la verdad… Verás, meses después de que te
ocurrieran todas esas desgracias, Megan me llamó una tarde porque
decía que… Aquel encuentro que tuvimos entre nosotros y que te
conté, le gustó mucho y quería repetirlo. Claro, ya sabes cómo
está Megan y que me dijese que quería volver a follar conmigo era
un sueño hecho realidad. Desde entonces nos hemos estado acostando
esporádicamente.
-
Bien, sois libres los dos. Yo no siento nada por ella… ¿Por qué
me cuentas todo esto?
-
Porque me está utilizando para haceros daño, a ti y a Alicia.
- ¿Y
eso por qué?
-
Porque se muere de celos. Es una obsesiva y dice que quiere tenerte
de nuevo y que no va a parar hasta conseguirlo y que nada ni nadie se
lo va a impedir y me quiere utilizar para llevar a cabo su plan…
Mirando a Eddie, Marc sonrió algo incrédulo.
- ¿Y
qué plan es ese?
-
Quiere que me acueste con Alicia cuando tú no estés y que tú nos
pilles, termines con ella y así ella tendrá vía libre para
consolarte y que vuelvas con ella.
- ¿Y
tú qué ganarías a cambio?
-
Pues Megan piensa que Alicia se sentirá igual que ella con Lucía en
aquella ocasión y que si la consuela y se hace “amiga” de
Alicia, la podrá convencer de que hagamos un trío y así podré
acostarme con dos tías a la vez…
Sentándose en el sofá, Marc frunció el ceño.
-
¿Me estás diciendo que te está chantajeando con no hacer un trío
si no consigues lo que ella quiere?
-
Básicamente… Joder tío, dicho así suena como una estupidez.
- Es
que lo es, Eddie. ¿No te das cuenta que Megan no quiere a nadie?
Sólo a sí misma. Mira, te lleva utilizando para quitarse el
calentón varios años, ahora te chantajea con sexo a cambio de que
tú consigas lo que ella te ha dicho y, en el caso de que lo
consiguieras, harías el trío y luego, ¿qué? Ella ya me tendría a
mí y a ti te darían por culo. Después de todo, el que se quedaría
fuera serías tú.
- No
lo había pensado de esa forma, pero ahora que lo dices tienes razón.
Menuda zorra…
Cerrando los ojos, Marc suspiró.
-
Megan no es ninguna zorra, simplemente sabe cuáles son sus armas y
cuáles tus debilidades y las sabe utilizar muy bien. Es una chica
lista y estoy seguro de que no parará en su empeño de intentar
estar conmigo.
-
No, te lo puedo asegurar…
-
Pero, tengo una duda… ¿Por qué me cuentas todo esto?
-
¿Sinceramente? Porque siempre que pienso en ti se me viene a la
memoria la expresión que pusiste cuando te enteraste por mí que
habían asesinado a tus padres, esas lágrimas, ese llanto… Tío,
se me pone la piel de gallina sólo de pensarlo. Y también con todo
esto que quiere hacer Megan también se me viene a la cabeza cuando
me cerró la puerta en las narices mientras yo te estaba buscando.
Tan indiferente y ahora tan interesada…
-
Pues vamos a hacer una cosa. Le vas a decir que yo no estaba en casa
y que después de mucho tiempo hablando, te has acostado con ella y
al final he llegado de repente y os he pillado. Megan se pondrá muy
contenta y me hablará para “consolarme”. Yo le seguiré el rollo
y cuando hable también con Alicia, mi novia se hará la víctima y
se la meterá en el bolsillo haciéndole creer que está muy triste.
Lo mejor es que justamente hoy Alicia ha recuperado su trabajo y
tiene contacto directo con el padre de Megan así que, cuando quedéis
los tres para hacer el supuesto trío, el único que aparecerá será
el padre. ¡Imagínate la cara que pondrá cuando vea a su hija en
semejante situación!
Sin poderlo evitar, las carcajadas comenzaron a sonar en toda la
habitación, siendo tan fuertes que hicieron que Alicia saliese del
dormitorio a preguntar. En cuanto la vieron, la invitaron a sentarse
con ellos para contarle todo.
-
Alicia ven,-dijo Eddie-. Marc y yo tenemos una idea y tenemos que
hablar contigo…
-
¿Qué tenéis en esas cabecitas que Dios os ha dado?
En cuanto pusieron al día a Alicia y ésta aceptó, Marc y Eddie
junto con dicha Alicia comenzaron su plan. Hablando con Megan, Eddie
le confesó que se había acostado con Alicia y que justamente cuando
estaban mejor llegó Marc y los pilló. También le contó que lo
echó de casa a patadas y que Marc parecía destrozado. Tal y como
habían predicho, Marc recibió una llamada de Megan poco después,
haciéndose la buena amiga. Por su parte, Alicia no había entrado en
acción de momento, pero ahora tenía que enfocarse en el trabajo, ya
que había pasado un día y se acababa de reincorporar como jefa.
-
Estás como un cañón,-dijo uno de los camareros a la coctelera
justo cuando Alicia entró en el bar-.
-
Héctor,-intervino Alicia-. ¿Quién te ha dado permiso para hablarle
así a una compañera de trabajo?
-
Nadie, Alicia.
-
Pues que sea la última vez que te escucho hablar así. Entre
nosotros quiero respeto y nadie se lo faltará a otro por cuestión
de sexo, raza o religión. ¿Queda claro?
-
Sí, Alicia.
-
Bien, pues sigue con tu trabajo anda. ¿Estás bien, Tracy?-preguntó
Alicia dirigiéndose a su amiga y compañera de trabajo-.
-
Sí, no te preocupes. Ese Héctor es un imbécil-.
- Si
vuelve a pasar algo parecido me lo dices.
Como esa noche había una fiesta de disfraces, Alicia prefirió
ponerse tras la barra por agilizar un poco y comenzó a atender a
infinidad de clientes.
Uno de esos clientes era Trevor, viejo amigo de Marc y al que ella no
conocía. A causa del alcohol y de 4 cervezas entre pecho y espalda,
Trevor no paraba de hablar con Alicia, quien intentaba hacer oídos
sordos.
- Es
que es genial,-decía Trevor-. Es guapa, simpática, inteligente… Y
me quiere con locura. ¡Aunque ella no me lo demuestre! Pero yo lo
sé, que es lo importante.
-
Muy bien, me alegro por usted,-decía Alicia muy profesionalmente-.
- Lo
que pasa, señorita, es que dice que no quiere hijos. ¡Con 20 años
que tiene y ya dice que no quiere hijos! ¿Y yo qué pinto entonces?
Soy su pareja, ¿verdad? ¿Verdad que soy su pareja, señorita?
- Si
usted lo dice…
- Lo
digo ¡y lo afirmo! Le he dicho que deje de tomarse las pastillas
anticonceptivas porque yo voy a heredar las empresas de mi padre y
ella es la hija de una actriz famosa, así que… ¿Por qué no
quiere tener hijos? ¡Podríamos darle de todo!
Y quien entró en el bar en ese momento no fue otra que Lucía.
Viendo en la situación en la que se encontraba Trevor, no se dio
cuenta de quién estaba detrás de la barra. Abriendo los ojos de par
en par, Alicia se quedó boquiabierta después de lo que se había
enterado.
-
Trevor, ¿qué haces aquí? ¿Otra vez bebiendo? ¿Tienes siempre que
emborracharte cada vez que discutimos por el dichoso
embarazo?-preguntó Lucía algo molesta-.
-
Esta, esta es mi preciosa novia. ¡Señorita!-gritó Trevor
dirigiéndose a Alicia-. ¿La ve? ¿No es preciosa? Esta es la que no
quiere tener hijos conmigo…
- A
esta chica no le interesa nuestra vida, Trevor,-dijo Lucía alzando
la mirada hacia la barra por un momento y quedándose helada al ver
quién era la que estaba detrás de ella-. Trevor vámonos.
-
¿Por qué no quieres hijos conmigo? ¿Es porque estoy gordito? ¿Es
eso?
-
¡Que te levantes, coño! ¡Vamos!-ordenó Lucía agarrando del brazo
a su novio-.
- La
tengo pequeña, es eso… ¿Es eso Lucía?-preguntó Trevor
tambaleándose mientras iba agarrado del brazo de su novia que corría
hacia el exterior del bar a paso ligero-.
CONTINUARÁ...
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