martes, 30 de noviembre de 2021

Capítulo 12 || Nada Es Lo Que Parece

 Esa primera negativa de Ferrán había descolocado a Santi.

- ¿Cómo que es imposible?

- Porque tienes antecedentes penales. ¡Asesinaste a dos personas!

- ¡Pero yo no lo hice! ¡Debes creerme!

- Es que, si aunque así fuese y yo te creyese, los antecedentes son los que son y eso no se puede cambiar.

- No si soy capaz de demostrar que soy inocente…

- ¿Estás diciendo que tú, sin ser policía, vas a ser capaz de demostrar tu inocencia más que yo que llevo toda mi vida dedicándome a esto?


 Ferrán miraba incrédulo a Santi.

- No es por menospreciarte. Eres un gran policía y tanto mis padres como yo te apreciábamos mucho, yo aún lo hago pese a que me metiste en la cárcel.

- Era mi deber como policía.

- Lo sé y no te culpo. No te estoy echando las culpas de nada. Sólo estoy pidiendo que me ayudes a entrar en la policía.

- Es que no puedo ayudarte, en este tema estoy atado de pies y manos. Lo siento…


 Santi sintió como un jarro de agua fría sobre su cabeza y se quedó clavado en el sitio y sin reaccionar.

- Santi, ¿necesitas algo más? ¿Dónde estás viviendo ahora? ¿Santi?

- Sí… Di… dime…

- Te estoy diciendo que si me necesitas para algo más.

- No… siento haberte molestado.

- Nada hijo, ya sabes dónde encontrarme por si necesitas cualquier otra cosa, ¿vale?

- Gracias…

- No hay de qué, cuídate.


 Ferrán, comenzando a marcharse, miró una última vez a Santi y suspiró.

- Ay, este chico…


 Mientras tanto, Santi seguía en estado de shock. No se podía creer que, ahora que sabía a lo que quería dedicarse, un maldito error le negase de lleno esa posibilidad. ¿Por qué era la vida tan injusta?  


 Pero Santi no se iba a rendir tan fácilmente. Si él mismo, por su cuenta y con los pocos medios que disponía, tenía que averiguar la verdad, lo haría aunque su vida dependiese de ello. Así que, ¿cual era el primer paso? Averiguar más sobre las víctimas y la primera era Keira. Buscando entre la lista de amigos de Facebook, logró acotarla a 3 contactos que eran sus amigas más íntimas.  


 Tras largos minutos analizando las fotografías de cada una y buscando sus nombres en la red, Santi consiguió la dirección de cada amiga así que, sólo había una manera de conseguir más información y era visitarlas una a una…  


 Cambiándose de ropa, Santi se vistió de forma más elegante para dar una mejor impresión y, mirando la lista, se dirigió hacia la casa de la primera amiga de Keira.


 Esta casa estaba muy cerca de la suya así que llegó rápidamente. Si dijera que no estaba nervioso, Santi estaría mintiendo. ¿Cómo se presentaría? ¿Lo reconocería? ¿Se metería en más problemas?


 Tras llamar a la puerta y presentarse como investigador privado, la muchacha le dejó pasar y Santi comenzó con su investigación particular.

- En esta foto se le puede ver a usted junto a la persona que estoy investigando, Keira Sánchez. ¿Eran ustedes muy amigas?

- Lo fuimos durante la adolescencia, pero con el paso de los años nos fuimos alejando un poco porque cada una hizo su vida y teníamos objetivos diferentes.

- Entonces, no sabía usted mucho de su vida, ¿cierto?

- Lo que posteaba por las redes. Sé que estaba saliendo con un tal David o Daniel, no recuerdo bien, pero de un día para otro, borró todas sus fotos de las redes. Poco tiempo después me enteré de que la habían matado. Le echaron la culpa al casero si mal no recuerdo, pero yo creo que quien la mató fue el novio o el ex-novio, lo que coño fueran en ese momento.


 Gloria se había puesto seria al mencionar la muerte de su amiga.

- ¿Y por qué dice eso?

- Porque suena a crimen machista. Si Keira dejó a su novio y rehizo su vida, el otro no pudo soportarlo y le echó el muerto al pobre casero que ni pinchaba ni cortaba ahí.

- Interesante…


 Sabiendo que aquella muchacha no tenía más información valiosa que proporcionarle, sólo le quedaba despedirse.

- Muchísimas gracias por todo y disculpe las molestias, no le robaré más tiempo.

- No se preocupe. Ha sido usted muy amable.


 Tras visitar la casa de otra de las amigas y descubrir que Keira apenas le contaba sus cosas a los demás, Santi no podía sonsacar más información de allí y se fue hasta la última localización de aquel día. Si esa chica no le daba más información, estaría en un callejón sin salida.


 Tras llamar y presentarse, Santi comenzó a hacer exactamente igual con aquella chica que con las dos anteriores.

- Sí, Keira y yo éramos amigas íntimas. Salíamos siempre de fiesta y nos lo contábamos todo.

- ¿De verdad? ¿Y qué era lo que le decía?

- Pues todo, lo bien o mal que le iba con Dani, si lo hacían mucho o poco, lo que se le pasaba por la cabeza al ver a su casero…

- ¿En serio? ¿Y qué era lo que le decía? Toda información es valiosa a la hora de esclarecer los hechos.


 Mirando a Santi a los ojos, aquella muchacha comenzó a cambiar su expresión.

- Oye, ¿yo a ti no te he visto antes?

- Pues… no, no creo.

- No, yo a ti te he visto en algún lado… Nunca se me olvida una cara…

- Pues créame que si la hubiera visto la recordaría.

- ¡Ya sé! Tú eras el casero, el novio nuevo de Keira y al que le echaron la culpa de su muerte.


 Viéndose con la realidad al descubierto, Santi no podía hacer otra cosa que sonreír como un tonto.

- Vaya, qué buena memoria…

- Ya sabía yo que te conocía. ¿Qué tal tío? Cuánto tiempo sin verte. ¡Has perdido una pila de kilos! Estás mucho mejor ahora, ¿eh?

- Gracias Emma.

- ¿Y qué estás investigando la muerte de tu ex?

- Sí…

- Muy bien que haces. Yo desde el primer momento sabía que no fuiste tú.

- ¿De verdad?

- Pues claro coño, ven. Vamos a hablar tú y yo.


 Minutos después, los únicos que hablaban eran las manos y las lenguas de cada uno mientras que Emma se situaba sobre Santi, besando profundamente al chico.

- Ahora comprendo que dejase al memo de Dani. Cómo besas tío…

- ¿Te gusta?

- Igual o más que a Keira. Ella me contaba cada polvo que echásteis y uf…  


 Ya en el propio acto sexual, Santi se volcó completamente en satisfacer a Emma.

- ¿Que te parece? ¿Lo hago bien?

- Sigue así, que vas de puta madre. Dios… Keira no exageraba.

- ¿Y te contó algo más?

- Sí, la última vez me dijo que había algo que… Ufff… no le gustaba de Dani.

- ¿El qué?

- Joder chico, céntrate que me quiero correr y luego te cuento todo…


 Ya de vuelta en casa, Emma le había contado que Keira vio a Dani cambiado desde su ruptura, que cuando se lo encontraba por la calle parecía otra persona y estaba muy diferente. Eso no aportaba demasiado, pero era una idea de la que podía tirar Santi si encontraba a la gente adecuada.


 Sentándose frente a su ordenador, Santi comenzó a escribir y a apuntar todo lo que las chicas le habían dicho para que, en cualquier momento, pudiera echar mano y sacar pistas de eso.


 Intentando sonsacar más de Keira, Santi no obtuvo más información, por lo que le quedaba un hilo más del que tirar, y este era el de Daniel. Instintivamente, se le vino una chica a la cabeza y fue la amante de éste. Al ser una chica conocida, habría mucha información sobre la muchacha en cuestión en las redes y sería fácil dar con ella.


 Al día siguiente y tras una buena ducha, Santi fue hasta la dirección de la casa de Natalia y llamó a la puerta, pero justo cuando iba a hacerlo, se la encontró abierta.

- ¿Hola? ¿Hay alguien?


 Dudando en si entrar o no, Santi se adentró en la casa y continuó preguntando mientras que miraba todo a su alrededor para ver si estaban las cosas en orden.

- ¿Hola?


 Al no escuchar nada, se iba a ir justo cuando escuchó una voz femenina.

- ¡Voy!

- No hay prisa, la espero aquí abajo,-dijo sentándose en uno de los sofás-.


 Pero pasados unos minutos, Natalia no bajaba y Santi comenzaba a impacientarse. Subiendo las escaleras, la situación que se encontró era de lo más vergonzosa, ya que era la propia Natalia en posición de perrito siendo penetrada por un chico.


 Yéndose hacia abajo, un par de minutos después, bajaron tanto Natalia como aquel muchacho.

- Disculpe la espera,-dijo Natalia-. ¿Es usted el periodista que me iba a hacer la entrevista?

- No, soy investigador privado y vengo porque estoy recogiendo pistas sobre Daniel López. Tengo entendido que usted lo conocía.


 Sentándose a su lado, Santi pudo comprobar que Natalia presentaba todavía signos de estar agitada, ya que sudaba bastante.

- Sí, lo conocía muy bien. Ese cerdo era de lo que no había.

- ¿Cerdo? ¿Hizo algo malo para que usted le llame así?

- No, desde luego que no, pero era un auténtico salido. Siempre estaba mirándome por todos lados.

- ¿Y dónde la miraba?

- Él trabajaba para mi padre y yo estaba allí aprendiendo el oficio. Claro, pasábamos muchas horas en la oficina y entre miradas, coqueteos y tal… Follamos en más de una ocasión.


 Esa última frase no le hizo gracia a su acompañante.

- Bueno, es más que suficiente…

- No Terry, Dani sería un guarro, pero no se merecía morir de esa manera y si volviendo a contar todo esto voy a ayudar en algo, lo haré.

- Pues yo me marcho. Paso de seguir escuchando más batallitas sexuales…

- ¿Ha contado esto antes?-preguntó Santi-.

- Sí, hace años a la policía. Les conté todo lo que sabía y creí que me llamarían para declarar, pero no lo hicieron…

- ¿Y por qué cree que la deberían haber llamado?

- Porque cuando papá echó a Dani de la empresa, éste vino a pedirme ayuda con un tema y lo vi bastante apurado. Llegué a preocuparme mucho…


 Ese comentario despertó un tremendo interés en Santi.

- ¿Sobre qué tema quería que lo ayudase?

- Me dijo algo sobre que tenía que entregar algo a alguien y que esa persona le debía dar otro paquete y que, en lugar de darle eso, le envió un recado para la persona que lo enviaba… Algo así era, no lo recuerdo bien.

- Ajá, entiendo… ¿Y qué quería de usted?

- Que le prestase dinero, pero le dije que no podía y menos sin despertar las sospechas de mi padre.

- ¿De qué cantidad estamos hablando?

- De 25 mil euros.


 Mirando por encima de Santi, Natalia vio que su amante estaba entretenido en la cocina y le dijo algo a Santi.

- Oiga, ¿quiere que le siga contando cosas de Dani?

- Claro, para eso he venido.

- Y en qué momento, porque me he quedado a medias…

- No la entiendo señorita.

- Sabe perfectamente de lo que hablo así que, si quiere que le cuente todo, va a tener que ser bajo mis condiciones…

- ¿Y cuales son?

- Vayamos al baño…


CONTINUARÁ…

domingo, 28 de noviembre de 2021

Capítulo 11 || Nada Es Lo Que Parece

 Adrián comenzó a temer por su vida porque veía que David estaba comenzando a apretar el gatillo. ¿Ese sería su final? ¿Así acabaría su vida? ¿Siendo asesinado por su mayor enemigo?


 Y sin darle más tiempo, David apuntó a la cabeza de Adrián y disparó, metiéndole una bala entre ceja y ceja. Una vez en el suelo, Santi le pisó la mano y alejó el cuchillo de ahí para asegurarse. Tras ese disparo, no había posibilidad de sobrevivir, pero Santi no se fiaba ni de su propia sombra a esas alturas.


 Willy, a otro de los presos, le estaba dejando claro las cosas.

- Métete en tu celda si no quieres que te tire por las escaleras.

- Yo no quiero más problemas Willy.

- Entonces dejad en paz a Sadam, joder. Que lo vais a matar, cabrones.


 Mientras tanto, Santi y David se abrazaban aliviados de que lo peor había pasado.

- ¿De dónde has sacado esa pistola?-preguntó Santi-.

- De Vicente. Escuché un día que le comentaba a otro oficial que tenía una por si las moscas y hoy me acordé.

- ¿Y no será peor para ti y la condena?

- Prefiero vivir 20 años más encerrado que vivir otros 6 meses y siendo asesinado a manos de Adri.

- ¡Abre la puerta zorra!-se escuchó gritar abajo-.


 Mirando desde arriba, Santi vio que Óscar había vuelto en sí tras los cabezazos de David y bajó para defender a la doctora.

- Óscar, deja de dar por culo y métete en tu celda.

- Ya está aquí el defensor del pueblo. ¡Pues no quiero! Hasta que no le meta mi polla a esa puta negra no voy a parar. Hasta que me suplique que termine no voy a parar con esa zorra.


 Y sin poderlo remediar, Santi agarró de la camiseta a Óscar y comenzó a darle guantazos y puñetazos sin parar hasta dejar a Óscar sin ganas de violar a nadie.


 Llevándose la mano al estómago, Óscar se alejó de Santi ante la atenta mirada de otro de los presos, quien miraba orgulloso a Santi.


 Ese preso no era otro que José, el más veterano de la prisión y que había visto la fabulosa transformación de Santi, quien entró como un simple muchacho y ahora se había convertido en un hombre hecho y derecho.


 Mirando a la doctora, Santi la tranquilizó.

- Aquí está todo en orden. Quédese ahí hasta que esto se tranquilice… Yo hablaré con los presos y los haré entrar en razón. Tranquila doctora.


 Tras poner a salvo a los oficiales que aún estaban vivos en la zona de celdas, los presos afines a David y Santi, consiguieron que los demás presos entrasen en razón y se metieran de nuevo en las celdas. Tras ese intento de motín, las cosas se aclararon y se puso punto y final a la investigación de la muerte de Borja.


Bastante tiempo después y tras haber intercedido el alcaide ante el juez, éste le rebajó la condena a Santi concediéndole el tercer grado y teniendo que ir a firmar a la cárcel sólo dos veces al mes a modo de control. Las buenas acciones durante el motín, su buen comportamiento y las palabras amables tanto del alcaide como de los oficiales, habían ayudado mucho.


 Pasando por delante de la celda de David, Santi se paró y lo miró.

- Ya eres libre, mamón,-le dijo David-. Ahora sé sensato y no me hagas tonterías.

- Y tú pórtate bien, que te quiero ver fuera.

- Me han rebajado la condena por el motín, así que me queda menos de lo que piensas.


 Mirando a Sadam, Santi le pidió un último favor.

- ¿Podrías abrir la celda para darle un abrazo a mi amigo?

- No se puede Santi, me pones en un compromiso…

- Sólo será un minuto, lo prometo.

- Venga va…


 Abriendo la celda, Santi y David se dieron un fuerte abrazo.

- Lo que necesites, sea lo que sea, aquí me tienes. Eres como un hermano para mí, Santi.

- Y tú para mí. Te estaré esperando fuera…


 Tras salir de la ducha y darle ropa limpia, Santi se encontró con la doctora.

- Quiero darte las gracias de nuevo por lo que hiciste.

- Doctora, ya me ha dado las gracias muchas veces.

- Lo sé, pero nunca terminaré de estar agradecida contigo. Y espero que se haga justicia contigo… Si realmente fueras un asesino como dicen, no me habrías salvado la vida.

- Gracias doctora.

- Puedes llamarme Marta.


 Acercándose a Santi, Marta le dio un beso en la mejilla a Santi.

- Y espero no verte más por aquí, sino un día tomando una copa en algún sitio.

- No estaría mal eso. Cuídate mucho, Marta.


 Saliendo Pablo a su encuentro, éste era el oficial encargado de conducirlo hacia la salida.

- Me alegro de que salgas de aquí. Éste no es tu sitio…

- Gracias jefe. ¿Le puedo pedir un último favor?


 Quedándose más serio, Santi miraba fijamente a los ojos al oficial.

- Cuide de David. Es un buen tío y sé que tiene buenos sentimientos. Que no se meta en líos…

- Descuida, David es ya un preso de confianza. Sabemos que no se meterá en líos.


 Abriéndole la puerta, Santi no podía creerse que ya era libre, que podía hacer y deshacer con su vida lo que quisiera. Ya no tendría más horarios impuestos, podría buscar trabajo, rehacer su vida… Todo lo que quisiera y no podía ser más feliz.


 Lo primero que hizo Santi al salir de la prisión fue comprar ropa y pasar por la peluquería, ya que necesitaba sentirse una persona nueva, alguien diferente, distinto…


 Ya sólo el hecho de ir a comprar ropa para Santi suponía un reto. Llevaba muchísimo tiempo viendo sólo las mismas caras, sin interactuar con nadie que no perteneciese a la cárcel y, ahora que era libre, la gente lo miraba como uno más.


 Realmente pensativo, Santi pensó en lo que iba a hacer a partir de ese momento y, al instante, una idea acudió a su cabeza. David le había dicho que cuidase de su casita hasta que él saliese de prisión, ya que el banco se había quedado con la casa de Santi al no pagar la hipoteca por estar en la cárcel. Así que ahora debía ir hacia su nuevo hogar y comenzar a situarse.


 Pasados unos largos minutos, Santi estaba justo a punto de llegar y la zona en la que estaba la casa de David no le daba buenas vibraciones.

- David, ¿dónde leches estabas metido tío?-pensaba Santi para sí-.


 Viendo la choza por fuera, se sorprendió al no parecer tan pordiosera como eran las casas de alrededor.

- Veremos a ver lo que me encuentro…


 Abriendo la puerta con la llave, Santi entró y vio que el lugar era más que suficiente para empezar.

- Bueno, al menos tendré un techo bajo el que dormir… No me puedo quejar.


 Y ahora llegaba el momento de la gran pregunta: ¿Qué debía hacer? ¿Buscar trabajo y volver a empezar como si nada después de tanto tiempo a la sombra? No… No podía, de hecho, no se lo permitiría a sí mismo. Por lo que… ¿Qué iba a hacer?


 Viendo que David tenía un viejo portátil sobre una mesita, lo conectó a la corriente y comenzó a buscar información sobre su ex-novia, Keira. Alguien relacionado con ella o con Daniel debía ser el autor de los hechos o, al menos, tener información valiosa que pudiera aportar para clarificar los hechos. Por mucho que Santi hubiera cumplido condena por los asesinatos, no se iba a quedar de brazos cruzados sabiendo que él no había sido.


 ¿Y qué manera era la mejor para poder solucionar todo aquello? Ser lo que una vez sus padres fueron: Agentes de la Ley. Santi quería ser policía y estaba dispuesto a ello, pero antes necesitaba ayuda y sólo había una persona que le podía echar una mano…  


 Quedando con dicha persona en un parque conocido, Santi llegó antes de tiempo a causa de sus nervios, ya que apenas había podido pegar ojo la noche anterior.


 Unos minutos después, esa persona se presentó en el parque.

- Santiago, ¿llevas mucho esperando?

- Anda hola, qué va. Casi acabo de llegar…


 Dicha persona no era otra que Ferrán, el viejo amigo y compañero de sus padres y, también, el que lo había metido en la cárcel.

- Me sorprendió mucho tu llamada. No sabía que saldrías tan rápido de la cárcel.

- Sí, la verdad es que entre mi buen comportamiento y que ayudé a varios oficiales de prisiones durante un motín que se formó, han ayudado a que el propio alcaide en persona intercediese por mí ante el juez y me rebajasen la pena. Ahora sólo tengo que ir dos veces al mes a firmar y listo.

- Me alegro mucho hijo, de verdad. Ahora dime, ¿cuál es el motivo de tu llamada?

- Quiero ser policía, como mis padres.

- Eso es imposible…


CONTINUARÁ…