viernes, 19 de noviembre de 2021

Capítulo 7 || Nada Es Lo Que Parece

 Durante las dos semanas siguientes a la pelea de Adrián con Santi todo sucedió con normalidad y el ambiente en la prisión estaba de lo más tranquilo, algo que agradecían mucho los oficiales. Sin embargo, Yuan tenía algo en mente y sus compañeros sospechaban que algo tramaba…


 Levantándose, Yuan se dispuso a avisar a los presos de que tenían una hora libre para ir al patio si querían. Por su parte, Jesús, aunque era el oficial novato en la prisión, tenía mucha perspicacia y se daba cuenta de muchas cosas.


 En cuanto Yuan salió por la puerta, Jesús se levantó también y se dirigió hacia Vicente, que era el jefe de los oficiales de la prisión.

- Voy a ver qué diablos está tramando Yuan. Hay algo que no me gusta en su comportamiento.

- Está bien. Yo me mantendré atento a las cámaras por si veo algo extraño.


 Yuan, buscando la mirada de su compañero Sadam, ambos avisaron en sus respectivos pisos que tenían una hora libre por delante, abriendo automáticamente todas las celdas a la vez.


 Poco a poco, los presos fueron saliendo de sus cubículos para poder disfrutar de ese rato al aire libre, algunos para jugar al baloncesto, otros para machacarse en las máquinas de hacer ejercicio y otros cuantos simplemente para charlar y andar por el patio tranquilamente.


 Justo cuando David iba a acercarse a Santi para proponerle un plan, escuchó la voz de Yuan a sus espaldas.

- David, baja al patio, que yo tengo que hablar un momento con Santi.

- Ah, está bien. Dile que estoy en la zona de ejercicio, ¿vale?

- Sí, descuida.


 A todo esto, Jesús vigilaba la escena desde el otro lado de la puerta de la sala de oficiales. Estaba muy extrañado y mosqueado con Yuan y con que cada vez que había habido alguna pelea de Santi con Adrián o Borja, siempre era en su turno. Eso sí que no podía ser casualidad…  


 Vicente, por su parte, miraba las cámaras y pudo ver cómo Yuan mandaba al piso inferior a David, algo que extrañó terriblemente al jefe de los oficiales.

- ¿Qué coño estás haciendo, Yuan?


 Bajando, David se encontró a Willy en la zona del gimnasio improvisado que había allí.

- Hombre Willy, sabía que te encontraría aquí jaja. Hoy te has dado prisa, ¿eh?

- ¿Qué pasa tío? Pues sí, me he propuesto superarte en press banca y hasta que no lo consiga, no voy a parar.

- Pues se te va a cumplir la condena sin conseguirlo chaval jajaja.

- No te creas, todavía me quedan diez años hasta que pueda salir.

- Bueno, tú sigue creyendo lo que quieras, si así eres más feliz… jajajaja. Yo voy a darle al saco.


 Colocándose unos guantes, David comenzó a golpear al saco con fuerza mientras se preguntaba qué sería lo que quería Yuan de Santi.


 Arriba, los ánimos eran completamente diferentes, ya que lo que le había dicho Yuan a Santi había dejado descolocado hasta a Hugo, que estaba escuchando la conversación.

- ¿Al pozo?-preguntó Santi-.

- Sí, al pozo. Ahora que te has recuperado de las heridas tienes que pagar por lo que hiciste,-contestaba Yuan-.

- ¿Por lo que hice? La paliza me la pegaron a mí, yo no hice absolutamente nada malo.


 Hugo, completamente extrañado, miró hacia la celda de Adrián y Borja y los pudo ver sonriendo. Ahí había gato encerrado, estaba seguro y Santi sería quien pagaría el pato de nuevo si nadie intervenía. Y en esa ocasión, las cosas iban a cambiar…


 Mientras tanto, el resto de presos actuaba con total normalidad sin saber que Yuan estaba actuando a escondidas de sus superiores y que iba a meter a Santi en aislamiento porque Adrián le había pagado para que lo hiciese…  


 Bajando y buscando a David, Hugo hizo lo que tenía en mente.

- David, sé que lo que voy a hacer es comportarse como un chivato y que me puede caer la del pulpo pero…

- Hugo, desembucha. ¿Qué ocurre?

- Yuan se lleva al nuevo al pozo por la pelea que tuvo hace dos semanas.

- ¡¿Que qué?!


 Dejando los guantes inmediatamente, David, Willy y Hugo pudieron ver cómo Yuan guiaba a Santi hasta la zona de aislamiento.

- Oficial, no debe estar hablando en serio,-dijo David-.

- Y tanto que sí. Aquí las peleas nos las tomamos muy en serio y debéis aprender que toda acción tiene su consecuencia.


 Apareciendo en ese mismo instante, Jesús frenó a Santi y a su compañero.

- Me alegra mucho que hayas dicho eso Yuan,-comentó Jesús en voz alta-. Toda acción tiene su consecuencia, ¿verdad? Pues las tuyas también.

- ¿Qué pasa?-preguntó Santi-.

- Tú no te muevas de aquí,-le dijo Jesús a Santi-.


 Volviéndose hacia su compañero, Yuan miraba a Jesús con una sonrisa mientras que Santi contemplaba la escena completamente anonadado.

- ¿Se puede saber quién te crees tú que eres para decirme esas cosas, novato? ¿Qué pasa? ¿Te solidarizas del nuevo porque es igual de inexperto que tú? ¿Es eso? ¿O es que te has enamorado de él?

- Tu problema es que tienes la boca demasiado grande, al igual que tu bolsillo, ¿no es así?

- ¿De qué coño estás hablando?

- De que llevo observándote tiempo y te veo reunirte con Adrián, hablar con él a escondidas y… no sé, o te tiene para sus recados como un perrito o directamente te pone a perrito y te da por culo. Y a estas alturas no sé yo cual puede ser la auténtica…


 La risa de Willy hizo que Yuan mirase hacia los presos que estaban cercanos y salvo el que se estaba riendo, Hugo y David se mantenían completamente serios, provocando que Yuan se pusiese más nervioso todavía.


 Sintiéndose acorralado, Yuan comenzó a hacerse la víctima.

- Jesús, no tuve elección. Adrián amenazó con matar a mi familia si no colaboraba con él… Esto es idea suya, no mía. Te lo juro, tienes que creerme.

- ¿Tu familia? Según tengo entendido, eres el único de los oficiales que no tiene mujer ni hijos. ¿Qué familia Yuan? Soy nuevo, pero no estúpido. ¿O te crees que me chupo el dedo y he ganado este puesto porque me han colocado aquí al azar?


 Volviéndose, Santi miró hacia el piso de arriba y se encontró con la mirada de Adrián, quien estaba viendo toda la escena desde el principio.


 Sin embargo, una voz provocó que Adrián dejase de mirar abajo.

- Adrián, te vas a venir conmigo,-dijo Vicente-.

- Jefe, yo no he hecho nada.

- ¿De verdad? Venga, cuéntaselo a otro, a ver si tienes más suerte.


 Viendo que el ambiente se estaba caldeando más de la cuenta y que entre los oficiales se podía llegar a las manos, David intervino parando la trifulca.

- Venga señores, vamos a calmarnos. Sois oficiales y debéis dar ejemplo porque si vosotros os peleáis, ¿cómo coño queréis conseguir que nosotros no hagamos lo mismo? Un poquito de calma, por favor…


 Arriba, el ambiente también se había vuelto de lo más tenso.

- No me pienso mover de aquí porque no he hecho nada malo, jefe.

- Mira Adrián, te voy a dejar las cosas muy claras, ¿vale? Quien manda en esta prisión soy yo, quien tiene acceso a todas las cámaras soy yo y quien ha descubierto que Yuan y tú habéis colaborado durante meses soy yo, así que si no bajas al pozo por las buenas, te pienso poner las esposas y harás el ridículo delante de todos tus compañeros. Te aseguro que si me echas huevos, de los dos yo soy quien más gordos los tiene y si me intentas joder, te voy a dar por culo hasta que tu mierda se meta para dentro.


 Tragando el nudo que tenía en la garganta, Adrián carraspeó y no opuso resistencia mientras que Vicente iniciaba la marcha hacia aislamiento. Borja, por su parte, no se podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué haría ahora solo sin la compañía de Adrián?


 En cuanto bajaron, la primera mirada que se encontró Adrián fue la de Santi, quien lo observó serio y sin hacer ningún gesto, aunque por dentro daba saltos de alegría.


 Quedándose parado frente a Santi, Adrián se acercó a éste y, ante la duda, David se colocó en medio.

- ¿A dónde te crees que vas, máquina?-preguntó David-.

- ¿Lo ve jefe?-decía Adrián-. Aquí la víctima soy yo, el verdadero culpable es David.

- ¡Silencio he dicho si no quieres que te meta a patadas en el pozo!-gritó Vicente-.


 Dejando un momento a Adrián junto a la puerta de acceso a aislamiento, Vicente se acercó a Yuan y a Jesús.

- Buen trabajo Jesús, tenías razón.

- Gracias jefe.

- Yuan, queda usted despedido y se le abrirá un expediente por lo sucedido. Le notificaré al alcaide lo que ha pasado y lo que suceda a partir de ese momento, será cosa de él. Mira, puede ser que te veamos aquí pero de preso y no como oficial…


 Abriendo la puerta, Vicente comenzó a bajar las escaleras seguido de Adrián, quien tuvo que escuchar un comentario de Santi mientras que David se mantenía serio y Jesús se reía ante la ocurrencia.

- Que te vaya bonito ahí abajo, “guapo”.


 Encerrándolo en una de las celdas, Adrián tuvo una pregunta.

- ¿Hasta cuándo tendré que estar aquí?

- Hasta que los ciegos vean de nuevo.

- No jefe, no puede hacerme esto.

- Sí puedo y lo he hecho. Y si echas de menos que te la metan por el culo, tienes dos manos estupendas que pueden hacerte el trabajo. Ale, que vaya bien.


 David, por su parte, se dirigió a Santi con una idea en mente.

- Tío, tenemos que hacer algo contigo.

- ¿Algo conmigo? ¿A qué te refieres?

- A que cuando Adrián salga del pozo va a volver más cabreado que nunca y yo no siempre voy a poder estar presente para defenderte. Necesitas saber luchar, pelear, saber reaccionar a tiempo… Ser menos lelo, en definitiva.

- Vaya, muchas gracias David. Te ha quedado muy bonito.

- Te lo estoy diciendo porque no te quiero ver otra vez en la enfermería, tonto. Desde ahora en adelante me vas a hacer caso en lo que yo te diga, ¿vale?

- Bien, ¿y por dónde empezamos?


CONTINUARÁ…


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