jueves, 18 de diciembre de 2014

¡Sorpresa!

¡¡Muy buenas a todos amigos!! He de deciros que una de las promesas que os hice a la vuelta después de los exámenes ya está cumplida. El vídeo que quería prepararos ya está listo después de algún que otro problema que he tenido que solucionar, pero con todo arreglado sólo queda que lo veáis. Nos vemos mañana en un nuevo capítulo de Manos Blancas. ¡Hasta mañana y buenas noches!


martes, 16 de diciembre de 2014

Capítulo 4 de Manos Blancas

¡Hola a todos queridos amigos! Espero que estéis todos muy bien y que esta semana la hayáis empezado con mucha fuerza. Hoy aparte de capítulo tengo que anunciaros que mañana tendréis una grata sorpresa aquí y en YouTube, así que yo de vosotros estaba atento a las redes sociales jejeje.
Y ahora sin más os dejo el capítulo :D

CAPÍTULO 4

Pasaron un par de semanas desde que llegaran los chicos nuevos del otro orfanato y Mitch e Igashu se habían hecho muy amigos.
-        Igashu, hoy vamos a gastarle una broma a Ari, ¿vale?
-        ¿Qué broma?
-        Ya lo pensaremos en el camino, pero que sea algo en el recreo.
-        No, que delante de los demás nos va a odiar…
-        Bueno vale, entonces me has jodido el plan.


Mitch se paró en seco.
-        ¿Por qué no te sientas con ella ahora en el autobús y así descubres algo para gastarle la broma?
-        Vale, como tú digas pero vaya, no entiendo lo que te ha dado por Ari.


Como había dicho Mitch, Igashu se sentó junto a Ari y hablaron durante el trayecto hasta clase.


Igashu la miraba atentamente y su mirada se concentraba en los ojos de la chica.
-        Pues es guapa…-pensaba para sí-.


Mitch los miraba sentado en otro lado.
-        Uy, los tortolitos… 


En la antigua Hacienda, Andrea sacaba de la cuna a Berta.
-        Buenos días princesa. ¿Vamos a jugar?
-        Zí.


Asia mientras tanto hacía las cosas de la casa, hacía las camas, limpiaba…


Cuando terminó, bajó al salón y puso música para ambientar esa casa tan vacía por las mañanas.


Berta mientras escuchaba la música estaba jugando con las piezas encajándolas en su sitio. Así se podría pasar toda la mañana sin parar.


A la llegada del colegio, los chicos entraron en la habitación de los ordenadores donde ellos normalmente hacían los deberes.
-        Yo paso de hacer los deberes,-dijo Mitch-.
-        ¿Por qué no lo vas a hacer?-preguntó Ari-.
-        Porque no tengo ganas. Me voy a jugar con la play.


Justo cuando iba a salir entró Andrea.
-        Ay Mitch, no te esperaba tan cerca. ¿Tienes deberes?
-        Sí, pero los hice en clase.
-        ¿Sí?
-        Sí, los he hecho todos.


Pero Ari no iba a permitir de Mitch se saliera con la suya.
-        Andrea, no los ha hecho, dice que no tiene ganas y que iba a jugar a la play.
-        Puta chivata…-susurró Mitch-.
-        ¿Es eso cierto?-preguntó Andrea-.
-        Sí…
-        Vete ahora mismo a la cocina a hacerlos. Ahora voy contigo para cerciorarme de que los hagas.


Unos minutos después, Mitch hacía los deberes en la cocina ante la atenta mirada de Andrea.


Cuando los otros terminaron, se pusieron a jugar a la play y a reírse con el Crash Bandicoot.


Había pasado una hora y Mitch todavía seguía intentando hacer los deberes. No daba pie con bola.
-        Mitch, es para hoy.
-        No puedo Andrea.
-        Eso te pasa por no atender en clase.
-        Aaaaay…


Igashu quería descansar de tanta tele y saliendo a la entrada se asomó a la ventana. Vio la luna llena detrás de unos árboles y cerrando los ojos comenzó a escuchar a lo lejos voces extrañas.


Esas voces parecían de indios nativos y contemplando la luna, al cerrar los ojos se imaginó en un paraje natural, a la luz de la luna y entre esas voces que escuchaba a lo lejos, rodeado de más como él.


Igashu escuchó ruido a su alrededor y abrió los ojos viendo que a su lado estaba Andrea.
-        ¿Qué haces aquí Igashu?
-        Estaba viendo la luna…
-        ¿Te gusta?
-        Sí, me encanta ver la luna llena.
-        A mí también.
-        Andrea, ¿tú crees que alguien me puede llegar a querer?
-        Claro que sí, yo te quiero.


Igashu se abrazó a Andrea. La verdad es que estar en esa situación no era nada fácil para ninguno. Saber que estás ahí porque ninguno de tu familia te ha querido o no ha podido… La cuestión era que estaba allí esperando a que alguien lo escogiera para su familia.


Mitch se dirigía para el salón y cuando vio a Andrea abrazando a Igashu miró con mala cara.
-        A mí nadie me abraza… Paso. Me voy arriba.


Mitch subió arriba y cuando pasó por delante del cuarto de baño de las chicas, se le encendió la bombilla.
-        Ya sé que broma gastarle a Ari… Jajaja, esta me las va a pagar.


Luego, para hacer un poco de teatro, se puso a jugar con la misma Ari con las almohadas. Mitch aprovechaba la situación y le daba lo más fuerte que podía.


Ari también le daba con fuerza a Mitch, pero no tanto como él. Cuando se comenzó a cabrear también empezó a darle fuerte en la cabeza a Mitch.


Igashu subió a donde estaban jugando a la pelea de almohadas y se fijó en un cuadro que nunca había visto.


El cuadro era de un lobo con una rosa en la boca. Igashu no pudo evitar acercarse y quedarse mirándolo sin moverse.


Un rato después, Asia avisó a los chicos para que se acostaran, era la hora para irse a la cama.
-        Buenas noches chicos. Que descanséis.


Ari antes de irse a la cama fue al servicio. Cuando terminó, fue a lavarse las manos y el grifo comenzó a soltar agua de tal forma que Ari se empapó de arriba abajo.


La chica no conseguía cerrar el grifo y dándole vueltas para cerrarlo no servía, así que le dio un golpe hacia abajo y se cortó el agua repentinamente, dejando un gran charco en el suelo y a Ari bastante mojada.


Cuando las cuidadoras se fueron a acostar se dieron cuenta del charco y Asia se puso a fregar.
-        Ay, estos niños…


Parece que todo va mejor, aunque los chicos se gastan bromas entre ellos. ¿Conseguirán que alguien los acoja pronto?

CONTINUARÁ…

domingo, 14 de diciembre de 2014

Capítulo 3 de Manos Blancas

¡Hola a todos y feliz domingo! Es un placer para mí poder deciros que hoy toca capítulo ^_^ Por los comentarios parece que os está gustando mucho esta historia, así que más me alegro yo de que os guste. De verdad, es un placer saber que el trabajo que uno hace es recompensado tan bien como lo hacéis vosotros. De todo corazón, ¡GRACIAS!
Y después de este momento tan ñoño xD os dejo con el siguiente capítulo. Espero que os guste =D

CAPÍTULO 3

Igashu se fue a su habitación como le habían dicho y cuando entró se encontró a Mitch allí.
-        Esa es mi cama Mitch.
-        ¿Y?
-        Que no quiero que estés ahí, tienes muchas otras camas que elegir.
-        Lo mismo te digo.


Igashu no tenía paciencia ninguna con este “agradable” compañero nuevo.
-        ¡Qué te quites de mi cama he dicho!
-        ¡No me da la gana! Quiero esa cama y punto.
-        Vete olvidando de eso que esta noche duermo ahí.
-        ¿Qué te apuestas a que no?
-        ¿Qué te apuestas a que sí?


Mitch desafiaba continuamente a Igashu.
-        Venga Pikachu, date una vuelta.
-        ¡¡QUE NO ME LLAMES PIKACHU!!-dijo Igashu saltando sobre Mitch propinándole un guantazo en la cara.


Mitch no se quedó quieto y también le dio otro a Igashu pero este supo esquivarlo a medias. Al ser tan delgado, sabía moverse muy rápido y a Mitch le costaba pillarlo. Una de las veces se puso detrás de este y con las dos manos guanteó los oídos de Mitch dejándolo sordo unos momentos.


Para terminar, le dio con el codo en la espalda y lo tiró al suelo.
-        ¿Qué te apuestas a que sí duermo en MI cama?
-        Vale, vale, tú ganas…-dijo Mitch con resquemor-.


El nuevo comenzó a sollozar un poco ante la atenta mirada de Igashu que estaba muy serio.
-        Me duele la espalda…
-        ¿Sí? No haber provocado. Te lo tienes merecido.


Andrea entró en la habitación y preguntó el porqué de tanto jaleo.
-        Empezó él,-dijo Igashu-.
-        ¿Fuiste tú Mitch?
-        Sí, yo le provoqué y nos peleamos.
-        ¿Os habéis peleado? Igashu, vete al otro cuarto, estás castigado.


Igashu sin decir ni una sola palabra más se dirigió al cuarto contiguo y se pegó a la pared.


Dos minutos más tarde se abrió la puerta otra vez y entró Mitch, que también estaba castigado.


Igashu comenzó a llorar en silencio.
-        Que sepas que es la primera vez que me castigan desde que estoy aquí.
-        ¿Desde cuándo llevas aquí?
-        Desde que nací prácticamente. Con dos semanas.
-        Ah… pues si te sirve de consuelo, es la primera vez que alguien me ha ganado una pelea.


Igashu se sorprendió mucho.
-        ¿Te has peleado más veces?
-        Sí, con niños de otros orfanatos, con mi padre cuando estaba en casa…
-        ¿Después se fue de casa?
-        Sí, a la cárcel.
-        Ah, lo siento mucho…


De repente, un grito hizo tambalearse las paredes de la Hacienda. Asia acababa de entrar en internet y le saltó la página de broma que había preparado Mitch minutos antes.


Abrió un solo ojo para cerrar la página antes de que la imagen siguiera moviéndose y gritando.


Mientras tanto, Mitch se acercaba a Igashu.
-        El que te tiene que pedir perdón soy yo. Siento haberme comportado así, pero es que odio tener que estar cambiando de orfanato cada 4 meses. Nadie me quiere.
-        No digas eso, encontraremos dos familias que nos cuiden muy bien y viviremos como reyes.


Igashu miró a Mitch que todavía seguía con las manos puestas de tal forma que pedía perdón.
-        Te perdono Mitch, pero antes de comportarte así, conoce a la gente. Podemos ser amigos tú y yo.
-        Espero…


Una hora después, Andrea llegó a la casa con dos chicas más del mismo orfanato de donde venía Mitch.
-        Asia ven, traigo compañía.


La pequeña era Berta, que con dos años, no paraba de corretear y de hablar con esa media lengua.


Y la otra era Ariadna, o como la solían llamar, Ari. Una chica bastante normal y con un carácter tranquilo.


Fueron todos al comedor a cenar mientras que Asia terminaba de preparar la cena.
-        ¡Hola!-dijo Ari-.
-        Hola, bienvenida.
-        Gracias.
-        ¿Ari?-interrumpió Mitch-.


Ari se sorprendió al escuchar la voz de Mitch.
-        ¿A ti también te han traído aquí?
-        Sí, esta tarde. Como no me viniste a despedir…
-        Ya, es que estaba ocupada.
-        Ya, bueno. Habría que verlo.


Berta esperaba en la trona su comida. Quería acercarse a los chicos pero no podía.


Mitch seguía mosqueado con Ari. Había sido su compañera en el otro orfanato y no había sido capaz de despedirse de él ese mismo día.
-        Si no me crees es tu problema.
-        Ari, todos aplaudieron cuando me fui, no me mientas, mentirosa.
-        ¡Yo no miento! Chivato, que eres un chivato.
-        Igashu, es que verás, Ari tenía novio en el otro orfanato y yo se lo dije a las cuidadoras.
-        ¡Sí! Es un chivato de mierda.


Andrea apareció allí.
-        A ver lo que pasa aquí. La cena está casi lista, así que esperaos 5 minutos. 


Andrea entró en la cocina.
-        Chica, los niños tienen ya hambre, ¿vas a tardar mucho?
-        No, no, que he tenido que hacer las salchichas en la sartén y se ha puesto todo manga por hombro.


Unos minutos después, todos cenaban tranquilamente.


Y Berta también se enguarraba comiendo con las manos… Tenía la manía de tirar los cubiertos y comer con las manos.


Ya sobre las 10 y media se fueron a la cama a dormir.
-        Hasta mañana Igashu.
-        Que descanses Mitch.


En la habitación de al lado, Asia metía en la cuna a Berta.
-        Duerme bien princesa. Hasta mañana,-dijo besándola en la frente-.
-        Ta mañana.


Y en la habitación femenina Ari se metía en su cama.
-        Espero que el nuevo colegio esté bien…


Rato después, las cuidadoras hicieron lo mismo.
-        Menudo día el de hoy Andrea…
-        Uf, vamos a tenernos que poner las pilas para que esto ande bien.
-        Sí, así que vamos a descansar que estoy que no puedo más.
-        Sí mejor. Hasta mañana.
-        Hasta mañana guapa.


La antigua Hacienda comenzaba a tener más vida, ¿cómo les irá a Asia y a Andrea a partir de ahora?

CONTINUARÁ…