viernes, 28 de febrero de 2014

Capítulo 11 de la Segunda Temporada de "Black Hand"

¡Buenaaaaas! Al fin viernes, ¿eh? ¡Por fin! Ya había ganas de que llegara este día para poder estar más de relax... Y qué mejor que relajarse leyendo el penúltimo capítulo de "Black Hand" ¿verdad?
Pues sólo deciros que lo paséis muy bien este fin de semana y nunca dejéis de sonreír amigos. ¡Nos vemos el martes!

SEGUNDA TEMPORADA
CAPÍTULO 11

Will bajó las escaleras y contempló la habitación. Habían dos sacos de dormir, unos sillones y un futbolín.
- ¿Cómo coño se ha encendido la luz?
- Guauf.
- ¿Has sido tu Blake?


Tras el sillón de la derecha, había una especie de pared corrediza donde había un tonel de gasolina y de allí salían unos cables que se perdían en el techo.
- El que haya hecho esto, tiene una cabeza muy buena.
Se acercó al sillón, lo tocó y pudo ver que estaba tibio.
- Hace poco han estado aquí, tienen que seguir por la zona. Blake, vamos arriba, ¡rápido!


Will subió las escaleras de dos en dos y corrió a hablar con Mark.
- Will, ¿qué ha pasado? ¿Qué hay dentro?
- Mark, hace poco han estado aquí. Uno de los sillones está todavía caliente. Rápido, tenemos que buscarles.
- Eh, mira, ahí viene alguien. ¡Dios, es Will!


Will se volvió y pudo ver por primera vez a su hijo. Venía corriendo y parecía fatigado.
- ¡Tío Mark! Gracias a Dios que te encuentro...


El pequeño se abrazó a Mark que era al único que conocía.
- Eh pequeño, ya está, shhhh, ¿estás bien? ¿Y tu madre?
- Mamá está en el acantilado desde donde se ve la ciudad entera; el hombre que está con nosotros ¡la va a matar!
- Conozco ese lugar,-dijo Will, el padre del niño-.
- ¿De verdad Will?-preguntó Mark-.
- Sí, joder. Voy para allá.


Rápidamente Will se subió encima de su caballo y se acercó hacia su hijo.
- No te preocupes hijo. Yo rescataré a tu madre.


El niño, desconcertado, miró como ese hombre desaparecía rápidamente encima de ese caballo.
- Tio Mark, ¿quién es ese hombre?
- Ese hombre Will, es tu padre.
- ¿Mi... padre?


El pequeño Will se quedó mirando a su padre mientras este ya casi no se veía.
- Oh papá... Ten mucho cuidado,-pensó el niño-.


Indomable estaba corriendo más que nunca y Will en su corazón tenía un cúmulo de emociones que no podía explicar. Por fin sabía dónde estaba su amada, pero no quería perderla. A lo lejos, ya acercándose, pudo ver a dos personas.
- ¡¡AMANDA!!
Ambas personas se volvieron pero una de ellas le pegó un puñetazo a la otra y esta calló por el precipicio. Will, al no distinguir a las personas por la lejanía, se puso más nervioso aún si cabe.


Ya más cerca pudo ver que, efectivamente, la persona que estaba de pie era su querida y querida Amanda.


Will bajó del caballo dando un salto y se abrazó a ella como si le fuera la vida.
- Mi vida, por fin te tengo entre mis brazos. No puede ser verdad que nos haya ocurrido todo esto. Mi amor...
- Oh Will, te quiero tanto. Cuánto te he echado de menos mi vida. Nunca supe si lograste sobrevivir o no hasta ahora que te he visto.


Las lágrimas corrían por las mejillas de ambos de pura emoción.
- Llevo tanto tiempo buscándote, mi querida Amanda, y por fin te tengo junto a mi, para siempre.
- Oh Will. Nuestro hijo cada día me recordaba más a ti y eso me apenaba, el que no pudiéramos estar juntos.
- Maldita luz...


- ¿Cómo supiste dónde estaba?
- Gracias a Mark y a Blake, sobretodo a este, conseguimos llegar hasta el sótano y ahí apareció corriendo nuestro hijo y nos dijo dónde estabas.
- Tiene tu inteligencia. Si tú supieras con qué facilidad pudo deshacerse de la atadura de nuestro secuestrador y salir huyendo... Me recordó a ti cuando viniste a mi casa por primera vez huyendo de esos dos tipos.
- Oh, mi vida. Ya nunca más me separaré de ti.


De repente, escucharon ruido a su lado y pudieron ver que eran Mark y el pequeño Will, que habían llegado al lugar. Con una emoción incontenible, padre e hijo, con lágrimas en los ojos, se abrazaron.
- Oh Will, mi pequeño. Te quiero, te quiero.
- Papá, mi papi... Por fin te conozco.
- Qué bien suena eso de papi...
- Papi, papi, papi. Nunca me cansaré de decirlo porque eres mi papi. Eres mi héroe.


Secándose las lágrimas, Will, el padre, se acercó a Amanda.
- Mi vida, hay una cosa que te tengo que contar sobre nuestro secuestrador...
- ¿Qué pasa? No me asustes cariño.



                                CONTINUARÁ...

martes, 25 de febrero de 2014

Capítulo 10 de la Segunda Temporada de "Black Hand"

¡Buenas a todos familia! ¿Cómo ha ido el fin de semana? Pues en esta semana que ya ha comenzado, os voy a adelantar un par de noticias... Una buena y una mala, ¿vale?
Mmmmm, empecemos por la mala, así que ahí va: Black Hand está llegando a su final (Y____Y). Dentro de una semana publicaré el último capítulo, así que debéis estar atentos a los capítulos de esta semana, ya que son muy, muy importantes para la historia.
Peeeero, la buena noticia es que tengo otra historia preparada para vosotros (¡bieeeeen!). Aunque no la vaya a subir la semana que viene, iré poniendo adelantos sobre la próxima historia...
Y como eso todavía está por llegar, centrémonos en el capítulo de hoy, así que, todos atentos y los ojos bien abiertos. Nos vemos el viernes amigos, ¡os quiero!

SEGUNDA TEMPORADA
CAPÍTULO 10

Mark y Will mantenían una conversación bastante amena y agradable.
- Y bueno, ¿cómo sobreviviste Will?
- Cuando vi la luz, me desmayé y cuando me desperté, habían pasado 7 años.
- ¿Qué te pasó?
- Un médico me recogió y nos refugiamos junto a su mujer y él me dijo que estuve en coma.
- O sea, que hay más supervivientes aparte de nosotros.
- Sí claro.


- Ah, interesante. 
- Yo muchas veces he pensado que debe haber más gente por ahí en el mundo igual que nosotros. Deberíamos juntarnos todos.
- Ya, yo pienso igual, pero ahora que no existe la electricidad, va a ser difícil.


- Y Will, una pregunta.
- Sí, dime.
- ¿Hay más caballos como el tuyo?
- No te entiendo.
- Que si esta gente tiene más caballos.
- Ah sí, bueno, tienen dos más... Y me parece que ya se por donde vas tú...
- ¿Tú querrías?
- Así nuestra tarea se agilizará, ya que si vamos los dos en caballo iremos más rápido. Decide, ¿negro o blanco?
- Eh... negro.


Will se dirigió de nuevo hacia la casa de Adolfo y Clara. Antes de hacer nada se aseguró que estaban todos dormidos y fue cuando se acercó hasta la cuadra.


- Vamos Trueno, muchacho, tenemos que irnos.


Cuidadosamente Will se alejó de la casa para después galopar hasta el punto donde se encontraba Mark.


- Wow, impresionante Will. Impone bastante, ¿eh?
- Pues la madre de mi caballo es blanca entera, este es el padre.
- Preciosos. Me encantan los caballos.
- ¿Sabes montar?
- Me he criado en la ciudad, no tengo ni idea de cómo se hace.
- Tranquilo, mañana te enseñaré. Ahora a descansar.


Aunque ya quedaba poco para el amanecer, se acostaron para recuperar las fuerzas y así poder afrontar el día siguiente al 100%


Una vez el calor comenzó a apretar, poco a poco se fueron despertando y levantando el campamento.
- Buenos días. Arriba amiguetes,-dijo Will-.


Una vez todo preparado, Will se subió rápidamente a lomos de Indomable, pero Mark... Ay Mark.
- Esto... Will. ¿Cómo pongo el pie ahí? Me voy a desmontar como lo ponga.
- Si lo he puesto yo, tú también lo puedes poner. No es tan difícil.


- Ya está, listo.
- Jajajaja, te has subido al revés Mark jajaja.
- Mierda, tienes razón jejeje.
- Vamos, venga, date la vuelta y vayámonos ya. ¿Hacia dónde hay que ir?


- Eh... espera que me oriente... Ah, vale, hacia el noreste, por donde están esos árboles altos al fondo, ¿los ves?
- Ah sí, de acuerdo. Pues pongámonos en marcha.


Comenzaron a caminar y no habían pasado ni 5 minutos y Mark estaba rabiando...
- Will, dile al caballo este que no se mueva tanto. ¡Me duele el culo!
- Es normal, al principio cuesta acostumbrarse pero cuando uno ya tiene práctica, te dejará de doler.


- Eh, ¿a dónde va Blake?
- Va a coger un atajo.
- Vamos a seguirlo entonces.
- Ojalá, pero con los caballos no podemos. No te preocupes Will, Blake sabe cuidarse.
- Por cierto, tenemos que cruzar el Atlántico, ¿cómo lo haremos?
- ¿De qué hablas? No existe ya ningún Atlántico.
- ¿Cómo?
- No estoy seguro, pero durante todo el tiempo que estuvimos andando no tuvimos que cruzar ni mares y tampoco océanos de ninguna clase. Es como si todos los continentes se hubieran unido de nuevo o yo que se. Ojalá pudiéramos ver la Tierra vía satélite.


Tras un par de horas más o menos de camino, llegaron hasta el punto de partida.
- Will, aquí fue donde desaparecieron Amanda y tu hijo. Estuvimos en este lugar durante bastante tiempo porque hay muchos alimentos, árboles frutales y demás.
- ¿Qué les habrá pasado?


Blake, de repente, se puso alerta.
- Blake, chico, ¿qué te ocurre?
- Parece que ha sentido algo Will.
- Ha salido corriendo, vamos a seguirlo.


Un rato después, persiguiendo a Blake que corría hacia un lugar que Will y Mark desconocían, se paró frente a unas ruinas.
- Pero... ¿qué coño es esto?-dijo Mark-.
- Parecen ruinas...


Blake, sin pensárselo dos veces, bajó las escaleras. El lugar estaba oscuro.
- ¡Blake no!-gritó Will-. Tengo que bajar.


Pero algo sorprendió a Will, al momento, la habitación se iluminó al punto de bajar las escaleras.
- ¿Qué ha sido eso Will?
- No lo sé Mark, no tengo ni idea.
- Ten mucho cuidado Will.




¿Qué se encontrará Will al bajar las escaleras? ¿En esa casa hay electricidad? 

¿Cómo es posible? ¿Estarán ahí Amanda y el pequeño Will?



CONTINUARÁ...

viernes, 21 de febrero de 2014

Capítulo 9 de la Segunda Temporada de "Black Hand"

¡Holaaaa! ¿Os alegráis de verme? Yo también a vosotros jejeje. Ante todo, feliz viernes y disfrutar del fin de semana que se acerca y que alguno ya estamos disfrutando de él.
Hoy es el capítulo más pronto de lo habitual por el simple hecho de que he terminado las clases antes y he preferido subir la entrega de hoy antes de que se haga más tarde, así que, ¿estáis preparados para leer? ¡¡Allá va!!

SEGUNDA TEMPORADA
CAPÍTULO 9

Las semanas pasaban y no cambiaba nada. No había rastro de Amanda ni del pequeño Will y ya habían pasado 3 meses desde que Blake había aparecido.


Ahora que el calor estaba empezando a notarse, Will no quiso seguir con ese aspecto de pordiosero y por eso se cortó el pelo y se arregló la barba.
- Ahora estoy mucho mejor.


Ya que no había televisión, a Will le pareció buena idea iniciarse en el mundo de la cuerda, aprendiendo a tocar la guitarra, además de que así se distraía un poco y su mente dejaba de dar vueltas a la propuesta de Adolfo, aunque ya no era nada fácil aguantar porque Clara se paseaba en paños menores por la casa.
- Buenos días Will. ¿Cómo estas?
- Eh, hola Clara... Esto... bien, ¿y tu?
- Muy bien, ya ves. Hace un calor...
- Sí que hace sí...


Sin embargo, una tarde se encerró en su cuarto para ordenar su cabeza. Tenía que poner orden en su vida, todo era un caos y esa situación no podía seguir así.
- Sé que Amanda está viva por algún lado. Ha aparecido Blake, así que tiene que estar no muy lejos de aquí... ¿Pero dónde? He de ir a buscarla, esté donde esté.
Will sintió que llamaban a la puerta.
- Adelante.


- Will, llevas toda la tarde encerrado en tu cuarto, ¿te pasa algo?
- No me pasa nada Clara, muchas gracias.
- Espero que no estuvieras haciendo nada tú solo, ya sabes que estoy aquí para lo que quieras, cariño.
- No se me ha olvidado, me lo dices todos los días y es difícil resistirme...
- Pues no te resistas y ven conmigo.
- Pero es que estoy comprometido. No le puedo fallar a mi futura esposa y sé que está viva.
- ¿Y si no lo está?
- Eso lo tendré que comprobar por mi mismo.


Clara miró la entrepierna de Will y pudo notar un pequeño bulto que comenzaba a surgir.
- Solo tienes que mirarte Will, estás empalmado y solo estoy hablando de sexo contigo. Déjame que te ayude.
- Pero Clara, ¿qué haces? ¿qué cojones te ocurre? No te agaches, ¿qué vas a hacer?
- Shhh, relájate y disfruta... Uff, la tienes gorda...
- Cla...ra... deja de tocarme...


Justo cuando Clara iba a comenzar, a Will se le vino una imagen a la cabeza, una imagen de Amanda justo antes de partir Will a Washington por primera vez para ver a Obama donde le dijo: Pase lo que pase, recuerda, que te estaré esperando allá donde estés... Siempre.
Will empujó a Clara hacia atrás haciendo que esta cayera al suelo. Se subió los pantalones, montó en Indomable y junto con Blake se fueron de allí.
- ¡Will, Will! ¿A dónde vas?
- A buscar a Amanda y a mi hijo. Hasta nunca.
- ¡Will, no te vayas! ¡Will!


Will tenía un objetivo: Averiguar de dónde vino Blake, por lo que se fue a donde se lo encontró.
- Por fin de vuelta.


Will bajó del caballo y se acercó a Blake.
- Blake, guapo. Tienes que guiarme hasta el lugar desde donde viniste. Vamos chico, que se que puedes.


Pero en cambio, lo que hizo Blake fue tumbarse en el suelo.
- Blake, ahora no por favor. Se que estás cansado y no te lo niego, pero necesito encontrar a Amanda y a mi hijo.
- Guauf.
- Eso, eso, ¿sabes dónde están?


Blake se levantó y se dirigió hacia el río.
- Hacia el río... ¿Viniste por el río?
- Guauf.
- Busquemos entonces un puente para llegar hasta el otro lado. Indomable, ven aquí chico.


De nuevo juntos los tres, se fueron en busca del puente que cruzara hacia la otra parte hasta que llegaron a uno que conducía a un camino que llevaba a su objetivo.


Al cruzarlo y antes de comenzar el camino, tuvieron que parar a descansar. Ya era muy tarde y los animales junto con Will necesitaban dormir.


Al cabo de unas horas, Blake se despertó y comenzó a olisquear y siguió el rastro. Will se despertó al escuchar ruido y miró hacia Blake.
- ¿A dónde va este tío?


Will lo siguió y al llegar casi al borde del río, pudo ver que Blake se paró, lo miró, miró de nuevo hacia delante y ladró. Al adelantarse un poco Will pudo ver que un hombre estaba pescando. ¡Un hombre!


Al escuchar el ladrido, el desconocido se volteó y pudo ver al perro y a una persona.
- Dios mío, ¡hay más supervivientes!-gritó el desconocido-.


Como si se conocieran de toda la vida, Will lo abrazó fuertemente.
- Jamás pude llegar a imaginar que habría más gente viva aparte de mí.


Blake se acercó por detrás del hombre y le mordió el pantalón. Este se giró y se agachó.
- Hombre Blake, ¡cuánto tiempo sin verte! ¿Estás bien chico?


Will se extrañó mucho y comenzó a hablar con el hombre.
- Perdona pero, ¿conoces a Blake?
- Claro, hacía mucho tiempo que no lo veía. Guau, qué recuerdos me trae este perro.
- Dios mío... al final el sorprendido soy yo. ¿Cómo lo conociste?
- Este perro era de mi hermano Eddie, luego, cuando este murió se lo quedó una compañera de trabajo y justo antes de que esa luz comenzara a verse...
- ¿Tu también viste esa luz?
- Sí. Ha sido la luz más blanca y cegadora que he visto en mi vida.
- ¿Y me has dicho que este perro era de tu hermano Eddie, que murió...?
- Si, ¿por qué?
- Su compañera de trabajo era...
- Amanda,-lo interrumpió el chico-.


- Madre mía, ¿sabes algo de ella? ¿Cómo está? ¿Y el niño que esperaba?
- Un momento, ¿tu la conoces?
- Yo soy el padre del niño que esperaba.
- ¿Tú eres el famoso Will del que ella tanto hablaba?
- El mismo.
- Dios, nunca creí que pudieras seguir vivo. Nunca lo creí hasta el momento en el que te vi.
- Sí, pero bueno, ¿cómo están ellos? ¿Sabes si están vivos?
- Espera un momento, te tengo que contar muchas cosas. Por cierto, llámame Mark.
- Ok, de acuerdo.
- Resulta que me enteré de que Amanda estaba embarazada y como desde el funeral de mi hermano no la volví a ver más, decidí llegarme a pasar el fin de semana a vuestra casa. Por aquel entonces tenía yo 17 años.


- Estaba de unos 7 meses calculo yo... Me acuerdo que habló contigo y se puso muy contenta.
- Sería justo cuando salí del hospital. Así que... ¿te pilló la luz en su casa?
- Me acuerdo que no pudo terminar de despedirse porque se cortó la llamada y las luces fallaron, todo se apagó y de repente, por el horizonte pudimos ver una luz muy intensa.
- Todo cuadra, yo también la vi en ese mismo instante.
- Amanda me dijo que teníais un sótano y que nos fuéramos a resguardar allí, que no se fiaba de esa luz y así lo hicimos. Nos resguardamos allí los dos junto con Blake y pudimos escuchar muchos ruidos extraños.
- Igual que me contó Adolfo...
- ¿Quién?
- Después te lo contaré.


- Total, que al cabo de unos 3 o 4 días, no recuerdo bien, dejamos de escuchar ruidos extraños y salimos de allí. Todo estaba desolado, no había nada absolutamente, no se escuchaban voces, ni coches, nada de nada. Así que cogimos lo más importante y salimos en busca de gente, por si habían sobrevivido como nosotros pero no pudimos encontrar a nadie.
- Todo ocurrió como me pasó a mi.
- Al cabo del tiempo, Amanda sintió unos fuertes dolores y yo fui el que tuvo que asistir de primera mano al nacimiento de tu hijo.
- Oh, madre mía... ¡Qué emoción!
- Nació muy bien, de parto natural y era bastante grandote la verdad. Después de recuperarme tras mi desmayo lo pude coger en brazos y estuvimos un buen rato mirándolo.
- ¿Y Amanda?
- Amanda aguantó como una campeona y después evolucionó muy bien. Le estuvo dando el pecho bastante tiempo, más o menos hasta los 3 o 4 años. Sin embargo, un día caminando nos detuvimos en un bosque donde habían muchos árboles frutales y nos asentamos allí durante más tiempo.


- ¿Y donde están ahora?
- Eso es lo que me pregunto yo.
- ¿Cómo? ¿Qué pasó?
- Me desperté una mañana y vi que sus cosas seguían allí pero ni Amanda, ni Will y tampoco Blake estaban.
- ¿Dónde coño se habrán metido? ¿Estarán bien?



                                   CONTINUARÁ...