martes, 30 de marzo de 2021

Capítulo 13 || Condena

 Como Hyun se quedó un poco en shock, Pilar le invitó a pasar y ambos se sentaron en el sofá mientras que él no paraba de mirarla.

- ¿Embarazada?

- Sí, ya se lo he dicho tres veces. Estoy embarazada.

- Pero… él no me ha dicho nada.

- Normal, porque no tiene ni idea.

- Pero, ¿cómo es eso? ¿De cuánto tiempo está usted?

- Por favor, vamos a dejar de tratarnos de usted porque me siento más vieja.

- Cierto, tienes razón.

- Pues la respuesta a tu pregunta es que estoy de casi cuatro meses y mírame,-dijo Pilar tocándose la tripa-, apenas se nota nada.


 Pero Hyun seguía sin comprender lo que Pilar le decía y ella tuvo que contarle todo desde el principio.

- Cuando Kwan se marchó, a los pocos días fue cuando comencé a sospechar que algo andaba mal porque ni tu hermano me contestaba, ni daba señales de vida, las noticias con la guerra no ayudaban mucho tampoco… Así que fui al médico y allí me dijeron que estaba embarazada. No he tenido síntomas hasta hace bien poco, por eso no me di cuenta. Además, siempre he sido muy irregular y cuando he pasado malos tiempos, la regla se me ha trastocado muchísimo. Ese es el motivo de que no sospechase nada.


 Poniéndose en la piel de Pilar, Hyun le dio el punto de vista de su hermano.

- Kwan no te contestó porque el mismo día que llegó murió nuestro abuelo. Pocos días después salta la guerra y se tiene que ir porque un destacamento del ejército americano tiene una misión secreta que realizar. Justo cuando se va, un tal Kilian entra en nuestra casa y asesina a mis padres y…-decía Hyun justo cuando Pilar lo interrumpió-.

- ¿Has dicho Kilian?

- Sí, mi hermano me dijo que fue compañero de él pero que no entró por haber violado a una chica… Espera, ¿la chica eras tú?

- Efectivamente…

- Joder, ahora me cuadran más cosas…

- ¿Y dices que asesinó a tus padres?

- Sí, y a mí me pegó un tiro también, pero fue en el hombro y pude salvar mi vida.


 Conforme Hyun le contaba la historia a Pilar, ésta se sentía más orgullosa de Kwan y de su hermano, al que acababa de conocer.

- ¿Sabes? Os parecéis mucho tu hermano y tú.

- Ah, sí. Nos lo dicen siempre. Prácticamente la única diferencia son los años que nos llevamos y que yo tengo los ojos de color azul.

- Eso te quería preguntar, ¿a quién los has sacado?

- Mi madre los tenía verdes y su padre azules, así que yo los heredé de mi abuelo materno.

- Qué curioso… Pues a ver cómo sale mi hijo o hija… Que, por cierto, ahora que estás aquí me puedes servir de ayuda.


 Levantándose, Pilar condujo a Hyun hacia el dormitorio que sería para el bebé.

- Este es el cuarto que quiero remodelar para el bebé. ¿Tú sabes algo de reformas?

- Ni idea. Soy abogado, no albañil y no sé ni clavar un clavo.

- Mierda…

- ¿Qué pasa?

- Que una amiga mía me dijo que llamase a un chico que trabaja muy bien pero…

- ¿Por qué no quieres llamarle?

- Porque es mi ex.


 Dándose la vuelta y mirando a Hyun, Pilar le puso ojitos.

- ¿Tú no podrías llamarlo por mí?

- ¿Yo? ¿Y qué pinto yo en todo esto?

- A ver, tu casa está alquilada y hay un contrato de por medio con la chica, así que te tendrás que quedar aquí a vivir, ¿verdad?

- Pues… no lo había pensado.

- Mira, como eres lo más cercano a un padre que va a tener mi futuro hijo hasta que venga el suyo de la guerra, vas a vivir en la casa y se te ve un buen tío…

- Sí, y quieres que llame al muchacho para que venga y así ahorrarte el trago de tener que contactar con tu ex.

- Qué listo eres. ¿Lo harás?

- Ni lo sueñes.


 Apenas cinco minutos después, Hyun marcaba el número de Mike.

- ¿Cómo has dicho que se llamaba?

- Se llama Mike. Que no está muerto jajaja,-contestó Pilar-.

- Hola, ¿Mike? Soy Hyun Park. Verás, te llamo porque me han dicho que trabajas muy bien haciendo reformas y… tengo una que me corre un poco de prisa. Ah, pues una habitación para un bebé. Sí, pues… creo que unos cinco meses o así quedan. Vale, te paso la ubicación. Estupendo, muy amable. Sí, nos vemos, hasta luego…


 Mientras Hyun hablaba con Mike, Pilar no paraba quieta de los nervios. Desde aquella discusión que tuvo en casa de Trini, no había vuelto a ver ni a hablar con su ex y, ahora, no sólo iba a hacerlo, sino que le iba a reformar una habitación porque estaba embarazada, motivo por el cual cortaron. ¿Por qué la vida era tan retorcida a veces?


 Una media hora después, el timbre de la casa sonó y Hyun abrió la puerta dejando entrar a Mike.

- Buenos días, ¿Hyun verdad?

- Sí, el mismo.

- Encantado de conocerte, yo soy Mike.

- Lo mismo digo.

- Por cierto, felicidades por el futuro bebé.

- Oh gracias, pero no soy el padre. Es mi hermano, pero está en la guerra.

- Ah vaya. Espero que vuelva pronto. ¿Y entonces le ha dejado al cargo a usted de todo?

- Por así decirlo… Es un tema muy complicado.

- ¿Y dónde está la madre?


 Abriéndose la puerta del dormitorio principal, Pilar salió de él algo más arreglada y sorprendiendo a Mike, quien se quedó quieto en mitad del salón.

- Pero… ¿Pilar?

- Hola Mike. Cuánto tiempo sin verte…

- Por Dios bendito, ¿tú eres la embarazada? Rubí me comentó algo pero no sabía si creerlo…

- Sí, ¿qué te parece?

- Que esto es un sueño… ¿Pero tú no decías que traer un niño al mundo era de lo más egoísta por cómo estaba de mal el planeta?

- La vida da muchas vueltas y… Ay Mike, se ha complicado mucho.


 Pilar miró a Hyun y le pidió un favor.

- Hyun, ¿podrías dejarnos a solas un momento? Mike y yo… tenemos mucho de lo que hablar.

- Claro. Yo tengo que hacer un par de llamadas también, así que no te preocupes.

- Gracias. Eres un sol.

- Hasta luego. Adiós Mike,-se despidió Hyun-.


 Justo antes de marcharse de la casa, Hyun logró escuchar parte de la conversación entre Pilar y Mike.

- Antes de nada, quiero pedirte perdón Mike. A ti y a Trini por mi comportamiento la última vez que nos vimos.

- Eso es agua pasada, Pilar. ¿Cuánto hace de eso? ¿Cinco? ¿Seis años? La pequeña Ana cumplió la semana pasada 6 años ya…


 Sentándose en el sofá, Pilar le preguntó a Mike sobre cómo le había tratado la vida en esos años.

- Sinceramente, no me he podido quejar. Monté mi propio negocio, dejé de ir por cuenta propia y ahora tengo a varios trabajadores a mi cargo. A título personal, me casé con Trini y aparte de Ana, que aunque no sea hija mía la trato como una más, he tenido dos hijos más. Y… pues poca cosa más que contarte. Trabajo mucho, he seguido con el gimnasio y soy muy feliz ahora.


 Tras contarle las vivencias más importantes que había vivido junto a Trini, le tocó a Pilar poner a Mike al día de lo más reseñable durante todo ese tiempo sin saber el uno del otro.

- Pues yo estuve de okupa durante un tiempo con unos extranjeros, luego conseguí vender alguno de mis cuadros en un puestecillo ambulante que instalé en el parque y, con ese dinero, pude alquilar un piso y ya fue cuando encontré un trabajo de cajera de supermercado; luego conocí a Kwan, el hermano del chico que has visto, nos enrollamos una noche y nos estuvimos viendo con cierta normalidad pero sin tener nada serio. Durante todo ese tiempo, conseguí otro trabajo en una galería de arte y cuando Kwan se tuvo que marchar por unos problemas personales, me dejó al cargo de su casa y ahí fue cuando me di cuenta de que estaba embarazada. Gracias a Rubí, decidí dar el paso de alquilar la casa de Kwan, venirme a esta y… llamarte a ti.


 Sonriendo ampliamente, a Mike se le veía contento.

- Me alegro muchísimo de que me hayas llamado. No sabes las de veces que Trini y yo nos hemos acordado de ti y nos hemos preguntado dónde estarías o en qué andarías metida.

- Uh, he pasado por mucho…

- Pero mira dónde estás ahora. Embarazada, en una casa bonita y sabiendo que no estás sola. ¿Te has dado cuenta de que…?

- Sí, tú y yo vivimos en la casa de al lado.

- Qué coincidencias… La vida cómo es a veces.

- Y que lo digas.

- Bueno, ¿me enseñas la habitación?

- Sí, claro. Ven…


 Abriendo la puerta, Pilar entró y le enseñó a Mike la habitación.

- La dueña de la casa me dejó estos muebles aquí por si yo podía reutilizarlos, ya que sus hijos son mayores y ella ya no los necesita, pero es que quitando esto no hay mucho más…


 Justo mientras Mike y Pilar estaban hablando de la reforma, de las ideas sobre cómo quería la habitación y tal, ella se llevó las manos a la tripa y enmudeció rápidamente.

- Mierda, ¿qué ha sido eso?-preguntó ella-.

- ¿Has sentido como una punzada por dentro?

- Sí, justo. ¿Qué era eso?

- Una patadita. Tu hijo o hija te ha dado los buenos días.


 A todo esto, Hyun estaba enfrascado en una larga conversación.

- Claro que me acuerdo de eso tío,-decía Hyun-. La que liábamos tú y yo en la facultad y míranos ahora, dos hombres hechos y derechos y tú con tu propio bufete. Ay, lo que daría por trabajar contigo mano a mano como en los viejos tiempos. ¿Cómo? ¿Lo dices en serio? Coño, por mí cojonudo tío, ya sabes que estoy recién llegado y no tengo nada. Estupendo chaval, pues ahora mismo voy para allá a firmar el contrato. Tío, muchísimas gracias, eres un máquina.


 A todo esto, Kwan y sus compañeros estaban más que enfrascados en una batalla de lo más cruenta que estaba siendo un auténtico tira y afloja por parte de ambos bandos. Por un lado, los norcoreanos luchaban con una garra que sorprendería a cualquier ejército. Parecían no darle importancia a sus propias vidas, sino que estaban plenamente convencidos de por qué luchaban y lo hacían a muerte. Por el otro lado, la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur estaba siendo mucho más táctica, midiendo paso a paso todo lo que hacían y defendiendo cada palmo de tierra con uñas y dientes.


 Sin duda, el destacamento de Kwan era el más efectivo contra las fuerzas del líder norcoreano. Apenas sufrían heridas, estaban bien armados y organizados, sus tácticas eran seguidas por sus aliados y entre ellos existía un lazo tan fuerte que, sin comunicarse, eran conocedores de quién estaba en peligro y quién no, de si alguien estaba de acuerdo o difería en la toma de decisiones, etc.


 Día tras día y, a veces, noche tras noche, el ejército aliado tenía que coger las armas y luchar para defenderse de un asalto sorpresa. No había descanso, no había piedad… Lo que sí había era odio, sangre y muchas vidas truncadas por una guerra que se preveía larga y tediosa…  


 Kwan ya era conocedor de su futura paternidad y, gracias a eso, luchaba con más fuerza que antes. Sus compañeros se quedaban maravillados con su actitud porque era digna de admirar.

- ¡Cuanto antes matemos a estos hijos de puta, antes volveremos a nuestra casa a darnos una ducha caliente! Así que no os lo penséis más, cargad vuestras armas y vayamos a por ellos. ¡¿Estáis conmigo?!


 Al cabo de unas tres semanas, el dormitorio para el bebé estaba terminado. Como todavía no sabían el sexo, Mike lo decoró de una forma neutral y, por supuesto, no dejó entrar a Pilar hasta que estuviese terminado.

- Listo, ¿estás preparada Pilar?

- Más que para el parto. Venga, que estoy ansiosa por verlo.


 Apartándose de la puerta, Mike dejó entrar a Pilar y ésta no paró de sonreír a cada vistazo que le echaba a la habitación.

- Mike…

- ¿Qué te parece? ¿Te gusta?

- Mike, te has superado. ¡Está precioso! Es que… no parece el mismo cuarto.

- Esa era la intención.


 Decorado todo con mucho gusto y cuidando hasta el más mínimo detalle, Mike se esforzó al máximo en esa reforma para congratular a Pilar.


 Sin esperarse esa reacción, Mike recibió un fuerte abrazo de parte de su ex-novia. Tras el pequeño shock inicial, éste correspondió al abrazo.

- Muchas gracias por aceptar el trabajo y ayudarme después de todo,-decía Pilar-. Eres un santo.

- No tienes nada que agradecerme. Haría lo que fuera por una buena amiga.

- ¿Después de todo me… consideras una amiga?

- ¡Claro! ¿Crees que habría aceptado un trabajo de esta categoría y sin querer cobrar si no fueras mi amiga?

- Sobre eso tenemos que hablar Mike. No me parece bien que no quieras cobrarme…

- Tú cállate y disfruta del cuarto. Ah, y recuerda que el miércoles hemos quedado para almorzar con Trini y los niños, ¿vale?

- Sí, pero tened por seguro que la comida la pago yo.

- Bueno, eso ya lo hablaremos…


 Tras despedirse de Pilar, Mike se marchaba justo cuando Hyun entró por la puerta.

- Hombre Hyun, me pillas marchándome.

- Anda, ¿ya has terminado?

- Sí, hoy mismo. Y me marcho ya porque me ha llamado uno de mis trabajadores. Al parecer tiene un problema con una bañera o algo así.

- Ah bueno, entonces nada, que todo vaya bien. ¡Muchas gracias por todo!


 Pero antes de irse, Mike tuvo un alumbramiento y le dijo algo a Hyun.

- Por cierto Hyun, el miércoles hemos quedado mi mujer, nuestros niños y yo con Pilar… ¿Te apetece unirte?

- ¿Yo?

- Claro hombre. Eres parte de la familia de Pilar y cualquiera que sea amigo de ella es amigo nuestro.

- Bueno gracias. No sé qué decir…

- Pues di que vendrás y que nos lo pasaremos genial. ¡Nos vemos tío!


 Entrando en la habitación del bebé, Hyun pilló a Pilar tocándose la tripa.

- ¿Qué te pasa Pilar?

- El bebé, que no para de moverse y me tiene loca.

- Estará nervioso porque hoy sabremos si es niño o niña.

- ¿Tú al final vas a poder acompañarme?

- Claro mujer. Le he explicado lo que pasaba a mi jefe y me ha dado la mañana libre.


 Pilar miró los claros ojos de Hyun y no pudo evitar abrazarse a él. Le estaba enormemente agradecida por cómo se había comportado con ella durante ese tiempo.

- Gracias Hyun.

- ¿Por qué? No es nada.

- Sí. Gracias por todo; por quedarte y cuidarme, por aportar económicamente a la casa, por ayudarme en lo que no podía sola y por respetarme más que ningún otro hombre. Eso dice mucho de cómo eres.

- Mujer, no me voy a quedar yo con la cama de matrimonio estando tú embarazada. Normal que yo me quede a dormir en el sofá.

- Pero es que me parece ridículo que yo tenga toda una cama entera para mí y tú tengas que estar durmiendo en un minúsculo sofá. Que durmamos juntos no significa que tengamos que follar ni nada.

- Ya pero… hay que tener un mínimo de respeto.

- Hyun, bobadas. Tu hermano y yo nunca hemos sido nada, así que no comprendo por qué tienes que respetar algo que nunca fue de tu hermano. Lo que va a nacer sí, pero yo no soy de nadie…

- Vale, está bien.

- Hyun.

- Qué.

- Bésame.


CONTINUARÁ…


domingo, 28 de marzo de 2021

Capítulo 12 || Condena

 Al cabo de unos cinco o diez minutos, Hyun comenzó a despertarse tras el fuerte puñetazo que había recibido de Kilian. Estando todavía un poco desorientado, lo primero que hizo fue levantarse e ir a ver cómo estaban su hermano y el resto de compañeros.


 Entrando con rapidez en el contenedor, en cuanto vio a todos allí, respiró con más tranquilidad.

- ¿Estáis todos bien?-preguntó el recién llegado-.

- ¿Hyun? ¿Eres tú?-pregunto Kwan desde su celda-.


 Hyun encontró un hierro en el suelo y con él pudo hacer palanca y abrir todas y cada una de las celdas. En cuanto abrió la de Kwan, éste se abrazó a él con fuerza.

- Pero bueno Hyun, ¿qué cojones haces aquí? ¿Dónde están papá y mamá?


 Separándose, Hyun se puso más serio y le comenzó a contar lo sucedido.

- Al día siguiente de que te fueras a causa de la bomba, estábamos durmiendo para descansar antes de ir al aeropuerto justo cuando escuché ruido en el dormitorio de nuestros padres, cuando salí vi a alguien sospechoso bajando por las escaleras y me escondí en mi cuarto, pero me descubrió y en cuanto lo vi, supe que era Kilian.

- Ese hijo de puta… ¿Y qué pasó? ¿Papá y mamá están bien?

- Yo opuse resistencia pero… acabó pegándome un escopetazo en el hombro derecho.

- Joder, ¿y cómo es que estás aquí?

- Me hice el muerto y soporté unos golpes más por parte de Kilian, y cuando se marchó, arrastrándome, subí a ver a nuestros padres y…


 Ese silencio provocó que Kwan supiese el desenlace de la historia. Aguantando las lágrimas, Kwan quiso saber cómo pudo salir de allí con vida.

- ¿Y cómo te curaste Hyun?

- ¿Te acuerdas del veterinario al que llevábamos a Coco? Pues el hombre sigue viviendo en la misma casa pese a que está jubilado. No sabía a quién más acudir y, en cuanto me vio, me curó todo lo que pudo. En cuanto recuperé algo de fuerza, comencé a buscar a Kilian porque sabía que os la intentaría jugar y, para mi sorpresa, me lo encuentro en un bar de copas con servicio de mujeres de alterne follándose a una transexual con uno al que llamaban sargento.

- Venga ya, ¿me lo dices en serio?

- Tal y como lo cuento.

- ¿Y qué hiciste?

- Esperé a que la “fiesta” terminase, pero Kilian se marchó y tuve que elegir entre él y el sargento, así que entré en la sala, eché a la puta de allí y le saqué a palos al sargento dónde os tenían encerrados.

- ¿Y dónde está el sargento ahora?

- Criando malvas en el sitio donde la prostituta haya elegido.

- ¿Lo mataste?-preguntó Megan sorprendida-.


 Mirando al cuerpo sin vida de Bob, entre todos lo agarraron y le dieron un entierro digno. Tras eso, el grupo se reunió alrededor del fuego que aún chisporroteaba.

- ¿Y qué hacemos ahora?-preguntó Abraham-.

- Nuestro ejército no sabe que estamos aquí, las fuerzas surcoreanas seguro que tampoco y, si nos ven de esta guisa, me apuesto que nos echarán la culpa de que haya explotado la bomba,-decía Kwan-.

- ¿Y si vamos al pueblo y contactamos con los militares norteamericanos y le contamos la verdad?-preguntó Megan-.


 Todos los presentes se quedaron mirando a Megan con cara de sorpresa.

- Y en el caso de que nos atiendan, ¿tú crees que nos creerán?-dijo Abraham un tanto incrédulo-. “Oye mira, es que el sargento Díaz nos dijo que estábamos en una misión secreta y nos vinimos a Corea del Sur cuando en realidad todo era una artimaña pensada por él y Kilian para capturarnos y matarnos o seguramente ponernos en manos de las fuerzas norcoreanas para sacar tajada con la excusa de la guerra”. Venga por favor…

- ¿Y por qué no?-preguntó Megan-. Peores cosas se han visto.

- No es mala idea,-comentó Kwan-. Mirad, haremos lo siguiente. Vayamos al pueblo más cercano, llamamos por teléfono y contamos todo lo que ha sucedido. Si nos creen, nos vendrán a recoger y, si no, pues estamos jodidos.

- Entonces no esperemos más,-dijo Hyun-. En marcha.


 Unas horas más tarde, Pilar estaba viendo la tele cuando saltó una noticia de última hora.

- Sentimos cortar la retransmisión, pero tenemos una última hora que darles. Según fuentes oficiales del ejército estadounidense, un pequeño grupo de soldados americanos habrían sido capturados por las fuerzas norcoreanas. Tal y como hemos comentado con anterioridad, Corea del Norte nos acusa a nosotros de aliarnos con Corea del Sur para invadir y quitar el régimen dictatorial que existe en dicho país.


 Pilar comenzó a negar con la cabeza a modo de tristeza por ver cómo estaba la situación mundial. Justamente iba a apagar la televisión cuando unas palabras del presentador le provocaron mantenerse pegada a ella.

- Lamentamos comunicarles que uno de los soldados capturados ha sido ejecutado sin piedad alguna por fuerzas norcoreanas,-comentaba uno de los presentadores del informativo-. Sin embargo, el resto ha podido ser liberado y se encuentran sanos y salvos a la espera de nuestro ejército, que ya está dirigiéndose hacia la zona para luchar contra el régimen del líder norcoreano.


 Ambos presentadores seguían comunicando las últimas novedades captando la atención total de Pilar.

- De momento, se desconocen los nombres de los soldados capturados y del fallecido. El ejército estadounidense no nos ha facilitado esa información, ya que prefieren comunicárselo de primera mano a las familias afectadas. Por otra parte, el enfrentamiento armado entre los ejércitos de las dos Coreas está siendo de lo más cruento, provocando un éxodo masivo de civiles hacia los países vecinos.


 Mientras que los presentadores seguían hablando, Pilar aunque estuviera mirando la tele, no la escuchaba porque su mente estaba con Kwan. ¿Era por culpa de la guerra el motivo de no contestar sus mensajes? ¿Y si él era uno de esos soldados capturados? Y lo que era peor, ¿y si era él el que había muerto? No quería ni pensarlo…  


 Mientras tanto, en el campamento…

- Tu idea fue fantástica,-le decía Kwan a Megan-. El momento en el que el propio general en persona atendió al teléfono, y nos comunicó que notó algo raro cuando el sargento Díaz presentó nuestras renuncias al mismo tiempo fue genial. Pero lo mejor fue cuando nos contó que, desde el momento en el que comenzó a sospechar del sargento, comenzó a investigarlo y descubrió cosas muy turbias sobre él, sobre sus actos y sus planes.

- Sí, yo cuando más alucinada me quedé fue cuando nos dijo que el golpe llevaba meses preparándolo y que, durante todo nuestro adiestramiento, lo estaba haciendo sabiendo que seríamos sus conejillos de indias, que seríamos encerrados y ejecutados sin piedad alguna.


 Agarrándole las manos a Megan y besándolas, Kwan suavizó el momento.

- Sí, pero por suerte seguimos con vida. Hemos sido engañados por un hijo de Satanás que ya está pagando por sus actos y nosotros, desde ahora, estaremos en las mejores manos. Gracias a ti, hemos contado la verdad y se ha proclamado al mundo que nosotros no tenemos la culpa, que somos víctimas. Pero si Corea del Norte sigue atacándonos, sigue matando a nuestra gente y no respeta el alto el fuego ni quiere pararse a dialogar, si quieren guerra, la van a tener. Porque yo pienso defender Corea del Sur hasta mi último aliento. Soy mitad coreano y mitad americano. Esta también es mi tierra.

- Lucharemos juntos. Y hablo en el nombre de todos cuando digo que todos lucharemos. Nos han involucrado en una guerra que no nos pertenece y donde se cometerán muchas injusticias y crímenes. Si Corea del Norte no escucha, se las verán con nosotros.

- Contigo y conmigo, juntos.


 Y acercándose a Megan, Kwan la besó por primera vez. Ninguno de los dos sabría decir cuánto tiempo se tiraron así, pero para ellos ese momento fue como un suspiro.


 Tras el beso, Megan se acordó de Hyun.

- ¿Y tu hermano?-preguntó ella-.

- ¿Qué pasa con él?

- Que nosotros nos quedaremos aquí y lucharemos junto a Corea del Sur pero… tu hermano no es militar que yo sepa.

- Qué va, es abogado.

- Pues aquí no creo que se deba quedar. Y ya que tus padres no están…

- Ese Kilian… Lo mataré Megan, te juro que lo mataré.

- Y yo te ayudaré, pero de momento centrémonos en tu hermano. ¿Por qué no lo envías de vuelta a tu casa? Pilar seguro que agradecerá la compañía.

- Ostras Pilar… Llevo días sin escribirle.

- Ve a por tu hermano anda.


 Buscando a Hyun, Kwan lo encontró en una esquina del campamento, prácticamente escondido mientras miraba el paisaje. De camino, el pequeño de los Park pensaba en que no era consciente de nada en ese momento. Su abuelo y sus padres asesinados por Kilian, ahora estaba luchando en una guerra que habían provocado dicho Kilian junto al corrupto del sargento Díaz, tenía a Pilar ajena a todo eso y Kwan sentía más que mariposas en el estómago cuando estaba junto a Megan. ¿Cómo procesar todo eso en tan poco tiempo? Se preguntaba una y otra vez.

- Hyun, estás aquí. Estaba buscándote.


 Girándose hacia su hermano pequeño, Hyun le dedicó una media sonrisa mientras que sus ojos delataban que había estado llorando.

- ¿Estás bien?-preguntó Kwan-.

- Sí, no te preocupes.

- Venga Hyun, sabes que puedes comentarme lo que quieras.

- Verás, es que… tú siempre has sido más fuerte que yo mentalmente hablando y no te afectan tanto las cosas y yo, de golpe y porrazo, me he tenido que enfrentar a ver a papá ahogado en su propia sangre, ver a mamá asesinada a tiros mientras dormía, tener que sufrir un tiro de escopeta en el hombro que me provoca que casi no lo cuente, asesinar a un hombre, rescataros a todos, enterrar a uno de los vuestros… Para mí es demasiado Kwan. Admiro la gran labor que haces, pero yo no podría. Es superior a mí.

- Por eso mismo debes marcharte. Volver a casa.

- ¿Y ver a papá y a mamá por todos lados? Antes prefiero quedarme contigo.

- No, me refiero a nuestra casa de América.


 Abriendo los ojos de par en par, Hyun comenzó a afirmar con la cabeza.

- Ah vale, te refieres a la casa de allí.

- Claro tío. En América estarás libre de guerras, con más tranquilidad y tendrás tiempo de curar heridas y de retomar tu vida. ¿No decías que querías ejercer como abogado? Seguro que allí encuentras algo.

- ¿Y qué pasará contigo?

- Pues lucharé aquí hasta que ganemos la guerra y me manden de vuelta a casa.

- Ten mucho cuidado, por favor. Eres la única familia que me queda. Te quiero vivo, ¿vale?

- Sí, tranquilo. Por cierto, no sé si te acuerdas pero Pilar ahora estaba viviendo en esa casa.

- Ah claro, no me acordaba.

- Pues eso, cuídala mucho, ¿vale? Yo… le tengo mucho aprecio y la quiero con locura.

- Pero no como a Megan. Te entiendo.


 En un arrebato, Kwan abrazó a su hermano mayor.

- Gracias por salvarnos la vida, por jugarte el pellejo viniendo a por nosotros pese a que estabas herido y sabiendo que podías morir en el intento… Dices que no eres como yo, ¿verdad? Pues yo te digo que nos parecemos más de lo que tú crees. Eres un puto héroe tío. Siempre lo has sido y ahora mucho más.


 Separándose, Kwan pudo notar que su hermano estaba llorando.

- Siempre haces lo mismo,-decía Hyun-. Qué te gusta hacerme llorar, capullo.

- Jajaja, es mi especialidad, hermanote.

- Bueno, ¿y qué hacemos ahora?

- Esperar. El general nos dijo que vendría en persona junto con varios grupos de fuerzas de nuestro ejército a recogernos y a plantar cara a Corea del Norte, así que le explicaré tu situación y seguro que lo arregla.


 Pilar, por su parte, siguió el consejo de Rubí y alquiló la casa de Kwan mientras que ella, a su vez, alquilaba un piso con dos habitaciones, donde prepararía en una de ellas el cuarto del futuro bebé.

- Vaya, al final vuelta a los inicios… He ido a alquilar el piso de al lado de cuando vivía con Mike. La de vueltas que da la vida…


 Entrando en el piso, se notaba que estaba reformado y, pese a ser un edificio medianamente antiguo, no tenía mala pinta.

- Joder, qué buena pinta tiene. Mucho mejor que en las fotos, dónde va a parar.


 Tras colocar sus cosas y tirar las cajas de la mudanza, lo primero que hizo Pilar fue ir a dormir. Estaba agotada y ya comenzaba a notar mucho más cansancio que antes. ¿Sería por el embarazo? Se preguntaba justo antes de ir a la cama.


 Ya por la mañana, Pilar comenzó a estirarse en la cama justo cuando sintió una presencia a su lado, abriendo levemente uno de sus ojos pudo ver a Kwan y, en ese momento, los abrió de par en par.


 Pero para su desgracia, había sido sólo un sueño y, como era natural, estaba sola en esa casa. ¿Cómo podría afrontar ella sola un embarazo no deseado sin la compañía de una pareja?


 En cuanto Pilar se puso en pie, unas fuertes náuseas sacudieron su cuerpo hasta el punto en el que no pudo aguantar y tuvo que ir al baño a vomitar. Ahora sí que comenzaba a notar los síntomas del embarazo, aunque fuera varios meses más tarde.


 Un par de días después, Hyun ya estaba de vuelta por América y lo primero que hizo fue ir a la casa donde vivía con su hermano.

- Oh, hogar dulce hogar.


 Abriendo la puerta de la casa, Hyun vio a una muchacha a la que confundió con Pilar.

- Hola, tú debes ser Pilar, ¿verdad?

- ¿Pilar? No. ¿Tú eres el chico de la mudanza que me trae mis cosas?

- ¿Mudanza? ¿Qué está pasando aquí y qué hace usted en mi casa?

- ¿Su casa? A mí me la ha alquilado una muchacha muy amable.


 Sin entender muy bien la situación, Hyun quiso llegar al fondo del asunto.

- Señorita, ¿puede dejar de dar vueltas y atenderme un segundo? Mi hermano y yo somos los dueños de esta casa. Mi hermano la dejó al cuidado de una amiga suya, que se llama Pilar, y si usted me dice que no se llama así, ¿quién cojones es usted?

- Mira, yo lo único que sé es que una chica que se llama Pilar me alquiló esta casa. No sé más.

- Vale, ¿y sabe usted dónde puedo encontrar a Pilar?

- Claro, le apunto su dirección.

- Muy amable.


 Con un cabreo bastante considerable, Hyun ya estaba arrepintiéndose de tener que lidiar con los líos de faldas que su hermano había dejado allí antes de irse a la guerra.

- Ay señor, qué necesidad tengo yo de tener que hacer esto. Yo quiero mi casa y estar tranquilo, ¿es mucho pedir? Ah, es esta puerta,-dijo Hyun tocando el timbre-.


 Abriéndole la puerta la propia Pilar, ésta dio un paso atrás cuando vio a Hyun.

- Ho… hola, ¿qué desea?

- ¿Eres Pilar?

- Sí, ¿quién es usted?

- Me llamo Hyun y soy el hermano mayor de Kwan y copropietario de la casa que me he encontrado alquilada sin nuestro consentimiento. ¿Se puede saber a qué se debe?

- A que su hermano se fue a Corea del Sur, se ha olvidado de mí, me he enterado hace poco de que me ha dejado embarazada y no puedo criar a un hijo en una casa con una sola habitación. ¿Es suficiente explicación o quiere que se lo escriba?

- Perdón, ¿ha dicho que está embarazada de mi hermano?


CONTINUARÁ…