martes, 9 de marzo de 2021

Capítulo 3 || Condena

 Kwan tomó una decisión aquella noche tras hablar con aquellos chicos en esa fiesta: no tener nada serio con ninguna chica nunca más. Si surgía la oportunidad de estar con alguna sería única y exclusivamente para tener sexo, pero sin implicar el corazón.

Por otra parte, la fecha de los exámenes se acercaba peligrosamente y Kwan estudió y entrenó duro para aprobar con nota.


 Llegado el día, Kwan fue hasta el lugar de los exámenes y allí se encontró a cientos de personas, algunos con pinta de ser muy jóvenes y otros con alguna que otra cana en su cabello. Sin embargo, todos en aquel sitio tenían un mismo objetivo: aprobar sus respectivos exámenes.


 Acercándose hasta un policía que estaba en la puerta, Kwan le hizo una pregunta.

- Buenos días, ¿es aquí el examen para el acceso al ejército?

- Efectivamente caballero. Cruce esta puerta y vaya hasta la habitación del fondo a mano izquierda.

- Muchas gracias.


 Cuando entró en el edificio vio a más gente, todos esperando para entrar al examen. Algunos intranquilos sin parar de mover las piernas, otros estudiando hasta el último momento y varios más deseándose suerte mutuamente.

- Ha llegado la hora de la verdad,-pensaba Kwan para sí-.


 Saliendo una militar de la habitación que había mencionado el policía, alzó la voz para anunciar algo.

- Todos los aspirantes a entrar en el ejército que se presenten a las pruebas escritas vayan pasando ordenadamente dentro de la sala. Tercer y último aviso.


 Kwan entró seguido de otro muchacho más y allí vio a algunos que ya habían entrado antes y, si los observabas bien, podías notar el nerviosismo en sus caras, el sueño de haber estudiado hasta bien tarde y la ansiedad de querer terminar.


 Tomando asiento, Kwan observó cómo la puerta se abría de nuevo y entraba una bella muchacha. En cuanto la vio, Kwan sonrió pensando en que esa chica tenía que conocerla.


 Aquella chica le devolvió la mirada y, cuando pasó junto a Kwan, le susurró unas palabras.

- Suerte en el examen.

- Gracias,-contestó él-.


 Entrando la última persona en la clase, el examen dio comienzo.

- Va a empezar el examen escrito de acceso al cuerpo de militares,-dijo la mujer que había avisado antes-. Mi compañero, el oficial Méndez, repartirá las hojas y todos le daréis la vuelta al mismo tiempo cuando os avise y, desde ese preciso instante, tendréis una hora y media por delante para contestar las preguntas. Suerte a todos.


 El oficial le entregó la hoja del examen a Kwan y en ese preciso momento los nervios le invadieron. Si Kwan hubiera creído en algún dios, habría rezado para que lo ayudase, pero debía mantener la calma y confiar en los conocimientos adquiridos a lo largo de tantos meses estudiando.


 Al cabo de una semana, salieron las listas de aprobados y Kwan estaba entre ellos, ¡genial! Ahora quedaba lo más fácil para él: las pruebas físicas. Todos los aprobados fueron citados a unas grandes instalaciones para hacer allí sus exámenes, entre los que estaban la natación, pruebas de velocidad, fuerza y reflejos entre otras.


 Y la muchacha que vio en el examen escrito que le deseó suerte también estaba allí. Eso era el destino, pensaba Kwan.


 No paraba de mirarla y ya sus compañeros lo habían notado. Justo cuando le tocó a ella hacer la prueba de natación, todos los compañeros miraron a Kwan y le daban codazos entre risitas.


 Llamando la atención a todos, el oficial a cargo de la prueba avisó a Kwan de que sería el siguiente en hacer la prueba.

- Y espero que la haga muy bien, ya que está usted muy tranquilo entre risas con sus compañeros.


 Quedándose serio, Kwan saltó al agua y fue el más rápido en hacer la prueba y finalizarla con éxito. Mientras todos los compañeros le aplaudían, el oficial le avisaba.

- Habría estado mejor si no se pavonease tanto delante de los demás. No me gusta su actitud Park, ni un pelo. Vuelva con sus compañeros y manténgase en silencio.


 Varios días después, Kwan fue hacia el lugar donde hizo el examen escrito para saber si ya pertenecía al ejército o no. Mentiría si decía que no estaba nervioso y que apenas había pegado ojo durante los días de espera. Acercándose uno de sus compañeros a él, lo saludó.

- Kwan, qué pronto has llegado.

- Ey, hola Trevor. Pues sí tío, no puedo esperar más a saber el resultado.


 Yendo hasta a él, Trevor continuó la conversación mientras se sentaba junto a Kwan.

- Yo igual tío. Creo que hice bien las pruebas físicas… La única duda que tengo es sobre la de reflejos. Creo que fui un poco lento, así que puede ser que me echen para atrás por esa.

- Seguro que no Trevor, ya lo verás.


 Ambos muchachos continuaron hablando de sus respectivas pruebas y de las dudas que se le presentaban. También fantasearon sobre lo que harían si finalmente habían aprobado y la vida padre que se pegarían…  


 Avisándoles de que las notas ya habían sido colgadas en el tablón, Trevor y Kwan fueron prácticamente corriendo hacia la sala donde hicieron el examen. Entrando en el edificio, vieron a Megan, la compañera de ambos.

- Anda mira, ahí está tu chica,-dijo Trevor-.

- Calla hombre, que te va a escuchar.


 ¡Habían aprobado! Trevor, Kwan e incluso Megan. ¡Eso se tenía que celebrar por todo lo alto! Otro muchacho se unió a ellos y, pese a las invitaciones de Kwan, Megan rehusó irse de fiesta.

Llegando a un sitio con bastante fama, todos estaban dispuestos a pasarlo bien y a hacer historia.


 El compañero que se les unió se llamaba Kilian y, aunque era muy serio y callado, parecía buen tío.

- Chicos, que hemos aprobado, no me lo puedo creer,-decía Kwan-.

- Yo tenía claro que muy mal se me debían dar las pruebas físicas como para que no entrase en el ejército,-comentó Kilian-.

- Creído,-susurró Trevor-.


 Entrando en el sitio y pagando por un reservado, todos se sentaron y comenzaron a disfrutar de la música que estaban poniendo.

- No está mal este sitio,-dijo Kwan-.

- La música podría mejorar, pero tal y como es el sitio… no está mal,-comentó Kilian-.

- Yo voy a por las bebidas…-dijo Trevor marchándose hacia la barra-.


 Cuando Trevor se marchó, Kilian y Kwan vieron a una muchacha con una copa y, automáticamente, ambos se sintieron atraídos. Sin embargo, Kilian fue más rápido en reaccionar y en lanzarse.

- Kwan, te apuesto 10 pavos a que esta chica en menos de cinco minutos me está comiendo la boca y lo que no es la boca.

- Venga, trato hecho. Adelante fiera.


 Levantándose, Kilian se colocó bien la camisa, puso su sonrisa más sensual y se dirigió a la morena.

- Vaya, vaya, vaya, ¿a quién tenemos por aquí?-comenzó diciendo él mientras se acercaba a ella-.


 Ni cinco minutos después, Kilian volvía al reservado con cara de pocos amigos.

- Menuda zorra. Toma, tus 10 pavos Kwan. Te lo has ganado…

- ¿Tan jodida es para ligar?

- ¿Jodida? Está más cerrada en banda que una catequista en una iglesia macho.


 Kwan comenzó a reírse y decidió que era el momento de demostrar su valía.

- Es que no sabes ligar con tías Kilian.

- ¿Ah sí? Pues adelante machote, a ver lo que eres capaz de hacer, valiente.

- Si me la consigo ligar no te enfades, ¿eh?

- Venga genio, que sí.


 Justo cuando Kwan salía, Trevor volvía con unas copas y un par de chicas con las que había entablado conversación.

- ¿A dónde vas Kwan?-preguntó Trevor-.

- A hablar con esa morena.

- ¿La misma morena que ha mandado a la mierda a Kilian?

- Exacto.

- Ay, nunca comprenderé la manía que tenéis algunos tíos de demostrar vuestra valía…


 Acercándose hasta la muchacha, Kwan la saludó.

- ¡Hola! Oye, bailas muy bien.

- Ya está aquí el otro amigo que pretende ligar conmigo.

- Oye, que no te he dicho nada. Simplemente te he elogiado porque me parece que bailas muy bien.

- ¿Y alguien te ha pedido tu opinión?


 Riéndose, Kwan se puso a bailar delante de ella.

- Me llamo Kwan.

- ¿No pillas las indirectas? Que paso de ti, tío.

- Vale, ¿y no puedo bailar tampoco o este local es tuyo?

- No, claro que no.

- Pues entonces cállate la puta boca y déjame disfrutar de la música.

- Vale, lo siento tío. Sólo quería dejar claro que si has venido aquí con intenciones de ligar conmigo estás perdiendo el tiempo.


 En el cuarto de la limpieza, quince minutos después…

- Joder Kwan cómo besas. Nunca nadie me había besado así.

- Pues imagínate las cosas que puedo hacer con mi lengua si soy capaz de besarte de esta forma…


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. He leído los tres capítulos seguidos. Tengo mucha curiosidad por la primera parte del primer capítulo pero imagino que tardará en saberse qué pasó para llegar hasta ahí.

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