martes, 23 de marzo de 2021

Capítulo 10 || Condena

 Habían pasado varios días desde que Pilar se enterase de que estaba embarazada de Kwan. ¿Cómo sobrellevar eso? Ella nunca había querido tener hijos, incluso su relación con Mike se terminó por culpa de eso y ahora… ¿embarazada sin posibilidad de abortar? ¿Qué podría hacer? Y como Kwan tampoco le contestaba los mensajes… Pilar se sentía entre la espada y la pared.


 Sin muchas más opciones, Pilar sacó su móvil y buscó entre sus contactos a Rubí y la llamó.

- Hola Rubí, soy Pilar.

- Hola Pilar, ¿cómo estás?

- ¿Te digo la verdad o quieres que te lo endulce?

- Sin paños calientes, que nos conocemos.

- Pues cagada de miedo, insegura por todo lo que se me viene encima y preocupada porque el chico que te comenté no me contesta los mensajes.

- Mira, pásame la ubicación de donde estás y me acerco un rato a verte. Que tengo el día libre y me apetece hacerte una visita.


 Pocos minutos después, el timbre de la casa sonó y Pilar le abrió la puerta a Rubí.

- Hola Rubí, qué rápido has llegado.

- Sí, me pedí un taxi porque mi marido está trabajando y se llevó el coche. Bonita casa, por cierto.

- Muchas gracias… Pasa.


 Mientras caminaba hacia el sofá para sentarse, Rubí le echó un vistazo a esa planta de concepto abierto.

- Oye, pues la casa es muy mona. ¿La decoraste tú?

- Qué va, estaba ya así cuando me mudé con Kwan. Bueno, Kwan es el dueño de la casa y… el futuro papá, que no sé si te lo había dicho.

- Oh, bien. Pues tiene muy buen gusto. Me dijiste que se fue de viaje, ¿no?

- Sí, es que su abuelo paterno se puso muy malito y como sus padres y su hermano estaban en Corea del Sur con él, se fue con la familia y desde entonces no he vuelto a saber nada. Estoy preocupada porque en la tele han dicho algo de un enfrentamiento entre las dos Coreas y estoy muy asustada.


 Rubí trataba de quitarle hierro al asunto.

- Seguro que está bien y no ha podido contactar contigo porque estará disfrutando de su familia. No te preocupes, que ahora mismo no te viene bien estresarte.

- Ya… Pero me sale solo pensar en él.

- ¿Lo quieres?

- Pues… Todo empezó como un rollete, follábamos y tal, pero luego a veces quedábamos para irnos a cenar, ver películas, me dejaba pintar aquí, tenía detalles conmigo… Así que es como que somos novios pero sin serlo oficialmente.

- Sí, comprendo la situación. ¿Y has pensado cómo vas a decorar la habitación del bebé?

- ¿Habitación? ¿Qué habitación? Ven,-dijo Pilar levantándose-.


 Llevando a Rubí hasta el piso superior, Pilar le enseñó la única habitación la vivienda.

- Este es el cuarto principal y el único de toda la casa, Rubí. Que esa es otra, si no hay vuelta atrás en esto del embarazo, al principio la cuna puede estar aquí, pero conforme vaya creciendo…

- No es viable, tienes razón. Necesitarías una casa que tuviera, aunque fuera, una habitación más. La tuya con el chico cuando vuelva y la del bebé.


 Pilar y Rubí se sentaron en la cama y siguieron la conversación

- Sí, ¿y dónde encuentro yo una casa así?

- Pues buscándola. Hay pisos por aquí cerca que está bien y son baratos.

- ¿Y qué hago con esta casa?

- La puedes alquilar. Al fin y al cabo, hasta que vuelva tu chico estás sola y tienes que tomar las decisiones tú misma. Si la alquilas, entre el dinero que te den mensualmente por ella más el sueldo de tu trabajo podrás salir adelante.

- No es mala idea pero… ¿y si la casa necesita algún retoque? El mismo cuarto del bebé, por ejemplo.

- Llamamos a Mike y que él se encargue de todo.


 En cuanto Pilar escuchó el nombre de su ex, comenzó a negar con la cabeza.

- Ni lo pienses Rubí. Lo nuestro terminó de muy mala manera como para que ahora vuelva a él para pedirle un favor.

- Es que no vas a pedírselo tú, sino yo.

- Pero…

- Pilar,-dijo Rubí interrumpiendo a su amiga-, sabes perfectamente lo buen profesional que es Mike y ahora que es dueño de su propia empresa de reformas, tiene un estupendo equipo que lo apoya. Déjame que hable con él y arregle todo. Tú mientras tanto ve buscando piso, ¿vale?


 De vuelta en Corea, el sargento y sus hombres se acercaban a la primera posición donde estaba un oficial norcoreano. ¿La misión? Asesinarlo sin ser vistos y, por la orografía del lugar, no sería fácil.


 Llegando al sitio, todos se ocultaron tras un leve montículo desde donde podrían observar sin ser vistos.

- El lugar parece tranquilo,-dijo Megan-.

- Demasiado diría yo,-comentó Abraham, el soldado de pelo más largo-.

- ¿A qué te refieres?-preguntó Trevor-.

- A que hemos llegado sin encontrarnos con nadie y ahora este campamento está muy silencioso. No hay guardias vigilando cuando supuestamente aquí está un oficial de gran importancia. No sé, pero no me cuadran muchas cosas.

- Tal vez hayan estado aquí y se marchasen antes de llegar nosotros,-comentó Kwan-. El fuego todavía está encendido en la hoguera.


 Acercándose al sargento, Bob le hizo una pregunta.

- Sargento, ¿qué hacemos?

- Observar. Como dije antes, tenemos que ver el movimiento que hay en el campamento antes de dar un paso en falso. Tenemos que asegurarnos todo lo que podamos.

- Está bien.

- Mantened los ojos bien abiertos,-ordenó el sargento a todos-.


 Apenas un par de minutos después, de un contenedor de metal modificado salió nada más y nada menos que Kilian y Megan fue la primera en notificarlo.

- Atención, a las 12, Kilian saliendo del contenedor.

- ¡¿Kilian?!-dijo Trevor mirando rápidamente-.

- Qué hará ese bastardo aquí,-susurró Kwan-.

- Nada bueno,-comentó Abraham-.


 Mirando al sargento, Kwan le confesó su teoría.

- Si Kilian está aquí es porque se ha unido a las fuerzas norcoreanas para vengarse de nosotros. Tal vez les haya contado los planes que tenemos y la localización de nuestro campamento base. Creo que estamos en peligro, señor.

- Negativo. Kilian no sabe nada de nuestros planes porque cuando llegó ya los había dicho.

- Por eso mismo, ¿y si nos estuvo espiando y escuchó todo? Seguramente haya alertado al enemigo y ese es el motivo por el cual el campamento está tan tranquilo, porque esto es una trampa.

- No lo creo soldado. Fíjese cómo está todo, claramente lo han abandonado hace tiempo y lo que hemos descubierto ha sido el escondrijo de esa sabandija.

- ¿Y qué propone sargento?-preguntó Bob-.

- Un asalto directo. Le ganamos en número y armas. No tendrá escapatoria…


 A la orden del sargento, todos subieron la pequeña colina y se pusieron al descubierto. En cuanto Kilian los vio, sus ojos se abrieron de par en par comenzando a dar pasos hacia atrás.

- ¡Esta vez no tendrás escapatoria!-gritó Megan-.

- ¡Venid a por mí si queréis!-dijo Kilian de forma provocadora-.


 Pero justo cuando todos pasaban por encima de las alfombras, éstas se vinieron abajo y cayeron en un profundo agujero excavado en el suelo. Tal y como habían dicho Kwan y Abraham, les habían tendido una trampa y esta vez Kilian no estaba solo…

- Vaya, habéis caído como moscas atraídas a la mierda,-dijo el sargento-. Qué fácil ha sido poneros el cebo delante para que fuerais a por él sin pensarlo.

- ¿Usted sargento?-preguntó Bob-. ¿Nos ha vendido?

- El dinero que me ofrecían por cada uno de vosotros era demasiado tentador como para rechazarlo…


 Acercándose hasta el agujero, Kilian alzó la voz también.

- Nada más tuve que ponerle un fajo de billetes en la cara al sargento para que os vendiera. ¿Os creéis que la bomba fue casual? ¿Que el abuelo de Kwan empeorase de golpe? ¿Que os encomendasen una misión secreta? ¡Todo era mentira!

- ¿Qué has dicho de mi abuelo?-preguntó Kwan aguantando las lágrimas-.

- Yo mismo lo envenené. Entré una noche en su dormitorio y le di unas gotas para que su salud empeorase y que no dejase rastro alguno en los intestinos. Muerte natural lo llamaron… Igual que la de tus padres y tu hermano… ¿Y lo de la bomba? Mi jugada maestra. Tras varios meses ganándome la confianza del líder norcoreano, conseguí convencerlo para que atacase Corea del Sur. Su ambición es más grande que su asquerosa barriga.


 Era imposible escalar el agujero sin resbalarse pese a los intentos de todos por salir de él así que, entre tanta carcajada, Kilian y el sargento se pusieron una máscara de gas.

- Es hora de que os echéis un dulce sueñecito antes de cobrarnos nuestra venganza. ¡Buenas noches!-dijo Kilian-.


 Mientras el sargento y Kilian comenzaban a echar un gas sobre el agujero donde estaban todos encerrados, Megan agarró a Kwan de las manos y le hizo una confesión.

- Me gustas mucho Kwan. Siempre me has gustado.

- ¿Y me lo dices ahora?

- Seguramente no saldremos vivos de esta, así que quería decirte la verdad. Me decía a mí misma que no me gustabas, que no eras bueno para mí, que eras un mujeriego… Pero mi corazón late a mil cada vez que estoy contigo.

- Joder Megan… A mí también me gustas. Me quedé roto cuando no me besaste aquella noche que te acompañé a casa.

- No me lo recuerdes, que todavía me arrepiento de no haberte besado…


 Trevor comenzó a sentirse mareado y un tremendo cansancio comenzaba a apoderarse de él, pero antes de caer al suelo miró con tremendo odio al sargento.

- Pagarás por esto.

- Oh, ¿de veras? ¿Tú y cuántos más?-dijo el sargento riéndose-.


 Una vez que todos cayeron dormidos, Kilian los fue sacando gracias a una polea y los fue encerrando en las celdas improvisadas que tenían dentro del contenedor metálico.

- De aquí no saldréis vivos, jajajaja.


 Conforme fueron pasando los minutos, todos se fueron despertando poco a poco completamente mareados y desorientados.

- ¿Estáis todos bien?-preguntó Kwan-.

- Creo que sí,-contestó Trevor-.

- Yo apenas puedo ver,-dijo Abraham-. Tengo como una neblina en los ojos… Dios…


 Por su parte, Megan y Bob fueron los últimos en despertarse.

- ¿Dónde estamos?-preguntó ella-.

- Creo que dentro del contenedor que vimos desde la colina. Joder, hemos caído en la trampa como chinches. Qué idiotas hemos sido.

- No somos idiotas. Nos hemos dejado guiar por un sargento corrupto que se ha vendido a los coreanos y a Kilian a espaldas del ejército norteamericano. Aquí la culpa no la tenemos nosotros, sino ellos dos.


 Entrando en el contenedor, el sargento comenzó a hablar en tono burlón.

- Vaya, el negrito está triste porque sabe que es idiota. Pero qué pena…

- Pagarás por esto, te lo prometo.

- No, tú serás quien pague con tu vida. Tú morirás y yo viviré para contar las hazañas que hicimos.

- A todo cerdo le llega su San Martín.


 Poniéndole una mano en el hombro, el sargento le propuso un plan a Kilian.

- Ven, esto tenemos que celebrarlo en condiciones.

- ¿Qué propones?

- Cambiémonos de ropa y vayamos al pueblo. Conozco un sitio que te va a encantar…

- ¿Y qué hacemos con ellos?

- Vamos a dejar que recen sus oraciones antes de cobrarnos nuestra venganza.


 Al cabo de una hora, el sargento entró en un bar de copas seguido de Kilian, quien no había estado allí nunca.

- ¿De qué conoces este sitio?-preguntó Kilian-.

- Cuando vine aquí a preparar el golpe contigo, me dejé caer por este lugar y descubrí algo muy tentador…

- Buenas tardes, ¿qué desean?-preguntó el barman-.

- ¿Qué tal?-contestó el sargento-. Vengo a por lo de siempre y hoy traigo compañía.

- Estupendo. Pueden pasar a la sala frente a esta. Que lo paséis bien.

- ¿Se puede saber qué es “lo de siempre”?-quiso saber Kilian-.

- Tú calla y sígueme.


 En cuanto entraron en la sala de delante, Kilian lo entendió todo.

- ¿Cómo está mi chica favorita?-dijo el sargento con una gran sonrisa-. Hoy vengo con un amigo y… quiero que te portes bien con él.

- Será un placer.

- Mi dulce Iune, cuánto te he echado de menos… No hay nadie que folle como tú.


 Kilian observaba más alejado mientras que al sargento se le caía la baba con aquella chica.

- Te voy a comer todo, enterita de los pies a cabeza,-confesó el sargento-.

- Qué bien sabes cómo calentarme…

- Yo sólo de pensarlo ya la tengo dura.

- ¿Y qué hacemos con tu amigo?

- Primero que mire y luego, si quiere… que se una, ¿qué te parece? Dos grandes pollas como las nuestras para ti sola. ¿Crees que podrás?

- Mi culito está más que preparado.


 Frente a Kilian, el sargento y aquella tal Iune comenzaron a besarse con gran pasión. Poco a poco la ropa fue desapareciendo y, conforme menos ropa había en el cuerpo de ella, más cachondo se ponía Kilian.


 Sin embargo, fue justo cuando el sargento se agachó que Kilian retrocedió y se echó atrás.

- ¿Tiene polla?-preguntó-.

- Claro, ¿no sabes que en Corea del Sur es donde están las mejores transexuales del mundo?-dijo el sargento-.

- Me tienes durísima,-dijo Iune-. Chúpamela ya…

- Un momento preciosa,-contestó el sargento-. ¿Nunca has estado con una transexual?

- Ni con un tío,-dijo Kilian-.

- Pues no sabes lo que te pierdes,-dijo el sargento justo antes de meterse el duro miembro de Iune en su boca-.


 Echándose al suelo, Iune le dijo al sargento que quería penetrarlo pero, justo antes de eso, éste volvió a mirar a Kilian, quien se estaba masturbando él solo.

- Te pone la escena, ¿verdad?

- Es que… Me provoca mucho morbo y curiosidad,-contestó Kilian-.

- Entonces, ¿a qué esperas para unirte?


 Tras unas breves mamadas por parte de Kilian hacia Iune, ésta tuvo una idea y le pidió al sargento que pusiese su culo a disposición del nuevo. Y así hicieron, no sólo Kilian estaba teniendo su primera experiencia transexual, sino también su primera vez con otro hombre.

- Qué culo tan apretado tienes…-dijo Kilian comenzando a disfrutar del momento-.

- Métela hasta el fondo de tu garganta, como tú sabes hacerlo,-decía Iune mientras empujaba la cabeza del sargento hacia ella-.


 Mientras eso sucedía, más gente entraba en el local. Muchos de ellos sólo para tomarse una copa y bailar, pero otro de ellos tenía diferentes intenciones…

- Hombre, cuánto tiempo sin verte por aquí,-dijo el barman-. ¿Qué tal la familia?

- ¿Has visto a un hombre occidental de pelo negro y perilla por aquí últimamente?-preguntó el desconocido sin contestar a su pregunta-.

- ¿Acompañado de otro hombre más mayor?

- Podría ser,-contestó aquel desconocido-.

- Sí, justamente ahora están con Iune, nuestra puta de lujo.

- Gracias…

- Pero no se puede pasar,-dijo el barman viendo como aquel desconocido se alejaba-.

- Por tu bien, iría cerrando el local.


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. Qué emocionante se está poniendo todo. Me pregunto quién habrá entrado en el local. he pensado en alguien pero no sé cómo ha podido llegar allí.

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