martes, 23 de noviembre de 2021

Capítulo 9 || Nada Es Lo Que Parece

 El silencio se había instaurado en toda la cárcel y los demás presos miraban a Adrián de la misma forma que a Santi cuando acababa de llegar.

- ¿Qué os pasa a vosotros?-increpó Adri a los demás-.


 Pero alzando la voz, Borja fue quien le contestó a la pregunta.

- Adri, tú eres lo que pasa. Estábamos muy bien sin ti hasta ahora que has llegado… ¿No te das cuenta de que no te queremos aquí? ¿Hace falta que te demos más señales?

- ¿Tú también Borja?

- Yo el primero Adrián. Ahora soy yo realmente, nadie me coarta ni me obliga a hacer cosas que no quiero… Soy libre, libre sin ti. Eres un cáncer viviente…


 Sonriendo, Adri miró a todos los demás que cuchicheaban y se miraban entre ellos.

- Muy bien, me iré de aquí y volveré a mi celda. Si eso es lo que queréis, eso es lo que tendréis…


 Y sin mediar más palabras, Adrián comenzó a subir las escaleras hacia su celda ante la atenta mirada de todos, sobre todo las de David y Borja, que se miraron extrañados por el comportamiento. ¿De verdad que iba a aceptar eso sin luchar ni pelear? Qué raro…  


 Subiendo, Adrián se encontró a Vicente frente a su celda.

- Menudo recibimiento, ¿eh?-comentó el jefe de los oficiales-.

- Bueno… Me dan igual todos ellos. Por mí como si se pudren.

- ¿Estás seguro? ¿No te incomoda que Borja se haya vuelto en tu contra después de todo este tiempo?

- Bah, que le den por culo.


 Un par de semanas después, Pablo fue a avisar a Adri de que tenía visita.

- Adrián, acaba de llegar tu visita mensual…

- Okey.

- Lo tienes todo preparado en la sala del vis a vis.


 Entrando en la sala, Adri escuchó una última voz de uno de los oficiales.

- Tenéis una hora…


 Sin perder mucho el tiempo, Adrián y su acompañante se quitaron la ropa y se acostaron en la cama, comenzando a besarse mientras que sus pieles se rozaban.


 Su amante no era otro que Yuan, quien desde que fuera despedido del puesto de oficial, había estado viéndose asiduamente con Adri siempre y cuando éste no estuviera en aislamiento, claro.


 Yuan era más activo que pasivo, pero con Adrián sólo había una alternativa y era ser pasivo continuamente. Le gustaba, pero no disfrutaba al 100%.


 Una vez que habían terminado, desde fuera avisaron de que quedaban cinco minutos para finalizar el vis a vis.

- Gracias por otro momento especial. Después de tanto tiempo en el pozo…

- Te comprendo. Ese lugar es un infierno.

- Pero a partir de ahora el infierno será arriba. ¿Me has traído eso que te pedí?

- Sí, te lo he metido entre tu ropa. ¿Dónde lo vas a esconder para que no te lo encuentren?

- Tengo mis trucos…


 Mientras tanto, Borja estaba en la enfermería haciéndose su chequeo anual para ver si todo estaba bien.

- Voy a recoger tus pruebas, ¿vale? Quédate aquí un momento, no tardaré mucho.

- Está bien.


 Arriba, en la zona de celdas David y Santi comentaban entre ellos sobre Borja.

- ¿Te imaginas que ahora la doctora esté dándole mandanga a Borja? No le vendría nada mal un buen meneo a ese chico,-decía David-.

- Bueno, a él, a ti y a todos jajajaja. Que aquí estamos a dos velas.

- Todos menos Adrián, que hoy ha tenido un vis a vis el cabrón. ¿Tú crees que es más de poner el culo o de meter?

- Con lo hijo de puta que es seguro que le gusta más dar por culo que se lo den a él jajajaja.


 Hugo no pudo evitar reírse de las ocurrencias de Santi.

- Menos mal que no está aquí, porque entonces te habrías terminado de sentenciar.

- Eso me da igual tío,-contestó Santi-. Sentenciado me tiene desde el primer día que llegué aquí.


 En el camino hacia las celdas desde la zona del vis a vis, no había ningún guardia y eso le dio la oportunidad a Adri de colarse en la enfermería y hablar a solas con Borja, ya que Adrián sabía que se encontraría allí al haberlo escuchado decírselo a David días atrás.

- ¿Qué mierda haces tú aquí Adri?

- Tranquilo Borja, sólo quiero hablar contigo a solas, sin David o Santi de por medio. Solos tú y yo, como antiguamente, ¿te acuerdas?

- Sí, y por desgracia no puedo cambiar mi pasado, pero sí mi futuro. Vete de aquí.


 Sonriendo, Adri se acercó más a Borja.

- Te han comido la cabeza esos hijos de puta, ¿no te das cuenta? Antes tú y yo éramos la pareja perfecta.

- No, perdona que te interrumpa pero eso no es así. Tú eras mi dueño y yo tu puto perrito faldero. Yo no hacía nada que tú no quisieras y me he hartado de eso. Estoy cansado de que la gente me dé órdenes y, cuando me di cuenta de eso, tomé la decisión de no volver a hacerle caso a nadie que no sea yo mismo.


 Borja hablaba con contundencia y sabiendo lo que decía, con total seguridad, pero Adri tenía otros planes…

- ¿Qué haces bajándote los pantalones?-preguntó Borja-. No te la pienso comer si esa es tu intención.

- ¿No te acuerdas de todas las veces que follábamos y nos corríamos el uno sobre el otro?

- Sí, sobre todo de cuando me obligabas a tragarme tu corrida cuando yo no quería, ¿de eso no te acuerdas tú? Porque yo sí…

- Mira, en compensación…-dijo Adrián comenzando a meterse un par de dedos por la parte de atrás-, te dejaré que me la metas hoy. Esa será mi forma de pedirte perdón.

- Ni lo sueñes.


 Adri estaba tan cerca de Borja que consiguió agarrarle del cuello y le obligó a besarlo, pero éste pudo morderle el labio a Adrián, apartándose un poco de él y cabreándolo más todavía.

- Vete al infierno Adri.

- No, tú serás quien vaya primero…


 E insertándole el cuchillo que previamente había escondido, le asestó varias puñaladas a Borja cayendo al suelo sin poderlo evitar.


 Adri se llenó de sangre y terminó de empalmarse al igual que cuando mató a su hermana. Sin embargo, en aquella ocasión no podría acostarse con Borja porque nadie debía saber que él lo había asesinado, absolutamente nadie.


 Borja todavía seguía vivo y tenía leves espasmos que indicaban que cada vez su vida colgaba más de un hilo… Pero, aunque suene irónico, en la enfermería no iba a recibir la ayuda que necesitaba.


 Un par de minutos después, la doctora llegó a su despacho y, cuando se encontró a Borja muerto y rodeado de un charco de sangre, gritó de tal forma que se escuchó en toda la cárcel.


 Adrián, ya en su celda y con la ropa cambiada, le estaba contestando unas preguntas a un oficial.

- ¿Fue bien tu vis a vis?

- Estupendo. Mejor que nunca.

- Y pensar que estuve trabajando codo con codo con Yuan… Qué asco.

- No estará insinuando que es usted homófobo, ¿verdad jefe?

- Me da igual que tú se la metas por el culo o sea él quien te la meta a ti. Lo que me da asco es que colaborase contigo, que eres un vulgar asesino, siendo él un oficial de prisiones…


 Jesús se acercó rápidamente a Vicente y le comunicó lo que había pasado.

- Jefe, la doctora acaba de encontrarse a uno de los presos asesinado en su propio despacho.

- ¡¿Cómo?! ¿Y ella está bien?

- Sí, pero se ha llevado un susto de muerte.

- ¿Cómo ha sucedido?

- No lo sé, dice que fue a recoger unas pruebas y que cuando volvió se encontró al preso muerto.

- ¿Y qué preso es?

- Borja.

- Hay que actuar y hacerlo ya.


 Avisando a todos los oficiales, juntos hicieron salir a todos los presos de sus celdas para dar un anuncio muy importante.

- Señores, se ha producido un asesinato entre estas paredes. Vuestro compañero Borja ha sido asesinado en la enfermería esta misma mañana por lo que, hasta que se solucione todo esto, nadie podrá salir de sus celdas. Todos comeréis ahí, vais a mear, cagar y dormir en vuestros cubículos y nadie, absolutamente nadie saldrá de su celda hasta que se aclare quién ha sido el asesino.


 En la planta de arriba, todos también escuchaban atentamente a Vicente.

- ¡Eso no es justo jefe!-gritó uno de los reclusos-.

- Pues si queréis volver a recuperar vuestra normalidad, todo el que tenga información que pueda ser de utilidad para el caso, tendrá ciertas concesiones y beneficios mientras dure su estancia en esta cárcel… Así que está en vuestra mano.


 David instantáneamente miró a Santi y éste se encontraba pensativo y con un nombre en la cabeza: Adrián. Si Borja había muerto era porque Adri estaba fuera del pozo. Estaba clarísimo.


 Jesús observaba a todos los reclusos y pudo comprobar que Adrián era el que menos afectado estaba y eso le extrañó. ¿No eran tan íntimos? ¿Entonces por qué no se le veía triste ni cabizbajo?


 David creía estar en lo cierto cuando pensaba que Adrián había tenido algo que ver en la muerte de Borja. No tenía pruebas pero estaba seguro de que había sido él.


 Por su parte, Adri seguía maquinando su próximo paso.

- El siguiente en la lista será Santi… Voy a por ti, hijo de puta.


CONTINUARÁ…


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