lunes, 6 de mayo de 2019

Capítulo 11 || Venganzas


Justo a las dos de la tarde volvió Marc de su primer día de clase con muchas cosas que contarle a Alicia, a la que se encontró en la puerta.
- ¡Buenas!-saludó él con una sonrisa de oreja a oreja-. Tengo que contarte muchas cosas, cariño.
- ¿Me acompañas y me las cuentas en el trabajo? Que ya voy tarde…
- Sí, cómo no. ¡Vamos!




Finalmente, el metro llegó pronto y Alicia pudo estar a tiempo para comenzar su jornada laboral.
- Oye, ¿habéis hecho reformas?-preguntó Marc-.
- Sí, han cambiado un par de cosas, ¿te gusta?
- La verdad es que mola el rollito que le ha dado.
- Mi jefa, que está animada últimamente.




Dirigiéndose al baño, Marc fue directamente a la barra.
- Voy a cambiarme Marc, ahora salgo.
- ¡Vale! Yo te espero aquí fuera.




Pocos minutos después, Alicia comenzaba su jornada sirviendo cafés, bocadillos e infusiones mientras que charlaba animada con sus clientes y con Marc.




En un momento de más tranquilidad, Marc comenzó a contarle a Alicia las cosas que le habían ocurrido esa mañana.
- Bueno, cuéntame eso tan importante que tenías que decirme, Marc.
- Pues en clase guay, hay gente de todas las edades y no me he sentido desplazado ni nada, así que bien. Respecto al nivel… Se nota que es más bajo que el de mi instituto, pero eh, yo mientras me saque mi título, feliz como una perdiz.
- Bien, bien, ¡me alegro!
- Pero eso no es todo. ¡Me han llamado de la tele!
- ¿A ti? ¿Y eso?-preguntó asombrada-.




Lo último que se esperaba Alicia era que se pusieran en contacto la gente que trabaja en la televisión con Marc. ¿Tanta importancia tenía su difunta familia?
- Pues resulta que me han llamado del programa “Pregunta a...” y me han comunicado que les encantaría poder hacerme una entrevista ahora que se ha conseguido arrestar al asesino confeso del asesinato de mis padres y que si podrían hacerla en mi casa y… ¡contigo!
- ¡¿Conmigo?! Pero… ¿y yo qué tengo que ver en todo esto?
- Pues que eres mi novia, has vivido con Henry más que yo y estarán interesados en saber.
- Bueno, ¿y tú qué les has dicho?
- Que te lo consultaría y que me llamasen a lo largo de esta tarde. ¿Qué te parece?
- A ver… La tele en casa… ¿A ti te apetece?
- Sí, creo que sería una buena forma de limpiar el apellido de mi familia e intentar recomponer la imagen.
- Entonces diles que sí, a mí me da igual salir o no porque el protagonista eres tú.




Sin poderlo evitar, otros clientes escucharon la conversación y se unieron a ella.
- Perdona,-preguntó la mujer junto a Marc-, ¿tú eres el hijo de John y Grace Oporto, verdad?
- Sí, soy yo.
- Pues déjame decirte que me alegro de que hayan atrapado al asesino de tus padres. Ojalá se pudra en la cárcel.
- ¡Eso!-dijo el hombre más alejado de Marc en la barra-. Yo vi cómo le zurrabas a ese tío en el otro bar y se lo merecía. ¡Qué hijo de puta!




La conversación continuó mientras que Alicia siguió trabajando y atendiendo a los clientes que aparecían por allí.




Tras comer algo en el bar, Marc se fue a casa porque tenía una idea rondándole la cabeza y era que, como sabía que era bueno en informática, por qué no aprovechar la entrevista para promocionarse si se lo permitían. Así que, para que todo estuviera en condiciones, tendría que crear una página web.
- Menos mal que Alicia fue a la tienda a comprar este portátil por la mañana, porque me va a salvar la vida ahora como me salga esto bien. En fin, manos a la obra…




La idea de cómo quería la página web estaba clara así que, utilizando las herramientas pertinentes para la creación de ésta, se enfrascó tanto que las horas pasaron volando.




Tanto que, cuando ya le quedaba poco para terminar, Alicia entró en el dormitorio.
- Buenas tardes Marc, ¿todavía sigues liado con eso?
- Sí, me queda poco… ¿Tú ya has salido?
- Claro, si son las siete de la tarde…
- Joder, pues no me he dado ni cuenta. Perdona si no te miro, pero es que estoy intentando averiguar una cosa de este dichoso programa.
- Vale, yo voy a asearme y a ver la tele.




Antes de irse, Alicia se quedó mirando en silencio a Marc que, estaba tan concentrado en eso que no se dio cuenta que aún seguía detrás de él. Lo veía cambiado, pero ya no físicamente, sino mentalmente. Lo notaba más alegre y contento que antes y le gustaba mucho más esta versión de Marc que la que había conocido hasta ahora.




Tras darse una ducha, se colocó una vieja camisa de Marc a modo de camisón y se puso a ver la tele para entretenerse un poco.




Al cabo de un par de horas, Marc salió de la habitación cuando se quedó mirando la tele.
- ¿Qué ves, cariño?
- Una película que están echando. ¿Tú ya has terminado?
- Aún no, pero ya seguiré mañana. Hacerlo todo en un día es un suicidio.
- Pues ven aquí y descansa un poco, que te lo has ganado.




La pareja de tortolitos se puso a ver la película agarrados de la mano, comentando ciertos aspectos de los actores y de los escenarios, comenzando a hablar de sitios a los que les encantaría viajar juntos.




Poco después, Marc recibió una llamada de teléfono. Eran los del programa para confirmar si finalmente habían aceptado la entrevista. Afirmando la petición, los de la productora fijaron el día y la hora.




La hora de la verdad había llegado. El famoso actor y presentador, Yemba Yemba, sería el encargado de conducir la entrevista más esperada del momento. Tras colocar los focos y las cámaras pertinentes, comenzaron a grabar.




Ante todo, estaba siendo una entrevista respetuosa y se notaba que no había ánimo de curiosidad malsana, sino que estaba siendo muy profesional, aspecto que agradecía Marc.
- Si lo hubiera sabido en ese momento, no habría discutido con mis padres porque esa espinita la llevaré clavada siempre,-contaba Marc-.
- Pero eso era imposible. Nadie sabe cuándo va a ser su último día en la tierra, así que no debes castigarte por eso.
- Actualmente no lo hago, pero es una cosa que me encantaría cambiar si tuviese la oportunidad.




Hilando pregunta con pregunta, estaba siendo una de las entrevistas más fluidas que habían grabado.
- Y si pudieras eliminar algo de lo que has hecho, ¿habría sido vivir con el que fuera el asesino de tus padres?
- Yemba, aunque te sorprenda la respuesta, te diré que no. Gracias a que, por casualidades del destino, acabase en esa casa, a día de hoy tengo una pareja maravillosa que es mi novia Alicia.
- Alicia, queridos telespectadores, es la actual novia de Marc Oporto a la que le daremos paso en unos momentos pero, ahora, creo que todos estarán ansiosos de saber cómo llegaste a convivir durante dos años con el presunto asesino de tus padres.
- No lo sé, casualidades, capricho del destino, lo desconozco. Yo simplemente fui a buscar un lugar para cobijarme del frío y vi una luz encendida en el interior de una vivienda, me armé de valentía y llamé a la puerta. Ahí fue cuando comenzó todo.




Minutos después, hicieron entrar a Alicia para hacerle unas preguntas a ella sobre Henry, cómo era, cómo se comportaba con Marc, si ella estaba al tanto de las actividades del asesino confeso del matrimonio Oporto…




Alicia, completamente natural y como si hubiese nacido frente a una cámara, contestó las preguntas con calma y pausadamente.




Al terminar las preguntas que estaban preparadas, ya fuera de cámaras Yemba felicitó a la pareja por la estupenda entrevista que habían grabado.
- Ha sido una de las mejores entrevistas que he tenido el gusto de presentar y de las que más orgulloso estoy. Gracias por vuestra sinceridad y me alegro de que todo esté yendo bien en este momento. Mi más sincera enhorabuena.




Cuando recogieron todo y se marchó el equipo, Alicia comenzó a hacerle un masaje a Marc.
- Tienes los hombros cargados.
- Estaba un poco tenso, pero cuando has llegado tú me he calmado un poco más.
- Lo has hecho fenomenal y lo mejor es que podremos ver la entrevista en tres días, ¿eh?
- En realidad me voy a querer morir de la vergüenza si la gente comienza a reconocerme por la calle. No estoy acostumbrado a esa vida, al menos no ahora.




Acercándose a él, Alicia lo besó para calmar un poco sus nervios, ya que se le notaba un poco agitado.




La sucesión de besos calmaron a Marc, pero aumentaron la temperatura del ambiente provocando que, después de unos minutos, la pareja se dirigiera hacia el dormitorio de ambos.




La pareja se sentía plena teniendo su intimidad, esa que se les habían negado durante tanto tiempo. Y no es que estuvieran recuperando el tiempo perdido, para nada, pero ahora sí que se sentían completamente libres para actuar tal y como ellos eran de verdad.




Lo que más había en sus relaciones sexuales eran besos y caricias. Era muy típico en Marc referirse al sexo con Lucía o Megan como follar, pero con Alicia era diferente, ya no era sólo sexo, era hacer el amor…




Al cabo de una semana y después de que la entrevista saliese en la televisión, la página web de Marc, que ya estaba operativa, se disparó en visitas y el correo electrónico se le llenó de mensajes de periódicos, otros canales televisivos, personas que querían contratar sus servicios como informático… Estaba siendo todo una locura que les estaba costando asimilar. Por su parte, Alicia seguía con su trabajo como siempre, sin embargo, comenzó a notar que todos la miraban más, que el ambiente del bar estaba más lleno y que su jefa estaba más tirante.
- Cariño, me voy al bar. ¿Hoy tienes algo que hacer?-preguntó Alicia-.
- Un par de arreglos informáticos, pero nada del otro mundo. Puedo hacerlo desde casa, así que estoy más cómodo.
- Ay, quién pudiera trabajar desde casa… No sabes la suerte que tienes.
- Yo estaría encantado de sustituirte, pero no tengo ni idea de cómo poner un café, hacer cócteles, servir cerveza para que quede con dos dedos de espuma…
- Déjalo, que no quiero que me despidan jajaja. Suficiente tengo con aguantar a mi jefa, que últimamente está de un insoportable…
- ¿Va todo bien con ella?
- Sí, pero la pobre no deberá follar mucho, porque menudo careto trae siempre. En fin, pues nos vemos después, cariño. ¡Te quiero!
- ¡Yo más!




Todavía estaba diciendo Alicia esa última frase cuando abrió la puerta y se encontró de frente con una muchacha.
- ...pues nos vemos después, cariño. ¡Te quiero! Uy, qué susto, no esperaba ver a nadie.
- Disculpe, no quería asustarla. ¿Vive aquí Marc Oporto?
- Sí. ¿Quién le digo que pregunta por él?
- Bueno verá, soy…




Llamándolo, Marc salió del dormitorio mientras miraba a Alicia extrañado y, cuando llegó a la puerta de entrada, se quedó completamente helado…




CONTINUARÁ...

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