domingo, 26 de mayo de 2019

Capítulo 14 || Venganzas


Tras salir del trabajo, Alicia llegó a casa y se encontró a Marc viendo la tele.
- Buenas noches cariño,-saludó la recién llegada-. ¿Cómo es que estás despierto?
- ¡Hola! ¿No te acuerdas de que mañana es festivo y no hay clase?
- Sí, cierto… Que vengo pensando en algo de lo que me he enterado en el trabajo y no me lo puedo quitar de la cabeza.




Acercándose a ella, Marc agarró a Alicia de las manos y se las besó antes de darle un dulce beso en los labios.
- ¿Y qué es eso que te abstrae tanto?
- Lucía.
- ¿Qué Lucía?
- Cariño, tu ex.
- ¿Mi ex? ¿Qué pasa con ella?




Sonriendo plenamente, Alicia comenzó a contarle lo sucedido aquella noche.
- Y claro, después de tantas cervezas, el alcohol le afectó y no paraba de hablar, mira qué loro… Me comenzó a hablar de su novia, de que ella lo quería, que tal y que cual. Eso sí, estaba muy ofuscado en que ella no quería hijos y que seguía tomándose la pastilla anticonceptiva y, justo cuando fui a darme cuenta, Lucía vino a recogerlo y ese chico me comenzó a decir que era su novia.
- Espera, ¿el que te estaba hablando borracho era Trevor?
- ¡Eso! Joder, gracias, que no me acordaba del nombre.
- ¡¿Trevor borracho?! Eso sí que es nuevo.
- Pero, ¿no te das cuenta?
- ¿De qué?
- De que Lucía no quiere hijos y de que se toma la pastilla, así que es imposible que esté embarazada como le dijo a Eddie.




Comenzando a afirmar con la cabeza mientras sonreía, Marc acababa de darse cuenta de que tenía mucho sentido lo que contaba Alicia.
- ¡Tienes razón! Seguramente se inventó que estaba embarazada por algún motivo y tú, sin quererlo, lo has descubierto.
- Si hubieras visto la cara de sepulcro que se le quedó cuando me vio… Debería haberlo grabado jajaja.
- Conozco esa cara y sé que ha debido ser un poema jajajaja. ¿Y qué dijo Trevor?
- ¿Ese? Si comenzó a preguntarle a Lucía que si no quería tener hijos con él era porque ella creía que él la tenía pequeña…
- JAJAJAJAJAJA, ¿en serio que le preguntó eso?
- Te lo prometo, como que me llamo Alicia. El tío no callaba, me tenía la cabeza loca…
- Pues el Trevor que yo conocía era callado, tranquilo, muy estudioso...-la pareja siguió charlando mientras se iban al dormitorio a descansar-.




A la mañana siguiente, como Marc no tenía clase, se levantó y, colocándose frente a Alicia, comenzó a bajarse el pantalón del pijama lentamente mientras hacía movimientos suaves con sus caderas.
- Hace mucho que no hacemos el amor por la mañana y… Hoy quiero que sea algo especial, Alicia.
- ¿Qué tienes pensado?
- Pues se me ha ocurrido que...-comenzó a decir Marc justo cuando escuchó el timbre de la puerta-.




Sentándose en la cama totalmente frustrado, Marc se llevó las manos a la cara simulando que se la arañaba.
- ¿Quién podrá ser?-se preguntó Marc-.
- Ve y lo averiguarás…




Abriendo la puerta rápidamente a causa del pequeño enfado que tenía, ese estado se disipó por completo cuando vio a Lucía de pie frente a él.
- Oh, Lucía… No te esperaba.
- Siento venir sin avisar pero… Necesito hablar contigo. ¿Puedo entrar?
- Sí, claro. Siéntate en el sofá mientras yo voy a cambiarme.




Entrando en el dormitorio, Alicia le preguntó quién era quien había llamado y él, en voz baja, le contestó.
- Lucía.
- ¿Querrá hablar contigo sobre lo de ayer?
- Seguramente. Voy a cambiarme…




A todo esto, Lucía intentaba aclarar todas las cosas que quería decirle a Marc mientras esperaba en el salón. Estaba hecha un lío, pero quería organizarse mentalmente para no dejarse nada en el tintero.




Ni un minuto después, Marc salió del dormitorio sonriendo.
- Ya estoy aquí,-dijo Marc-.
- No quería despertaros.
- Si no nos has despertado, tranquila.
- Ah… Vale.




En ese momento, si hizo un silencio algo incómodo, ya que Marc no dijo nada más y Lucía no se atrevía a hablar. Carraspeando un poco, Lucía tragó saliva y se dirigió a su ex.
- Esto… ¿Podemos hablar?
- Sí, perdona, que estaba en mis cosas. Dime.




Suspirando, Lucía comenzó a hablar.
- Lo primero que quiero es pedirte perdón. Llegué aquí la otra vez con la idea en mente de mentirte para tener una excusa y poder volver a retomar el contacto. Me porté mal contigo hace dos años y ahora lo he vuelto a hacer pensando en que, si te decía que estaba embarazada, sentirías pena por mí y, de esa forma, volveríamos a hablar, a ser amigos… No lo sé.
- Si te soy sincero, no me lo creí en ningún momento. Eddie vino y me contó que se lo dijiste a él, pero yo sabía que era mentira.
- ¿Cómo lo sabías?
- Te conozco bien y sé que eres la que primero pone el condón y luego hace lo que sea. Lo hacías conmigo y me imagino que esas costumbres no las cambias con el paso del tiempo. Recuerdo la frase que siempre decías antes de hacer nada...-estaba hablando cuando Lucía lo interrumpió-.
- La seguridad siempre es lo primero, sí, me acuerdo,-dijo Lucía sonriendo levemente-.




Bajando la mirada, se volvió a hacer un breve silencio entre ellos.
- Bueno,-comenzó a decir Lucía-, entonces… ¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Podemos volver a ser amigos?
- Por mi parte lo veo fantástico. Ha pasado mucho tiempo y es inútil guardar rencor. Te puse los cuernos y lo siento, no debí hacerlo porque no te lo merecías. Fue lo más normal del mundo que reaccionaras así.
- Ya, pero cuando Eddie vino a mi casa para preguntar por ti, hice oídos sordos y no le escuché. Luego vi en la tele que tus padres habían sido asesinados, que tú no habías vuelto a ser visto… Y ya ahí comencé a darme cuenta de que la había cagado.
- Tuvo que ser así… Si no hubiera sido de esa forma, yo ahora no estaría con Alicia y, de verdad te lo digo, puedo afirmar que es la mujer de mi vida.




La aludida estaba, irremediablemente, escuchando detrás de la puerta porque, aunque no quisiera, las paredes eran muy finas y se escuchaba todo. Al oír las palabras de Marc, no pudo evitar sonreír pensando en la suerte que tenía de haber encontrado un chico como él.




La conversación fuera seguía a buen ritmo.
- Te lo digo de verdad,-decía Marc-, fue ella la que me ayudó a quitarme esa coraza que me había puesto y, aparte de la situación que ya tenía, Henry me trataba fatal y ella era la que daba la cara por mí. Nunca me dejó de lado.
- Pues me encantaría darle las gracias.
- ¿Darle las gracias a ella? ¿Por qué?
- Porque aunque no lo creas, te quiero mucho. No de forma romántica, pero sí que te aprecio muchísimo y has sido una parte vital de mi vida y no me habría perdonado que te pasase nada malo y el hecho de saber que ella ha estado ahí para ti cuando yo fallé… Dice mucho. Se la ve una gran persona.
- Pues, si quieres, se lo puedes decir a ella misma.
- ¿Querrá verme?
- Claro mujer. ¡Alicia!-dijo Marc alzando un poco la voz-. Sal aquí un momento, por favor.




A los pocos segundos, Alicia salió sonriendo y mirando fijamente a Lucía.
- Madre mía Alicia,-comentó Marc-, menudo vestido… Me vas a provocar un infarto chiquilla.
- Mira que eres exagerado. Hola Lucía,-dijo saludando a la invitada-. Me alegra verte.




Levantándose del sofá, Lucía se fundió en un abrazo con Alicia. Eso era algo que Marc nunca se había imaginado… Su ex y su actual novia dándose un abrazo y charlando como si nada.
- Gracias por cuidar a Marc, Alicia. Ahora eres lo más cercano a una familia que tiene y no me gustaría que le pasase nada malo. Ha sufrido mucho y se merece ser feliz.
- Lo sé. Conmigo estará siempre atendido y cuidado porque él lo vale y mucho.
- Y, entre nosotras, lo has mejorado mucho,-confesó Lucía al oído de Alicia-.
- ¡Eh! ¿Qué secretitos os estáis contando?-preguntó Marc queriéndose enterar de todo-.




Y yéndose a por Marc, Lucía repitió el proceso abrazándolo mientras que Alicia los miraba con cariño.
- Marc, cuida a esa chica porque vale su peso en oro. Se nota que te quiere con locura y que haría lo que fuera necesario por ti. No seas tonto y no la pierdas.
- No se me ocurriría por nada del mundo. Es muy especial para mí y no voy a permitir que nada ni nadie me aleje de ella.
- Y, si te digo la verdad, Alicia está más buena que Megan.
- Uh, y que lo digas jajajaja.




Y como si la hubiesen invocado de cierta forma, Megan llamó a Alicia que, mirando el móvil y avisando a Lucía y a Marc, descolgó el teléfono.
- Hola Megan… Ya, sí. Es difícil… Quiero mucho a Marc pero Eddie tiene algo que… Me atrae, no sé lo que es. Sí, será eso. Es de raza negra, así que tiene mucho que ver. ¿Tú crees...? ¿Estás segura de que le gustaría repetir? Ay, no sé, estoy indecisa… ¿Me podrías ayudar con él? A ver si juntas podemos convencerlo de nuevo. ¡Muchas gracias! Estupendo, te veo aquí en un rato.




Mirando a Marc de golpe, Lucía no acababa de entender qué acababa de escuchar.
- ¿Qué ocurre aquí, Marc?
- Te resumo… Megan era la jefa de Alicia y cuando se enteró de que es mi novia la echó. Fuimos a protestarle y la amenazamos con denunciarla pero su padre se enteró y la quitó a ella de jefa y ha puesto a Alicia en su lugar. Entonces, por rabia y por celos, Megan le dijo a Eddie que se acercase a mí y a Alicia para ver si podía acostarse con ella para que yo la dejase y así Megan tener vía libre.
- ¿En serio?
- Sí, sí. Lo que pasa es que Eddie no ha querido y me lo contó todo así que se nos ocurrió un plan… Hacerle creer que había pasado como ella planeaba y después, cuando quedasen para hacer un trío entre Eddie, Alicia y Megan, ésta se encontraría con su padre en lugar de con los otros.
- Pero… ¿No es eso un poco cruel?
- ¿Cruel? ¿A qué te refieres?
- A que al final le vais a hacer algo muchísimo peor a ella que lo que os hizo a vosotros. Habéis conseguido que a Alicia la pongan de jefa y, estamos de acuerdo en que Megan es odiosa en muchos aspectos, pero si es así es porque sus padres nunca le han puesto límites, pero no creo que se merezca ni ella ni su padre encontrarse en esa situación.
- Tiene razón…-intervino Alicia-. Es mi jefe directo ahora que ha apartado a Megan. No habíamos pensado en eso…
- ¿Y si...?-dijo Marc de repente-. ¡Se me ha ocurrido una idea fantástica!




Sacando su móvil del bolsillo del pantalón, Marc marcó un número de teléfono y esperó a que contestasen.
- Eddie, soy yo. Mira, ¿te ha llamado...? Sí,por eso te llamaba. Vente para mi casa, rápido. No, tú vente para acá y deja de hacer preguntas. Venga, hasta ahora.
- ¿Va a venir?-preguntó Lucía-.
- Sí, y tu novio también debería. ¿Podrías llamarlo?
- ¿Qué pinta mi novio...? Ah vale, ya entiendo...




Intuyendo la idea que tenía Marc en mente, Lucía sacó su móvil y llamó a Trevor.
- Buenas cariño. Mira, ¿podrías venir a por mí? No, no ha pasado nada, estoy bien. Es que estoy en casa de unos amigos y me gustaría que me recogieses, ¿no te importa? Vale, pues mira, la dirección es…




Al cabo de un rato, Megan subió por el ascensor y se encontró a Eddie llamando a la puerta de la casa de Marc.
- Qué rápido has venido, ¿eh Eddie?
- Estoy deseando ver lo que pasa…
- Qué guarrete eres.
- Lo sabes muy bien…




Al abrirse la puerta, tanto Megan como Eddie vieron a Alicia con ese vestido tan corto y que le ensalzaba tanto sus atributos naturales.
- Hola chicos…-saludó Alicia-.
- Wow Alicia, estás… Genial,-dijo Megan-. Casi podría decirse que tienes mejor cuerpo que yo.
- Pasad,-invitó la anfitriona-.




En cuanto cruzaron el umbral de la puerta y Megan vio a Lucía y, nada más y nada menos que a Marc, su cara se desencajó por completo. Eddie tenía en mente el plan que habían pensado en un primer momento, pero eso era algo completamente nuevo y que también le había pillado por sorpresa.
- Tomad asiento, por favor,-invitó Marc con una amplia sonrisa en su rostro-.




Con la expresión mortalmente seria y en completo silencio, Megan hizo lo que Marc había dicho, al igual que Eddie. Se notaba que había tensión en el ambiente y el silencio acampó entre ellos hasta que Eddie lo rompió durante un momento.
- Pues se ha quedado un buen día…
- ¿Qué es lo que pretendes, Marc?-preguntó Lucía-.
- Cuando estemos todos, hablaré.




Y apenas un par de minutos después, llamaron al timbre y Alicia fue a abrir. Cuando Trevor se encontró con Alicia, se sorprendió mucho.
- Oh, tú eres la chica del bar, ¿no es así?
- Efectivamente.
- Ah, es que me ha llamado mi novia y me ha dado esta dirección, tal vez me haya equivocado.
- Para nada, está aquí. Pasa.
- Gracias…




Al pasar por la esquina y ver a todos sus antiguos amigos de la adolescencia reunidos, Trevor se quedó quieto pero Marc, invitándole a sentarse, le hizo reaccionar y moverse para ocupar la silla que quedaba libre.




Al sentarse, Trevor tenía de frente a Megan, a quien llevaba sin ver desde lo sucedido hacía dos años.
- Qué sorpresa verte aquí, Megan.
- Lo mismo digo. No sabía que iba a haber tanta gente en esta fiesta…
- ¿Qué fiesta? ¿Qué ocurre?
- Ah, no tengo ni idea. Sé lo mismo que tú…




Por su parte, Eddie miraba a todos con una sonrisa y sin saber a ciencia cierta qué iba a ocurrir. Tenía el plan en mente, pero por ahí no veía al padre de Megan por ninguna parte y tampoco creía que eso fuera a suceder porque el ambiente se notaba cargado y caldeado, pero no de la forma que a él le gustaría…




Mirándolos a todos, Marc sonrió y, tras carraspear, comenzó a hablar.
- Eddie, Megan, Trevor y Lucía… Hacía mucho tiempo que no os veía a todos juntos. Creo que desde que os invité a mi casa a hacer los deberes y, bueno, ya sabéis lo que sucedió. Bien, os estaréis preguntando qué hacéis aquí…
- ¡Por favor y gracias! Nos gustaría tener alguna explicación de qué coño es esto,-dijo Megan bastante seria-.
- Pues bien, os he reunido hoy aquí porque…




CONTINUARÁ...

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