Marc no podía creerse que Lucía Jenkins, su ex-novia, estaba frente
a su puerta después de tanto tiempo. ¿Cómo lo había encontrado?
¿Por qué estaba ahí? ¿Qué quería? Eran demasiadas preguntas al
mismo tiempo así que, haciéndola pasar, ambos se sentaron en el
sofá.
-
¿Puedo irme al trabajo sin temor a que os enganchéis de los
pelos?-preguntó Alicia-.
-
Tranquila cariño, vete antes de que se te haga tarde. Después nos
vemos, ¿vale? Te quiero.
-
Hasta luego...-se despidió levemente Lucía-.
Cerrando la puerta y quedándose ambos solos, Lucía se relajó un
poco más.
-
Vaya, sí que os queréis, ¿eh?-afirmó la muchacha-.
-
¿Cómo me has encontrado, Lucía?
-
Wow, directo al grano… Bueno, pues conozco a Yemba porque estuvo en
casa entrevistando a mi madre y hemos mantenido el contacto. Pero,
por favor, no le digas que te lo he dicho porque me matará si se
entera.
- Uy
sí, ahora mismo voy a llamarlo para que mañana salga en la prensa.
“La hija de Judith Ward visita a su ex-novio después de dos años”.
- Te
noto algo irónico…
-
¿Yo? ¿Qué comentario ha podido suscitar que pienses eso de mí?
Menuda locura…
Lucía suspiró porque conocía lo suficiente a Marc como para notar
que, cuando se volvía irónico, estaba bastante enfadado.
-
Mira Marc, si estoy aquí es porque vi la entrevista y…
- Y
te acordaste de que tuviste un novio hace unos años al que habías
olvidado, ¿verdad?-dijo Marc interrumpiendo a Lucía-.
-
Marc, no te encontré…
-
Ah, ¿pero que me buscaste? Primera noticia…
-
Vale, no te busqué, pero comprende que no quisiera saber nada de ti
¡Me pusiste los cuernos con mi mejor amiga!
-
¡ASESINARON A MIS PADRES Y ME QUEDÉ SIN CASA! Así que no me vengas
con cuentos Lucía.
-
Sí, debería haberte buscado para preguntarte si necesitabas ayuda.
-
¿Yo? ¿Ayuda? Déjame recordar si necesité ayuda en algún momento…
A ver, asesinaron a mis padres, su empresa quebró, el banco se quedó
con la casa… No, creo que no te necesité en ningún momento.
Sin embargo, Lucía parecía no hacer caso a las ironías de Marc,
que las soltaba sin parar.
-
Pero miremos el lado positivo ahora, Marc. Estás viviendo con tu
novia, muy guapa por cierto, en un apartamento, estás estudiando
para sacarte los estudios… ¡La vida no te va tan mal!
- Lo
dice quien ha vivido siempre en casa con su mami, terminaría sus
estudios en ese dichoso instituto privado y luego esa misma mamá le
habrá pagado la universidad para que estudiase la carrera que su
nena quisiera.
-
¿Tengo yo la culpa de ser rica ahora? Parece que te da rabia que yo
tenga dinero y tú no.
-
No, no te tengo envidia. Lo que me da rabia es que aparezcas sin
venir a cuento en mi casa después de dos años sin saber nada de ti
y ¿para qué exactamente? Todavía no lo sé.
-
Bueno, creí que sería un buen momento para intentar volver a
retomar la amistad que tuvimos una vez…
-
Ahora cuando ya todo lo malo ha pasado, ¿verdad?
Marc estaba resentido porque sabía que Lucía quería aprovechar el
salto de “fama” que había conseguido a causa de esa entrevista y
no porque verdaderamente quisiese retomar la amistad.
- ¿Y
cómo querías que supiera que todo te iba mal si no estaba ahí?
-
Precisamente por eso, porque no estuviste ahí. Así que te voy a
invitar amablemente a que te vayas de mi casa.
-
Marc, no seas cabezota, yo…
-
¡FUERA!
Entristeciendo su rostro, Lucía se levantó en completo silencio
mientras que Marc le abría la puerta con cara de pocos amigos. Dando
un portazo, la muchacha se quedó en el rellano del bloque esperando
al ascensor sin haberle contado nada de lo que tenía planeado…
Con un cabreo de mil demonios, Marc se fue hacia el dormitorio donde
tenía el ordenador para trabajar un poco y, de esa forma, intentar
cambiar de tema y calmarse. Creía que la hipocresía de la gente no
podía llegar a semejantes extremos, pero hoy había comprobado que
no, que se equivocaba.
Al cabo de una media hora, Alicia entró en casa dando otro portazo.
A ese ritmo, la puerta no duraría mucho en su sitio...
- Ya
estoy en casa.
-
¿Ya?-preguntó sorprendido Marc-. ¿Te han dado el día libre?
-
Sí, y el resto de la semana y lo que queda de mes para siempre
porque me han despedido.
Al escuchar esa frase, Marc se levantó dejando todo. No se podría
creer lo que oía.
-
¡¿Despedida?!
-
¡Sí! La zorra de mi jefa me ha dicho que mi aparición en la
televisión ha hecho bajar mi rendimiento laboral cuando más
afluencia de clientes hay y que no me quería más por allí.
-
¡Pero eso es mentira! Trabajas por y para ese bar desde que
comenzaste, así que no te puede echar. ¡Eso es denunciable!
Sentándose un momento sobre una de las camas, Marc siguió hablando.
-
Pues ahora mismo tú y yo vamos a ir al bar y le vamos a cantar las
cuarenta a esa desgraciada. ¿Está allí ahora?
-
Hoy se ha dignado a venir así que sí, me imagino que sí.
-
Entonces esa me va a oír y bien. ¡Vámonos para allá!
Poniendo rumbo hacia el bar, en cuanto llegaron, Marc abrió la
puerta de golpe, provocando las miradas de algunos clientes que
estaban allí.
-
¿Es esa de ahí?-preguntó Marc a Alicia-.
-
Sí, esa es.
-
¡Tú!-gritó Marc a la jefa de Alicia.- ¿Por qué coño has
despedido a Alicia?
Levantándose del taburete, la jefa se volvió y, cuando Marc pudo
verla de frente, se giró automáticamente hacia Alicia.
-
¿Me estás diciendo que esta es tu jefa?
-
Sí, ya te lo he dicho, ¿qué pasa?
-
Que era la mejor amiga de Lucía y con quien la engañé.
-
Hola Marc, cuánto tiempo...-saludó Megan-.
¿Dos personas de su pasado en un mismo día? ¿Qué estaba
ocurriendo? No se podía creer que todo eso fuera casual y mucho
menos el despido de Alicia así que, sin devolverle el saludo, Marc
comenzó a reprocharle el despido.
-
¿Por qué has despedido a Alicia? ¡Es una de tus mejores
trabajadoras!
-
Disculpa pero, ¿tú qué pintas aquí? Esta es mi empresa y ella era
mi trabajadora, así que lo que ocurra en MI empresa se queda entre
estas cuatro paredes.
- Yo
pinto aquí lo mismo me tú, porque no me creo que esta empresa la
hayas levantado tú con el sudor de tu frente en dos años desde la
última vez que nos vimos.
- Es
de mis padres, de acuerdo… Pero ellos me han dejado al frente, así
que yo decido.
-
Sigue siendo de tus padres por mucho que te creas la jefa suprema del
mambo. Vuelvo a repetir: ¿por qué has despedido a Alicia?
-
Porque ha bajado su rendimiento laboral cuando estamos teniendo un
gran boom de clientes en estas últimas semanas.
- Te
has aprendido esa frase y no te sales del guion, ¿verdad?
¡Eres...!-comenzó a decir antes de parar-.
Ya sólo el pensar que esa tipa se hubiera acostado con Marc, más
rabia le daba el haber estado trabajando para ella y dándole dinero.
Nunca la había tratado mal, pero había sido tan radical el cambio
desde que viese la luz la entrevista que sabía que su despido no era
algo casual, sino que había gato encerrado.
Megan no comprendía el por qué de tanto alboroto por parte de Marc.
- ¿Y
qué mas te da que ya no trabaje aquí? Si ahora tenéis fama y el
reconocimiento necesario para que se la rifen en cualquier trabajo,
¿verdad?
- ¿Y
a qué viene eso ahora, Megan? Apareces justamente después de que
nos entrevistasen a Alicia y a mí cuando no he sabido nada de ti en
dos años, encima la despides sin motivo y ahora me echas en cara que
vuelvo a tener reconocimiento social… ¿Quién coño te entiende,
tía?
-
¡No viniste a buscarme!-gritó Megan-.
- ¿Y
cómo crees que iba a ir a buscarte cuando tú misma fuiste la que me
dijiste que te querías alejar de mí y de los chicos en general? ¿Te
crees que después de que mataran a mis padres tenía la mente lo
suficientemente clara como para pensar en Lucía o en ti?
-
¡Yo te quería!
-
¡Pues no se notó! Eddie fue el único en acercarse a darme el
pésame. ¡EDDIE! Ni tú, ni Lucía, ni Trevor… ¡Nadie! Y empezaré
a mandaros a la mierda uno a uno si no nos dejáis en paz a Alicia o
a mí de una puta vez.
- No
digas eso. Venga, cálmate y charlemos ahora que nos hemos
encontrado…
Agarrando la mano masculina, Megan comenzó a guiar a Marc hacia la
barra cuando éste quitó la mano de golpe.
-
¿Qué coño se supone que haces? Megan, tengo novia, ¿lo entiendes?
NOVIA. Y que la hayas despedido no significa que yo también la eche
de mi vida, ¿te enteras?
- No
entiendo qué has podido ver en una niñata como esa… Yo podría
darte todo lo que ella no tiene porque todavía te quiero, Marc.
Sin poderlo evitar la aludida Alicia, quien había permanecido en
silencio todo ese rato, se acercó a Megan empujándola con fuerza en
el hombro.
-
¡Oye! Te guste o no, Marc es MI NOVIO. Tú tuviste tu oportunidad y
la desperdiciaste así que, mala suerte amiga. Habré perdido mi
trabajo, pero teniendo en cuenta quién es la dueña, prefiero estar
en paro a trabajar para una tirana de mierda como tú.
Una vez que Alicia había empezado a hablar, su boca comenzó a sacar
todo lo que llevaba guardado desde hace tanto tiempo.
-
Comencé aquí el año pasado sin tener ni idea de nada, fallé y la
cagué muchas veces, pero nunca me faltaron ganas. Me costó
muchísimo conseguir que Henry me dejase trabajar y no iba a
desperdiciar esa oportunidad. Con el tiempo fui mejorando y soy
respetada por mis compañeros, hay ciertos clientes que son fijos
cuando empieza mi turno y si le preguntases a los que me ven trabajar
aquí te dirían que parezco yo más jefa que tú porque, ¿qué has
hecho tú? Pasearte un par de veces, hacerle varias reformas y decir
que siguiésemos así. Podrás ser la jefa, pero no eres la líder de
la empresa porque aquí nadie te respeta.
Megan no podía creerse todo lo que había dicho Alicia de ella en
apenas un momento. La había puesto a caer de un burro y, dando un
paso atrás, comenzó a tener miedo por si pudiera hacerle algo.
- Te
devolveré el trabajo si eso es lo que quieres pero, por favor, no me
pegues.
-
¿Pegarte yo a ti? No quiero caer tan bajo como tú…
Esa frase provocó en Megan un clic interno donde el temor se
convirtió en ira y celos. Muchos celos.
-
Nunca vas a ser lo suficiente para él, zorra,-le dijo a Alicia-.
Y sin evitar entrometerse, Marc alzó la voz y reprendió a Megan.
-
¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LE HABLAS ASÍ A MI NOVIA! Ella ha sido
la mejor trabajadora que has tenido aquí en tu vida y que esté
conmigo ahora no te da derecho a hablarle de esa forma. Lo que has
hecho es un delito y se llama despido improcedente; y te aseguro que
tomaremos cartas en el asunto porque esto no va a quedar así.
- No
serás capaz...-retó Megan-.
-
¡¿Que no soy...?! Mira Megan, no me toques los huevos porque
podemos acabar muy mal.
-
¡Eso! Ponme un dedo encima y te denunciaré por maltrato. A ti y a
esa puta.
-
¡QUE NO ME LLAMES ASÍ!-gritó exasperada Alicia.-
Megan estaba acorralada en su propio negocio y tenía a dos leones
frente a ella que estaban defendiendo lo suyo con uñas y dientes. Su
plan no había resultado, ya que creía que Marc seguiría igual que
como ella lo recordaba. Sin embargo, hoy había comprobado que era un
hombre nuevo, con las ideas más claras que nunca y con una
personalidad desbordante que, todo sea dicho, le atraía mucho más.
-
Recibirás noticias nuestras muy pronto porque vamos a denunciarte a
la policía,-amenazó Marc-. Así que esta jugarreta te va a salir
muy cara. No sé qué coño es lo que pretendías pero no ha
funcionado. Vete a la mierda, Megan. Tú y todos los demás.
Saliendo de allí, Marc y Alicia pensaron en dirigirse hacia la
comisaría para interponer la denuncia contra Megan Delaguare por
despido improcedente, pero Marc sabía que Megan iría corriendo a
contarle lo sucedido a sus padres y, conociéndolos, harían
cualquier cosa por salvaguardar su imagen. Tras hablarlo durante un
buen rato, la pareja volvió a casa cuando, en la puerta, se
encontraron a alguien tocando el timbre.
-
Marc, hay alguien llamando a la puerta,-advirtió Alicia a su novio
mientras salían del ascensor-.
- De
verdad, vamos a tener que mudarnos…
Carraspeando, el chico que llamaba se giró hacia los recién
llegados y saludó a Marc efusivamente.
-
¡Marc, viejo amigo!
-
Perdón, ¿tú quien coño eres?
-
Joder, soy yo, Eddie. ¿No te acuerdas de mí?
A Eddie sí que le alegraba verlo y mucho, por lo que Marc se acercó
a él y se abrazaron efusivamente mientras que Alicia sonreía al
verlos abrazados. No conocía a Eddie, pero por lo que había
escuchado antes en la discusión con Megan, sabía que fue el único
amigo que se comportó con él.
- Me
alegro de verte, Eddie. ¡Pasa! Eres más que bienvenido.
Dejándolos solos mientras que Alicia se iba a la ducha, Marc y Eddie
se quedaron charlando en el salón.
-
Dos años tío… Ha pasado mucho tiempo,-comenzó a decir Eddie-. Te
estuve buscando… ¿sabes?
-
¿En serio?
-
¡Claro! Cuando mis padres se enteraron de que la empresa quebró,
fui a tu casa, pero allí me dijeron que era propiedad del banco y
comencé a buscarte por los alrededores de allí, fui a casa de
Lucía, de Megan, de Trevor incluso… Pero nada, ninguno te había
visto y tampoco querían saber nada de ti. Yo alucinaba con la
frialdad que desprendían, te lo juro.
-
¿Sabes qué es lo mejor? Que hoy, justamente hoy, tanto Megan como
Lucía han querido saber de mí.
-
¿En serio? No me lo puedo creer…
Eddie se acababa de quedar completamente descolocado, ya que él
había vivido en sus propias carnes como ambas chicas no habían
demostrado ningún tipo de empatía por la situación que había
experimentado Marc.
-
Como te lo cuento. Hoy se iba Alicia al trabajo cuando nos
encontramos a Lucía aquí, en la puerta de nuestra casa. Claro,
imagínate mi sorpresa cuando me lo dice Alicia. Al final acabé
echándola de casa… Un show vaya.
-
Sí, eso lo sé porque vino a buscarme después de verte a
ti,-confesó Eddie-.
-
¿En serio?
-
Sí, sí, te lo prometo. Yo apenas la he visto en este tiempo, pero
acudió a mí porque sabía que yo la escucharía y me estuvo
contando por encima porque tiene un problemón…
- ¿Y
qué problema dice que tiene?
-
Pues que lleva año y medio saliendo con Trevor y al parecer se ha
quedado embarazada.
- ¿Y
qué problema hay con eso?
-
Que ella quiere tenerlo, pero tanto su novio como su madre quieren
que aborte y está entre la espada y la pared y me ha dicho que le
gustaría escaparse.
- Ah
claro, y por eso acudió a mí, porque como yo he estado desaparecido
durante dos años, quiere que la ayude. Qué lista ella. Por interés
te quiero Andrés, como se suele decir.
-
Pues tío, yo creo que lo está pasando mal de verdad. Me da pena…
-
Anda ya, qué pena ni pena. Por cierto, cambiando de tema, ¿cómo me
has encontrado tú?
-
Tío, la gente habla mucho y desde tu entrevista no he parado de
escuchar tu nombre en boca de todos y cuando vino Lucía a mi casa se
lo pregunté directamente.
-
Ostras, pues me está empezando a dar miedo ya esto de ser conocido…
Al final voy a tener que mudarme, te lo digo en serio. Y como Alicia
se acaba de quedar sin trabajo…
-
Anda, ¿y eso?
-
Coño es verdad, que no te lo he contado. ¿Sabes quién era la jefa
de mi novia?
-
Verás tú… ¿Quién?
-
¡Megan!
Tras contarle todo lo sucedido hacía una escasa hora, Marc tenía
una idea rondándole la cabeza y se la contó a Eddie.
-
Pues Eddie, volviendo al tema de Lucía y Megan, a mí hay algo que
no me cuadra en esta historia y voy a averiguarlo.
-
¿El qué?
- Es
demasiada casualidad que tanto Lucía como Megan vuelvan a aparecer
en mi vida las dos el mismo día y con apenas dos horas de diferencia
la una de la otra. ¿Tú sabes si siguen siendo amigas?
- Ni
idea… Cuando Lucía y tú terminasteis, el grupo se disolvió y no
hemos vuelto a quedar todos juntos.
-
Pues a mí me da la sensación de que esas dos se han puesto de
acuerdo y de que quieren algo. Desconozco el qué, pero tiene que
haber un motivo.
- ¿Y
si ha dado la casualidad?
Marc estaba convencido de que había un plan oculto tras esos
encuentros y se había propuesto averiguarlo.
-
¿Es casualidad que Lucía aparezca en mi casa justo a la hora a la
que Alicia se suele ir al trabajo? ¿Es casualidad que Megan sea la
jefa de mi novia y que tras yo echar de casa a Lucía, Megan haya
despedido a Alicia del trabajo sin ningún motivo? ¿Es casualidad
que te diga Lucía que está embarazada de Trevor cuando ella siempre
era la que follaba con condón? ¿Es casualidad también que Megan me
diga hoy que me quiere?
-
Joder, son demasiadas cosas…
-
Por eso te digo. Esas dos traman algo, pero el qué no lo sé.
- ¿Y
si esas dos hablaron después de que terminasen contigo e hicieron
las paces?
-
¿Tú crees?
- A
ver, se me acaba de ocurrir pero tiene sentido, escucha: Megan se
hizo la víctima y le diría a Lucía que tú la sedujiste, que tú
fuiste el que quiso acostarse con ella y le convenciste de que
tuvierais relaciones.
-
Creo que sé a dónde quieres llegar… Continúa.
La conversación se estaba tornando interesante justo cuando salió
Alicia del baño y, cuando iba a saludar, Eddie continuó hablando.
-
Imagina que esas dos se reconciliaron y, como habían estado contigo
las dos por separado, intentaron acostarse las dos juntas y tomaron a
Trevor como conejillo de indias.
-
¿Megan follando con Trevor? No me los imagino yo…
-
¡Espera un momento! ¿Y si es verdad que Lucía se ha quedado
embarazada y Megan le ha dicho que intente acostarse contigo para
echarte la culpa a ti?
- A
ver, a ver… Aterriza un momento. Yo sigo sin creerme lo de que
Lucía esté embarazada, lo siento pero no me lo trago, pero el resto
de tu teoría te la compro.
-
¿Entonces para qué querrían encontrarte las dos?
-
Porque tal vez quieren probar lo que es acostarse conmigo las dos a
la vez… No lo sé tío, esto es una puta paranoia y a mí se me
está yendo la cabeza, te lo juro.
-
Jajajajaja, no sé si somos unos malpensados y unos conspiranoicos de
mierda por haber visto muchas películas o es que somos demasiado
listos…
-
Conociendo a esas dos,-intervino de repente Alicia-, veo posible que
quieran acostarse con Marc las dos a la vez.
-
¡Joder, qué susto!-gritó Marc-. ¿Desde cuándo llevas ahí?
-
Acabo de salir prácticamente.
-
Pues haber dicho algo, porque sabíamos que estabas aquí.
- Es
que está muy interesante la conversación y no quería interrumpir.
¿Te quedas a cenar y seguimos hablando, Eddie?-preguntó Alicia al
invitado-.
- Si
a vosotros no os importa, será todo un placer.
CONTINUARÁ...
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