Tras desayunar, Ekrem y Violet decidieron bañarse en la piscina para
contrarrestar el sofocante calor que se estaba levantando aquel día.
Llegado a un momento, Violet salpicó a Ekrem.
-
Oh, no sabes lo que has hecho, Violet.
-
¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer al respecto?
- Te
voy a echar tanta agua que se van a creer que ha habido un tsunami en
mitad de este desierto jajajaja.
En la habitación de Emel y Loreen, ésta última se estiraba en su
cama tras despertar con un gran dolor de cabeza.
-
Dios… ¿qué hora es ya?-susurró mirando su móvil-.
En cambio, Agatha y Ralph seguían dormidos como unos bebés. La
fiesta había sido larga y habían sido muchos los orgasmos y las
copas que habían tenido así que… Todo influía.
Tras vestirse y salir, Loreen creyó escuchar voces en el patio, por
lo que salió y vio a su hermana con uno de los gemelos.
-
Pero bueno, si han colocado una boya en la piscina…
Suspirando, en completo silencio Violet salió de la piscina y miró
a su hermana tremendamente seria.
-
¿Qué tal Violet? ¿Te divertías flotando en la piscina?
-
Vete a la mierda Loreen.
Con mala cara, Ekrem también salió de la piscina y se encontró con
la coqueta mirada de Loreen.
-
Menudo aguante tienes después de la pedazo de fiesta que te pegaste
anoche, Alí.
-
Para tu información, soy Ekrem y segundo, deja de insultar tan
gratuitamente a tu hermana, ¿quieres? Ella no te ha hecho nada como
para que la tengas que tratar de esa forma, así que tranquila con
ella si no quieres que te pare yo los pies.
-
¿Pero quién te has creído tú que eres para hablarme así, niñato?
-
Vete a la mierda, Loreen. Con todas las palabras en negrita y
subrayado.
Sin dejarle tiempo a contestar, Ekrem se giró y corrió tras Violet,
a quien la pilló justo antes de subir las escaleras.
-
¡Violet espera!
-
Déjame Ekrem, necesito estar sola…
- Y
yo que te iba a contar que he mandado a tu hermana a la mierda…
-
¿Cómo?-preguntó la muchacha volviéndose a Ekrem como un resorte-.
- Le
he dicho que te deje en paz porque si no tendrá que vérselas
conmigo y la he mandado a la mierda. Oh, tendrías que ver la cara
que ha puesto…
Violet abrazó impulsivamente a Ekrem y luego, tras darse cuenta, un
gran sentimiento de vergüenza la invadió.
- Lo
siento mucho Ekrem…
- No
te disculpes por abrazarme. Puedes hacerlo siempre que quieras…
- Te
juro que yo no soy así, pero… Es lo más bonito que nunca jamás
ha hecho nadie por mí.
Tras subir y marcharse a sus respectivos dormitorios, Ekrem se
encontró a su hermano levantándose de la cama.
-
Buenos días madrugador,-saludó Ekrem-.
-
Ah, buenos días. ¿Has desayunado? Me muero de hambre.
-
Hace rato ya…
Sin previo aviso, Loreen abrió la puerta del dormitorio de los
gemelos hablando sin parar.
- Te
voy a decir una cosa niño, como me vuelv…,-comenzó diciendo justo
cuando vio despierto a Alí y paró de hablar-. Buenos días
semental,-saludó marchándose y cerrando la puerta de nuevo-.
Frunciendo el ceño, Ekrem se volvió a su hermano y le preguntó sin
contemplaciones.
-
¿Semental? ¿Por qué te llama así Alí?
-
Porque ayer me la follé y no sabes cómo disfrutó la perra.
-
¿Qué? ¿Lo sabe Emel?
-
Claro, si nos montamos un trío los tres jajajaja.
-
Dios mío Alí, ¿en serio?
Recordando el día anterior, Alí sonrió como un tonto.
-
Deberías haber venido a la fiesta. Tío, qué tetas maneja Loreen,
cómo la chupa… Bueno, y Agatha espérate.
-
¿También te has acostado con ella?
- No
tío, pero ojalá. Ayer hablando me puso la mano en el paquete… Yo
creo que esa quiere mandanga de la buena.
- En
serio… No te reconozco Alí.
-
Venga hombre, no me empieces como ayer. ¡Espabila coño! Que tienes
18 años, no 4. Estoy seguro de que en cuanto pruebes la carne de una
mujer como Dios manda se te quitarán tantas tonterías. Ah, y
hablando de ayer… Perdóname por lo que te dije tío. Me pasé tres
pueblos contigo, pero ya sabes que me gusta ir a mi aire sin que
nadie me controle y que hagas de padre es lo último. Que eres mi
hermano gemelo coño, deberíamos estar unidos en todo.
Justo cuando Loreen salió del baño del pasillo, se encontró a Emel
saliendo del dormitorio.
-
Buenos días guapa,-saludó Loreen-.
-
Buenos días. ¿Está el baño ocupado? Me estoy meando.
-
No, está libre ahora.
Pero poniéndose en su camino, Loreen rodeó a Emel y la besó.
-
Anoche eché de menos besarte en la fiesta pero… no quiero que
Aarón se ponga celoso. Se pone algo… nervioso si se acercan más
de la cuenta a mí. Será nuestro secreto… ¿vale?
En ese preciso instante, Violet salió de su dormitorio para ir al
baño justo cuando se encontró a su hermana enroscada en Emel.
Dándose cuenta de su presencia, comenzó a gritar.
-
¡Ya está aquí la gorda entrometida esta! ¿Me quieres dejar en paz
tía?
Violet se quedó callada y mirando a Emel sin saber lo que hacer.
-
Loreen, yo no quería pillarte así. Sólo quería ir al baño y
meterme en mi habitación…
-
Pues búscate una botella y mea allí porque el cuarto de baño está
ocupado ahora, ¿te queda claro? Y deja de espiar a la gente, gorda.
-
¡Que yo no espío a nadie!-se quejó Violet levantando la voz-.
-
¿Me vas a gritar a mí? Primero envías a tu novio para que me mande
a la mierda y ahora me espías y encima cuando te regaño me gritas.
Tú tienes los humos muy subidos últimamente, ¿no?
Saliendo del dormitorio, Agatha pegó un grito que silenció a Loreen
al instante.
-
¡SE ACABÓ! Estoy harta de vosotras, de que siempre os estéis
peleando, chillando o insultando.
-
Mamá,-dijo Loreen-, ha sido Violet, que ha salido de la habitación
justo cuando yo estaba hablando con Emel para enterarse de lo que nos
decíamos.
-
¡Le estaba comiendo la boca!-protestó Violet-.
-
¡Mentira!-dijo Loreen-.
-
¡Callaos las dos! Loreen, tú conmigo. Violet, haz lo que te dé la
gana.
Dando la vuelta, Loreen comenzó a acompañar a su madre mientras le
preguntaba a dónde iban.
-
Vamos a hacer footing, que ayer con todo el revuelo de la llegada de
Alí, Emel y Ekrem y la fiesta de después nos lo saltamos.
- Sí
y mientras tanto me cuentas por qué le pusiste la mano en el paquete
a Alí.
-
¡Niña! Calla…
Saliendo del dormitorio, los gemelos habían pensado en jugar al pin
pon juntos y pasar la mañana en compañía del otro.
- Te
voy a dar una paliza, Ekrem.
-
Sí, como aquella vez con la consola, ¿no?
- Es
que tú has jugado más cabrón. Tenías ventaja en ese juego.
Saliendo del dormitorio, Ralph saludó efusivamente a Alí.
-
¡Buenos días campeón! ¿Cómo te encuentras hoy?
-
Muy bien. He dormido como un angelito.
-
Genial. ¿Te apetece que nos echemos unas palas en el pin pon? Así
hablamos un rato y nos conocemos más.
- Es
que… ya había quedado con mi hermano.
- No
te preocupes,-dijo Ralph poniéndole el brazo a Alí sobre los
hombros y yéndose hacia las escaleras-, ya tendrás tiempo para
jugar con tu hermano más tarde.
Ekrem se quedó solo en el pasillo. Su hermano le había dejado
tirado completamente por pasar tiempo con Ralph, un hombre al que
acababa de conocer. Estupendo. Mirando hacia la puerta de Violet, la
llamó y ella le dio permiso para entrar.
-
¿Qué tal Violet? ¿Y esa cara?
-
Acabo de discutir con la estúpida de mi hermana.
-
Ya… Algo he escuchado. ¿Qué has dicho sobre un beso?
-
Que he pillado a tu prima comiéndole el morro a mi hermana. Más
bien al revés pero bueno.
-
Joder… Yo de verdad no sé en qué casa estoy viviendo.
- En
una de locos, te lo digo yo. Cada día que pasa me doy más cuenta de
que no encajo aquí.
- ¿Y
si nos desencajamos juntos?
Abajo, Ralph y Alí jugaban al pin pon tranquilamente mientras
charlaban.
- ¿Y
qué tienes pensado hacer ahora que has terminado tus estudios?
-
Pues pensaba buscar trabajo, porque la verdad es que paso de seguir
estudiando. Aparte de que mis notas no son los suficientemente altas
como para que me acepten en una universidad, pero bueno…
- ¿Y
buscas algún tipo de trabajo en específico?
-
No… De momento lo que salga y sobre todo ganar dinero para ahorrar.
-
Verás… Yo tengo una empresa y… podría hacerme falta un chico
como tú.
-
¿Como yo?-preguntó extrañado-.
Violet no sabía lo que había querido decir Ekrem con eso de
desencajarse juntos.
- ¿A
qué te refieres con eso?
-
Pues a ir tú y yo a nuestra bola. Seguir viviendo aquí pero
ignorando a los demás, hacer lo que nos apetezca sin dar cuentas a
nadie, ¿sabes?
- No
sé si mi madre estará de acuerdo.
-
Por si no te has fijado, tu madre está más a favor de tu hermana
que de ti, así que no le preguntes tanto y haz lo que creas
conveniente. Como has hecho antes gritándole a Loreen.
- Sí
y no veas cómo se me ha puesto…
-
Porque está acostumbrada a que agaches la cabeza, Violet. Pero es un
buen momento para que des un zapatazo y empieces a vivir tu vida.
Mira, mi hermano podrá decirme que si soy un crío o esto y aquello,
pero si yo sigo actuando de esta forma es porque sé lo que quiero y
lo que no. Me da igual lo que opine o piense. Hacía lo mismo cuando
vivía con mi tía y voy a seguir actuando de la misma manera. A
quien le guste vale y a quien no, pues también.
Ralph intentaba explicar a Alí el significado de sus palabras.
-
Sí, como tú. Se te ve un muchacho simpático, con don de gentes,
aprendes rápido, te adaptas con facilidad…
-
Vaya gracias.
- No
hay de qué, hijo. Creo que para el trabajo vendrías muy bien…
-
¿De qué se trataría el trabajo?
-
Bien, digamos que tengo una empresa de seguros. Yo soy el inspector y
los demás son mis agentes. Concedemos ayudas, velamos por la
seguridad de los demás… Ya sabes.
Tras cambiarse de ropa, Loreen y Agatha salieron a la calle a hacer
ejercicio y, de esa forma, pensar un poco en lo sucedido. Loreen
estaba sorprendida de haber visto a su hermana contestándole por
primera vez mirándola directamente a los ojos. Por otra parte, tal y
como la había defendido Ekrem aquella mañana, Loreen creía estar
en lo cierto cuando pensaba que entre ellos estaba surgiendo algo.
¿Al fin despegaría las alas su hermana pequeña?
Agatha, en cambio, reflexionaba sobre por qué Alí no se le iba de
la cabeza. Nunca le había pasado nada parecido con nadie y menos con
alguien que podría ser su hijo perfectamente. Pero había algo en
aquel chico que la atraía, que sacaba de ella su lado más salvaje…
Lo que le preocupaba era que Ralph metiese al muchacho en su empresa.
En principio, lo que sabían Agatha y sus hijas era que Ralph tenía
una empresa de seguros, pero Agatha llevaba un tiempo sospechando que
su marido no estaba siendo del todo sincero con ella…
En la habitación de Violet, Ekrem seguía animando a Violet.
-
Este cambio, por supuesto, tiene que ser cosa tuya. Por mucho que yo
te diga, no va a valer si no estás convencida tú al 100%, Violet.
- Lo
sé, pero… No sé si podré hacerlo yo sola.
- No
vas a estar sola. Recuerda que yo te ayudaré en lo que haga falta…
Dime, ¿qué es lo que te gustaría en este momento? Lo que más te
gustaría.
-
Pues… me gustaría mucho adelgazar. Odio que mi hermana me llame
gorda y lo odio más porque yo también tengo ojos y espejos para
verme, ¿sabes?
-
Entonces lucha por ello, pero no por darle en las narices a tu
hermana, eso es secundario. Hazlo si realmente quieres mejorar y
estar bien contigo misma y con tu cuerpo.
-
Está bien… Entonces lo tengo decidido: quiero adelgazar.
-
Estupendo. Vete cambiando y nos vemos en la puerta dentro de cinco
minutos.
Estrechándole la rodilla justo antes de levantarse, Ekrem sonrió a
Violet de una forma que derritió a la muchacha.
-
Nunca antes me había pasado esto con alguien-pensó Violet-. ¿Por
qué tengo que sentirme como una boba cuando estoy con él?
Pasado el tiempo pertinente, Violet salió del dormitorio y se
encontró a Ekrem con ropa de deporte.
-
¿Estás preparada para el principio de tu nueva vida?
-
Sólo si me prometes una cosa,-dijo Violet sintiendo un gran nido de
mariposas en su estómago-.
- Tú
dirás…
-
Que me acompañarás durante este camino.
-
Oh, yo… encantado Violet.
Durante todo el camino, las conversaciones fueron escasas, ya que
Violet se sentía tremendamente avergonzada por haber expresado sus
sentimientos, aunque fuera de cierta forma, y Ekrem porque no se
esperaba que Violet le dijese aquello. Él sentía un profundo
aprecio y cariño por Violet, veía lo guapa que era y se sentía
identificado con ella en muchas cosas pero… ¿Sería amor lo que
sentía por ella?
CONTINUARÁ…
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