Alí, recomponiéndose del golpe de su hermano, se quedó serio
mientras éste le gritaba.
-
¡Violet no es ninguna vaca! ¡Aquí el gilipollas eres tú!
-
Ekrem… ¿Quién te crees para pegarme?
-
¡Tu hermano gemelo! Me tienes muy harto con tus comportamientos,
Alí. Tus comportamientos y tus comentarios despectivos sobre los
demás, sobre todo si me atañen a mí. No me sigas tocando los
huevos porque al final vamos a acabar muy mal.
- Lo
siento, pero me apetece seguir tocándolos un poco más.
Y seguidamente, Alí le dio un puntapié a su hermano en la
entrepierna, provocando que Ekrem se retorciese de dolor en su sitio.
-
Hijo de puta…-se quejaba Ekrem con la mano en sus partes-.
-
Ojo por ojo, hermano. Es lo que hay.
Cogiendo aire y recuperándose un poco, Ekrem se levantó
directamente con el puño cerrado y le pegó a Alí tan fuerte que
comenzó a salir un poco de sangre.
-
Entonces, si seguimos esa ley, te debo muchas Alí. No creo que
quieras que me las cobre todas a la vez.
-
Venga, hazlo si todavía te quedan huevos después de esa patada…
Entrando en la habitación, Violet comenzó a gritar y a pedirles a
los chicos que parasen de una vez.
-
¡Parad por favor!
-
¡Cállate gorda!-gritó Alí-.
-
¡Que no le hables así, coño!-dijo Ekrem empujando a su hermano-.
-
¿Ves como me trata?-dijo Alí mirando a Violet intentando darle
pena-.
-
Pues te trata como te mereces, Alí,-sentenció Violet para la
sorpresa de los gemelos-.
Sintiéndose totalmente fuera de lugar, Alí salió de la habitación
en completo silencio mientras que Violet lo miraba y le decía una
última frase.
-
Seré gorda, pero no estúpida…
Cerrando la puerta, Ekrem y Violet se quedaron solos en la habitación
de él y, acercándose a ella, la miraba de una forma especial.
-
¿Quién eres tú y qué has hecho con la tímida Violet?
- No
lo sé, pero ahora mismo estoy temblando y me sudan muchísimo las
manos.
- No
sabes lo que me alegra verte así, aprendiendo a defenderte por ti
misma.
-
Estoy aprendiendo del mejor…
Bajando las escaleras tras salir del baño y limpiarse la cara, Alí
entró en la sala de estar y se encontró a Ralph muy acaramelado con
su prima Emel y a Agatha con dirección a la puerta.
-
Coño Alí, no te esperaba. Casi te como.
-
Pues cómeme,-dijo con un semblante triste en la cara-.
-
¿Qué te pasa?
-
Aquí no…
Saliendo de allí, Alí tenía una pregunta para Agatha.
-
¿Qué hacen esos dos tan acaramelados?
-
Ralph intenta darme celos con Emel, pero no sabe que conmigo esos
juegos no sirven. ¿Y a ti qué te pasa?
Antes de hablar, Alí se giró hacia Agatha y la besó en la boca.
Aprovechando el factor sorpresa, Alí entrometió su lengua y le dio
un beso mucho más profundo y húmedo.
- ¿Y
este beso a qué viene?
- A
que cuando estoy contigo me siento mejor.
-
Oye, ¿eso de ahí es sangre?
-
Sí… Es que mi hermano y yo hemos discutido otra vez.
- Y
por lo que veo esta vez habéis llegado a las manos. ¿Qué ha
pasado?
Tras contarle todo a Agatha, ésta le aconsejó que ignorase a su
hermano y que no hiciese ningún tipo de comentario si sabía que
Ekrem podía sentirse mal al escucharlo. Reflexionando sobre ello,
Alí se fue hacia el jardín cuando, al cabo de unos diez minutos,
Emel salió fuera y lo llamó.
-
Alí, por fin te encuentro.
En el interior de la casa, Agatha se dirigía hacia la cocina cuando
sintió la voz de Ralph a sus espaldas.
-
Agatha espera. Tenemos que hablar.
-
Uh, las conversaciones que empiezan con esa frase nunca acaban bien…
-
Agatha, esto es serio. Déjate de bromas, por favor.
Fuera, Emel se acercó a Alí mientras que éste seguía sumido en
sus pensamientos más profundos.
-
Tierra llamando a Alí, ¿me recibe? ¿Hay alguien ahí?
-
¿Qué? ¿Cómo? Sí sí…,-dijo Alí volviendo en sí-.
-
¿Dónde estabas?
- En
mi mundo…
-
¿Me invitas a tu mundo y me cuentas qué te ocurre?
Volviéndose hacia Ralph, Agatha dejó que él comenzase a hablar
primero.
-
¿Qué pasa contigo Agatha?
-
¿Conmigo? ¿No crees que tendría que ser yo quien te preguntase qué
haces enrollándote con Emel?
- Se
me presentó la ocasión y no la desperdicié, al igual que tú has
hecho con Alí.
-
Ah, con que ojo por ojo… Ralph, si tanto te jodía que Alí se
acostase conmigo, ¿por qué aceptaste en lugar de negarte?
-
Porque le dije que me pidiera lo que fuera y él se lo tomó al pie
de la letra.
-
Para que aprendas que eres esclavo de tus palabras pero dueño de tus
pensamientos.
Tras contarle lo sucedido a Emel, Alí se abrazó a ella mientras
ésta sonreía.
- Es
que tú mismo te metes en unos berenjenales en los que luego sales
escaldado… Pasa de tu hermano, Alí. Él es feliz a su forma y tú
a la tuya, ¿no? Pues ya está. No quieras controlar todo lo que
ocurre a tu alrededor…
Junto a la cocina, Agatha se acababa de quedar totalmente de piedra
al escuchar lo que le había dicho Ralph.
-
¿Cómo dices? ¿Me estás echando la culpa a mí?
-
Sí. Si tú no hubieras aceptado nada de esto habría pasado.
-
Pero vamos a ver… Todo esto empezó porque tú quisiste enchufarlo
en tu empresa. Hasta ahí todo bien. Ha hecho un buen primer día de
trabajo y le quieres dar una recompensa, le dices que te pida lo que
quiera porque tú se lo concedes… Si el muchacho se ha fijado en
mí, ¿qué te vas a esperar que te pida? ¿Un juego de sábanas para
el cuarto? Es que Ralph, pareces nuevo en esto. Y más después de
que estuviese ayer en la fiesta…
Quedándose en silencio durante un momento, Ralph le hizo una
pregunta a Agatha.
- ¿Y
tú por qué aceptaste cuando Alí te lo propuso?
-
Porque soy una mujer, me gustan los hombres y tengo ojos en la cara.
Alí es un chico muy guapo y que me parece atractivo y sí, si me lo
preguntas, me parece un muchacho bastante sexy. Me fijé en él
cuando lo vi el primer día.
-
¡Lo sabía!
-
Eh, ahora no te hagas el santo, que tú desde el principio nos
pediste a Loreen y a mí que nos acostásemos los tres y nos
obligaste a practicar incesto entre las dos para que a ti se te
pusiera más dura todavía. Aquí si vamos a comenzar a echarnos las
cosas en cara yo mejor me siento porque la lista que tengo es larga.
-
¿Tan mal me porto contigo?
- No
Ralph, pero escúchame…
Emel se había separado de Alí pero continuó dándole consejos.
-
Mira, conozco muy poco a Violet pero parece muy buena chica. Desde
luego no tiene nada que ver con su hermana, pero ambas son
simpáticas. Si Ekrem ha hecho migas con ella, ¿qué más te da? Tú
te has acostado con Loreen y él no te ha reprochado nada.
-
¿Que no? Ayer le faltó tiempo para decirme que no tenemos respeto
por la tía Bárbara.
- Es
que no lo hemos tenido Alí, ahí le tengo que dar la razón a Ekrem.
Sabíamos que mi madre se moría, pero apenas vinimos aquí nos
metimos una fiesta entre pecho y espalda, hicimos un trío y tú te
has acostado con Agatha y con Loreen de nuevo, yo con Ralph… ¿Lo
entiendes ahora?
-
Ya…
-
Eso es a lo que se refiere Ekrem. Precisamente eso.
Ralph comenzó a besar impulsivamente a Agatha tras escuchar sus
palabras.
- Te
juro que no te defraudaré más. He actuado como un egoísta y un
machista, pero ahora eso cambiará. Tendrás la completa libertad
para hacer y deshacer lo que quieras sin que yo me entrometa en tu
vida al igual que tú haces conmigo… Es lo mínimo que puedo hacer.
Siguiendo su camino, Agatha se puso a cocinar mientras que Ralph le
proponía un plan.
- ¿Y
si nos vamos toda la familia al cine? Así podremos aprovechar para
conocernos un poco más todos nosotros.
-
Muy buena idea Ralph.
Tras avisar a la familia, Loreen se apuntó sin pestañear pero Alí
dijo que había quedado con Aarón aquella tarde. Emel, en cambio,
prefirió quedarse en casa porque no se encontraba muy bien; en
realidad se sentía algo culpable después de reflexionar tras la
conversación con Alí y darse cuenta de que, tanto ella como su
primo, no habían guardado el suficiente luto y respeto a su madre.
Sin embargo, hubo más ocasiones en las que unirse a todos e irse al
cine, ya que comenzaron a hacer ese plan todas las semanas durante un
par de meses.
Por otra parte, Ekrem y Violet también rehusaban casi siempre la
oferta pero, uno de esos días, ellos ya tenían sus propios planes.
-
Pero bueno, qué guapos vais los dos,-dijo Loreen-.
-
Gracias,-contestó Violet-. Vamos a un club a tomar algo…
-
Pasadlo bien y tened cuidado,-aconsejó Agatha-. Estáis guapísimos
los dos.
Al cabo de un rato, Violet y Ekrem llegaron a su destino y, cuando el
muchacho vio el lugar, se quedó asombrado.
-
Menudo sitio, Violet.
-
¿Te gusta?
- Y
tanto que sí. ¿De qué conoces ese lugar?
- De
nada en realidad. Había visto muchas fotos de este local en internet
y siempre tuve ganas de venir pero nunca supe con quién hacerlo y
hoy… me ha parecido el momento perfecto.
- Me
parece genial, Violet. Me encanta.
Acercándose a la barra, ambos jóvenes se pidieron una bebida cada
uno mientras que charlaban entre ellos y miraban a su alrededor
dándose cuenta de que la gente que deambulaba por allí eran
personas de alto nivel adquisitivo.
Uno de los hombres que estaban por allí se marchaba ya cuando,
acercándose al ascensor para irse, pudo ver cómo de él salía
alguien a quien llevaba tiempo evitando.
-
Hombre, qué… agradable sorpresa,-saludó aquel hombre de avanzada
edad-.
- ¿Y
el dinero?
-
¿El dinero? Oh sí, el dinero… Justamente iba a ir a veros ahora
para charlar con tu jefe sobre este tema.
- Mi
jefe no tiene tiempo para estas gilipolleces. ¿Tienes el dinero?
- El
concepto tener es bastante relativo… Yo puedo tener ganas de ser
rico pero no por eso tengo que serlo.
-
¡¿Tienes el dinero?!
-
No… No lo tengo.
Aquel recaudador de “impuestos”, que no era otro que Alí,
comenzó a pegar a aquel tipo sin importarle la gente que hubiese a
su alrededor.
-
Esto es para que aprendas a que no se puede jugar con nosotros y con
nuestro dinero.
Acercándose al alboroto, Ekrem creyó estar soñando. ¿Ese no era
su hermano? ¿Qué hacía pegándole a un señor mayor?
Ekrem no podía creerlo y, mirando a Violet, le hizo un gesto para
que se fijase en lo que estaba sucediendo. ¿Qué tipo de empresa
tenía Ralph y qué trabajos eran esos en los que se necesitaba pegar
palizas a la gente?
Parando de maltratar a aquel hombre, Ekrem pudo escuchar la frase que
le dijo Alí a ese tipo.
- Y
no te olvides de que tienes hasta mañana para pagar lo que debías y
un 10% más de intereses a causa de tu demora.
Ese hombre apenas podía mantenerse en pie mientras que Alí lo
miraba con una sonrisa en la cara. Se sentía orgulloso porque, en
muy poco tiempo, estaba alcanzando a Aarón y batiendo sus récords
como nunca había hecho nadie.
Violet no cabía en sí de su asombro al igual que Ekrem, quien
miraba a su hermano sin llegar a reconocerlo. Alí, percatándose de
que su hermano y Violet lo habían visto, los miró mortalmente
serio.
-
Como se os ocurra decir algo, los siguientes seréis vosotros.
CONTINUARÁ…
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