Subiéndose a la cinta de correr, tanto Violet como Ekrem comenzaron
a un ritmo suave para ir subiéndolo progresivamente.
Tras media hora, Ekrem se bajó de la cinta y dejó allí a Violet.
Él quería ganar algo de músculo y sólo con correr no lo iba a
conseguir.
Pasados unos 20 minutos más, una sonriente Violet se acercó hasta
Ekrem.
- Yo
ya he terminado, ¿qué tal vas tú?-preguntó la muchacha-.
-
Bien, me queda poco ya.
-
Vale, pues yo me voy a ir a la ducha, que estoy chorreando de sudor.
Con paso decidido, Violet se marchó a la ducha del vestuario
mientras pensaba en que le gustaba hacer ejercicio en compañía. No
era lo mismo ir sola que estar acompañada de alguien que la animaba
y apoyaba en todo momento.
Cuando Violet salió, Ekrem ya la esperaba en la puerta también
recién salido de la ducha y con ropa de calle.
-
¿Estás lista?
-
Sí, me he quedado en la gloria.
-
Jajaja, yo igual.
-
Venga, vamos a casa.
Cuando estaban cerca de casa, Violet y Ekrem se encontraron con
Loreen, quien también volvía a casa después de hacer footing.
Acercándose a su hermana, Violet quiso darle en las narices.
-
Buenas tardes Loreen.
-
Buenas tardes.
-
¿Haciendo footing?
-
¿Es que no ves lo suficiente con esas gafotas?
- Sí
lo veo. Sólo quería decirte que mientras tú has pasado calor en la
calle, Ekrem y yo hemos ido al gimnasio.
-
¿Tú? ¿En un gimnasio?
Asintiendo, Violet sonreía mientras que Ekrem la miraba orgulloso.
-
Así es, Loreen. He ido al gimnasio.
-
Bueno, pues a ver si no lo dejas a medias…
- Te
aseguro que no. En eso no me parezco a ti…
-
Eso habrá que verlo.
Entrando en casa, Ekrem y Violet decidieron ir a ver la tele y allí
se encontraron con Emel. Invitándolos a unirse, los tres juntos
vieron el programa que estaban echando en ese momento.
A todo esto, Alí y Ralph se bañaban en la piscina para refrescarse
un poco.
- Me
encanta esta piscina,-confesó Alí-.
-
Está genial, ¿verdad?
-
Sí. Eso de poder bañarte cuando te da la gana es una pasada…
-
Ventajas de ser quien soy…
Acercándose a su madre, Loreen le comentó a Agatha lo que le había
dicho su hermana.
-
Mamá, ¿a que no sabes de dónde ha venido Violet?
-
¿De dónde, hija?
-
Del gimnasio.
-
¡¿Violet?!-preguntó Agatha extrañada-.
-
Sí. Y no fue sola, sino con Ekrem…
-
Anda mira, al final tu hermana no es tan independiente como nos
creíamos.
Loreen sonrió encogiéndose de hombros.
- Ni
idea, pero desde que Ekrem llegó a la casa no se ha despegado de
ella ni un momento.
-
Bueno, ¿y eso es malo?
-
No, no digo eso. Sólo digo que me extraña mucho porque ya sabemos
cómo es Violet, que con 18 años que tiene nunca ha dado un beso a
nadie, nunca se le ha visto rodeada de chicos y es más virgen y pura
que la propia Virgen María, te lo aseguro.
-
Mira Loreen, quizás Ekrem y Violet hayan conectado… ¿Quién sabe?
Saliendo de la piscina, Ralph avisó a Alí.
-
Chaval, ¿por qué no te cambias de ropa y te vienes al trabajo
conmigo?
-
¿De verdad?
-
Claro, así hacemos todo el papeleo para que te incorpores cuanto
antes…
-
¡Genial! Muchísimas gracias.
Minutos después, Ralph y Alí marchaban hasta el lugar desde donde
trabajaba el primero junto con sus amigos.
Cuando Alí se paró frente a una casa, miró extrañado a Ralph,
quien abrió la puerta con llave y la volvió a cerrar tras de sí.
Cruzaron un par de puertas, bajaron hasta un sótano y, tras unas
puertas dobles, Alí vio a los amigos de Ralph que habían estado en
la fiesta el día anterior.
-
Bienvenido a la guarida,-le dijo Ralph a Alí-.
Los muchachos, sin volverse, miraban a Robin tecleando sin parar como
un loco hasta que éste pegó un grito.
-
¡Listo! Ahora mismo cinco millones de euros se están ingresando en
nuestra cuenta.
-
Eso le pasa por no pagarnos a tiempo,-comentó Arnold-.
-
Familia,-intervino Ralph-, hoy quiero presentaros oficialmente a un
nuevo miembro de nuestro grupo: Alí Köpek.
Dándose la vuelta, el resto de muchachos le dieron la enhorabuena a
Alí. Ralph, mirando a Aarón, le encargó una misión.
-
Aarón, necesito que me hagas un favor,-comentó Ralph-.
-
Dime jefe.
-
Eres el mejor en tu campo, así que llévate a Alí y enséñale cómo
trabajamos… Tengo buenas vibraciones con él.
-
Estupendo.
-
¿Qué vamos a hacer?-preguntó Alí-.
Sonriendo, Aarón miró a Alí y le contestó.
-
Vamos a pedir lo que es nuestro, simple y llanamente.
-
¿Cómo?
-
Ven, te lo contaré por el camino, Alí.
Alí y Aarón se marcharon de aquel sitio y pusieron rumbo a un club
para gente distinguida.
-
¿Qué hacemos aquí, Aarón?-preguntó Alí extrañado-.
-
Verás, el dueño de este local nos pidió pasta para abrir el
negocio y prometió devolvernos el préstamo en un plazo de 3 meses.
Pues bien, han pasado 5 meses y todavía no hemos olido ni un
céntimo.
Sorprendiéndose, Alí seguía teniendo dudas.
- ¿Y
qué vamos a hacer?
- Tú
mirar. Yo haré lo que haga falta…
-
¿Lo que sea?
- Tú
lo has dicho… Vamos dentro.
Cuando subieron las escaleras, Alí le pidió el favor a Aarón de
dejarle preguntarle a la camarera por el paradero de su jefe.
Aceptando, Aarón se quedó en un segundo plano para ver cómo se
manejaba aquel muchacho en una situación así y ver si valía para
el puesto o no.
-
¿Dónde está tu jefe?-preguntó Alí seriamente a la camarera-.
-
¿Quién lo pregunta?
- El
tío que le prestó el dinero para abrir este puto antro, así que si
no me dices donde está voy a comenzar a destrozar el sitio hasta que
no quede un ladrillo vivo, ¿queda claro?
-
Sí, sí. Aquí tienes,-dijo la muchacha alargándole un papel con la
dirección de su jefe-.
Volviendo a donde estaba Aarón, Alí le entregó el papel y le
enseñó una botella que había mangado de la barra.
-
Coño Alí, ¿de dónde has sacado eso?
- He
visto muchas películas, me he metido en líos… De todo un poco.
-
Joder, eres bueno chaval… Venga, vamos a la casa de este bastardo.
Llegando hasta el lugar que indicaba el papel, Aarón le dijo a Alí
que el tipo que salía justamente de una de esas viviendas era al que
estaban buscando.
-
Vaya, vaya, pero mira a quién tenemos aquí…-dijo Aarón
interceptando a su objetivo-. Buenas tardes Jonathan.
-
Ah… Hola Aarón. ¿Qué tal? ¿Cómo te trata la vida?-preguntó
con claros signos de estar nervioso-.
- Si
te soy sincero, la vida me trataría mejor si me pagases el dinero
que nos debes… ¿Cuándo demonios nos piensas pagar?
-
Pronto, muy pronto. Os lo prometo.
-
¿Cuándo es pronto?
-
Muy pronto, de verdad.
Comenzando a reírse, Aarón negaba con su cabeza mientras que
Jonathan se mantenía tremendamente serio.
-
Jonathan… ¿Cuándo vas a aprender que con nosotros no se juega?
-
Aarón, tenía el dinero, lo juro.
-
Pero…
-
Pero justamente tuve que arreglar un tema del club y no he podido
pagar a tiempo. Pero te prometo que… en un mes tendrás el dinero.
-
¿Un mes?-preguntó incrédulo Aarón-.
Sin poderlo aguantar, Alí sacó la botella que había robado y se la
estrelló a Jonathan en la cabeza.
-
¡En un mes vas a estar criando malvas como no nos pagues antes!
Aarón abrió sus ojos como brótolas y permaneció en silencio
mientras observaba cómo se desenvolvía Alí como pez en el agua.
- ¿Y
tú quién cojones eres? ¿No sabes quién soy yo?-preguntó
Jonathan-.
- Me
la pela quien cojones seas. Yo lo que sé es que nos debes dinero y
te estás pasando de la ralla al no pagar. Llevas dos meses de
retraso y hemos sido demasiado pacientes contigo, así que como no
nos pagues lo que nos debías con un… 25% de interés, yo mismo en
persona iré a destrozarte tu precioso local.
-
Inténtalo y te mato,-dijo Jonathan echándose la mano a la cara
doliéndose del botellazo-.
Mirándolo fija y mortalmente serio, Alí se dirigió a Jonathan
mientras que Aarón seguía flipando en colores.
-
¿Quién va a matar a quién? Te acabo de pegar un botellazo que no
has visto venir y estás comenzando a sangrar como un cerdo
asqueroso. Tienes dos semanas.
-
¡¿Dos?! No podré tener el dinero en tan poco tiempo.
-
Ese no es mi problema amigo. Dos semanas o ya sabes lo que hay…
Agachando la cabeza, Jonathan asintió y aceptó las condiciones
mientras que la herida de la cabeza seguía sangrando.
-
Está bien. Tendrás el dinero en dos semanas.
-
Así me gusta, que seas buen chico. Ahora ve a curarte esa herida
anda, que para pagar te necesito vivo,-sentenció Alí-.
Saliendo una chica de la casa de Jonathan, se sorprendió al verlo
sangrando.
-
¿Qué está pasando aquí?
-
Negocios,-contestó Aarón-. Así que métete en casa otra vez si no
quieres que te cobremos la deuda de tu hermano, cielo.
Marchándose de allí, Aarón felicitó una y otra vez a Alí por su
actitud seria y profesional. ¡Parecía que había nacido para ello!
Llegando de nuevo a la base, Aarón exclamó su llegada a los cuatro
vientos.
-
¡Alí es un puto héroe!
-
¿Qué ha pasado?-preguntó Ralph rápidamente-.
Tras contarle lo sucedido, Ralph abrazó a Alí sin dudarlo.
-
Sabía que no me defraudarías. Si sigues así, pronto serás el
mejor de todos nosotros…
-
Vaya, muchas gracias.
-
¿Un botellazo? ¿En serio le pegaste un botellazo al hijo mayor del
clan de los Montoya?
-
Sí… Y tan pancho que me quedé.
-
Qué huevos tienes Alí jajajaja. Esto se merece un premio. Pídeme
lo que quieras.
Quedándose pensativo, Alí tuvo una rápida idea y, tras meditarla
unos segundos, le hizo una pregunta a Ralph.
-
¿Lo que yo quiera?
- Lo
que sea, Alí. Tú pídemelo y se hará tal y como tú lo digas.
-
Está bien… Entonces quiero follarme a Agatha y a Loreen.
-
Pffff, ¿cómo dices?-preguntó Aarón totalmente incrédulo-. ¿Te
has vuelto loco?
-
Como lo oyes. Agatha y Loreen… a la vez.
CONTINUARÁ…
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