martes, 21 de julio de 2020

Capítulo 8 || Doble o nada

 Subiéndose a la cinta de correr, tanto Violet como Ekrem comenzaron a un ritmo suave para ir subiéndolo progresivamente.


 Tras media hora, Ekrem se bajó de la cinta y dejó allí a Violet. Él quería ganar algo de músculo y sólo con correr no lo iba a conseguir.


 Pasados unos 20 minutos más, una sonriente Violet se acercó hasta Ekrem.
- Yo ya he terminado, ¿qué tal vas tú?-preguntó la muchacha-.
- Bien, me queda poco ya.
- Vale, pues yo me voy a ir a la ducha, que estoy chorreando de sudor.


 Con paso decidido, Violet se marchó a la ducha del vestuario mientras pensaba en que le gustaba hacer ejercicio en compañía. No era lo mismo ir sola que estar acompañada de alguien que la animaba y apoyaba en todo momento.


 Cuando Violet salió, Ekrem ya la esperaba en la puerta también recién salido de la ducha y con ropa de calle.
- ¿Estás lista?
- Sí, me he quedado en la gloria.
- Jajaja, yo igual.
- Venga, vamos a casa.


 Cuando estaban cerca de casa, Violet y Ekrem se encontraron con Loreen, quien también volvía a casa después de hacer footing. Acercándose a su hermana, Violet quiso darle en las narices.
- Buenas tardes Loreen.
- Buenas tardes.
- ¿Haciendo footing?
- ¿Es que no ves lo suficiente con esas gafotas?
- Sí lo veo. Sólo quería decirte que mientras tú has pasado calor en la calle, Ekrem y yo hemos ido al gimnasio.
- ¿Tú? ¿En un gimnasio?


 Asintiendo, Violet sonreía mientras que Ekrem la miraba orgulloso.
- Así es, Loreen. He ido al gimnasio.
- Bueno, pues a ver si no lo dejas a medias…
- Te aseguro que no. En eso no me parezco a ti…
- Eso habrá que verlo.  


 Entrando en casa, Ekrem y Violet decidieron ir a ver la tele y allí se encontraron con Emel. Invitándolos a unirse, los tres juntos vieron el programa que estaban echando en ese momento.


 A todo esto, Alí y Ralph se bañaban en la piscina para refrescarse un poco.
- Me encanta esta piscina,-confesó Alí-.
- Está genial, ¿verdad?
- Sí. Eso de poder bañarte cuando te da la gana es una pasada…
- Ventajas de ser quien soy…


 Acercándose a su madre, Loreen le comentó a Agatha lo que le había dicho su hermana.
- Mamá, ¿a que no sabes de dónde ha venido Violet?
- ¿De dónde, hija?
- Del gimnasio.
- ¡¿Violet?!-preguntó Agatha extrañada-.
- Sí. Y no fue sola, sino con Ekrem…
- Anda mira, al final tu hermana no es tan independiente como nos creíamos.


 Loreen sonrió encogiéndose de hombros.
- Ni idea, pero desde que Ekrem llegó a la casa no se ha despegado de ella ni un momento.
- Bueno, ¿y eso es malo?
- No, no digo eso. Sólo digo que me extraña mucho porque ya sabemos cómo es Violet, que con 18 años que tiene nunca ha dado un beso a nadie, nunca se le ha visto rodeada de chicos y es más virgen y pura que la propia Virgen María, te lo aseguro.
- Mira Loreen, quizás Ekrem y Violet hayan conectado… ¿Quién sabe?


 Saliendo de la piscina, Ralph avisó a Alí.
- Chaval, ¿por qué no te cambias de ropa y te vienes al trabajo conmigo?
- ¿De verdad?
- Claro, así hacemos todo el papeleo para que te incorpores cuanto antes…
- ¡Genial! Muchísimas gracias.


 Minutos después, Ralph y Alí marchaban hasta el lugar desde donde trabajaba el primero junto con sus amigos.


 Cuando Alí se paró frente a una casa, miró extrañado a Ralph, quien abrió la puerta con llave y la volvió a cerrar tras de sí. Cruzaron un par de puertas, bajaron hasta un sótano y, tras unas puertas dobles, Alí vio a los amigos de Ralph que habían estado en la fiesta el día anterior.
- Bienvenido a la guarida,-le dijo Ralph a Alí-.


 Los muchachos, sin volverse, miraban a Robin tecleando sin parar como un loco hasta que éste pegó un grito.
- ¡Listo! Ahora mismo cinco millones de euros se están ingresando en nuestra cuenta.
- Eso le pasa por no pagarnos a tiempo,-comentó Arnold-.
- Familia,-intervino Ralph-, hoy quiero presentaros oficialmente a un nuevo miembro de nuestro grupo: Alí Köpek.


 Dándose la vuelta, el resto de muchachos le dieron la enhorabuena a Alí. Ralph, mirando a Aarón, le encargó una misión.
- Aarón, necesito que me hagas un favor,-comentó Ralph-.
- Dime jefe.
- Eres el mejor en tu campo, así que llévate a Alí y enséñale cómo trabajamos… Tengo buenas vibraciones con él.
- Estupendo.
- ¿Qué vamos a hacer?-preguntó Alí-.


 Sonriendo, Aarón miró a Alí y le contestó.
- Vamos a pedir lo que es nuestro, simple y llanamente.
- ¿Cómo?
- Ven, te lo contaré por el camino, Alí.


 Alí y Aarón se marcharon de aquel sitio y pusieron rumbo a un club para gente distinguida.
- ¿Qué hacemos aquí, Aarón?-preguntó Alí extrañado-.
- Verás, el dueño de este local nos pidió pasta para abrir el negocio y prometió devolvernos el préstamo en un plazo de 3 meses. Pues bien, han pasado 5 meses y todavía no hemos olido ni un céntimo.


 Sorprendiéndose, Alí seguía teniendo dudas.
- ¿Y qué vamos a hacer?
- Tú mirar. Yo haré lo que haga falta…
- ¿Lo que sea?
- Tú lo has dicho… Vamos dentro.


 Cuando subieron las escaleras, Alí le pidió el favor a Aarón de dejarle preguntarle a la camarera por el paradero de su jefe. Aceptando, Aarón se quedó en un segundo plano para ver cómo se manejaba aquel muchacho en una situación así y ver si valía para el puesto o no.
- ¿Dónde está tu jefe?-preguntó Alí seriamente a la camarera-.
- ¿Quién lo pregunta?
- El tío que le prestó el dinero para abrir este puto antro, así que si no me dices donde está voy a comenzar a destrozar el sitio hasta que no quede un ladrillo vivo, ¿queda claro?
- Sí, sí. Aquí tienes,-dijo la muchacha alargándole un papel con la dirección de su jefe-.


 Volviendo a donde estaba Aarón, Alí le entregó el papel y le enseñó una botella que había mangado de la barra.
- Coño Alí, ¿de dónde has sacado eso?
- He visto muchas películas, me he metido en líos… De todo un poco.
- Joder, eres bueno chaval… Venga, vamos a la casa de este bastardo.


 Llegando hasta el lugar que indicaba el papel, Aarón le dijo a Alí que el tipo que salía justamente de una de esas viviendas era al que estaban buscando.
- Vaya, vaya, pero mira a quién tenemos aquí…-dijo Aarón interceptando a su objetivo-. Buenas tardes Jonathan.
- Ah… Hola Aarón. ¿Qué tal? ¿Cómo te trata la vida?-preguntó con claros signos de estar nervioso-.
- Si te soy sincero, la vida me trataría mejor si me pagases el dinero que nos debes… ¿Cuándo demonios nos piensas pagar?
- Pronto, muy pronto. Os lo prometo.
- ¿Cuándo es pronto?
- Muy pronto, de verdad.


 Comenzando a reírse, Aarón negaba con su cabeza mientras que Jonathan se mantenía tremendamente serio.
- Jonathan… ¿Cuándo vas a aprender que con nosotros no se juega?
- Aarón, tenía el dinero, lo juro.
- Pero…
- Pero justamente tuve que arreglar un tema del club y no he podido pagar a tiempo. Pero te prometo que… en un mes tendrás el dinero.
- ¿Un mes?-preguntó incrédulo Aarón-.


 Sin poderlo aguantar, Alí sacó la botella que había robado y se la estrelló a Jonathan en la cabeza.
- ¡En un mes vas a estar criando malvas como no nos pagues antes!


 Aarón abrió sus ojos como brótolas y permaneció en silencio mientras observaba cómo se desenvolvía Alí como pez en el agua.
- ¿Y tú quién cojones eres? ¿No sabes quién soy yo?-preguntó Jonathan-.
- Me la pela quien cojones seas. Yo lo que sé es que nos debes dinero y te estás pasando de la ralla al no pagar. Llevas dos meses de retraso y hemos sido demasiado pacientes contigo, así que como no nos pagues lo que nos debías con un… 25% de interés, yo mismo en persona iré a destrozarte tu precioso local.
- Inténtalo y te mato,-dijo Jonathan echándose la mano a la cara doliéndose del botellazo-.


 Mirándolo fija y mortalmente serio, Alí se dirigió a Jonathan mientras que Aarón seguía flipando en colores.
- ¿Quién va a matar a quién? Te acabo de pegar un botellazo que no has visto venir y estás comenzando a sangrar como un cerdo asqueroso. Tienes dos semanas.
- ¡¿Dos?! No podré tener el dinero en tan poco tiempo.
- Ese no es mi problema amigo. Dos semanas o ya sabes lo que hay…


 Agachando la cabeza, Jonathan asintió y aceptó las condiciones mientras que la herida de la cabeza seguía sangrando.
- Está bien. Tendrás el dinero en dos semanas.
- Así me gusta, que seas buen chico. Ahora ve a curarte esa herida anda, que para pagar te necesito vivo,-sentenció Alí-.


 Saliendo una chica de la casa de Jonathan, se sorprendió al verlo sangrando.
- ¿Qué está pasando aquí?
- Negocios,-contestó Aarón-. Así que métete en casa otra vez si no quieres que te cobremos la deuda de tu hermano, cielo.


 Marchándose de allí, Aarón felicitó una y otra vez a Alí por su actitud seria y profesional. ¡Parecía que había nacido para ello! Llegando de nuevo a la base, Aarón exclamó su llegada a los cuatro vientos.
- ¡Alí es un puto héroe!
- ¿Qué ha pasado?-preguntó Ralph rápidamente-.


  Tras contarle lo sucedido, Ralph abrazó a Alí sin dudarlo.
- Sabía que no me defraudarías. Si sigues así, pronto serás el mejor de todos nosotros…
- Vaya, muchas gracias.
- ¿Un botellazo? ¿En serio le pegaste un botellazo al hijo mayor del clan de los Montoya?
- Sí… Y tan pancho que me quedé.
- Qué huevos tienes Alí jajajaja. Esto se merece un premio. Pídeme lo que quieras.


 Quedándose pensativo, Alí tuvo una rápida idea y, tras meditarla unos segundos, le hizo una pregunta a Ralph.
- ¿Lo que yo quiera?
- Lo que sea, Alí. Tú pídemelo y se hará tal y como tú lo digas.
- Está bien… Entonces quiero follarme a Agatha y a Loreen.
- Pffff, ¿cómo dices?-preguntó Aarón totalmente incrédulo-. ¿Te has vuelto loco?
- Como lo oyes. Agatha y Loreen… a la vez.


CONTINUARÁ…

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