miércoles, 15 de julio de 2020

Capítulo 5 || Doble o nada

 Saliendo del dormitorio rápidamente, Ralph intervino en la conversación de Emel justo antes de que Josh le contestase.
- Josh, ¿puedo hablar contigo un momento?
- Sí, claro,-le dijo a Ralph-. Perdóname Emel, ahora vengo.


 Ya en el dormitorio de Violet, ésta y Ekrem continuaron hablando.
- ¿Qué me ibas a decir sobre tu hermana cuando han llamado a la puerta?
- ¡Ah! Pues eso, que mi hermana está enamorada de sí misma, es muy orgullosa y también es la mimada de la casa. Como le sigue el rollo a mamá siempre y le afirma a Ralph todo lo que dice, pues es normal que ellos la prefieran. Aparte de que tiene un cuerpazo y eso también influye. Yo como soy una vaca…
- Perdóname que te diga pero no eres ninguna vaca. Estás gordita, eso es innegable, pero la gordura se puede quitar, la estupidez humana no.


 Alguien llamó a la puerta del dormitorio de Loreen mientras ésta estaba con Aarón.
- ¿Quién es?-preguntó Loreen-.
- Dile a Aarón que baje enseguida,-dijo Ralph al otro lado de la puerta-.
- ¡Está bien, jefe! Bueno Loreen, ya nos veremos en otro momento…


 Bajando las escaleras, Ralph habló muy seriamente con Josh.
- ¿Te has dado cuenta de que casi la cagas desde el minuto uno?
- ¿Por qué?
- Emel es nueva aquí y no tiene ni idea de nada de negocios, de fiestas ni nada de nada, así que todos calladitos hasta que llegue el momento de contarle las cosas.
- ¿Crees que se querrá unir?
- Tengo la sensación de que sí. Creo que es más parecida a Loreen que a Violet en lo que a personalidad se refiere.


 Sonando el timbre, Ralph se dirigió hacia la puerta y la abrió al ver que había llegado el resto del equipo.
- Señores,-dijo Ralph-, me alegro de verlos. Pasad y charlemos.


 En el piso de arriba, Loreen salió del dormitorio y avisó a Emel de que ya podía pasar.
- Pasa si quieres, Emel. Ya podremos estar solas y seguir charlando.


 Abajo, el tema de conversación era sobre los gemelos y Emel.
- ¿Y cómo es que los has traído a vivir contigo Ralph?-preguntó Robin, el hombre calvo-.
- Son los hijos de unos antiguos trabajadores míos y, como ya murieron, ha sido una forma de compensarles…
- ¿Son los que creo que tú y yo sabemos?-preguntó Arnold, el hombre de traje sentado a la derecha de Robin-.
- Exacto,-respondió Ralph-. Los mismos que tú piensas.


 En el dormitorio de Loreen y Emel, ésta última le hacía una pregunta a su nueva compañera de cuarto.
- ¿Quién era ese chico?
- Uf pues… Aarón, un amigo.
- ¿Amigo nada más?
- A ver, un amigo con derechos especiales.
- ¿Otro más? Tía, te follas a Ralph, a Aarón… ¿Hay alguien más?


 Loreen comenzó a reírse y contestó a Emel.
- Pues tu primo tiene un puntito salvaje que me pone jajajaja.
- Vaya, y eso que no le has visto cómo calza. Podrá tener 18 años, pero no tiene nada que envidiar a ningún adulto más mayor.
- La edad no tiene nada que ver. Me he acostado con tíos de 30 con pollas enanas y chicos de 20 con pollas como caballos.
- Yo creí que la edad también influye en eso…
- Claro que lo hace, pero también es tu genética. Por ejemplo, mi madre no tenía demasiado pecho y yo he heredado su fisionomía, así que cuando ella se operó yo también lo hice. Mi hermana es diferente, ella tiene más tetas pero porque también es más gorda y no se cuida.


 Emel estaba totalmente enfrascada en la conversación con Loreen, pero todavía tenía una duda que le rondaba la cabeza.
- Y bueno, ¿tu madre sabe que te acuestas con Ralph?
- Mi madre sí, claro.
- ¿Y no le importa?
- Qué va, si muchas veces nos hemos acostado Ralph, mi madre y yo.
- Joder, ¿te has liado con tu madre?-preguntó Emel algo escandalizada-.
- Sí. Al principio me chocó porque Ralph fue el que nos lo propuso a las dos, pero luego te acostumbras y dejas de tener tantos tabús y barreras.
- Joder, y yo que me pensaba que era la única.
- Ay no, te puedo asegurar que no eres la única y, si tú quieres, lo experimentarás tú misma en esta casa.


 Dejándola intrigada, Emel preguntó a Loreen.
- ¿A qué te refieres con eso?
- Mira, hoy haremos una fiesta y vendrán los compañeros de Ralph. Haremos barbacoa, beberemos y luego… Lo que vaya surgiendo. ¿Te quieres venir?
- Joder… Me encantaría pero como tengo 17 años…
- Tú mejor no digas nada. ¿Te queda mucho para cumplir los 18?
- Casi dos meses.
- Pues tú cállate y disfruta, que vida sólo hay una.


 En la piscina, Agatha terminó de hablar con Alí y se levantó.
- Bueno, voy a ducharme y a cambiarme de ropa, que luego tenemos una fiesta y tengo que estar arreglada.
- ¿Vais a dar una fiesta aquí?
- Ah sí. Todas las semanas se vienen aquí los amigos y compañeros de Ralph y damos una fiesta con música, comida, bebida, bailes… ¿Te quieres venir? Creo que encajarías muy bien con los demás.
- Si a vosotros no os importa… Por mí genial.
- Estupendo, entonces te veo luego.


 Entrando en casa, Agatha se encontró a los chicos reunidos.
- Ah hola a todos. Qué pronto habéis llegado hoy aquí.
- Sí cariño,-respondió Ralph-, es que teníamos temas pendientes del trabajo de los que hablar.
- Genial, entonces no os molesto. Ah, una cosa más, he invitado a la fiesta a Alí y me ha dicho que vendrá con nosotros…


 Cuando Agatha subió las escaleras y entró en su dormitorio se encontró a su hija mayor sentada frente a la cama.
- Loreen, ¿qué haces aquí?
- Tenía que hablar contigo de una cosa.
- Hija, si es por lo de Emel ya lo hemos hablado.
- No, si no hay problema. Es más, me gusta que esté conmigo en el cuarto.
- ¿Cómo dices?


 Loreen sonrió y comenzó a explicarle todo a su madre.
- Hemos estado hablando y tenemos muchas cosas en común.
- ¿De verdad? Me alegra oír eso.
- Sí, porque pilló a Ralph en mi cuarto y como acababa de besarme se había empalmado y Emel se dio cuenta.
- Sí, y como la tiene pequeña pues como para que la muchacha no se diera cuenta. Ay, qué tonto es a veces este Ralph…
- Ya, pero entonces Emel me contó que ella misma se folla a su primo. A Alí.
- ¿Me lo dices en serio?
- Sí, me ha dicho que llevan bastante follando y que lo mantienen en secreto por vergüenza, así que no le digas que yo te lo he dicho.


 Agatha asintió con la cabeza.
- Tranquila, que sabes que no diré nada. Pues ese Alí es un peligro, ¿eh?
- ¿Y eso? ¿Por qué lo dices?
- En cuanto bajé a la piscina vino detrás mía y se metió también, luego hemos estado hablando durante un rato bastante largo y no paraba de mirarme las tetas.
- Jajajaja normal.
- La cuestión es que él tenía las manos sobre sus piernas pero aún así se le notaba que estaba empalmado y… Tiene buena pinta, ¿eh?
- Joder, lo mismo me ha dicho Emel. ¿Va bien servido entonces?
- No lo sé, lo he invitado a la fiesta de esta noche para averiguarlo…
- ¡Yo también he invitado a Emel!


 En un impulso, madre e hija se abrazaron porque las dos habían actuado de la misma forma inconscientemente.


 Separándose, Loreen reflexionó sobre algo y se lo dijo a su madre.
- Pero por mucho que hoy veamos a Alí con la polla tiesa,-comentó Loreen-, no creo que te puedas acostar con él, mamá. Ya sabes cómo se pone Ralph de celoso cuando te comparte con otro hombre que no sea Arnold.
- Ya, no hace falta que me lo recuerdes. Es un capullo de mucho cuidado cuando quiere…
- Es un cerdo pero qué le vamos a hacer… Eso es lo que no entiendo, Ralph podía antes acostarse con otras y tú también hasta el dichoso problema y, desde entonces, sólo tú te puedes acostar con Arnold y con él, pero él conmigo, contigo y capaz de tener alguna más.
- Lo sé, pero Loreen, es mejor tener a Ralph de amigo que de enemigo, recuérdalo hija.


 Alí iba a ir a su dormitorio a cambiarse de ropa justo cuando vio la puerta de la habitación de Emel y, como si de un impulso se tratase, llamó a la puerta y entró.


 Viendo a su prima sentada en la cama, ambos se sonrieron.
- Ey, ya te han traído la cama por lo que veo.
- Sí, parece muy cómoda.
- ¿Y qué tal Loreen?
- Muy simpática. Es una chica genial.
- Oye, no sé si a ti te lo han dicho, pero a mí Agatha me ha invitado a una fiesta esta noche.
- ¡A mí también! Me ha invitado Loreen.


 Sonriéndose ambos, Emel se levantó y besó a Alí, comenzando a abrazarlo y a pasar sus manos por la desnuda espalda masculina.
- Joder, echaba de menos tus besos, Emel.
- Y yo… Ven, vamos a estrenar mi cama nueva.


 Minutos más tarde, Alí se encontraba penetrando duramente a Emel, quien ahogaba sus gemidos en la almohada para no llamar la atención. En ese momento y sin saber que Alí estaba allí, Loreen entró en su habitación dispuesta a arreglarse para la fiesta cuando se encontró esa situación.
- Vaya, vaya, vaya, estrenando colchón, ¿no Emel?
- Mierda, joder, joder,-dijo Alí parando e intentando parar-.
- Alí, no pasa nada,-tranquilizó Emel-. Loreen sabe lo nuestro. Se lo he contado…
- Y guardaré el secreto,-contestó Loreen-. Pero con una condición…


 Poco después y tras aceptar la condición de Loreen, se montaron un trío.
- Menuda pedazo de polla se gasta tu primo, Emel. Eso, metela hasta el fondo, que sienta tu garganta…


 A todo esto, Ekrem y Violet seguían charlando animadamente e inconscientes de lo que estaba sucediendo a su alrededor.
- Siento mucho oír eso, Ekrem… Se nota que querías mucho a tu tía.
- Para mí era como una madre. Apenas tengo recuerdos de mi madre porque murió cuando tenía tres años y encima mi hermano siempre ha hablado mal de ella… No sé qué le pasa ni por qué actúa de esa forma.
- A veces las personas actúan de maneras que no entendemos, pero todo tiene una razón, una causa… Si te gustaría entender a tu hermano, tal vez debas averiguar qué le ocurrió para poder ayudarlo.
- No se dejará… Exteriormente es muy simpático, charlatán y popular, pero de puertas para dentro es un tirano, es cruel y… hace daño con sus palabras.
- No te preocupes. Yo sé lo que es eso así que aquí me tienes para cualquier cosa que necesites Ekrem.
- Muchas gracias Violet. Eres un encanto.


 En el salón, ya se encontraba Agatha cambiada de ropa y charlando con los compañeros y amigos de Ralph.
- La cara que pondría esa tía cuando vio que se le habían borrado todos los archivos,-comentó Robin, el hombre con alopecia-. Esto es lo bueno de ser informático y un hacker, que tienes más recursos para todo… Menos mal que le pude recuperar los documentos.
- Bueno, pues cuando yo estuve arreglando ese Jaguar,-dijo Josh-, qué coche más bonito tío. Qué bajos… Lástima que los frenos le fallasen poco después y se precipitara estrepitosamente por el barranco.


 Viendo la hora que era, Ekrem vio que había pasado la hora del almuerzo y que casi era la hora de cenar y no había estado haciendo otra cosa que charlar con Violet.
- Dios, ¿has visto la hora que es? Me muero de hambre. ¿Te vienes a la cocina a por algo de picar?
- No gracias, no tengo hambre.
- Pero si no has comido nada en todo el día.
- Ya pero… Abajo tienen que estar los amigos de Ralph y… no me gustan nada. Yo prefiero quedarme aquí en mi habitación.
- Bueno, pues como quieras Violet.
- Hasta mañana Ekrem.


 Cuando Alí terminó su sesión sexual con Loreen y Emel, ésta primera miró de arriba abajo a su nuevo compañero de casa y de juegos sexuales.
- Tú y yo vamos a tener que vernos más veces… Esa polla que te gastas la voy a tener que disfrutar mucho más.
- Cuando quieras Loreen, porque yo pienso ahogarme entre tus tetas mientras te la meto hasta el fondo.
- Y a mí que me den por culo, ¿no?-dijo Emel sintiéndose algo celosa-.


 Dirigiéndose hacia ella, Loreen besó a Emel de forma que la muchacha abrió instintivamente su boca, dejando protagonismo a las lenguas de ambas chicas. Alí no apartaba la vista y eso provocó que su miembro comenzase a despertar de nuevo.


 Viendo que Alí estaba preparado, Loreen comenzó a arrodillarse justo cuando vio la hora.
- Mierda, es tardísimo y yo aquí sin arreglarme. Será mejor que nos cambiemos y bajemos a la fiesta, que seguro que los demás nos están echando de menos.
- ¿Y yo que hago ahora con este calentón?-preguntó Alí-.
- No te preocupes, que estoy segura de que la fiesta dará mucho de sí…


 Colocándose el bañador de nuevo, Alí se fue hasta su habitación donde se encontró a su hermano con una cara de no tener muy buenas pulgas.
- Buenas Ekrem.
- Lo serán para ti que tienes una fiesta ahora, ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- He bajado a la cocina para pillar algo de comer y me han confundido contigo y me he enterado de la fiesta. ¿Eso es lo que querías tú a la tía Bárbara? ¿Ni 24 horas desde su muerte y ya te estás yendo con Emel de fiesta?
- Yo sabía desde hace tiempo que la tía Bárbara se moría, eras tú quien se negaba a aceptarlo. Como siempre, el optimista Ekrem, que espera siempre lo mejor de todos. Si tú hubieras visto y vivido lo que yo, cambiarías esa estúpida forma de ver las cosas, gilipollas.
- No tenéis respeto por nada ni por nadie, Alí. Ni tú ni Emel. Sois unos desgraciados y unos desagradecidos…


CONTINUARÁ…

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