Saliendo del dormitorio rápidamente, Ralph intervino en la
conversación de Emel justo antes de que Josh le contestase.
-
Josh, ¿puedo hablar contigo un momento?
-
Sí, claro,-le dijo a Ralph-. Perdóname Emel, ahora vengo.
Ya en el dormitorio de Violet, ésta y Ekrem continuaron hablando.
-
¿Qué me ibas a decir sobre tu hermana cuando han llamado a la
puerta?
-
¡Ah! Pues eso, que mi hermana está enamorada de sí misma, es muy
orgullosa y también es la mimada de la casa. Como le sigue el rollo
a mamá siempre y le afirma
a Ralph todo lo que dice, pues es normal que ellos la prefieran.
Aparte de que tiene un cuerpazo y eso también influye. Yo como soy
una vaca…
-
Perdóname que te diga pero no eres ninguna vaca. Estás gordita, eso
es innegable, pero la gordura se puede quitar, la estupidez humana
no.
Alguien llamó a la puerta del dormitorio de Loreen mientras ésta
estaba con Aarón.
-
¿Quién es?-preguntó Loreen-.
-
Dile a Aarón que baje enseguida,-dijo Ralph al otro lado de la
puerta-.
-
¡Está bien, jefe! Bueno Loreen, ya nos veremos en otro momento…
Bajando las escaleras, Ralph habló muy seriamente con Josh.
-
¿Te has dado cuenta de que casi la cagas desde el minuto uno?
-
¿Por qué?
-
Emel es nueva aquí y no tiene ni idea de nada de negocios, de
fiestas ni nada de nada, así que todos calladitos hasta que llegue
el momento de contarle las cosas.
-
¿Crees que se querrá unir?
-
Tengo la sensación de que sí. Creo que es más parecida a Loreen
que a Violet en lo que a personalidad se refiere.
Sonando el timbre, Ralph se dirigió hacia la puerta y la abrió al
ver que había llegado el resto del equipo.
-
Señores,-dijo Ralph-, me alegro de verlos. Pasad y charlemos.
En el piso de arriba, Loreen salió del dormitorio y avisó a Emel de
que ya podía pasar.
-
Pasa si quieres, Emel. Ya podremos estar solas y seguir charlando.
Abajo, el tema de conversación era sobre los gemelos y Emel.
- ¿Y
cómo es que los has traído a vivir contigo Ralph?-preguntó Robin,
el hombre calvo-.
-
Son los hijos de unos antiguos trabajadores míos y, como ya
murieron, ha sido una forma de compensarles…
-
¿Son los que creo que tú y yo sabemos?-preguntó Arnold, el hombre
de traje sentado a la derecha de Robin-.
-
Exacto,-respondió Ralph-. Los mismos que tú piensas.
En el dormitorio de Loreen y Emel, ésta última le hacía una
pregunta a su nueva compañera de cuarto.
-
¿Quién era ese chico?
- Uf
pues… Aarón, un amigo.
-
¿Amigo nada más?
- A
ver, un amigo con derechos especiales.
-
¿Otro más? Tía, te follas a Ralph, a Aarón… ¿Hay alguien más?
Loreen comenzó a reírse y contestó a Emel.
-
Pues tu primo tiene un puntito salvaje que me pone jajajaja.
-
Vaya, y eso que no le has visto cómo calza. Podrá tener 18 años,
pero no tiene nada que envidiar a ningún adulto más mayor.
- La
edad no tiene nada que ver. Me he acostado con tíos de 30 con pollas
enanas y chicos de 20 con pollas como caballos.
- Yo
creí que la edad también influye en eso…
-
Claro que lo hace, pero también es tu genética. Por ejemplo, mi
madre no tenía demasiado pecho y yo he heredado su fisionomía, así
que cuando ella se operó yo también lo hice. Mi hermana es
diferente, ella tiene más tetas pero porque también es más gorda y
no se cuida.
Emel estaba totalmente enfrascada en la conversación con Loreen,
pero todavía tenía una duda que le rondaba la cabeza.
- Y
bueno, ¿tu madre sabe que te acuestas con Ralph?
- Mi
madre sí, claro.
- ¿Y
no le importa?
-
Qué va, si muchas veces nos hemos acostado Ralph, mi madre y yo.
-
Joder, ¿te has liado con tu madre?-preguntó Emel algo
escandalizada-.
-
Sí. Al principio me chocó porque Ralph fue el que nos lo propuso a
las dos, pero luego te acostumbras y dejas de tener tantos tabús y
barreras.
-
Joder, y yo que me pensaba que era la única.
- Ay
no, te puedo asegurar que no eres la única y, si tú quieres, lo
experimentarás tú misma en esta casa.
Dejándola intrigada, Emel preguntó a Loreen.
- ¿A
qué te refieres con eso?
-
Mira, hoy haremos una fiesta y vendrán los compañeros de Ralph.
Haremos barbacoa, beberemos y luego… Lo que vaya surgiendo. ¿Te
quieres venir?
-
Joder… Me encantaría pero como tengo 17 años…
- Tú
mejor no digas nada. ¿Te queda mucho para cumplir los 18?
-
Casi dos meses.
-
Pues tú cállate y disfruta, que vida sólo hay una.
En la piscina, Agatha terminó de hablar con Alí y se levantó.
-
Bueno, voy a ducharme y a cambiarme de ropa, que luego tenemos una
fiesta y tengo que estar arreglada.
-
¿Vais a dar una fiesta aquí?
- Ah
sí. Todas las semanas se vienen aquí los amigos y compañeros de
Ralph y damos una fiesta con música, comida, bebida, bailes… ¿Te
quieres venir? Creo que encajarías muy bien con los demás.
- Si
a vosotros no os importa… Por mí genial.
-
Estupendo, entonces te veo luego.
Entrando en casa, Agatha se encontró a los chicos reunidos.
- Ah
hola a todos. Qué pronto habéis llegado hoy aquí.
- Sí
cariño,-respondió Ralph-, es que teníamos temas pendientes del
trabajo de los que hablar.
-
Genial, entonces no os molesto. Ah, una cosa más, he invitado a la
fiesta a Alí y me ha dicho que vendrá con nosotros…
Cuando Agatha subió las escaleras y entró en su dormitorio se
encontró a su hija mayor sentada frente a la cama.
-
Loreen, ¿qué haces aquí?
-
Tenía que hablar contigo de una cosa.
-
Hija, si es por lo de Emel ya lo hemos hablado.
-
No, si no hay problema. Es más, me gusta que esté conmigo en el
cuarto.
-
¿Cómo dices?
Loreen sonrió y comenzó a explicarle todo a su madre.
-
Hemos estado hablando y tenemos muchas cosas en común.
-
¿De verdad? Me alegra oír eso.
-
Sí, porque pilló a Ralph en mi cuarto y como acababa de besarme se
había empalmado y Emel se dio cuenta.
-
Sí, y como la tiene pequeña pues como para que la muchacha no se
diera cuenta. Ay, qué tonto es a veces este Ralph…
-
Ya, pero entonces Emel me contó que ella misma se folla a su primo.
A Alí.
-
¿Me lo dices en serio?
-
Sí, me ha dicho que llevan bastante follando y que lo mantienen en
secreto por vergüenza, así que no le digas que yo te lo he dicho.
Agatha asintió con la cabeza.
-
Tranquila, que sabes que no diré nada. Pues ese Alí es un peligro,
¿eh?
- ¿Y
eso? ¿Por qué lo dices?
- En
cuanto bajé a la piscina vino detrás mía y se metió también,
luego hemos estado hablando durante un rato bastante largo y no
paraba de mirarme las tetas.
-
Jajajaja normal.
- La
cuestión es que él tenía las manos sobre sus piernas pero aún así
se le notaba que estaba empalmado y… Tiene buena pinta, ¿eh?
-
Joder, lo mismo me ha dicho Emel. ¿Va bien servido entonces?
- No
lo sé, lo he invitado a la fiesta de esta noche para averiguarlo…
-
¡Yo también he invitado a Emel!
En un impulso, madre e hija se abrazaron porque las dos habían
actuado de la misma forma inconscientemente.
Separándose, Loreen reflexionó sobre algo y se lo dijo a su madre.
-
Pero por mucho que hoy veamos a Alí con la polla tiesa,-comentó
Loreen-, no creo que te puedas acostar con él, mamá. Ya sabes cómo
se pone Ralph de celoso cuando te comparte con otro hombre que no sea
Arnold.
-
Ya, no hace falta que me lo recuerdes. Es un capullo de mucho cuidado
cuando quiere…
- Es
un cerdo pero qué le vamos a hacer… Eso es lo que no entiendo,
Ralph podía antes acostarse con otras y tú también hasta el
dichoso problema y, desde entonces, sólo tú te puedes acostar con
Arnold y con él, pero él conmigo, contigo y capaz de tener alguna
más.
- Lo
sé, pero Loreen, es mejor tener a Ralph de amigo que de enemigo,
recuérdalo hija.
Alí iba a ir a su dormitorio a cambiarse de ropa justo cuando vio la
puerta de la habitación de Emel y, como si de un impulso se tratase,
llamó a la puerta y entró.
Viendo a su prima sentada en la cama, ambos se sonrieron.
-
Ey, ya te han traído la cama por lo que veo.
-
Sí, parece muy cómoda.
- ¿Y
qué tal Loreen?
-
Muy simpática. Es una chica genial.
-
Oye, no sé si a ti te lo han dicho, pero a mí Agatha me ha invitado
a una fiesta esta noche.
- ¡A
mí también! Me ha invitado Loreen.
Sonriéndose ambos, Emel se levantó y besó a Alí, comenzando a
abrazarlo y a pasar sus manos por la desnuda espalda masculina.
-
Joder, echaba de menos tus besos, Emel.
- Y
yo… Ven, vamos a estrenar mi cama nueva.
Minutos más tarde, Alí se encontraba penetrando duramente a Emel,
quien ahogaba sus gemidos en la almohada para no llamar la atención.
En ese momento y sin saber que Alí estaba allí, Loreen entró en su
habitación dispuesta a arreglarse para la fiesta cuando se encontró
esa situación.
-
Vaya, vaya, vaya, estrenando colchón, ¿no Emel?
-
Mierda, joder, joder,-dijo Alí parando e intentando parar-.
-
Alí, no pasa nada,-tranquilizó Emel-. Loreen sabe lo nuestro. Se lo
he contado…
- Y
guardaré el secreto,-contestó Loreen-. Pero con una condición…
Poco después y tras aceptar la condición de Loreen, se montaron un
trío.
-
Menuda pedazo de polla se gasta tu primo, Emel. Eso, metela hasta el
fondo, que sienta tu garganta…
A todo esto, Ekrem y Violet seguían charlando animadamente e
inconscientes de lo que estaba sucediendo a su alrededor.
-
Siento mucho oír eso, Ekrem… Se nota que querías mucho a tu tía.
-
Para mí era como una madre. Apenas tengo recuerdos de mi madre
porque murió cuando tenía tres años y encima mi hermano siempre ha
hablado mal de ella… No sé qué le pasa ni por qué actúa de esa
forma.
- A
veces las personas actúan de maneras que no entendemos, pero todo
tiene una razón, una causa… Si te gustaría entender a tu hermano,
tal vez debas averiguar qué le ocurrió para poder ayudarlo.
- No
se dejará… Exteriormente es muy simpático, charlatán y popular,
pero de puertas para dentro es un tirano, es cruel y… hace daño
con sus palabras.
- No
te preocupes. Yo sé lo que es eso así que aquí me tienes para
cualquier cosa que necesites Ekrem.
-
Muchas gracias Violet. Eres un encanto.
En el salón, ya se encontraba Agatha cambiada de ropa y charlando
con los compañeros y amigos de Ralph.
- La
cara que pondría esa tía cuando vio que se le habían borrado todos
los archivos,-comentó Robin, el hombre con alopecia-. Esto es lo
bueno de ser informático y un hacker, que tienes más recursos para
todo… Menos mal que le pude recuperar los documentos.
-
Bueno, pues cuando yo estuve arreglando ese Jaguar,-dijo Josh-, qué
coche más bonito tío. Qué bajos… Lástima que los frenos le
fallasen poco después y se precipitara estrepitosamente por el
barranco.
Viendo la hora que era, Ekrem vio que había pasado la hora del
almuerzo y que casi era la hora de cenar y no había estado haciendo
otra cosa que charlar con Violet.
-
Dios, ¿has visto la hora que es? Me muero de hambre. ¿Te vienes a
la cocina a por algo de picar?
- No
gracias, no tengo hambre.
-
Pero si no has comido nada en todo el día.
- Ya
pero… Abajo tienen que estar los amigos de Ralph y… no me gustan
nada. Yo prefiero quedarme aquí en mi habitación.
-
Bueno, pues como quieras Violet.
-
Hasta mañana Ekrem.
Cuando Alí terminó su sesión sexual con Loreen y Emel, ésta
primera miró de arriba abajo a su nuevo compañero de casa y de
juegos sexuales.
- Tú
y yo vamos a tener que vernos más veces… Esa polla que te gastas
la voy a tener que disfrutar mucho más.
-
Cuando quieras Loreen, porque yo pienso ahogarme entre tus tetas
mientras te la meto hasta el fondo.
- Y
a mí que me den por culo, ¿no?-dijo Emel sintiéndose algo celosa-.
Dirigiéndose hacia ella, Loreen besó a Emel de forma que la
muchacha abrió instintivamente su boca, dejando protagonismo a las
lenguas de ambas chicas. Alí no apartaba la vista y eso provocó que
su miembro comenzase a despertar de nuevo.
Viendo que Alí estaba preparado, Loreen comenzó a arrodillarse
justo cuando vio la hora.
-
Mierda, es tardísimo y yo aquí sin arreglarme. Será mejor que nos
cambiemos y bajemos a la fiesta, que seguro que los demás nos están
echando de menos.
- ¿Y
yo que hago ahora con este calentón?-preguntó Alí-.
- No
te preocupes, que estoy segura de que la fiesta dará mucho de sí…
Colocándose el bañador de nuevo, Alí se fue hasta su habitación
donde se encontró a su hermano con una cara de no tener muy buenas
pulgas.
-
Buenas Ekrem.
- Lo
serán para ti que tienes una fiesta ahora, ¿verdad?
-
¿Cómo lo sabes?
- He
bajado a la cocina para pillar algo de comer y me han confundido
contigo y me he enterado de la fiesta. ¿Eso es lo que querías tú a
la tía Bárbara? ¿Ni 24 horas desde su muerte y ya te estás yendo
con Emel de fiesta?
- Yo
sabía desde hace tiempo que la tía Bárbara se moría, eras tú
quien se negaba a aceptarlo. Como siempre, el optimista Ekrem, que
espera siempre lo mejor de todos. Si tú hubieras visto y vivido lo
que yo, cambiarías esa estúpida forma de ver las cosas, gilipollas.
- No
tenéis respeto por nada ni por nadie, Alí. Ni tú ni Emel. Sois
unos desgraciados y unos desagradecidos…
CONTINUARÁ…
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