martes, 25 de agosto de 2020

Capítulo 6 || Doble o nada (Temporada 2)

 Yéndose hasta el despacho de la comisaria, ésta les pidió explicaciones.

- ¿Se puede saber dónde os creéis que estáis? Esto es una comisaría de policía, no un patio de colegio. Me vais a tener que dar muchas explicaciones y espero que sean muy buenas para que no os suspenda de empleo y sueldo ahora mismo. Y Welling, quita esa estúpida sonrisa de tu cara si no quieres que el castigo sea peor para ti.


 Mirando a Alí, la comisaria le comenzó a pedir explicaciones a él.

- Bueno, dime qué ha ocurrido, agente Köpek.

- Verá comisaria… Tim y yo nos conocemos desde hace tiempo y yo, antes de ser policía tuve una vida un tanto turbia y complicada y no empezamos con buen pie. Yo cometí muchos errores de los cuales me arrepiento. Pero él no parece creerme y hoy ha decidido tomarse la justicia por su mano.

- Qué hijo de puta eres,-dijo Tim-. Qué bien te sale hacerte el bueno después de todo.

- ¡Silencio!-ordenó la comisaria-.


 Mirando a Tim, la comisaria Reynolds se dirigió a él en esta ocasión.

- Agente Welling, queda suspendido de sueldo durante una semana por su mal comportamiento.

- ¡Pero comisaria…!-comenzó a protestar Tim-.

- ¡No quiero oír ni una palabra más si no quiere que le suspenda dos semanas! Ahora fuera de mi despacho.


 Marchándose en completo silencio, Tim dejó a solas a Alí y a Megan. Mirándolo de nuevo, la comisaria comenzó a interrogar a Alí.

- ¿Qué ocurrió para que el agente Welling te tenga todo ese resquemor?

- Verá… Para ponerla en contexto tengo que contarle todo desde el principio.

- Comienza.

- Mis padres y mi tío murieron asesinados cuando mi hermano y yo teníamos 3 años una noche de Halloween. Un hombre disfrazado de Darth Vader lo hizo y yo fui testigo de ello. Ese hecho me marcó toda la vida e hizo que creciera con un odio en mi interior que no era mío. Me metía en problemas, me saltaba las clases… Cuando mi tía, que nos cuidó a mi hermano y a mí, murió por culpa del cáncer, nos fuimos a vivir con unos amigos de ella y, para hacerle más corta la historia, el hombre de la casa era Ralph Moodie.


 Interrumpiendo a Alí, la comisaria le hizo una pregunta.

- ¿Has dicho Moodie?

- Sí, Ralph Moodie. El mafioso…

- Llevamos años detrás de ese cabrón, pero hace años que desapareció.

- Y no volverá a dar señales de vida porque está muerto.

- ¿Cómo?

- Sí, él y toda su banda a… la que yo pertenecía.

- ¿Me lo estás diciendo en serio?

- Verás, Ralph me dijo que tenía trabajo para mí y me fui con él. De camino me contó todo y claro, tenía 18 años y la pasta que ganaba era bastante considerable, así que comencé a trabajar para él extorsionando, pegando y… matando. Sólo lo hice una vez, lo prometo. Pero esa muerte pesará sobre mi conciencia hasta el día que yo muera.

- ¿Y a quién mataste?

- Al hermano de Tim…

- Joder Köpek, deberías habérmelo dicho desde el principio. Todo esto.

- No sé si podía porque el FBI está metido en todo este fregado.

- ¿Qué pinta el FBI en todo esto?


 Alí le explicó a la comisaria Reynolds que Agatha era la hija de un viejo agente del FBI y que, cuando todos se enteraron de a lo que se dedicaba Ralph a raíz del intento de asesinato de Ekrem, donde Alí salió herido, ellos junto con el FBI urdieron un plan para quitarlos de en medio. Alí no paraba de repetir que él no había hecho nada más que recuperarse del navajazo que había sufrido. La comisaria le prohibió terminantemente contar nada de esto y que mantuviera en secreto todo eso. Ella trataría de hablar con Tim en otro momento, pero no hubo tiempo… A la mañana siguiente, unos policías compañeros llamaron a la comisaría 8 para avisar de un terrible suceso.


 Cuando Arturo y Alí llegaron a la escena del crimen, no se podían creer que el cadáver de Tim Welling estuviera dentro de esa funda y que unos misteriosos huesos estuvieran desenterrados en el jardín de la casa.

- ¿Qué coño ha pasado aquí?-preguntó Alí-.


 Volviéndose rápidamente a él, Arturo le formuló una pregunta.

- No sé, dímelo tú. ¿Qué ha pasado aquí Alí?

- ¿Por qué me lo preguntas a mí?

- Ayer las cámaras os pillaron discutiendo y él te pegó un puñetazo.

- ¿Y qué? Eso no significa que yo lo haya matado.

- ¿De verdad? Hasta nueva orden quedas relevado del caso y estarás detenido un plazo máximo de 72 horas hasta que encontremos pistas que te relacionen con el asesinato de Tim.


 Presentándose el forense allí, Arturo quiso saber qué le había ocurrido a Tim.

- Según mi informe preliminar, el agente Welling estuvo revolviendo la tierra porque se han encontrado restos debajo de sus uñas. No tiene golpes ni muestras de posible violencia salvo el profundo navajazo en su estómago.

- ¿Se han encontrado huellas?

- Sí. Las he enviado a analizar para ver si son de su asesino o, en cambio, si son suyas y se cometió un suicidio.


 Acercándose a los huesos, Arturo le preguntó al forense sobre ellos.

- ¿Y estos huesos?

- Hemos cogido una muestra y la hemos mandado a analizar.

- Quiero que estén para hoy.

- Pero Arturo…-dijo el forense comenzando a quejarse-.

- Hoy.


 Alí, quien se había mantenido apartado durante todo ese tiempo y observando todo lo que Arturo hacía, permaneció en silencio hasta que su jefe hizo una llamada.

- Jefa, vuelvo a comisaría con un sospechoso detenido. Es el novato, Alí Köpek. Ajá, entendido. Vamos para allá.


 Al cabo de una hora el agente Vidal hacía su ronda para ver a los detenidos, teniendo especial atención con Alí, quien ya se encontraba detenido entre rejas.


 Colocándose frente a la celda, Vidal lo miraba con odio.

- ¿Qué se siente matando a un compañero indefenso?-preguntó Vidal-.

- No tengo ni idea porque yo no lo he hecho.

- ¿Y pretendes que nos lo creamos? Han encontrado tus huellas por todo el lugar de los hechos… ¡Asesino!


 Acercándose al despacho de la comisaria, Arturo le dio parte de lo sucedido.

- Llegamos allí y ya la científica había hecho el levantamiento del cadáver. Tim presentaba una profunda herida provocada por un arma blanca que estaba lleno de huellas del novato.

- ¿Habéis analizado las huellas?

- Sí, y hay una coincidencia del 100%. Ese cabrón…

- Inspector,-frenó la comisaria a Arturo-, cuide esa lengua y procure no hacer juicios previos a un compañero.

- Pero comisaria…

- Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, ¿no es así?

- Sí…

- Pues ya está. ¿Dónde está el agente Köpek?

- Abajo, en los calabozos.


 Dando un golpe en la mesa, la comisaria protestó.

- ¡El agente Köpek es un compañero, no un delincuente!

- ¡Pero es sospechoso!

- Pues lo metéis en la sala de interrogatorios directamente, no en una celda.

- ¿Por qué lo defiende tanto? Si acaba de llegar…

- Por eso mismo, acaba de llegar y ya lo estáis acusando de algo muy grave, como es asesinar a alguien. Así que ahora mismo quiero que lo saquéis de allí y lo interroguéis y pienso estar atenta en la otra sala, así que mucho cuidadito con lo que hacéis.


 Bajando al sótano, Arturo avisó a Vidal para que abriera la celda y llevase a Alí a la sala de interrogatorios.

- ¿Lo puedo interrogar yo?-pidió Vidal-.

- No. Lo haré yo,-contestó Arturo-.

- Pues venga,-dijo Vidal mirando a Alí-, marchando…


 Sentándolo en una de las sillas de la sala de interrogatorio, Arturo entró y le preguntó a Alí si necesitaba un vaso de agua o algo. La comisaria, mientras tanto, miraba atentamente el interrogatorio.


 Arturo se quedó mirando seriamente y en silencio a Alí, quien le mantenía la mirada continuamente.

- Bien,-comenzó Arturo-. Las cámaras de seguridad de la comisaría os pillaron a Tim y a ti manteniendo una acalorada discusión y hoy Tim ha aparecido con un cuchillo en su estómago que tiene tus huellas. Según el informe preliminar, Tim murió entre las 20 y las 21 horas de la noche de ayer, así que… ¿Dónde estuviste ayer entre las 20 y las 21?

- Cenando.

- Ah estupendo. Y me imagino que estarías solo en casa viendo la tele y sin que nadie pueda corroborar tu coartada.


 Sin parar de mirar a Arturo a los ojos, Alí le contestó a las acusaciones.

- Pues no, no estuve solo. Quedé con una amiga para cenar en un restaurante. El restaurante era el “Come y Calla” y podéis preguntarle si fuimos o no porque hice una reserva y las imágenes de seguridad están allí.

- No te preocupes, lo comprobaremos. ¿Cómo se llama tu amiga?

- Gloria Martínez.

- Bien,-dijo Arturo mirando al cristal y haciendo un gesto de llamada-. Cuéntame qué hicisteis anoche… Quiero que me cuentes todo.


 Suspirando, Alí comenzó a relatar lo sucedido.

- Gloria y yo teníamos la reserva a las 20:30 horas de la tarde para celebrar que me había incorporado a la policía, pero como estaba nervioso llegué allí a las 20 horas. Gloria también llegó temprano, así que entramos en el restaurante a las 20:15 más o menos.


 Después de eso, Alí continuó contando lo que ocurrió la noche anterior.

- Terminamos de cenar y nos quedamos charlando un rato, serían las 22 horas más o menos cuando pagamos y nos fuimos del restaurante. La llevé a casa y luego yo me fui a la mía.

- ¿Eso es todo?

- Sí, eso es todo. Si lo desea saber, no me la he follado, es una amiga a la que quiero mucho y, aparte de eso, es mi terapeuta, pero nada más. ¿Hace falta que te diga si me la casqué cuando llegué a casa? ¿Cuántas veces me he peído desde anoche? Lo digo para pensar y hacer el recuento…


 A todo esto, Simon McCan, un compañero de la comisaría 8 fue hasta el lugar de trabajo de Gloria. Presentándose a Eliseo, que estaba en la mesa de recepción, llamó a la puerta del despacho.


 Abriendo la puerta, Gloria frunció el ceño al ver a un policía frente a su puerta.

- Buenos días, ¿ha pasado algo? ¿Alí está bien?

- ¿Es usted Gloria Martínez?

- Sí, soy yo.

- Acompáñeme.

- Oiga, ¿por qué tengo que acompañarle?

- Su amigo Alí es sospechoso de haber asesinado a un policía que ha aparecido muerto esta mañana. Nos ha comunicado que ayer estuvo cenando con usted, por lo que debe venir a comisaría para que la interroguemos.


 Trasladándola en un coche de la policía, Gloria llegó hasta la comisaría con un nudo en el estómago. Conocía a Alí y sabía de su pasado, pero también ella era consciente del profundo cambio que había dado durante esos años y ahora le parecía muy extraño que él pudiera matar a alguien…  


 Acompañándola hasta la sala de interrogatorios, el agente Simon McCan la presentó a Arturo.

- Inspector, aquí está Gloria Martínez.

- Estupendo McCan. Siga con la línea actual de investigación que estamos llevando…


 Dejándolos solos, Gloria y Arturo se quedaron mirándose a los ojos.

- ¿Desea algo?-preguntó amablemente Arturo-.

- Sí, deseo que esto se acabe pronto. ¿Qué quiere?

- Vaya, directa y concreta…

- He tenido que cancelar todas las citas con mis clientes por culpa de venir aquí, así que quiero terminar cuanto antes.


 Asintiendo con la cabeza, Arturo no perdió más el tiempo y comenzó el interrogatorio.

- ¿Dónde estuvo ayer entre las 20 y las 21 horas?

- Cenando con Alí en el restaurante “Come y Calla”. Teníamos una reserva a nombre de Alí Köpek para celebrar que había comenzado a trabajar como policía después de mucho tiempo preparándose para esto. Había cámaras de seguridad, así que imagino que la podéis pedir para comprobar que no miento.


 Alzando sus cejas, Arturo se sorprendió al ver lo bien que se desenvolvía Gloria.

- Muy bien, señorita Martínez. ¿Hasta que hora estuvisteis en el restaurante?

- No sabría decirle la hora, pero cuando llegué a casa, me cambié y me puse a ver la tele eran las 22:30. Alí me llevó en coche y luego se fue a su casa.

- ¿Cómo sabe que se fue a su casa?

- Porque nos estuvimos mandando mensajes y fotos.

- ¿De contenido sexual?

- ¿A qué viene esa pregunta? No creo que sea relevante para el caso.

- Conteste la pregunta, por favor.

- No lo haré hasta que no venga mi abogado. Ya le he dicho todo lo que debía saber, lo que haya entre Alí y yo es cosa nuestra y no incumbe al caso del posible asesinato.


 Simon, mientras tanto, le había pedido al restaurante una copia de las imágenes de seguridad de la noche anterior. Dándole la copia sin problemas, Simon comenzó a revisar las cámaras de una en una y pudo ver lo que ocurrió en realidad.


 Entrando en la sala contigua a la de interrogatorios, Simon le comunicó a la comisaria lo que había averiguado.

- Comisaria, acabo de revisar las imágenes de anoche del restaurante.

- ¿Y bien?

- El novato y la señorita Martínez dicen la verdad.

- Estupendo, pues suelten ahora mismo al agente Köpek y lleven de vuelta a la señorita a su lugar de trabajo.


CONTINUARÁ…


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