domingo, 9 de agosto de 2020

Capítulo 20 || Doble o nada

 El amigo de Agatha contactó con ella para decirle que el FBI se había encargado de cubrir con falsas pruebas todos los sucesos ocurridos con Ralph y su banda. Ninguno de ellos saldría perjudicado por nada y le aseguró que podía estar tranquila desde ese momento. Ahora ni Agatha, ni sus hijas, ni los gemelos, ni tampoco Emel podían temer.

 El ambiente en la casa había cambiado radicalmente y todo se volvió mucho más normal. Ekrem y Alí habían mejorado mucho su relación y ya podía decirse que eran amigos.

 Loreen se había centrado mucho más en sus estudios dejando el tema amoroso aparcado de momento. Ahora se pasaba más tiempo estudiando para poder llegar a ser una buena actriz como su madre tiempo atrás. Loreen no estaba interesada en ningún tipo de amor…  

 Por su parte, Violet y Emel se estaban volviendo íntimas amigas. Emel se había dado cuenta de que por mucho que se obligase a sí misma, nunca podría ser como Alí. Ella era más como Ekrem, pero siempre sintió admiración por Alí y, desde pequeña, había querido impresionarlo dejando a un lado lo que más importaba: ella misma. Por eso accedió a acostarse con él, a unirse a las fiestas y orgías… Pero aunque lo disfrutase, en su interior había algo que no la dejaba dormir tranquila. Su conciencia la mataba cada noche hasta que se sinceró y comenzó a escuchar a su corazón.  

 El ambiente era cada vez más el de una familia. Todos echaban de menos tiempos sanos de ocio entre ellos, risas, carcajadas, películas, series, actividades juntos…  

 Violet se dejaba aconsejar por Emel, quien la ayudaba en su relación con Ekrem. En su interior, Violet sentía que quería dar el paso de su primera vez, pero el pudor y la vergüenza le podían.

- ¿Lo has hablado con Ekrem?

- Qué va, no sabría cómo decírselo.

- Pues Violet, es muy fácil. Dile que sientes que necesitas más en la relación y que los besos están muy bien pero no son suficientes. Estoy segura de que mi primo lo entenderá, hazme caso.

 Dándole las gracias, Violet se levantó y se dirigió hacia la mesa donde jugaban a Jenga.

- Familia, ¿qué os parece la idea de irnos todos al gimnasio a entrenar?

- ¡Qué buena idea!-exclamó Ekrem-.

 Todos aceptaron y pusieron rumbo al gimnasio.

- Hacía siglos que no venía por aquí,-dijo Loreen-.

- Yo nunca he pisado uno,-comentó Emel-.

- Uh pues si te acaba gustando, te vas a poner más buena de lo que estás.

 Tras pasar todos por el vestuario y cambiarse de ropa, Agatha, Violet y Loreen se fueron hacia la zona de cardio para correr en las cintas.

- Dios, estoy fatal,-dijo Agatha-. He perdido toda la resistencia que tenía.

- Yo estoy intentando no morir en el intento,-alegó Loreen-.

- No me puedo creer que ahora sea yo la que esté más en forma,-intervino Violet riéndose-.

 La familia Köpek se había puesto a endurecer su musculatura. Eso de correr no le gustaba a Emel y prefirió comenzar con las máquinas antes de ponerse a sudar. Por su parte, Ekrem había ganado en masa muscular y en fuerza y ya podía subir el peso mientras que a Alí no se le daba tan bien.

 Loreen estaban tan poco acostumbrada a correr que se tropezó y se cayó de la cinta golpeándose la cabeza.

- ¿Estás bien hija?-preguntó Agatha-.

- Sí mamá, pero menudo porrazo me he metido.

 Dejando de correr, Loreen se fue a la zona de musculación con Violet, quien se había ido allí escasos minutos atrás.

- Aquí vengo a hacerte compañía, Violet.

- Ah muy bien.

 Momentos después, Loreen intentaba hacer un ejercicio levantando demasiado peso.

- Te vas a joder la espalda, Loreen,-le dijo Violet-.

- Yo antes podía con este peso, espera…

- Antes, pero si llevas tiempo sin venir es normal que tengas que empezar desde más abajo para recuperarte.

- Vaya mierda…

 Terminando de entrenar, Ekrem y Agatha se pusieron a charlar mientras esperaban a que los demás terminasen.

- ¿Cómo te has visto?-preguntó Ekrem-.

- Uf, muy desentrenada la verdad. Necesito volver a entrenar diariamente como antes.

- Claro, ahora que todo se ha tranquilizado podremos retomar nuestra rutina.

 Alí se había marchado a la zona superior del gimnasio, donde se encontraban los sacos de boxeo y allí comenzó a pegarle a uno de ellos mientras pensaba en lo aburridas que estaban siendo para él esas semanas. Todos los demás parecían más felices, pero el echaba de menos las fiestas, el alcohol, el sexo… Y ni su prima ni Loreen querían nada. A Agatha ni le había preguntado porque no quería recibir ninguna reprimenda.

 En el piso inferior, Agatha seguía conversando con Ekrem.

- Pues sí Ekrem, lo he estado pensando mucho y creo que lo haré pronto.

- ¿Y por qué ahora?

- No sé, pero tal vez me haya dado cuenta de que estaba viviendo muy superficialmente y que yo misma parezco muy superficial.

- Yo no te veo superficial, Agatha.

- Porque no me has tocado las tetas o el culo, pero si lo hicieras verías que todo es de goma, como una muñeca vaya.

 Emel subió al piso de arriba y, cuando vio a Alí, se dirigió a él.

- Alí, ¿qué haces aquí? Llevo un rato buscándote y no te encontraba por ningún lado.

- Ah, es que estaba aquí dándole al saco.

- Vale, también te buscaba para avisarte de que todos estamos terminando.

- Muy bien.

- Yo me voy al vestuario y a ducharme.

 Dejando los guantes, Alí bajó las escaleras y, mirando a los vestuarios, decidió meterse en el de las chicas.

 Buscando a Emel, entró donde estaba ella y la miró de arriba abajo.

- No sabes la de tiempo que llevaba sin ver tu cuerpo desnudo.

- ¡Alí! ¿Qué haces aquí?

- ¿Tú que crees?

- Márchate Alí. Esto no está bien…

- Venga mujer,-dijo Alí comenzando a desnudarse-. No me seas estrecha a estas alturas…

 Metiéndose en la ducha, Alí comenzó a besar el cuello femenino mientras que ella se negaba pero, finalmente, sucumbió a la tentación. Por mucho que no quisiera volver a acostarse con Alí, ella también era humana y su cuerpo le estaba pidiendo a gritos un buen revolcón y claro, Alí en ese momento era como un banquete para un náufrago: suculento y apetitoso.

 Terminando de entrenar, Loreen se dirigió hacia su vestuario para darse una buena ducha y cambiarse de ropa.

 Pasando por delante de la ducha donde estaban Emel y Alí, Loreen escuchó los gemidos y miró por el cristal de la puerta. Sorprendiéndose de verlos así después de tanto tiempo, Loreen siguió a lo suyo.

 Fuera, Violet acababa de terminar de entrenar también.

- Mamá, voy a ducharme que estoy que no puedo más.

- Vale hija, creo que tu hermana está dentro ya. Dile que no tarde mucho, que nos vamos a tirar toda la mañana aquí.

 Entrando en el vestuario, Violet se encontró a su hermana desnuda justo antes de meterse en la ducha.

- Dice mamá que no tardes mucho.

- Eso mejor que se lo diga a Emel.

- ¿Por qué dices eso?

- Mira aquí anda,-dijo Loreen señalando la ducha-.

 Violet era muy curiosa y no pudo evitar asomarse. Pillando a Emel y a Alí manteniendo relaciones sexuales, Violet se dio la vuelta completamente avergonzada mientras que Alí se daba cuenta de que los estaban espiando.

 Sorprendentemente, Loreen tardó bastante poco en salir de la ducha y colocarse la ropa de nuevo.

- ¿Has visto a Emel?-preguntó Ekrem-.

- Sí, estaba a punto de terminar…

- Ah, es que fue la primera en entrar y tú que fuiste después has salido antes.

- Para que veas que luego la fama de tardona la tengo yo…

 Sintiéndose mal por lo que estaba haciendo, Emel salió de la ducha y le pidió a Alí que se esperase allí para que nadie se diera cuenta de lo que había pasado. Haciéndole caso, Alí se colocó su ropa y esperó hasta que Violet salió de la ducha sin ella saber que Alí aún seguía allí.

- Menudo culo te gastas, Violet.

 Dándose la vuelta e intentándose tapar, Violet le decía a Alí que se fuera.

- Vete de aquí, Alí.

- ¿Estás segura? He visto cómo antes nos mirabas a Emel y a mí mientras follábamos… ¿Te gustaría cambiarte por ella algún día?

- ¿Qué coño estás diciendo Alí? ¡Vete a tomar por culo!

 Alí cambió su semblante y se quedó serio justo antes de volver a hablar.

- Violet, me acabo de quedar a medias y tengo la polla reventando ahora mismo. Te he visto mirar antes y sé que te gustaría follar, ¿a quién no le gustaría? Por eso te estoy proponiendo que te acuestes conmigo. Yo tengo más experiencia que Ekrem y te puedo hacer disfrutar mucho más que él, ¿qué me dices?

- NO. No sé cómo decírtelo ya, ¡que te marches!

 Mirando a su izquierda, Agatha vio a Emel saliendo del vestuario.

- Ya era hora, hija-comentó Agatha-.

- Perdón, es que… me entretuve un poco.

- ¿Y Violet? ¿Sigue dentro?-preguntó Loreen-.

- Ah, no sé,-contestó Emel-. Yo no la he visto.

- ¿No está tardando mucho?-preguntó Ekrem-.

- Sí… Y eso no es normal en ella,-dijo Agatha-.

 Levantándose, Agatha fue hacia el vestuario para averiguar el motivo por el cual su hija Violet estaba tardando tanto.

- Violet, ¿estás bien?-preguntó Agatha entrando en la zona de duchas-.

CONTINUARÁ…


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