sábado, 8 de agosto de 2020

Capítulo 19 || Doble o nada

 Entrando en la cabaña, Agatha escuchó el ruido de la televisión y entró en el salón seguido de Ekrem.

- Buenos días Alí. Tienes muy buen aspecto.

- ¡Hola Agatha! Sí, me encuentro genial, la verdad.

- Pues mira quien ha venido a verte hoy…

 Viendo a Ekrem, Alí se levantó y ambos se abrazaron con fuerza.

- Te he echado de menos, Alí.

- Y yo a ti… Se me ha hecho muy raro estar tantos días aquí y no verte por los alrededores.

- Venga hombre, ¿después de todas las cosas que me has dicho?-preguntó Ekrem con aire guasón-.

- ¡Te lo juro! He estado pensando mucho en este tiempo.

 Agatha se sentía muy feliz de ver a los dos hermanos juntos por fin. Había costado pero al fin estaban sanos y a salvo.

 O no. De repente, Agatha y los gemelos escucharon el ruido de la puerta de entrada y Ekrem reaccionó rápidamente.

- Alguien nos ha seguido. Actuad con normalidad, yo iré a esconderme…-dijo Ekrem-.

 En cuanto Ekrem se metió en la cocina, Arnold apareció por el salón con cara de pocos amigos.

- ¡Arnold! ¿Qué haces aquí?-preguntó Agatha asustada-.

- Llevo soñando con este momento desde que ayer vi a Ralph insertado por un cuchillo. Por eso os he seguido, aquí acabaré con vosotros mientras que Aarón mata a tus queridas hijas y a la zorra de Emel.

- Ni se te ocurra,-dijo Alí interviniendo-.

- ¡Tú cállate! No ha pasado ni un minuto en el que no me arrepienta por no haberos matado a tu hermano y a ti cuando acabé con el payaso de tu padre y la puta de tu madre.

 Escuchándose un ruido en la cocina, tanto Alí como Agatha miraron hacia esa zona al igual que Arnold, quien se sobresaltó.

- ¿Qué ha sido eso?

- Una ardilla,-contestó Agatha-. Por esta zona hay muchas…

- No me fio de ti, zorra.

- ¿Por qué te íbamos a mentir?-dijo Alí-. ¿Te crees que tenemos a alguien escondido ahí dentro para que te mate cuando menos te lo esperes?

 Ekrem comenzó a escuchar las fuertes carcajadas de Arnold desde la cocina. El ruido que se había escuchado había sido por su culpa, ya que al esconderse le dio un pequeño golpe a una de las sillas de la mesa.

- Esa ha sido buena Alí,-dijo Arnold-. Lástima que seas el primero en morir…-comentó Arnold empezando a andar-.

- No Arnold,-intervino Agatha situándose delante-. Por encima de mi cadáver…

- Por encima… Me has dado una idea, zorra.

 Acercándose a ella, Arnold comenzó a besar a Agatha, quien no podía sentir más repulsión por él en ese momento.

- ¡Suéltame asqueroso!

 Cuando Arnold dejó de besar a Agatha, ésta le dio un guantazo pero, como si no hubiera pasado nada, Arnold sonrió y siguió con su plan.

- Venga, quítate la ropa,-ordenó Arnold-.

- Un momento, ya que va a ser mi último polvo antes de morir… ¿Por qué no nos vamos al dormitorio? Así podremos follar más tranquilos antes de que me mates.

- Qué zorra eres. Se hará como tú dices… ¡Andando!

 En cuanto Agatha y compañía salieron del salón, Ekrem pudo salir también de su escondite y pensar en algo para acabar con Arnold. Debía aprovechar que no sabía que él seguía vivo y, de esa forma, sorprenderlo antes de matarlo.

 Agatha sonreía orgullosa porque, trasladándose al dormitorio, le dejaba a Ekrem vía libre para buscar ayuda o pensar en algo para acabar con Arnold. Allí había sido lista y había actuado con la mente fría.

 Quitándole la ropa bruscamente a Agatha, Arnold la tiró sobre la cama y comenzó a lamer su zona inferior mientras que Alí miraba la situación pero con su mente en otro sitio. Alí no paraba de pensar en lo que le había dicho Arnold unos segundos atrás sobre el asesinato de sus padres…

 Mientras tanto, Ekrem aprovechaba la soledad de la entrada para salir despacio y sin ser oído. Sus ojos no paraban de buscar objetos que poder usar para arrojar, clavar o tirar para matar a Arnold. El tiempo se acababa y no quería sentirse culpable toda su vida por la muerte de Agatha y su hermano si él no se daba la suficiente prisa.

 Dando la vuelta a la casa, Ekrem se paró en seco. Ese objeto era el que necesitaba en ese preciso momento. Corriendo hacia él, lo agarró y volvió a entrar en casa.

 Abriendo la puerta del dormitorio con gran virulencia, Ekrem sorprendió a su hermano al verlo tan serio y metido en su papel.

- Toc, toc,-dijo Ekrem-. ¿Se puede?

 Levantándose del suelo, Arnold se incorporó y comenzó a mirar a Ekrem y a Alí continuamente. Luego, miró a Agatha mientras la continuaba agarrando por la muñeca.

- ¡Está vivo! ¡Ekrem vive!

- No he muerto en ningún momento, gilipollas,-dijo Ekrem-. A quien Aarón hirió fue a Alí, no a mí.

- ¿Cómo?

 Aprovechando la confusión de Arnold, Agatha se soltó y le dio un fuerte guantazo para salir corriendo y colocarse tras Ekrem.

 Arnold seguía desnudo de cintura para abajo y comenzó a notar que ya no tenía la situación bajo control pero, como no iba a admitirlo, comenzó a hacer lo que mejor se le daba: hablar.

- ¿Te crees que escondiéndote detrás de Ekrem vas a huir de mí, Agatha? Estás muy equivocada. ¿Sabéis una cosa?-dijo dirigiéndose a todos-. Me alegro de que Ekrem viva y no muriera a manos de Aarón. Yo maté a vuestros padres y a vuestro tío, aunque a éste último no debería haberlo hecho pero, ¿qué más daba? Así me quitaba un rival de en medio. Pues ahora, al igual que acabé con ellos, voy a acabar con vosotros,-dijo Arnold acercándose a sus pantalones-.

 Rápidamente, Ekrem recogió el objeto que había dejado junto a la puerta del dormitorio y corrió a por Arnold justo antes de que éste cogiera la pistola que tenía en el pantalón. Sorprendiéndose de que tuviera un hacha, Arnold comenzó a rogar por su vida mientras que Alí miraba la escena como si estuviera viendo una película.

- Tranquilo chico, hablemos de esto…

 Pero Ekrem no atendía a razones y, alzando el hacha, gritó antes de que cayese sobre Arnold.

- ¡Esto va por mis padres!

- ¡¡¡No!!!

 Con toda la fuerza que tenía, Ekrem clavó el hacha en la cabeza de Arnold, quien murió casi en el acto mirando a los ojos a su asesino.

 Alí no se podía creer lo que veían sus ojos. Ekrem, su dulce, bueno, cariñoso e introvertido hermano acababa de matar con un hacha, nada más y nada menos, que a Arnold. ¿Realmente conocía a su hermano como él creía? Porque en ese momento se lo estaba planteando.

 Levantándose, Alí comenzó a aplaudir a un sangriento Ekrem, quien jadeaba del esfuerzo tras soltar el hacha en el suelo.

- ¿De verdad eres Ekrem?-preguntó Alí-.

- A partir de ahora sí. Se acabó eso de hacerme pasar por ti…

- ¿Te hiciste pasar por mí?

- Cuando todos creyeron que me habían matado me confundieron contigo y yo tuve que aprovechar eso para infiltrarme y poder averiguar qué tramaba la banda.

- Qué listo fuiste ahí…

- Volvamos a casa,-dijo Agatha-.

 A todo esto, las chicas estaban charlando más tranquilas después de que Loreen hiciera unas llamadas después de hablar con su madre y retirasen el cuerpo de Aarón. Tras esto, la muchacha se puso a hacer el desayuno mientras que Violet hablaba con Emel.

- De verdad, no puedo entender cómo podéis tener hambre,-decía Violet-. Acabo de reventarle la cabeza a un tío y sus sesos están todavía por las paredes y el suelo de vuestro cuarto y vosotras queréis desayunar…

- He de decir en mi defensa,-dijo Emel-, que anoche no cené y que me muero de hambre.

- Y yo tengo que decir que mi hermanita es mi nueva heroína,-intervino Loreen desde la cocina-.

 Loreen ya respiraba en paz. Había hablado con su madre y ésta le había dicho que Arnold había muerto a manos de Ekrem. Por fin podrían ser libres y caminar por la calle sin tener que mirar atrás por si alguien las seguía.

 Cambiando un poco de tema, Emel le hizo una pregunta a Violet.

- ¿Y qué tal con mi primo Ekrem?

- Oh, pues bien,-contestó Violet bastante avergonzada-.

- ¿Sólo bien? Venga mujer, cuéntame qué tal. ¿Cómo es mi primo contigo?

- Bueno pues… es muy cariñoso, le gusta agarrarme de la mano, es detallista y se implica mucho.

 Pero Emel tenía otra pregunta en mente, la pregunta del millón en ese momento.

- ¿Lo habéis hecho ya?

- ¿El qué? ¿Que si nos hemos acostado?

- Sí Violet.

- No. Yo… todavía soy virgen y me da algo de miedo hacerlo.

- Bah, eso es una tontería. Ya verás que cuando lo pruebes no vas a querer perder el tiempo.

- ¿Tan bueno es?

 Justo cuando Emel iba a contestar, la puerta de entrada se abrió y por ella entró Agatha, Ekrem y Alí.

- Por fin en casa,-dijo Alí-.

 Agatha, percibiendo olor a comida, miró hacia la cocina y se sorprendió al ver cocinando a Loreen en lugar de a Violet.

- Pero qué ven mis ojos… ¿Mi hija mayor cocinando?

 Acercándose a ella, Agatha le hizo una pregunta en un tono más bajo.

- ¿Has llamado al doctor como te dije?

- Sí, ya ha estado aquí y se ha llevado el cuerpo de Aarón.

- Genial. Yo acabo de hablar con él y me ha dicho que iba de camino a la cabaña y se llevaría también el cuerpo de Arnold para meterlo directamente en la morgue.

- Mamá… ¿por qué tienes estas amistades tan raras? Desde lo que ocurrió con Alí me lo he estado preguntando.

- Loreen, no te lo he contado nunca pero tu abuelo fue un hombre muy importante y también muy querido y respetado como agente del FBI. Le hizo favores a mucha gente allí y, cuando murió, la gente se volcó conmigo y me prometieron que de ahí en adelante contase con ellos para lo que hiciese falta. Sólo tuve que tirar de agenda para cobrarme los favores que debían.

- Mamá, ahora mismo das miedo…

- Ralph siempre me infravaloró. Nunca se paró a conocerme de verdad y se centró en mi cuerpo y en las orgías que él organizaba, nada más. Aparte, yo no le contaba a todo el mundo que mi padre había sido agente del FBI, ¿sabes? Si hubiera perdido algo de tiempo en saber más de mí, ya te aseguro que no se habría casado conmigo. Suerte que está muerto y ya podremos descansar todos en paz.

CONTINUARÁ…


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