Hoy vuelvo a repetir que las cosas se están caldeando bastante en la vida de Fernando... ¿No te lo querrás perder, cierto?
CAPÍTULO 33
Fernando se acercó
hasta su trabajo para hablar con el jefe. Tenían que aclarar la situación como
fuera.
-
A ver jefe, ¿qué
ha ocurrido exactamente
-
De repente, ha
venido un hombre trajeado a mi despacho y me ha dicho que según unas fuentes fiables,
han llegado a sus oídos que estábamos creando una máquina del tiempo y al
negarme, me ha enseñado una placa que decía que pertenecía al gobierno de los
Estados Unidos y que querían comprar el proyecto para ellos.
-
¿Y qué le dijo?
-
Al principio me
negué pero me dijo que por mucho que lo hiciera, al final conseguirían su
objetivo. Luego me ofreció una enorme cifra de dinero en un cheque y la verdad
es que me quedé alucinado.
Fernando escuchaba
atentamente lo que le contaba su jefe.
-
¿Cuánto dinero
era?
-
Miles de
millones. Se ve que están muy interesados y quieren conseguir R.I.F. a toda
costa.
-
Pues es mi
proyecto, yo soy el que lo ha creado y creo que tengo todo el derecho de querer
o no darlo al gobierno por mucho que se imponga.
-
Tienes razón.
Quedamos en hablar mañana, así que te vienes aquí y hablas tú con ellos como el
creador que eres. Yo sólo soy el jefe de la empresa, pero ese proyecto es tuyo.
El jefe le daba la
razón a Fernando en lo que este decía.
-
Te quiero pedir
disculpas por si todo esto ha sido mi culpa. Alguien ha debido de contar algo
más de la cuenta. Lo que he estado pensando es que ninguno de mis chicos me
fallaría porque son de fiar, llevan años en la empresa y estoy seguro de que
ninguno me fallaría. Por eso creo que el topo puede ser Alex, el último que he
contratado.
-
¿Cómo es?
-
Es un chico
normal, pelo castaño claro, como rubio o algo así, el pelo hacia atrás. Yo no
lo había visto nunca.
-
¿Tienes la foto
de la ficha?
-
No porque nunca
me la ha traído y mira que se lo he dicho veces. Esa es una de las cosas que me
hacen sospechar de él.
Fernando estaba
pensando en ese tipejo.
-
Además, otra de
las cosas que me extrañan mucho,-decía Fernando-, es que nunca he coincidido
con él. Eso me resulta bastante raro.
-
Tienes razón,
otra cosa que hace que confíe menos en él. Lo tendré que avisar para hablar con
él.
Entonces Fernando quiso
hablar con él para, así, conocerlo de una vez.
-
¿Puedo ir yo a
hablar con él? Al fin y al cabo el proyecto es mío y él está a mi órdenes.
-
Ay, pues sí, es
una buena idea. Mañana en lugar de venir aquí puedes ir a buscarlo.
-
O puedo ir
ahora.
-
¿Ahora?
-
Claro.
El jefe de Fernando lo
veía decidido así que le dio permiso a que Fernando fuera en ese momento a
buscar a ese tal Alex.
-
Fernando, te voy
a dar su dirección y ve a buscarlo y lo traes aquí o hablas allí con él, como
tú prefieras. Yo voy a buscar información sobre él, a ver lo que encuentro.
-
Estupendo,
gracias jefe.
Fernando fue hacia la
dirección donde vivía el supuesto topo del proyecto. Conforme se acercaba, Fernando
iba concienciándose más de que debía echarle valor al asunto.
Llegó a la altura de la
primera casa de la calle y miró el número.
-
La 324… No es la
casa que busco, la 328 está más adelante.
Siguió caminando y
llegando a la próxima casa se quedó un poco perdido.
-
¿Cómo? Esta es
la 330, es imposible. No puede saltarse varios números sin ningún porqué…
Entonces mirando
Fernando a la izquierda, vio que en el hueco entre ambas casas, debía estar la
supuesta casa del topo pero no era así. Era una dirección falsa.
Fernando cogió su móvil
y se dispuso a llamar a su jefe cuando comenzó a sonar.
-
¿Jefe? Lo iba a
llamar ahora mismo. Tenía el teléfono en la mano.
-
Ah, yo es que he
descubierto algo que te va a dejar sorprendido. ¿Qué tienes tú?
-
Pues que la
dirección en la que vive, es falsa, no existe ninguna casa.
-
Entonces ya
sabemos que es el topo. He buscado su nombre por internet y resulta que la
última persona con su mismo nombre que hubo en la ciudad falleció hace 20 años,
así que o estamos ante un caso paranormal o nos la han metido doblada.
-
Joder, valiente
mierda.
-
Fernando,
tranquilízate. Ven mañana a las 8 para la reunión con los del gobierno. Ahora
vete a casa, ¿vale?
-
Ok. Mañana nos
vemos.
De camino a casa,
Fernando seguía dándole vueltas a lo que estaba pasando. Nunca tenía suerte en
nada y estaba cansado de luchar y ver que nada ocurría como él quería. ¿Tan
difícil era poder vivir una vida normal?
A todo esto que
apareció Claire bajando las escaleras y lo vio.
-
¡Eh Fernando!
¿Qué haces ahí?
-
Hola Claire.
Pues aquí, dándole al coco.
-
¿Te ha pasado
algo?
Fernando se levantó y
Claire lo abrazó.
-
Nada en
realidad. No quiero tampoco hablarlo mucho.
-
Bueno, como
quieras, pero que aquí estoy para todo.
-
Muchas gracias
Claire. Y bueno, ¿qué haces tú por aquí?
Claire, sonriente, como
era ella siempre, se dispuso a contestarle.
-
Pues vengo del
ayuntamiento de entregar unos papeles del negocio, que a ver si nos dan los
permisos necesarios y podemos comenzar ya a remodelar el local que hemos
alquilado.
-
Ah, tu novio y
tú, ¿verdad?
-
Sí, estamos
juntos en esto. Mi padre confía mucho en él.
-
Yo es que apenas
lo conozco y la verdad, no es que me caiga excesivamente bien, como
comprenderás.
Claire puso una cara
rara ante las palabras de Fernando.
-
Hombre, tiene su
carácter, la verdad. Pero cuando está con sus amigos y conmigo es muy buena
persona.
-
Sino digo que
no, pero que… no termina de caerme del todo bien.
-
Oye, si quieres
podemos quedar juntos para irnos a tomar algo y demás.
-
Ya, es buena
idea, pero ir yo solo con vosotros dos…
Fernando no estaba muy
entusiasmado con la propuesta de Claire.
-
Bueno, llévate a
tu novia. Tienes pareja, ¿no?
-
Pues… no.
-
Ah… yo creí que…
-
No, no tengo
jeje. Pero que vaya, vivo muy bien tal y como estoy.
-
Entonces lo de
la quedada sería un poco raro, tienes razón. ¿Y no tienes alguna amiga ni nada
por el estilo?
-
Las que conozco
están con pareja.
-
Bueno, entonces
será mejor que lo dejemos. Lo siento mucho, ¿eh? Ahora me sabe mal…
Estaban hablando cuando
por las escaleras bajó Roger, el novio de Claire.
-
No te tiene que
saber mal, Claire. Estoy muy bien tal y como estoy.
-
Hola
cariño,-dijo entrando Roger en la conversación-. Hola Fernando, ¿todo bien?
-
Sí, gracias.
-
Oye nena,
¿comemos fuera y luego nos vamos a ver una peli?
-
Parece una buena
idea.
Roger la miraba casi
sin pestañear, incluso se le notaba un poco celoso de Fernando. Sin embargo,
Claire miró a Fernando para despedirse.
-
Bueno, me alegro
de haberte visto. Ya nos veremos otra vez Fernando.
-
Sí, ya hablamos.
-
Hasta luego
Fernando,-dijo el novio-. Encantado de volverte a ver.
-
Sí, gracias.
Fernando la miraba
entristecido porque sabía dentro de él que no quería ese plan, sino que le
apetecía el que le estaba proponiendo a él. Pero al fin y al cabo, Roger era su
pareja y ella estaba con él.
Fernando entró en su
casa con mucha hambre pero antes quería hacer un cambio que tenía en mente.
Entró en el baño y se
miró al espejo.
-
Perilla lo
siento, pero vas a ir fuera.
Sin embargo, fuera de
la casa, alguien estaba observando atentamente. ¿Quién era este misterioso
personaje?
Unos minutos más tarde,
Fernando se echaba el After Shave en la cara mientras el olor impregnaba el
cuarto de baño.
Este observador se
acercó más todavía y se puso a mirar por la ventana del baño para espiar a
Fernando. ¿Tendría unos planes secretos?
Pero de repente
Fernando fijó la mirada en la ventana y rápidamente se dio cuenta de que algo
se había movido en el exterior, así que corriendo salió del baño y…
No había nadie en el
exterior. ¿Habían sido imaginaciones suyas? Nosotros sabemos que no pero…
¿Quién y para qué querían espiar a Fernando? ¿Qué propósito tenían haciendo
eso?
El observador escondido
en otro lado de la casa seguía mirando sin que Fernando supiera que estaba más
cerca de lo que creía.
CONTINUARÁ…
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