Os pido que pongáis mucha atención porque a partir de este capítulo, las cosas se empiezan a complicar... Ya veréis.
CAPÍTULO 32
Fernando se fue al
servicio para cambiarse de ropa después de todo lo que había hecho.
Cuando salió ya arreglado, la chica de Roger
estaba detrás de él. ¿Qué pretendía?
Momentos más tarde, la
chica se colocó detrás de Fernando y pegando un grito lo asustó.
-
¡¡Ahhhh!!-dijo
Fernando-.
Fernando se giró para
saber quién era cuando al verle la cara a la chica, la suya se descompuso…
-
¡¿Claire?!
-
¡Me has
reconocido Fernando!
Los antiguos amigos se
abrazaron después de tanto tiempo sin verse ni tener noticias el uno del otro.
Cuando se separaron,
Fernando comenzó a hablar con ella.
-
¿Qué haces aquí
en Nueva York?
-
Estoy aquí por
trabajo. La empresa de mi familia está ampliando fronteras, así que me he
venido
aquí para abrir una sucursal y así ganar más dinero.
-
¿Te vas a quedar
aquí mucho tiempo?
- Si las cosas van
bien me quedaré a vivir aquí, a no ser que necesiten ayuda en mi ciudad.
Hablaban de su
situación profesional animadamente.
-
¿Y tú qué?
-
Pues ahí voy,
trabajando en una buena empresa que se dedica a la ciencia.
-
¿Eres
científico?
-
Sí, pero no
estoy loco jaja.
-
Bueno, eso es
algo que habría que ver jaja.
Fernando continuó
hablando.
-
¿Y has venido
sola hasta aquí?
-
No, he venido
con mi chico.
-
¿Tienes novio?
No lo sabía.
-
Sí, es Roger, tú
ya lo conoces por lo que parece…
-
¿Roger es tu
novio? Ah…
-
Sí, llevamos ya
4 años juntos. Mi familia lo considera como de la familia, por lo que lo metió
en la empresa familiar ya que se había quedado sin trabajo.
-
¿Qué era antes?
-
Poli.
Fernando había recibido
una patada en el estómago cuando supo que estaba saliendo con aquel tipo.
Valiente gusto.
-
Pues mucha
suerte aquí. Bienvenidos.
-
Si llevamos ya
más de un mes aquí, jaja, aunque gracias.
-
Ah, no tenía ni
idea.
Se hizo un silencio un
poco incómodo, por lo que Fernando decidió cortar esa situación.
-
Bueno, pues me
alegro muchísimo de haberte visto de nuevo. Yo me voy que tengo cosas que
hacer.
-
Igualmente, a
ver si quedamos otro día los tres o tu novia si quiere venir también, ¿no?
-
Eh, claro, no te
preocupes. Hasta pronto, (si tú supieras,-pensaba Fernando-.)
Dos semanas después,
una tarde cuando estaban a punto de irse, llegó un señor pidiendo ver al
director para una reunión.
La secretaria se lo
comunicó al director y este lo hizo pasar a la sala de espera donde se sentó
hasta que lo llamaran.
Unos minutos más tarde
el director lo hizo pasar y habló con el señor sobre trabajar en la empresa. Le
entregó un currículum y al verlo, este sonrió.
Tenía un currículum
impecable, así que no dudó en contratarlo y añadirlo al proyecto R.I.F. que
estaba ya en marcha desde hacía bastante.
El director lo acompañó
hasta la sala donde estaba Fernando, que era el único que quedaba allí. Eran
las 9 y media pasadas y todos se habían ido a sus casas menos ellos.
-
Fernando, quiero
presentarte a un nuevo miembro del equipo. Su nombre es Alex.
-
Jefe, ahora
mismo no puedo. Ya mañana lo veré, que estoy con una cosa importante de la
roca, no puedo quitarle ojo.
-
No te preocupes,
mañana lo conocerás.
Dos días más tarde, una
mañana de domingo, Fernando aprovechó para ir a la playa antes de que el verano
tocara a su fin, ya que quedaba poco, pero su plan se vio gafado cuando al
llegar vio que en su cala preferida estaban Claire y su novio Roger muy juntitos
y acaramelados…
La pareja no se dio
cuenta de la presencia de Fernando, ya que era más importante mirarse a los
ojos y decirse mutuamente lo tanto que se querían…
Fernando se quedó donde
estaba, viendo que la parejita seguía con lo suyo, así que prefirió darse la
vuelta y buscar otro lugar donde bañarse.
Se le ocurrió irse a
casa de su padre, así que cogió el coche y se fue hasta allí. Cuando llamó le
saludó Eleonor, que estaba saliendo con su padre desde hacía un par de meses.
Como estaba en un hotel, Alberto la invitó a vivir en su casa y allí se
instaló. Se los veía felices y muy contentos.
-
¡Hola Fernando!
Me alegra verte, ¿cómo tú por aquí?
-
Nada, he venido
a visitar y por si podía aprovechar para bañarme en la piscina.
-
¡Claro, pasa!
Fernando no tardó en ir
hacia la piscina y zambullirse dentro del agua y poder nadar. El moreno ya no
volvería hasta el año siguiente y con la playa… ocupada, no podía tomar el sol
tampoco.
Más tarde, Eleonor vino
a hablar con Fernando.
-
¿Has visto a tu
padre?
-
No, no lo he
visto todavía desde que he llegado.
-
Ah, vale, voy a
buscarlo.
Fernando se quedó
tumbado en la hamaca unos momentos, pero luego decidió subir al piso de arriba
para seguir a Eleonor y así de paso saludar a su padre pero al llegar, de nuevo
se paró en seco. Por la ventana pudo ver que la pareja se estaba besando y
Alberto estaba vestido de gala. ¿Se habría declarado a ella?
El beso era bastante
profundo y no se separaban ni con agua caliente.
Se miraban con mucho
amor. Esa mujer parecía la perfecta para Alberto. No era ninguna niñata, era
una señora de más de 50 años con sus ideas claras. Esta sí era una buena
elección de su padre.
Fernando sintió que
sobraba allí también, así que yendo hacia el cuarto de su padre, cogió ropa
para cambiarse, no iba a salir a la calle con el bañador mojado. Así que una
vez fuera y con la ropa de su padre, parecía que se había metido en la máquina
del tiempo.
Fernando llegó a casa,
aparcó el coche y entonces el móvil le sonó. Era su jefe.
-
Diga jefe.
-
Tenemos un
problema.
-
¿Problema? ¿Qué
ha pasado?
-
Hay un topo en
el equipo.
-
¿Topo? ¿De qué
me está hablando?
-
Hay alguien que
se ha chivado del proyecto que tenemos y creo saber quién ha sido.
Fernando estaba
descolocado.
-
¿Quién?
-
Alex, el nuevo.
-
¿Quién es ese?
-
El que te quise
presentar aquella tarde pero tú no pudiste.
-
Ah cierto,
todavía no lo conozco personalmente.
-
Porque ha
coincidido que su turno siempre es al contrario del tuyo, por eso nunca os
veis.
-
Qué extraño…
¿Qué va a pasar ahora jefe?
-
No lo sé,
Fernando, no lo sé…
CONTINUARÁ…
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