Aquí en AlStorySim no tenemos descanso, así que os dejo un nuevo capítulo de R.I.F. Viene cargado de sopresas. Nos vemos mañana en otro capítulo. ¡Hasta muy pronto!
CAPÍTULO 23
Esa mañana Fernando se
había levantado con el pie izquierdo. No estaba de humor tras haber aclarado
las cosas con Abbie. Ella quería seguir estando libre y él estaba empezando a
sentir algo por ella.
Pero dejando a un lado
sus pensamientos, fue a clase y hoy le tocaba práctica con el cuerpo óseo
humano.
A la vuelta de las
clases, se puso a estudiar junto con Kris, una compañera de residencia. Al día
siguiente eran los exámenes y necesitaba aprobar como fuera.
Para relajarse un poco
y poder ir asimilando conceptos, decidieron echarse juntos una partida de
billar. Kris, la chica, no paraba de mirarlo de arriba para abajo.
Cuando Fernando se
adelantó para comenzar la partida y se agachó poniéndose en posición, la chica
cambió su cara.
-
¡Pero qué culito!-pensaba
hacia sus adentros-. Menudo bollito hay en mi residencia…
Tras la partida, que
ganó por supuesto Fernando, seguramente por práctica cuando vivía con su padre,
se fue al cuarto de las máquinas, donde se ejercitaba un poco.
Hacía 3 series de 15
repeticiones cada una. Cada serie le aumentaba varios kilos.
-
Vamos con 45
kilos… 1…2…3…
Tras un par de horas
machacando sus músculos, se fue a darse una ducha.
Luego salió fuera para
entretenerse con Alison echándose el frisbie. No era muy divertido pero
cualquier cosa antes que estudiar seguro.
Aunque mientras lanzaba
el disco, iba repasando de memoria el temario que se había aprendido.
Poco a poco iba
superando la ruptura de Abbie, aunque no habían tenido nada, pero para él era
doloroso.
Antes de acostarse miró
la lavadora, no habían hecho la colada y ya no daba tiempo a ponerla y que se
secara a tiempo…
Finalmente se acostó
temprano para poder estar descansado al día siguiente. No sabía cómo iba a
llegar a los exámenes.
Se levantó temprano y
como no tenía otra ropa limpia, se puso la misma del día anterior. Se presentó
el primero en clase para comenzar el examen, lo que le hizo recordar a Steve,
su compañero de clase allí en Nueva York. ¿Qué habría sido de él? Total, que al
cabo de dos horas, terminó el examen no solo con un aprobado, sino con
matrícula de honor.
Pero no podía
relajarse, seguidamente tenía otro examen y tenía que estar concentrado al
máximo.
Tras la agobiante
mañana, pudo tranquilizarse un poco y comer al ritmo que le diera la gana, era
viernes y comenzaba un fin de semana sin estrés por las clases, trabajos o
exámenes.
Como no tenía
obligaciones, era el momento de hacer una llamada…
-
¿Diga?
-
¡Qué alegría me
da de oírte! ¿Cómo estás Hugh?
-
¡Fernando!
Cariño, es Fernando. ¿Cómo estás?
-
Muy bien ¿y
vosotros?
-
Bien, aunque te
echamos mucho de menos. Los alumnos que hay ahora son mucho más revoltosos que
vosotros. Hemos vuelto a ser más dictatoriales.
-
Bueno, no os
paséis mucho que son unos chavales jajaja.
-
¿Y tú qué? ¿Cómo
sigue tu vida universitaria?
-
Genial, esto es
una gozada. Me lo paso en grande con mis compañeros, voy a fiestas… De todo.
-
¿Y los estudios?
¿Cómo sigues?
-
¡Todo matrícula!
-
¿De verdad?
Espera, cuéntaselo a Stacy.
Fernando esperó unos
momentos hasta que se puso su antigua profesora al teléfono.
-
¡Hola cariño!
¿Cómo está mi Fernando?
-
Bien, bien
jejeje. ¿Y tú cómo estás?
-
Perfectamente.
Seguimos igual que siempre.
-
Me alegro mucho
por vosotros. Os echo de menos a los dos…
-
Y nosotros a ti.
¡Qué ganas tenemos de verte de nuevo!
A la mañana siguiente
se levantó bien entrada la mañana y desayunó unos gofres y con la ropa bien
limpita, ya que habían puesto la colada.
Luego se levantó y al
ver a Kris, le llamó la atención y fue a por ella. Ahora sí que estaba bien mentalizado
para otras cosas que no eran los estudios.
Kris se levantó del
escritorio y se puso a hablar con Fernando.
-
¡Ey guapo! ¿Qué
pasa?
-
Pues recién
despertado jajaja.
-
Anda, qué bien
vives machote. Yo me levanté hace rato.
-
Y muy guapa que
te has levantado.
-
Anda, si me
llegas a ver recién despertada… Era la reina leona.
-
Qué exagerada
eres. ¿Te has visto? Además, la ropa te hace un bonito escote.
La chica se miró y se
subió un poco la camiseta.
-
Eres un cerdo.
¡No mires ahí!
-
Jajajaja, anda,
mira lo guapa que se pone cuando se enfada…
-
Y tú eres un
condenado que está muy guapo cuando sonríe…
-
¿Sólo cuando
sonrío? Jajaja, es broma.
-
Creído.
-
Yo también te
quiero Kris.
La chica se acercó un
poco más a Fernando.
-
¿En serioooo?
¿Me quieres?
-
Mmmm, en cierto
modo.-
Oooohhh.
-
Pero solo un
poco, no te me ilusiones que no quiero hacerte daño… jajaja.
Mientras tanto, Abbie y
Alison jugaban a la consola. Era curioso, a la izquierda la antigua, en el
centro la de ahora y a la derecha… ¿la siguiente?
Minutos más tarde,
Fernando se acercó a ella dispuesto a besarla, pero…
-
Oye Fer, no tan
deprisa jeje.
-
Ah… yo pensé que
te gustaría.
-
Ya bueno, si
seguimos hablando tal vez un día nos besemos.
Fernando puso cara
triste.
-
¿Entonces no me
vas a besar?
-
Ay, quita esa
cara tonto, jeje, que pareces un crío.
-
Ya… bueno jeje,
voy al cuarto un segundo.
Eso de que parecía un
crío le había sentado como tres tiros, así que esta tarde-noche se vistió bien
y se fue de fiesta a una discoteca.
Se estaba pidiendo la
segunda copa cuando apareció Abbie detrás.
-
¡Hola Fer!
-
Ey Abbie. ¿A
mover el esqueleto?
De repente, miró hacia
un espejo y vio a una chica rubia, con el pelo hacia un lado y ceñida en un
vestido rojo con un cuerpazo. Se levantó y se colocó frente a ella.
La acercó hacia su
cuerpo y la besó ardientemente. Al abrazarla, pudo ver que esa chica no era
otra que Alison. No estaba vestida de rojo, sino con su misma bata de siempre,
pero al verla en esa situación, la vio atractiva.
Así que la abrazó y la
chica, sorprendentemente, se dejó hacer. Abbie, mientras tanto no desaprovechó
el tiempo y cogió su móvil y les sacó una foto.
Rápidamente y antes de
que Fernando abriera los ojos, se metió en una página de internet.
-
Esta para el grupo
de WhatsApp de la facultad, jijiji.
Alison, embriagada de
la pasión, lo volvió a besar, esta vez con muchas más ganas que antes.
Como quien no quería la
cosa, subieron al piso superior y se metieron en el fotomatón para tener… más
intimidad, llamémoslo así.
Tras el ratito de…
intimidad, ambos salieron y a Alison le llegó un mensaje al móvil.
Al igual que a
Fernando, que cogió su móvil y comenzó a leer los comentarios del grupo de la
facultad por el WhatsApp.
De repente, una policía
llegó porque, según el camarero del local, había jóvenes corriendo sin ropa.
Una vez hecha la inspección, se fue.
-
¡Chicos, no hay
moros en la costa!-gritó uno de ellos cuando la policía se había marchado-.
Y efectivamente, los
dos universitarios que andaban correteando desnudos volvieron a hacerlo con
total libertad.
Sin embargo, de un
momento a otro se vio a Abbie saliendo de allí quitándose unas lágrimas de los
ojos. ¿Será verdad que después de todo siente algo por Fernando?
Y sin saber nada de
esto, ya de noche bailaban juntos Alison, que se había cambiado de ropa, y
Fernando. Disfrutaban de la noche que todavía les quedaba por delante…
CONTINUARÁ…
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