martes, 22 de septiembre de 2020

Capítulo 21 || Doble o nada (Temporada 2)

 Conduciendo durante un rato, Alí llegó junto a Susan a la casa de Agatha.

- La de años que llevo sin pisar este sitio…

- ¿Aquí vive mi hermana?

- Si no se ha mudado sí.


 Llamando al timbre, un Yemba considerablemente más mayor, abrió la puerta y miró a Susan.

- Buenas tardes, ¿qué desea?

- Hola, me llamo Susan y estoy buscando a Agatha Dietrich, ¿vive aquí?

- Sí, ¿quién le digo que la busca?


 Interviniendo en la conversación, Alí llamó a Yemba y captó su atención.

- Yemba, ¿no te acuerdas de mí?

- Pero… ¿Alí? Dios mío, ¿eres tú?

- El mismo de siempre.


 Acercándose a él, Yemba lo abrazó con fuerza.

- Qué alegría más grande me da tenerte aquí. Tu hermano nos dijo que le llamaste y que tendrías que desaparecer por un tiempo, pero con el paso de los años todos creíamos que te había pasado algo y habías muerto.

- Lo he estado, pero he vuelto a la vida.

- ¿Qué pasó?


 Separándose, Alí iba a comenzar a contarle todo cuando Yemba lo interrumpió.

- Bueno espérate, voy a avisar a Agatha.

- No le digas nada de que estoy aquí,-dijo Alí-.

- Vale y, por favor, entrad en casa.


 Haciéndole caso, Susan y Alí entraron en la casa y se fueron a sentar alrededor de la chimenea.

- Esperad aquí mientras yo subo a por Agatha. No tardo.

- Tranquilo Yemba, no hay prisa,-dijo Alí-.


 Subiendo las escaleras de dos en dos, Yemba salió al balcón en busca de Agatha. Cuando ella estaba estudiando algún guion para una serie o película solía ir allí.

- Hola cariño, perdona que te moleste,-dijo Yemba-. ¿Puedes venir conmigo un momento?

- Yemba cielo, estoy estudiando.

- Es importante…

- ¿De qué se trata?

- Es que… no te lo puedo decir.

- Ay Yemba, tú y tus misterios.


 Agatha ya era una señora con una edad cercana a los 60 años mientras que su hermana, a la que no conocía, rondaba los 30. Podría ser perfectamente su hija, de hecho, Loreen era mayor que su tía Susan y eso era de lo más extraño.


 Bajando las escaleras, cuando Agatha vio la silueta de Alí creyó que era Ekrem pero al fijarse bien en él, supo que se trataba de su hermano…

- ¿Alí?

- Sí Agatha, soy yo.

- ¡Gracias al cielo! ¡Estás vivo!


 Agatha no tardó ni un segundo en abrazar con fuerza a Alí mientras le decía palabras de cariño y alivio.

- No sabes lo que he rezado para que volvieras junto a nosotros. ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué has estado desaparecido tantos años? Tu hermano y yo te estuvimos buscando y nadie nos dijo nada sobre ti…


 Cogiendo aire, Alí comenzó a contarle por encima algo a Agatha para introducir a Susan.

- Desaparecí por temas de trabajo. Resulta que cuando me cambié de comisaría y me tuve que mudar, pillé a un tipo robando y pude detenerlo sin saber que era uno de los tíos más buscados. El comisario me felicitó, pero me dijo que ese tipo estaba relacionado con otro delincuente muy buscado al que llevaban años tras su pista, por lo que me ofrecí para infiltrarme y hacerme pasar por el hombre a quien acababa de detener. Allí viví cientos de cosas y conocí a personas muy especiales como ella…


 Señalando a Susan, ésta se acercó y sonrió a Alí.

- ¿Es tu novia?-preguntó Agatha-.

- No, no es nada mío. Sólo una buena amiga y que me ha ayudado a que hoy esté aquí contigo.

- Oh, pero no entiendo entonces por qué ha venido contigo.

- Eso es porque me llamo Susan Dietrich,-dijo la propia Susan-.


 Captando su completa atención, Agatha miró a Susan con una media sonrisa.

- ¿Has dicho que te apellidas Dietrich?

- Sí,-contestó Susan-. Verás, tu padre… es mi padre también.

- Pero, ¿cómo es posible?

- Papá tuvo una aventura con mi madre de la que nací yo, pero como él estaba todavía casado con tu madre y no quería haceros sufrir, nos mantuvo en secreto pero manteniéndonos económicamente hasta su muerte. Yo siempre supe que existías pero tenía miedo de ser rechazada, de que no me aceptaseis por ser fruto de una infidelidad…


 Sin dejar terminar de hablar a Susan, Agatha la abrazó.

- Siempre sospeché que papá había tenido alguna aventura, pero nunca imaginé que tendría una hermana, pero me alegro de tenerla.

- ¿De verdad?

- Te lo prometo. Siempre quise tener un hermano o hermana, pero me crié siendo hija única y luego papá por su trabajo no pasaba demasiado tiempo con mi madre y conmigo, así que no le dio a mi madre más hijos que yo. Y bueno, cuéntame todo de ti, ¿qué edad tienes?

- Casi 30, los cumplo este año.

- ¿En serio? Mi hija mayor acaba de cumplir los 32 años.


 Agatha y Susan comenzaron a charlar durante un rato contándose cosas, conociéndose y poniéndose al día. Cuando salió el tema sobre qué había pasado en los últimos años, Susan prefirió contarlo junto a Alí.


 Sentándose todos en los sofás, Alí y Susan comenzaron a relatar lo sucedido desde el principio, cómo captaron a Susan y al resto de chicas, cómo Alí descubrió a Moncho tras violar y asesinar a una chica y cómo ese disparo le provocó el coma… A cada anécdota, Yemba y Agatha se sorprendían por todo lo que habían tenido que vivir durante esos años.


 Al cabo de un rato, Alí comunicó su intención de seguir visitando al resto de la familia y, como Susan ya estaba con la suya y se quedaría a vivir con Agatha y Yemba por el momento, él podía marchar tranquilo.

- No desaparezcas tanto tiempo,-dijo Agatha-.

- Tranquila, a partir de ahora estaremos más en contacto porque no pienso infiltrarme nunca más.

- Eso, es hora de que empieces a mirar por ti y tengas una vida y a tu propia familia,-deseó Yemba-.

- Te echaré de menos, Alí,-dijo Susan-.


 Justo antes de irse, Alí le hizo una pregunta a Agatha.

- ¿Mi hermano y Violet siguen viviendo en la vieja casa de nuestros padres?

- Ekrem sí, Violet… no.

- ¿Y eso? ¿Se han separado?

- Eso será mejor que te lo cuenten ellos.

- ¿Y mi prima?-preguntó Alí sobre Emel-.

- Ah, tu prima consiguió comprar la antigua casa de sus padres y se ha mudado allí con Jonathan.

- Gracias Agatha. Cuidaros mucho todos… Estamos en contacto.


 Caminando unos cinco minutos, Alí llegó hasta la actual casa de Emel y la antigua casa donde estuvo viviendo con ella, Ekrem y su tía Bárbara antes de fallecer. Por fuera, la casa era diferente y se notaba que había sido renovada.


 Tras llamar al timbre, Jonathan fue quien abrió la puerta a petición de Emel.

- ¿Puedes abrir tú la puerta cielo? Yo estoy muy cansada.

- Claro, no te preocupes.


 Cuando Jonathan vio de quién se trataba, se quedó clavado en el sitio.

- Alí pero… estás vivo…

- Sí, he vuelto después de estos siete años.

- Ha pasado mucho tiempo, ¿por qué apareces después de todos estos años?

- Ahora os contaré. ¿Está mi prima?

- Sí, un momento que la avise…


 Entrando de nuevo en casa, Jonathan avisó a su mujer.

- Emel, adivina quién ha venido a visitarnos.

- ¿Quién?-preguntó una Emel embarazada de seis meses-.

- ¡Entra!-gritó Jonathan hacia la puerta-.


 Cruzando el umbral de la puerta, Alí se presentó frente a Emel.

- Pero bueno Ekrem, dos semanas sin verte y vuelves a ser el de siempre.

- No soy Ekrem…

- No, no puede ser… ¿Alí?

- ¡El mismo!


 Corriendo hacia ella, Alí la abrazó teniendo mucho cuidado con su tripa.

- Te he echado muchísimo de menos. ¿Dónde te has metido Alí?

- Es una larguísima historia.

- Me la tienes que contar sí o sí. Vaya, es que no voy a dejar que te marches hasta que no me la cuentes.

- Trato hecho Emel. Y por cierto, enhorabuena por tu embarazo. Al fin la familia crece.


 Separándose y tocando su barriga, Emel le dio las gracias a Alí.

- Muchas gracias Alí. El otro día ya nos dijeron el sexo del bebé.

- ¿Y qué tal?

- Un niño.

- Wow, la siguiente generación de la familia está a punto de comenzar.

- No, de hecho ya ha comenzado.

- ¿Cómo?

- Mira ven,-dijo Emel llevando a su primo al que fue su antiguo dormitorio-.


 Abriendo la puerta, Alí descubrió a una pequeña niña jugando a las casitas con sus muñecas.

- Te presento a Bárbara.

- Vaya… ¿Qué edad tiene?

- Tres añitos y es un terremoto. Me recuerda mucho a ti.

- ¿A mí? ¿Por qué?

- Porque todos los días me veo reflejada en mi madre cuando te regañaba a ti.

- Jajajaja pues lo siento Emel. Entonces la llevas clara.

- Bárbara cariño,-dijo Emel-. Ven a conocer a tu tío Alí.


 Cargándola sobre su espalda, Alí comenzó a jugar con la pequeña Bárbara mientras que Emel los miraba con una amplia sonrisa.

- Pero bueno, ¿dónde se ha metido esta niña?-decía Alí-.

- ¡Aquí!-gritó Bárbara dando varias palmadas en la espalda de su tío-.


 Después de unos minutos de juegos, Alí dejó a la pequeña en el suelo mientras que Emel lo felicitaba.

- Vaya Alí, se te dan muy bien los niños.

- Ah bueno, me gustan mucho pero no creo que sea para tanto.

- Yo creo que sí es para tanto porque Bárbara es muy especial con los desconocidos y no deja que nadie se le acerque así porque sí.

- Anda pues no sé… Tal vez sepa que soy de la familia. No tengo ni idea.


 Saliendo al salón, Emel le pidió a Alí que contase lo sucedido sobre su desaparición.

- Todo empezó cuando me cambié de comisaría y me mudé, ¿te acuerdas Emel?

- Sí, claro.

- Pues estando fuera de servicio pillé a un hombre intentando robar y lo detuve, pero resultó que ese tío no era un cualquiera, sino uno al que la policía llevaba buscando mucho tiempo porque tenía relación con otros delincuentes. En resumidas cuentas, tuve que infiltrarme en la organización criminal y estando allí, por una serie de malas coincidencias, me pegaron un tiro y he estado en coma hasta hace nada, dos días.


 La conversación continuó durante largo rato mientras que Alí se perdía entre los detalles que le pedían tanto Jonathan como Emel. Estaban muy intrigados por cómo había sucedido todo pero Alí también tenía un tema en mente y, cuando finalizó de contar la historia, le hizo una pregunta a su prima.

- Oye, Agatha me ha dicho algo de que Ekrem y Violet ya no están juntos, ¿no? O al menos eso he entendido yo.

- Uh es verdad, que tú no sabes nada de lo que pasó.

- Pero ni idea.

- Esa es otra larga historia,-dijo Jonathan-. Mira, te cuento…


CONTINUARÁ…


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