martes, 15 de septiembre de 2020

Capítulo 17 || Doble o nada (Temporada 2)

 Moncho arrastró a Ania hasta el baño y allí le arrancó la ropa, se la quitó él y directamente la penetró sin pensárselo dos veces. Pese a los intentos de Moncho por callarla, Ania gritaba y se quejaba de dolor porque le estaba provocando un profundo desgarro vaginal.


 La habitación de Alí daba justo encima del baño y, como la entrada secreta hacia el sótano estaba en esa misma habitación, los gritos de dolor de Ania le alertaron y se levantó rápidamente.

- Moncho… te voy a reventar cabrón.


 Bajando lo más rápido que pudo y sin cambiarse siquiera, Alí entró en el baño como si de un huracán se tratase y vio a Moncho terminando de ducharse y la puerta de uno de los baños cerrada.

- ¿Qué coño haces aquí abajo Moncho?

- ¿Y tú? Yo mismo podría hacerte esa misma pregunta Turco.

- ¿Quién hay ahí dentro?

- ¿Por qué no lo averiguas?


 Suspirando y entrando en el baño, Alí descubrió a Ania con la cara completamente destrozada y con una herida en la cabeza que no paraba de sangrar.

- Ania, ¡Ania!-dijo Alí dándole pequeñas palmadas en la cara y dándose cuenta de que no tenía pulso-.


 Saliendo del baño completamente furioso, Alí se dirigió hacia Moncho justo antes de verlo apuntarlo con una pistola.

- ¡La has matado, hijo de puta!

- ¡Igual que haré contigo!-gritó Moncho disparando a Alí-.


 Sin poderlo evitar, Alí recibió un balazo y se cayó al suelo golpeándose la cabeza. Rápidamente todo se volvió oscuro mientras que escuchaba cómo la risa de Moncho se alejaba cada vez más y más… 


 De repente, Alí vio su antigua casa, donde nació y se crió junto a Ekrem y sus padres pero… ¿Por qué estaba viendo ese lugar? No lo entendía.


 Como si de un sueño se tratase, Alí escuchó una voz a sus espaldas y se vio en su antiguo dormitorio. ¿Qué hacía allí? Pero la voz a sus espaldas continuaba llamándolo.

- Señor, señor, ¿qué hace en mi cuarto?


 Dándose la vuelta, Alí casi se cae al suelo de nuevo… ¿Estaba viendo bien? Ese pequeño era él. ¿Cómo era posible? ¿Estaba muerto?

- ¿Alí?-preguntó el Alí adulto-.

- ¿Cómo sabe mi nombre?

- Es una larga historia pero… ¿Qué hago aquí?

- ¿Y yo que sé? Es usted quien se ha metido en mi cuarto y me ha despertado.


 Agarrándose a sí mismo y situándolo sobre la cama, el Alí adulto se sentó en esa pequeña cama mientras se contemplaba con una sonrisa.

- ¿Por qué me mira así? ¿Es usted tonto?

- Pues sí, lo he sido muchas veces.

- Yo no seré tonto.

- Créeme, lo serás y te arrepentirás de ello.

- Yo quiero ser grande y fuerte como mi papá.

- Papá…-pensó el Alí adulto-.


 Saliendo del dormitorio, Alí vio la mancha de sangre que su padre dejó cuando fue asesinado… Por un momento, volvió a sentirse indefenso y pequeño recordando cuando vio a Arnold matando a sangre fría a su padre.


 Pero, mirando a su izquierda, Alí no cabía en sí del asombro. Toda su familia estaba allí reunida… Su linda tía Bárbara, su tío Mehmet, su preciosa madre Martina y su padre Rashid.

- Pero… ¿cómo es posible?-preguntó Alí sin salir de su asombro-.

- Bienvenido Alí. Nos alegramos mucho de verte,-dijeron todos los miembros de su familia-.


 Acercándose hacia sus tíos, Alí los miró con una pequeña sonrisa.

- ¿Estoy muerto?

- No…-contestó Bárbara-.

- ¿Entonces cómo es posible?

- No rompas la magia sobrino…-dijo Mehmet-. Hay cosas que es mejor no desvelar.


 Acercándose a su tía Bárbara, Alí la abrazó con fuerza mientras que volvía a oler su perfume característico.

- Dios, hacía años que no olía tu perfume tita… Te echo tanto de menos…

- Y yo a ti, mi rebelde favorito.


 Separándose de su tía, Alí quiso sincerarse con ella.

- Quiero pedirte perdón, tía Bárbara. No me comporté bien contigo y fui un auténtico idiota…

- No tienes que pedirme perdón Alí. Todas las decisiones que has tomado en tu vida, fueran buenas o malas, te han llevado a ser la persona que eres ahora y, mírate, estás hecho un hombre responsable y muy guapo.

- Si eso lo sé, pero no me ocupé demasiado de ti cuando enfermaste de cáncer. Mientras Ekrem se preocupaba por ti y te ayudaba en todo, yo me acostaba con Emel.


 Sonriendo, Bárbara se encogió de hombros.

- Lo sé Alí y no importa.

- ¿De verdad?

- Te lo prometo. Siempre supe que entre vosotros había más afinidad que entre Emel y Ekrem y la adolescencia os dio ese empujón para que comenzaseis a mantener relaciones sexuales. No estaba bien, como te repitió tantas veces tu hermano, pero pese a tus intentos de parecer un tipo duro, yo sabía que dentro de esa careta se escondía un chico dulce, cariñoso, preocupado y responsable.


 Alí no se lo podía creer. ¿Su tía lo supo todo el tiempo?

- ¿Y por qué no nos dijiste nada?

- ¿Crees que iba a conseguir que dejaseis de acostaros? Ya te contesto yo Alí: No. Lo que habría provocado es que lo siguieseis haciendo más. Tú y yo sabemos cómo eras en esa época y si alguien te decía que no a algo, tú lo hacías el doble.


 Volviéndole a sonreír, Bárbara miró a su sobrino y le dijo unas palabras más.

- Mira Alí, sé que a tu manera me querías aunque no me lo demostrases como Ekrem, pero en lo más profundo de mi corazón siempre supe que me querías.

- Perdóname tita, de verdad.

- Tranquilo, estás más que perdonado…


 Mirando hacia su tío Mehmet, éste le sonrió.

- ¡Campeón! Mira el hombretón en el que te has convertido, si eres casi más alto que yo…

- Tito…


 Agarrándolo del brazo, Mehmet abrazó a su sobrino con fuerza.

- Eres un orgullo para la familia, Alí.

- ¿Orgullo? Tito… Maté a un hombre cuando estuve en la banda de Ralph.

- ¿Y te crees que yo no? Pero tú has tenido los cojones de atajar el problema y buscar ayuda Alí. No dejaste que la mierda en la que estabas metido te hundiera y has salido a flote. Mírate ahora, un hombre hecho y derecho que está tremendamente orgulloso de la placa de policía que te acompaña a donde vas.


 Separándose de su tío, Alí comenzó a sonreír.

- Tienes razón. Tuve que pasar por mucho hasta darme cuenta de que no podía yo solo y por eso busqué ayuda y encontré a Gloria…

- Escúchame, todas las personas pasan por nuestra vida por algún motivo y tal vez el de esa chica era ayudarte a salir del agujero. Cumplió su función y desapareció de tu vida. Sé que duele pero ya vendrán más personas que se quedarán, te lo aseguro.


 Agachando la cabeza, Mehmet comprendió que su sobrino aún quería a Gloria.

- Si me permites un consejo Alí te diré que, si la quieres, luches por ella. Yo quería mucho a tu tía Bárbara, pero dejé que un capricho me apartase de ella y provocase mi muerte. Si yo no hubiera estado con tu madre, tal vez no estaría aquí hoy pero, ya es tarde para arrepentirme. Yo ya cumplí mi penitencia y tú, querido sobrino, la cumpliste en vida así que, no pienses más en los errores del pasado. Aprende de ellos y sigue adelante.


 Haciendo caso literalmente a su tío, Alí siguió adelante y se plantó frente a sus padres. Las palabras no salían de su boca y un fuerte nudo en la garganta se había formado impidiéndole articular frase alguna.

- Nuestro niño, nuestro dulce y bonito Alí,-dijo Martina, su madre-.


 Abrazándose a ella, Alí comenzó a repetir una frase una y otra vez mientras comenzaba a llorar.

- Te quiero mucho mamá. Te quiero, te quiero, te quiero…

- Lo sé cariño, yo también te quiero mucho.


 Mirando a su madre con los ojos aún llorosos, Alí no paraba de admirar su belleza y de ver el parecido que tenían su hermano y él con su madre.

- No sabes lo mucho que os echo de menos a papá y a ti y las de veces que he deseado haberme cambiado por vosotros.

- No Alí, tú tenías toda la vida por delante para enmendar tus errores y los nuestros, dicho sea de paso. La carga que tuviste que soportar fue muy grande, pero la has superado y te has convertido en un hombre del que tu padre y yo estamos orgullosos.


 Recuperando el aliento de nuevo, Alí miró a su madre con ojos tristes.

- ¿Me lo dices en serio?

- Completamente. Pese a todo, que no te quepa la menor duda de aquí en adelante que siempre estaré orgullosa de ti. Eres mi hijo, mi niño…


 Después de eso, Alí se colocó frente a su padre y lo miró serio mientras que Rashid mantenía una sonrisa.

- Hijo, no me mires así. Estoy aquí, delante tuya con los brazos abiertos. ¿No me vas a dar un abrazo?


 Sin pensárselo más tiempo, Alí se abrazó a su padre sin poder evitar recordar la última vez que lo vio.

- Siento mucho lo que te pasó papá. Nunca se me olvidará cuando Arnold te agarró del cuello y…

- Tranquilo hijo, eso ya pasó. Morí y sufrí mientras abandonaba la vida que conocía hasta ese momento, pero ya no hay más dolor, ni preocupación, ni amargura… Y encima se nos ha brindado la oportunidad de poder hablar contigo y decirte lo orgullosos que estamos de ti, lo mucho que te queremos y cuánto te echamos de menos.


 Martina, quien observaba la conversación, intervino para complementar lo que acababa de decir Rashid.

- Os echamos mucho de menos a todos, tanto a ti como a Ekrem.

- Yo también lo echo de menos… Hace mucho que no lo veo y me apena ver que el tiempo pasa y no lo conozco realmente. Por mucho que seamos gemelos, somos personas distintas y siempre hemos demostrado lo diferentes que somos.

- Y que lo digas,-dijo Rashid-. Desde que nacisteis aprendí a distinguiros a los dos por vuestro carácter tan contrapuesto.


 Sonriendo, Alí se emocionó al recordar su infancia.

- Déjame adivinar, ¿yo era quien lloraba más?

- No te creas, tu hermano se cabreaba más que tú…

- Venga ya,-dijo Alí-.

- De verdad, te lo prometo. Espero que algún día tengas la oportunidad de ser padre y ver con tus propios ojos lo que te estoy diciendo…

- Lo que me apena es que no conocerán nunca a sus abuelos.


 Rashid comenzó a negar con la cabeza ante la frase de Alí.

- No estés tan seguro… Los que ya no estamos en el plano físico tenemos nuestros propios trucos de magia. Lástima que se este haciendo de día.

- ¿De día? ¿Eso qué significa?

- Que es hora de marchar.

- Pero… No quiero irme papá. Ahora que me he reencontrado con vosotros no quiero irme.

- Esa es decisión tuya hijo pero… ¿por qué no friegas el charco de mi sangre mientras piensas si estás dispuesto a quedarte con nosotros?



CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario