jueves, 17 de septiembre de 2020

Capítulo 18 || Doble o nada (Temporada 2)

 Dándole su madre una mopa para quitar los restos de sangre, Alí comenzó a pensar en la idea de quedarse allí junto a sus padres y sus tíos. Se encontraba tan bien y sentía una paz y una tranquilidad como nunca antes había experimentado. Alí no sabía a ciencia cierta si estaba muerto o no pero… ¿Y si no lo estaba pero su decisión dependía de seguir viviendo o no? ¿Debía rendirse y disfrutar de esa paz o seguir luchando aunque eso suponga seguir sufriendo?


 Al darse la vuelta, Alí vio a su familia en una perfecta línea y con Ekrem, Emel y él mismo presentes. Los contempló durante unos minutos que se le hicieron interminables, como si el tiempo hubiese parado por completo y sólo estuvieran ellos en ese momento.

- ¿Qué decides?-preguntó su tío Mehmet-.


 Mirando a sus padres, Alí hizo el ademán de dar un paso hacia ellos justo cuando su madre intervino y le habló.

- Alí, siempre hemos estado contigo aunque no nos hayas visto y eso seguirá siendo así elijas lo que elijas. No te sientas abandonado porque siempre vamos a tu lado.

- Hijo,-comenzó Rashid interviniendo-, ¿has visto qué amanecer tan bonito hay hoy? Yo que tú no me lo perdería-.


 Dándose la vuelta, Alí salió de la casa para mirar al cielo y poder ver el amanecer mientras que su familia se despedía de él… de momento.

- Vive Alí, vive…


 De repente, Alí comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza y empezó a moverse en la cama. Abriendo los ojos, todo estaba muy borroso y apenas veía con claridad pero pudo escuchar una voz femenina muy clara que no paraba de sorprenderse por ese hecho.

- Se ha despertado, no me lo puedo creer. ¡Lo has conseguido!-dijo aquella chica ayudando a levantar a Alí y sentándolo en un sillón junto a la cama-. No te muevas de aquí, joder… ¡has despertado!


 Aquella chica no era otra que Susan que, corriendo hacia la casa, entró en el salón e interrumpió a Gregor.

- ¡Gregor! ¡Gregor!

- ¿Qué pasa Susan? ¿A qué vienen esos gritos?

- Se ha despertado. Mohamed está vivo…


 Gregor apagó la televisión de inmediato y se levantó del sofá mirando a Susan.

- ¿Lo dices en serio?

- Te lo prometo Gregor, lo he dejado sentado en el sofá.

- Joder, creí que nunca llegaría a despertarse…


 Y es que Alí llevaba ya siete años en coma desde que sufriera el disparo de Moncho. Para él había sido sólo un rato el que había pasado en su vieja casa con sus padres y sus tíos, pero el tiempo era muy relativo y en su vida real habían pasado ya varios años y las cosas cambiaron mucho desde entonces… Lo que Alí no sabía aún era lo diferente que estaba todo en ese momento.


 Entrando en el dormitorio en ese momento, Gregor se echó las manos a la cabeza al ver despierto a Alí.

- ¡Mohamed! Querido amigo, cuánto me alegro de verte bien…

- Hola Gregor, ¿qué ha pasado? ¿Por qué me siento tan cansado y tengo tanto dolor de cabeza?


 Sentándose a su lado, Gregor comenzó a explicarle paso por paso lo que ocurrió.

- ¿Te acuerdas de algo de lo que sucedió?

- Sí, me acuerdo de bajar al baño, encontrarme a Ania en el servicio después de que Moncho la matase y cuando salí de allí me disparó. Lo siguiente que recuerdo ha sido levantarme muy mareado aquí,-dijo Alí obviando la parte del encuentro con su familia-.

- Está bien, pues lo que sucedió fue eso, Moncho en un arrebato te disparó y la bala te rozó el lóbulo temporal izquierdo y te quedaste en coma durante siete años.


 Cuando Alí escuchó el tiempo transcurrido, permaneció unos segundos sin pestañear. ¿Había escuchado bien?

- ¿Perdón? ¿Cuánto tiempo has dicho?

- Siete años Mohamed. Ha pasado mucho tiempo y ya creíamos que no volverías a despertar.

- Pero… Siete años…-dijo Alí pensando automáticamente en Ekrem, Emel, las chicas, Gloria…-.


 Viendo que Alí estaba todavía en estado de shock, Gregor intervino y propuso algo.

- Mohamed, ¿te apetece salir a andar y ver a las chicas?

- ¿Las chicas? ¿Siguen por aquí?

- Sí, ya son como parte de la familia y ha habido una nueva incorporación también, ¿me acompañas?

- Claro, me encantará verlas después de tanto tiempo.

- Seguro que ellas también se alegran mucho al verte. Espérame aquí mientras aviso al equipo.


 Dejando a Alí en su dormitorio, Gregor fue hasta la casa y, subiendo las escaleras, llamó a la habitación de Michael.

- ¿Qué ocurre Gregor?

- Es Mohamed, ha despertado.

- Venga ya, ¿El Turco está vivo?

- Y coleando. Le he dicho de ver a las chicas para ver si se espabila porque está todavía un poco ido.

- Coño, después de tantos años en coma como para no estarlo… Verás cuando Moncho vuelva y se entere.

- Calla ya coño y bajemos a por él.


 A un paso bastante despacio y agarrándose de vez en cuando a las paredes o a Gregor, Alí bajó hasta el sótano y allí vio a todas las chicas colocadas en fila. En cuanto lo vieron, todas comenzaron a sonreír al instante mirándose unas a las otras y murmurando entre ellas.


 Acercándose a ellas, Alí no podía creer que estuvieran tan mayores aunque claro, habían pasado siete años por encima de todos, no sólo de él.

- Estáis todas guapísimas,-dijo Alí-. Helen, ¿eres tú?-le preguntó mirando a la chica castaña-.

- Sí Mohamed, la misma.

- Dios de mi vida, apenas te reconozco…


 Siguiendo la fila, Alí se frenó en cuanto creyó reconocer a otra de las chicas.

- ¿Susan?

- Sí, soy yo.

- ¿Y ese corte de pelo?

- Un cambio de aires nunca viene mal.


 Luego miró a las otras tres chicas restantes y ahí Alí frunció el ceño.

- ¡Mohamed! Soy Rubí,-dijo la muchacha rubia-.

- Madre de mi vida, ¡Rubí! Estás preciosa…

- Muchas gracias. Ya son 24 años los que tengo.

- Y la otra chica…-dijo Alí mirando a la negrita-.


 Alí se quedó mirándola fijamente a los ojos mientras intentaba encontrarle parecido con alguien a quien creía conocer.

- Esa es Megan. Esta chica no la conociste porque vino en sustitución de Ania cuando tuvo… ese terrible accidente.

- ¡Megan!-exclamó Alí internamente-. ¿Esa chica con ropa tan escasa y excesivo maquillaje era la que una vez fue su comisaria?


 Alí comenzó a marearse de nuevo y tuvo que sentarse mientras miraba a las chicas.

- ¿Qué tal estáis vosotras?-preguntó Alí-.

- Muy bien,-se adelantó a contestar Gregor-. Hemos seguido a rajatabla tus normas pese a que estuvieras en coma y, tenías razón. Ahora todo es mucho mejor que antes y hemos podido seguir adelante gracias al dinero que hemos recaudado con la organización que nos dejaste marcada.


 Escuchándose unos pasos, una voz muy familiar comenzó a escucharse cada vez más cerca en el bar.

- ¿Qué ocurre aquí y por qué están todas las chicas en fila?-preguntó esa persona justo cuando vio a Alí sentado-.


 Gregor miró al recién llegado, que no era otro que Moncho y le contó la gran noticia.

- Mohamed ha despertado esta mañana para la sorpresa de todos…

- Coño, el bello durmiente se ha dignado a abrir los ojos siete años después, enhorabuena.

- Moncho,-dijo Gregor a modo de regañina-.

- No me empieces a calentar la cabeza Gregor, que me tienes hasta los huevos.


 Alí continuó en silencio pero sin dejar de mirar a Moncho. Ese tío le había arrebatado siete años de su vida de un plumazo y, después de todo ese tiempo, seguía exactamente igual.

- Ya veo que hay ciertas cosas no cambian. Los capullos siguen siendo unos capullos de mucho cuidado,-comentó Alí justo cuando un par de chicas tuvieron que taparse la boca con las manos para no soltar la carcajada-.

- ¡Callaos la puta boca, zorras!-gritó Moncho-.


 Sacando fuerzas de donde no tenía, Alí hizo el esfuerzo y se levantó situándose frente a Moncho.

- Quien se va a callar la puta boca eres tú.

- Mira Mohamed, no me hagas reír, ¿vale? No me gusta abusar de los débiles y, para no dejarte en ridículo delante de todos, dejaré pasar por alto tus asquerosos comentarios. Pero quiero que sepas una cosa: ya no te necesitamos. Tenemos dinero de sobra y llevamos años sin necesitar tu cuenta corriente así que te has convertido en una persona prescindible, por lo que cuida tus espaldas si tu lengua continúa tan afilada como hasta ahora.


 Quedándose en silencio, Alí no contestó y, sintiendo una gran superioridad en ese momento, Moncho se dirigió hacia las chicas.

- Es hora de seguir trabajando para vuestro amigo Moncho,-pero ninguna se movió-. ¡He dicho que a trabajar zorras!

- Qué macho te has vuelto delante de Mohamed… ¿Qué pretendes demostrar Moncho?-le preguntó Helen antes de comenzar a caminar hacia su dormitorio-.


 El resto de chicas comenzaron a mirarse y a murmurar entre ellas de camino hacia sus cuartos justo cuando Alí se dirigió hacia una de ellas.

- Megan, ¿podrías quedarte un momento?

- ¿Para qué?-preguntó Moncho con ese tono de superioridad que le caracterizaba-.

- Me gustaría hablar con ella a solas…

- De eso nada. Son mis chicas, me pertenecen y yo soy quien manda sobre ellas. Si yo digo que hagan algo, lo hacen y si no quiero que se acerquen a ti, no lo harán.

- Moncho, corta el rollo,-dijo Gregor-. Deja que el muchacho se divierta un rato, que lleva siete años el pobre sin echar un polvo. Si quiere distraerse un poco, que lo haga.


 Yéndose hacia la puerta junto con Michael, Gregor volvió a dirigirse a Moncho.

- Moncho, déjalos venga.

- Gregor, no.

- No seas pesado y déjalos solos coño. A veces eres peor que un niño pequeño…


 Michael comenzó a subir las escaleras pero Gregor, al ver que Moncho no aparecía, se volvió de nuevo.

- Moncho, por última vez, deja a Mohamed y a Megan en paz y es la última vez que te lo repito.

- ¿O si no qué?

- Esto… Moncho, no te olvides de con quién estás hablando. Tú serás quien maneje a las chicas ahora, pero el jefe de la organización soy yo y quien manda sobre ti soy yo, así que si yo te digo que te vienes conmigo lo haces, ¿estoy hablando con suficiente claridad o hace falta que te meta la pistola en la garganta como hace siete años?

- No…

- Pues andando, ¡ahora!


 En cuanto la puerta se cerró y escucharon cómo el pasadizo se cerraba arriba, Alí y Megan se abrazaron con fuerza.

- Nunca creí que volvería a verte con vida, Alí,-comentó Megan-.

- Pero, ¿qué coño haces aquí?

- Cuando pasaron unas semanas y no te pusiste en contacto con el equipo, automáticamente supimos que te había pasado algo y vimos una oferta muy similar a la anterior que hicieron para reclutar a las chicas, así que me ofrecí voluntaria para venir e infiltrarme.

- ¿Por qué hiciste eso? Pusiste tu vida en peligro.

- No me importó. Yo en ese momento sólo pensaba en que la misión saliese adelante y que tuviese éxito, eso es todo.


 Mirando a Megan e intentando verla tal y como era en realidad debajo de esas pintas que llevaba, Alí quiso saber más de lo que había sucedido en su ausencia.

- ¿Y cuánto tiempo llevas aquí?

- Poco más de seis años. Cuando llegué aquí tú llevabas un par de meses en coma y, en cuanto tuve ocasión, avisé al equipo de que la “Operación Jaula” seguía adelante.

- ¿Y qué ha pasado en todos estos años?

- De todo Alí. Ha sido una locura. Al principio Gregor tenía encerrado a Moncho y no lo dejaba salir porque se enfadó con él por lo que te hizo, incluso llegó a amenazarlo con una pistola y todo, pero contigo fuera de juego y sin acceso a tus cuentas, Gregor cedió y le dio el control total sobre nosotras y ahí comenzó el reinado del terror.


 Megan endureció su expresión mientras contaba la historia a Alí.

- ¿Reinado del terror?

- Sí porque, cuando Gregor le dio carta blanca a Moncho, éste comenzó a explotarnos poniéndonos interminables horas delante de la webcam haciendo shows, tríos, orgías, violándonos cuando le apetecía… Y como tú estabas fuera de combate, las chicas dejaron de revelarse como yo intentaba decirles.

- Joder, lo siento mucho y todo por mi culpa.

- No Alí, tú intentaste salvar a Ania. Hiciste lo que debías y no tienes la culpa de nada.

- Hay que acabar con esto de una vez por todas, esto no puede seguir así.

- ¿Se te ocurre alguna forma? El que tiene todos los papeles es Gregor y, además, es intocable porque es el único que no se ha acercado por aquí ni se ha aprovechado personalmente de nosotras en todos estos años y yo, como comprenderás, no puedo tenderle una trampa para que el equipo lo pille con las manos en la masa.

- Descuida, creo que se me ha ocurrido una idea…



CONTINUARÁ…


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