sábado, 19 de septiembre de 2020

Capítulo 19 || Doble o nada (Temporada 2)

 Megan quiso saber cual era la idea que tenía Alí.

- ¿Qué se te ha ocurrido?

- Hablaré con Gregor para ver si me permite ver los documentos sobre todo lo que han hecho mientras yo estaba fuera de juego. Con suerte, le podré influir para que mande a Moncho y a Michael a hacer una misión y que los compañeros los pillen.

- Genial, creo que puede funcionar.

- Tú mientras tanto,-continuó diciendo Alí-, avisa a Susan para que te eche una mano.

- ¿A Susan?

- Sí, ella sabe quién soy yo realmente… Luego te lo explico, porque es una larga historia. Confía en mí.


 Dejando a Alí llevar a cabo su plan, Megan fue hasta el dormitorio de Susan tal y como le habían dicho.

- Hola Susan.

- Ey, buenas Megan. ¿Te unes a hacer el show conmigo esta vez? Me has pillado a punto de conectarme.

- No, verás… es que quiero hablar contigo de una cosa…

- Dime, ¿de qué se trata?


 Arriba, en el dormitorio de Michael estaba Moncho conectándose al ordenador de su compañero y socio para revisar las cámaras de seguridad. Que Alí se hubiera quedado con Megan allí abajo no le daba buena espina y quería intentar averiguar algo.


 En el cuarto de Susan, Megan le contaba la verdad de todo.

- Así que yo también estoy infiltrada aquí como Alí,-finalizó diciendo Megan-.

- ¿Durante todo este tiempo?

- Sí. Vine aquí con la intención de averiguar qué le había sucedido a Alí y cuando supe que estaba en coma me quedé, no podía dejar a un compañero solo.

- Jamás lo habría imaginado, la verdad.


 Revisando las cámaras, Moncho llegó justo a tiempo para enterarse de que “El Turco” no era quien decía ser, sino que su nombre real era Alí y que Megan era otra policía infiltrada como él. Ahora que tenía esa información en su poder, era el momento de aprovecharse de la situación.

- ¿Ha dicho Alí? No puede ser…  


 Mientras tanto y ajeno a todo esto, Alí se acercaba hacia el jacuzzi para hablar con Gregor.

- ¡Mohamed! ¿Te apetece relajarte un rato? Te vendrá bien para desconectar.

- Bueno… así charlaremos un rato, porque te estaba buscando.

- Claro, cámbiate y hablaremos de lo que quieras.


 Saliendo de la habitación de Michael, Moncho se lo encontró.

- Eh, ¿qué coño haces en mi habitación?-se quejó Michael-.

- No hay tiempo para explicaciones tío, acompáñame.

- ¿Acompañarte a dónde?

- Abajo. Acabo de enterarme de que la zorra de Megan es una poli.

- Venga ya…


 Sin saber que las habían descubierto, Susan y Megan continuaban charlando, esta vez sin que Moncho estuviera espiándolas.

- ¿Y qué plan habéis pensado?-preguntó Susan-.

- Alí me ha dicho que hablará con Gregor para tenderle una trampa y que nuestros compañeros de fuera los detengan.

- ¿Y tú y yo qué debemos hacer?

- Pues… esperar imagino. Así mantendremos la normalidad y no levantaremos sospechas.

- Yo creo que deberíamos hacer algo,-aconsejó Susan-. Ya has visto lo mosqueado que está Moncho desde que Alí se ha despertado y ese lo va a tener vigilado todo el tiempo.

- Tienes razón y Moncho es un peligro. Todavía me acuerdo el día que me dejó el ojo morado cuando quiso violarme… La pega es que, aunque queramos, no sabemos cómo subir a la casa principal.

- Yo sí,-dijo Susan-.


 Una vez ya cambiado, Alí entró en el jacuzzi y comenzó a hablar con Gregor.

- ¿Qué tal han ido estos años en los que yo he estado fuera de combate?

- Pues al principio fueron muy duros, porque poco después de que te quedases en coma, nos enteramos del accidente de Roberto.

- ¿Accidente? ¿Qué accidente?

- Al parecer por culpa de la ventisca el coche se salió de la carretera y dio varias vueltas de campana y Roberto murió en el acto. Vaya, que el coche saltó por los aires y apenas se pudo recuperar su cuerpo.

- Joder, qué fuerte…-dijo Alí haciéndose el nuevo-.


 Recorriendo el bar, Susan le dijo a Megan que recorriese el largo pasillo.

- ¿A dónde vamos?-preguntó Megan-.

- A la otra salida secreta. Esta da directamente al dormitorio de Alí, así que allí estaremos más seguras,-contestó Susan justo cuando escucharon las voces de Moncho y Michael, provocando que las muchachas se quedasen quietas y sin articular palabra-.

- Esas zorras no se esperan que nos hayamos enterado de su secretito,-dijo Moncho-.

- Tío, ¿en serio Megan y Mohamed son polis?

- Te lo juro, la he escuchado con mis propios oídos.


 Al entrar en la habitación, no vieron a las chicas por ningún lado.

- ¡Mierda!-gritó Moncho-. Rápido, cierra las puertas de las habitaciones de todas las chicas mientras yo voy a revisar el baño por si están allí. Esas hijas de puta no van a escapar…


 En el jardín, Gregor seguía charlando tranquilamente con Alí.

- No sabes el follón que tuvimos con las hermanas de Roberto,-decía Gregor-, cuando se enteraron de que su hermano había muerto. Vinieron aquí a acusarnos de que fuimos nosotros los que preparamos todo para que pareciese un accidente, que Roberto era un conductor excelente y nunca se habría estrellado donde lo hizo…

- ¿Y qué les dijiste?

- Pues que nosotros no habíamos sido, pero ellas nos amenazaron con descubrir nuestro negocio fraudulento, así que tuvimos que recurrir a la extorsión y la amenaza. Secuestramos a uno de los hijos de Teodora y lo torturamos un poquito… Lo justo para no dejarle marca. Al final acabaron cediendo y prometieron mantener la boca cerrada para siempre a cambio del muchacho.


 Cerrando el pasadizo lentamente, Susan y Megan estaban a salvo… de momento.

- ¿Cómo sabías del pasadizo?

- Gregor me lo dijo hace años cuando me encargó cuidar a Alí en ciertos momentos. Sigue siendo un cabrón, pero no tiene mal corazón dentro de lo que cabe.

- Mejor que Moncho y Michael seguro,-dijo Megan-. La he cagado antes contándote todo en el dormitorio. Ahora por mi culpa saben que Alí y yo somos policías y también te he involucrado yo…


 Saliendo al salón, Megan miró cuidadosamente entre las cortinas y vio a Alí hablando con Gregor.

- Allí están. Alí de momento está bien,-comentó Megan respirando más aliviada-.

- ¿Y ahora qué vamos a hacer nosotras?-preguntó Susan-.

- Cubrirnos las espaldas y ayudar a Alí. Esos dos ya se habrán dado cuenta de que no estamos por ahí abajo y, como por mi culpa ahora saben la verdad, no vendrán con buenas intenciones así que tenemos que prepararnos.

- ¿Cómo?

- Ven conmigo.


 Alí, mostrando un gran interés por la conversación con Gregor, conseguía que éste hablase sin parar.

- En ese momento los problemas eran bastantes y Moncho no ayudaba demasiado. Estaba obsesionado contigo, con que tú tenías la culpa de lo que había sucedido, que tenías complejo de héroe y un día lo tuve que frenar porque lo pillé cuchillo en mano yendo hacia tu habitación y le amenacé con la pistola y se la metí en la boca… A punto estuve de romper una de mis reglas y matar con mis propias manos, pero fui fuerte y resistí la tentación. Desde entonces, le dije a Susan que se encargase de cuidarte y vigilarte a cambio de un poco más de dinero.

- ¿Y por qué elegiste a Susan?

- Ah, porque Moncho me dijo que te habías enrollado con ella y me imaginé que tendría más afinidad contigo. Total, que luego Moncho captó a Megan, el negocio de las chicas comenzó a dar beneficios y con ellos vinieron las mejoras y nos recuperamos.


 A todo esto, Megan y Susan salían de la minicasa de Alí dispuestas a todo. Megan le había contado a Susan que, uno de los electricistas que fue a hacer una revisión a la casa, era un policía infiltrado y que escondió armas y material importante para cualquier tipo de emergencia en el baño de Alí. De esta forma, si todo se torcía podrían estar preparados.


 Tras organizar todo, Megan le dio unas últimas indicaciones a Susan.

- Ya sabes lo que tienes que hacer. Te vas a un lateral de la casa y allí esperas escondida sin que nadie te vea hasta que aparezcan Moncho y Michael.

- ¿Y si no aparecen?

- Créeme, aparecerán. Como no nos encuentran a nosotras, vendrán a por Alí, que es su siguiente objetivo y el más indefenso en este momento.


 Situándose en su puesto, Susan aguantó la respiración cuando un iracundo Moncho abrió de par en par la puerta de la minicasa de Alí seguido de Michael.

- ¿Dónde se habrán metido esas zorras? No hay más salidas que las que tú y yo sabemos. Es imposible que se hayan volatilizado,-decía Moncho-.


 Megan también estaba en su lugar correspondiente mirando a Alí y a Gregor. Sentía mucho haber puesto en peligro a Alí por hablar más de la cuenta pero, por otra parte, deseaba que esa terrible situación terminase cuanto antes. Eran muchos años infiltrada y con el miedo constante a que todo se fuera a la mierda en cualquier momento, una sensación idéntica a la que tenía en ese instante.


 A paso rápido, Moncho se dirigió hacia el jacuzzi cuando escuchó la voz de Gregor. Parándose frente a él, su socio no se anduvo con rodeos.

- ¿Qué haces ahí en el jacuzzi hablando con un traidor?-preguntó Moncho-.

- Moncho, tengamos la fiesta en paz,-pidió Gregor-.

- No porque, si supieras lo mismo que yo, te pondrías de mi parte.

- Ay, ya estamos…


 Susan odiaba tremendamente a Moncho y no podía soportar sus aires constantes de grandeza. Se creía más que nadie cuando Gregor, aunque hubiera sido una sola vez, consiguió que se cagase en los pantalones cuando amenazó con matarlo.


 Completamente fuera de sí, Moncho sacó sus pistolas y apuntó a Alí.

- ¡¿Es que no te das cuenta?!-dijo Moncho-.

- Guarda esas pistolas,-ordenó Gregor-. Moncho, no me hagas salir del jacuzzi.

- ¡Ese tío no es quien dice ser! No sé cómo he podido estar ciego tanto tiempo…

- Deja de decir estupideces y baja las pistolas.

- ¡No! Pienso acribillar a este tío hasta que se me acaben las balas.


 Levantándose, Gregor salió del jacuzzi y se acercó a Moncho. Alí también salió de allí y se situó tras Gregor.

- No des ni un paso más, Gregor,-amenazó Moncho-.

- ¿Y qué vas a hacer? ¿Matarme?

- Tú me amenazaste con matarme una vez, ¿por qué no hacerte lo mismo a ti?

- Porque yo no estoy fuera de mis casillas como tú, que siempre tienes un motivo para ser un capullo integral y desconfiar de todo el mundo. ¡Hasta de tu sombra!

- ¡Ese tío no es Mohamed Salah alias “El Turco”! Acabo de pillar a la zorra de Megan decirle a Susan que tanto ella como este tío son policías y que, quien con tantas ganas defiendes, se llama Alí en realidad.


 Girándose rápidamente, Gregor miró a Alí y le hizo una pregunta.

- ¿Eso es cierto? Dime que es mentira, porque si no yo mismo seré quien te mate con mis propias manos.

- Gregor, por favor, ¿vas a escuchar a Moncho? Ya intentó matarme una vez y he estado en coma siete años por su culpa. Luego intentó matarme una vez y lo tuviste que amenazar tú mismo y ¿ahora viene diciendo que yo me llamo Alí y que soy policía? ¿Pero qué clase de loco se creería semejante gilipollez? Son excusas baratas para conseguir su objetivo, que es quitarme de en medio, ¿es que no te das cuenta?

- ¡No lo escuches!-gritó Moncho-. Es un manipulador nato y te está engañando. Éste fue el tío que me metió en la cárcel, Gregor. Si no estoy equivocado, éste fue el tío por el que cumplí condena cuando se inventó que yo maltrataba a mi novia de entonces, mi amada Gloria… ¿Qué hiciste con ella? ¿Te la follaste y la dejaste abandonada?


 Notando cierto movimiento en el extremo izquierdo, Moncho giró su cabeza hacia ese lado y no vio absolutamente nada, pero habría puesto la mano en el fuego jurando que allí había una sombra.

- Qué raro…


 Sin parar de mirar hacia ese lado, Moncho comenzó a avanzar justo cuando se dirigió a Michael.

- Creo que he visto algo junto a la casa, te dejo a cargo de esto,-dijo Moncho dándole una pistola a Michael-. No permitas que Mohamed, Alí o como coño se llame ese tío se salga con la suya.


 Viendo que Moncho se dirigía hacia ella, Megan tenía que improvisar. Si ella sacaba su pistola y lo mataba provocaría que Michael disparase contra Alí. ¡Mierda! Estaba en una situación muy complicada…


 Dando marcha atrás, Megan corrió hacia Susan y la avisó.

- Susan, ahora. ¡Corre!


 Haciéndole caso, Susan sacó la pistola que Megan le había dado antes y avanzó tras pegar una voz.

- ¡Quietos todo el mundo! Ahora mismo se me calman y bajamos los humos tan caldeados que hay por aquí. Michael, suelta el arma ahora mismo, por tu propio bien…


 Apenas le dio tiempo a Megan decirle a Susan que comenzase con su parte del plan cuando Moncho la encontró.

- Por fin te encontré, zorra. Eres muy escurridiza pero no escaparás de esta,-dijo Moncho apuntando con su pistola y disparando-.


CONTINUARÁ…


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