lunes, 7 de septiembre de 2020

Capítulo 13 || Doble o nada (Temporada 2)

 Tras presentarle a Alí a sus dos principales socios, Gregor lo acompañó hasta el jardín y allí entraron en una pequeña casita.

- Bienvenido a tu hogar. Este es el sitio que hemos pensado que será ideal para ti, Mohamed. Tienes cocina, salón, dormitorio y baño propio con todas las comodidades habidas y por haber.

- Vaya, esto sí que está algo mejor.

- Pasemos al dormitorio…


 Entrando en él, Gregor le enseñó el cuarto y el baño con bañera de hidromasaje.

- Espero que todo esté a tu gusto.

- Creo que sí, que aquí estaré bien.

- Genial, entonces te dejo que te acomodes, que yo tengo ahora una reunión con los socios transportistas que te comenté antes. Eres libre de unirte si lo deseas.

- Muy bien. Muchas gracias.


 Al cabo de unos pocos minutos, Alí entró en el salón para investigar y ponerle cara a los otros socios de Gregor.

- Todo bien Gregor,-decía el hombre-. Desde que mi padre murió todos estamos descansando mucho más y sabemos que nuestros negocios prosperarán porque el transporte de mercancía es muy necesaria pero está muy mal pagado y encima con el reciente problema que tuvimos…

- Gregor, ¿nos presentas?-dijo Alí tras carraspear-.


 Levantándose rápidamente, Alí pudo ver quiénes eran los tres socios de Gregor y, cuando escuchó sus nombres, comprendió muchas cosas…

- Yo soy Roberto Rodríguez, la de mi lado es mi hermana mayor Teodora y la otra es nuestra hermana pequeña Macarena.

- Encantado de conocerle,-saludó Teodora-. Es un placer conocer a alguien tan importante como lo es usted.

- El placer es mío. ¿Nos sentamos?


 Haciéndole caso, todos se sentaron en los sofás y continuaron hablando.

- ¿Qué me decías antes, Roberto?-preguntó Gregor-.

- Ah sí, que cuando nuestro padre murió vimos el cielo abierto porque con su dinero podríamos impulsar el negocio familiar e invertir mucho más en nuestro trato, pero se nos presentó un inconveniente… Bueno, un par de inconvenientes.

- ¿Cuales?-quiso saber Gregor-.

- Los cuidadores de nuestro padre. Al parecer los puso como beneficiarios de su fortuna y recibieron todos los millones de nuestro padre.

- Sí y nos encargamos de solucionarlo,-dijo Teodora interviniendo en la conversación-. Mandamos a mi marido, que es policía, a que descubriese dónde habían metido el dinero esos malnacidos pero al final lo pillaron y lo han metido en la cárcel…


 Agachando su cabeza, Gregor demostraba sentirse apenado por lo sucedido.

- Vaya, menuda lástima.

- Hemos pensado,-dijo Roberto en esta ocasión-, que lo que podemos hacer es secuestrar a la novia del que descubrió a mi cuñado y obligarlo a que nos dé todo el dinero si no quiere que la matemos.

- No,-contestó Gregor-. Ahora mismo estáis en el ojo del huracán y debéis comportaros con naturalidad sin levantar sospechas, ya que ese chico y su novia estarán protegidos por la policía. Es mejor que nos busquemos otra forma de obtener más ingresos…


 Entrando Moncho en escena, intervino en la conversación.

- En eso puedo ayudar.

- ¿Qué se te ha ocurrido?-preguntó Gregor mientras que Alí escuchaba atentamente la conversación sin perder un solo detalle-. Bueno, os presento a Moncho, uno de mis mejores socios,-le dijo Gregor a los tres hermanos-.

- A Michael y a mí se nos ha ocurrido que podemos invertir en lo que más dinero mueve en el mundo: el porno. Captaríamos a unas cuantas chicas con la idea de darles un trabajo y, cuando estén aquí, prostituirlas y que la mayor parte del dinero nos lo den a nosotros y estoy seguro de que la gente acudirá como los perros al silbato. Venid, lo tenemos todo pensado.


 Subiendo al piso de arriba, Moncho los acompañó hasta la habitación de Michael, donde estaba preparado frente a su ordenador.

- Mirad, ya he creado el anuncio,-comenzó diciendo Michael-. He dicho que somos una empresa de ropa y moda que se está expandiendo y busca gente de otros países que hablen idiomas para poder llegar al mayor número de personas posibles y ya han enviado la solicitud unas 20, en su mayoría chicas.

- Por algo sois mis socios más leales,-comentó Gregor-. Me parece una idea fantástica, ¡seguid así! ¿Qué os parece a los demás?


 Alí intentaba mantenerse en su papel, pero ya no sólo tenía que lidiar con estafa y drogas, sino que ahora tenía que incluir en su lista prostitución y trata de blancas. Todo iba mejorando por momentos…

- Parece una buena forma hacer dinero, pero habrá que tener cuidado en la elección de las chicas.

- Descuida Mohamed,-intervino Moncho-, de eso me encargo yo, que tengo buen ojo…  


 Por su parte, Roberto y Macarena sonreían.

- Increíble,-dijo Roberto-. En un minuto habéis solucionado el problema económico que se nos había presentado… En compensación, os proporcionaré los camiones y vehículos que necesitéis para el transporte de las chicas seleccionadas.

- Ya puedo sentir el olor de los billetes entrando en mi cartera,-comentó Macarena-.


 Sonriendo Moncho también, intervino en la conversación.

- Entonces decidido. Michael se encargará de cuidar todos los aspectos para que parezcan legales, yo seré el jefe de recursos humanos y haré la selección. ¡Ah!, y Roberto será el encargado de proporcionarnos el transporte de las chicas. Genial… Esto va a ser muy grande, señoras y señores.


 Michael, también entusiasmado con la idea, lo exteriorizó.

- Nunca había tenido tanta ilusión con un proyecto como con este. Estoy seguro de que estamos a las puertas de algo que nos cambiará la vida, nos llenará los bolsillos de dinero y nos olvidaremos de todos los problemas que tengamos porque tendremos dinero suficiente para comprar y pagar lo que nos dé la gana.


 Tras seguir charlando un rato más, los tres hermanos se marcharon y Alí pudo irse a descansar a la casa de invitados donde residiría a partir de ese momento.

Cuando Alí aceptó infiltrarse, no pensaba que El Turco abarcase tanto y que estuviese metido en tantos flancos a la vez. Lo malo era que estaba él solo para averiguar todo lo que ocurría, seguir grabándolo gracias a la cámara escondida en el broche de su turbante, que no lo descubriesen y encontrar una forma de desmontar el chiringuito tan bien montado que tenían esta gente.


 Unos minutos después, Gregor llamó a la puerta y entró en la casita.

- ¿Qué tal Mohamed? ¿Está todo a tu gusto?

- Sí, muchas gracias.

- Te noto más callado de la cuenta, ¿pasa algo?

- Estaba pensando en los acontecimientos anteriores, en cómo vamos a organizar todo el tema de las chicas y eso.

- Todavía queda mucho hasta que las chicas estén aquí.

- Lo sé, pero prefiero anticiparme a todo y ponerme siempre en el peor de los casos.

- Explícate.


 Sentándose junto a Alí, Gregor comenzó a escucharlo.

- Traemos a las chicas aquí, muy bien, ¿y después? ¿La mandamos a la calle y nos fiamos de que nos den el dinero y no avisen a la policía? Para eso tendríamos que tenerlas amenazadas con algo, por lo que implicaría ser más vulnerables y darle a la policía más opciones de capturarnos y, no sé tú, pero yo no quiero ir a la cárcel.

- No, desde luego. Es muy interesante eso que planteas, da que pensar…


 Sonriendo de repente, Gregor miró a Alí entusiasmado.

- Tengo una idea, ¿y si montamos un prostíbulo aquí?

- ¿Aquí en casa? Mala idea. En cuanto los vecinos comenzasen a ver el trasiego de clientes entrando y saliendo de la casa se olerían que aquí está pasando algo raro y alertarían a las autoridades.

- Tal vez, pero ellos no saben que nosotros tenemos una buena escapatoria…

- ¿A qué te refieres?

- Acompáñame…


 Entrando en el dormitorio de Alí, Gregor le señaló con el dedo al suelo.

- ¿Ves esa mancha que hay tras el espejo?

- Sí.

- Pues si pones tu pie ahí y pegas un pequeño tirón del espejo…,-dijo Gregor haciéndolo conforme lo relataba y provocando que un pasadizo secreto se comenzase a abrir-.

- ¡Joder!


 Cerrando el pasadizo, Gregor comenzó a bajar las escaleras mientras que Alí lo seguía con una amplia sonrisa en la cara. Estaba grabando todo aquello y solo él lo sabía…  


 Encendiendo las luces, Gregor abrió sus brazos y le presentó la sala de operaciones.

- Te presento nuestra sala principal de operaciones. Normalmente esto está lleno de gente hablando por teléfono, tecleando y creando estafas, pero hoy es domingo y también el personal se merece un descanso.

- Vaya, nunca me habría podido imaginar que esto estuviera bajo nuestros pies.

- Pues esto no es todo…-dijo Gregor comenzando a andar-.


 Dirigiéndose hacia un largo pasillo, Alí miraba hacia todos lados alucinando porque no se esperaba que Gregor guardase tantos secretos en esa casa de tan normal apariencia.


 El pasillo desembocaba en un bar clandestino

- Y este es nuestro bar. Moncho, aparte de ser nuestro socio es un gran barman y hace unos cócteles de miedo y, he de reconocer que aquí nos hemos pegado todos nuestras buenas juergas con mujeres preciosas. Tal vez organice una en tu honor muy pronto…

- Vaya, no es necesario Gregor.

- Insisto, es lo mínimo para complacerte y que disfrutes como mereces.


 Abriendo otra de las puertas, Gregor sorprendió a Alí.

- ¿Aún hay más?

- Ay amigo, esto es un auténtico laberinto. Por eso te he dicho que el prostíbulo se podría hacer aquí, hay espacio de sobra.


 Subiendo las escaleras, Gregor le indicó la salida a Alí.

- Cuando subas, aquí a la derecha hay un pequeño saliente casi imperceptible en la pared y, si lo pulsas el pasadizo se abre y… ¡sorpresa!


 Abriéndose la pared, Alí descubrió que la salida del pasadizo estaba en el salón, justo tras la librería que había en la casa principal.

- Wow, estamos aquí…-dijo Alí-.

- Exacto, amigo mío. Por eso si viene la policía, tendríamos escapatoria porque si nos pillan en la casa saldríamos por tu dormitorio y nos podríamos escapar, al igual que al contrario.

- Muy bien pensado, sí señor.


 Sonriendo, Gregor le hizo una pregunta a Alí.

- ¿Impresionado?

- Mucho y, me has dado una idea sobre nuestro negocio con las chicas.

- Dime. Lo que tú digas se hará…

- Las chicas deben sentirse seguras pese a que hayan venido engañadas, por lo que, en lugar de prostituirlas propiamente dicho y que completos desconocidos las destrocen sin ningún tipo de miramientos, hagamos otra cosa que nos va a seguir proporcionando ingresos e incluso muchos más.

- ¿Qué se te ha ocurrido?


 Tras oír la propuesta de Alí, Gregor aceptó sin dudarlo y fue a comunicárselo a Moncho. Llamando a su puerta, se lo encontró mirando a la pared.

- Moncho, ¿podemos hablar?

- Sí Gregor, dime.

- He estado hablando con El Turco… Ese hombre es un genio y tenemos una suerte tremenda al tenerlo de nuestra parte. Fue un gran acierto acercarnos a él y pedirle colaboración.

- Y tanto que sí, ¿de qué habéis hablado?

- De nuestro nuevo negocio y me ha dado una idea increíble.

- ¿De qué se trata?-preguntó Moncho-.


 Tras contarle la idea, su socio comenzó a carcajearse.

- ¿Te estás quedando conmigo? No somos sus padres.

- Lo sé, no nos está diciendo que cuidemos de ellas, sino que le proporcionemos seguridad para que confíen en nosotros pese a las circunstancias.

- Entonces, a ver si me aclaro… El Turco te ha dicho que, en lugar de prostituir a las chicas, las metamos en habitaciones donde retransmitan shows en vivo en una página web que crearemos nosotros y la gente, a través de la página, pagará por sus servicios virtualmente… ¿Tú crees que eso tendrá éxito?


 Quedándose más serio, Gregor contestó a la pregunta de Moncho.

- Moncho, ¿no sabes la de gente que se masturba a lo largo del día mirando porno? Cuánto mejor si creamos una página donde chicas, a través de la webcam, hacen lo que ellos quieren. ¡Son todo ventajas! Más seguridad, más confianza y más dinero.

- Mirándolo por esa parte…

- Vamos a hacerle caso al Turco, que es mejor tenerlo de aliado que de enemigo. No sé si lo oíste, pero a mí me contaron que mató a sangre fría a su propio hermano porque no lo apoyó en unos negocios.


 Después de seguir comentando ciertos detalles y aspectos que Alí le había dicho a Gregor, éste salió de la habitación de Moncho con la idea en mente de llamar a su constructor de confianza y decirle el proyecto que tenía. Necesitaba rapidez y calidad para que todo estuviese listo.


 Mientras tanto, Moncho estaba algo más conforme porque la idea de Alí, pese a que no era la original, también les daba cierta ventaja porque tendrían a las chicas más cerca y podrían… ayudarse mutuamente a cambio de… ciertos favores. Además, Moncho ya le había echado el ojo a un par de chicas que habían contactado a través de la falsa oferta de trabajo y, pese a ser menores de edad, eran bastante apetecibles a su vista.



CONTINUARÁ…


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