viernes, 11 de septiembre de 2020

Capítulo 15 || Doble o nada (Temporada 2)

 Poniendo un poco de calma en el ambiente, Gregor intervino y se dirigió a Alí.

- Mohamed, ¿por qué no vas a ver a las muchachas y les preguntas cómo se encuentran? Tranquilízalas y hazte su amigo, que confíen en ti. Moncho,-dijo Gregor mirando a su socio-, dale a Mohamed las fichas de las chicas, así podrá dirigirse a ellas y conocer un poco más de sus vidas.


 A regañadientes, Moncho hizo caso a Gregor y le dio a Alí las fichas de las chicas mientras que Michael lo miraba. A raíz del comentario que había hecho antes, había algo que le resultaba algo extraño al propio Michael respecto al Turco…  


 Entrando en la primera de las habitaciones, Alí se encontró con Tamara Pérez, de 19 años. En la ficha que Moncho le había dado estaba escrito a modo de apunte: “Es muy fea, pero tiene unas tetas que flipas”. Suspirando, Alí se dirigió a ella.

- Tamara, mi nombre es Mohamed Salah, ¿cómo te encuentras?

- Todo lo bien que puede estar una chica que ha sido engañada y secuestrada en contra de su voluntad.

- Bueno, quiero que sepas que yo no soy tu enemigo, sino que quiero que estéis todas y cada una de vosotras bien y cómodas dentro de lo que cabe. Si necesitas algo, no dudes en llamarme.

- ¿Cómo? Si me habéis quitado hasta el teléfono, hijos de puta.

- La webcam está conectada las 24 horas, así que dirígete a ella cuando necesites algo porque siempre hay alguien al otro lado.


 La siguiente a la que visitó fue Mary Freeman, de 24 años. Era una de las chicas de más edad, así que ya os podéis imaginar de qué rango de edades eran las muchachas que había escogido Moncho…

- ¿Está todo bien?

- Soltadnos, por favor.

- No puede ser Mary,-contestó Alí muy a su pesar-.

- Tú eres diferente a los demás, lo he notado antes en el bar cuando nos has visto a todas…

- ¿Por qué lo dices?

- No sé, pero… eres muy expresivo y he notado la cara que has puesto y no se te veía demasiado contento.


 Bastante pensativo, Alí salió de esa habitación y se fue a la siguiente, donde allí estaba Helen Mathiews, una de las dos menores de edad. Con sólo 16 años recién cumplidos, era una de las que más atemorizadas se encontraban.

- Buenos días Helen, soy Mohamed. ¿Cómo estás?

- ¿Qué haces aquí? Por favor, déjame sola. No quiero que me hagas nada…

- Tranquila Helen, no pienso hacerte nada y ninguno de los que estaban fuera van a hacerlo. Ni tú ni Rubí deberíais estar aquí así que ninguna de las dos tendréis que hacer shows como las demás.

- ¿Lo dices en serio?

- Te lo prometo. Mientras yo esté aquí, vosotras estaréis a salvo.

- Gra… gracias…


 Saliendo de allí y yendo hacia el siguiente dormitorio, Alí entró en el de Hinako Tanaka, de 18 años.

- Hola Hinako. ¿Cómo te encuentras? Yo soy Mohamed.

- Me importa una mierda quien seas, maldito bastardo. ¡Sacadme de aquí!

- No puedo… De verdad que no.

- ¿No puedes o no quieres? ¡Sois unos cerdos asquerosos! Maldita la hora en la que acepté y me creí esta mentira…


 En completo silencio, Alí cerró la puerta del cuarto de Hinako y se fue hacia el siguiente, que era el de Rubí Menfis, la otra menor de edad. Pese a tener 17 años, su cuerpo parecía el de una chica más mayor pero nada más había que mirarla a la cara para darse cuenta de que era una cría.

- Hola Rubí, soy Mohamed, ¿cómo estás?

- Bien…

- Mira, venía simplemente a saber cómo os encontráis y si necesitáis algo.

- No… Pida lo que pida no me lo vais a dar, así que no merece la pena decirlo.

- Te digo lo mismo que a Helen, ni tú ni ella deberíais estar aquí así que, hasta que cumpláis la mayoría de edad ninguna de las dos haréis ningún tipo de show.

- ¿Eso significa que nos podremos ir?

- Me temo que no, pero… al menos no tendréis que enseñar vuestro cuerpo.

- Menudo consuelo pero gracias…


 El siguiente cuarto pertenecía a Pilar Canillas, de 22 años. Esta chica tenía bastante carácter y apenas dejó hablar a Alí.

- Buenas Pilar, soy Mohamed.

- ¿Qué coño haces aquí?

- Vengo a saber cómo estás…

- Y por si te puedes acostar conmigo, ¿no? No pienso hacerlo con ninguno de vosotros, hijos de puta. Nos habéis engañado para que nos prostituyamos, ¡habiendo también menores! ¿No tenéis escrúpulos?

- Ninguna de las menores tendrá que hacer shows.

- Ya claro y yo me lo creo.


 Saliendo de la habitación, Alí se marchó de allí hacia la siguiente sabiendo que le costaría mucho ganarse la confianza de las muchachas. Llamando a la puerta de la siguiente chica, Ania Truman se secó las lágrimas antes de que Alí entrase en la habitación.

- Hola Ania, ¿estás bien?

- Sí, sí, perfectamente.

- Lo siento mucho Ania. Sé que esto no es agradable para ninguna de vosotras pero de momento no puedo hacer otra cosa.

- No pasa nada,-dijo secándose de nuevo las lágrimas-.

- Si necesitas algo, dímelo ¿vale? Puedes confiar en mí.

- Sí, sí…


 Finalmente, Alí entró en la última habitación y cuando leyó el nombre de la ficha casi se cae al suelo. La ficha decía que la muchacha se llamaba Susan Dietrich… ¿Dietrich? Ese era el apellido de Agatha, Violet y Loreen. ¿Serían familia? Alí tenía que averiguarlo.

- Buenos días Susan.

- ¿Qué hace aquí?

- Mi nombre es Mohamed Salah. Quería saber si está todo bien.

- Después de haber venido engañada creyendo que iba a trabajar en una empresa de ropa y moda a enterarme que voy a ser puta para unos tíos asquerosos pues estoy de lujo.

- Ya, lo siento…-dijo Alí mientras la miraba fijamente-.

- Oiga, ¿por qué me mira de esa forma?

- Verás, yo…-comenzó a decir Alí justo cuando se acordó de que las cámaras estaban conectadas las 24 horas-. Acompáñame.

- ¿A dónde me llevas? ¿Qué quieres?


 Mientras tanto, Gregor había subido a su dormitorio y entró en su baño para relajarse mientras se ponía una mascarilla y unas rodajas de pepino sobre los ojos.

- Esto es vida… Todo va como hemos planeado.


 Pero Susan no se movía de la cama y Alí no sabía cómo convencerla para salir de allí y hablar con ella sin miedo a que Michael o Moncho se enterasen de la conversación.

- Confía en mí y ven conmigo Susan.

- Sí claro, ¿a que me violes? No gracias. No pienso permitir que me toques un solo pelo.

- Está bien, entonces tendré que secuestrar a Agatha,-dijo Alí para ver si provocaba una reacción en Susan-.

- ¿Has dicho Agatha? ¿Cómo sabes…?-preguntó Susan volviéndose y mirando a Alí-.

- Acompáñame y te lo explicaré todo.


 A todo esto, Michael revisaba las cámaras junto con Moncho.

- Madre mía, qué buena está la pelirroja,-comentaba el informático-. Está intentando conectarse a internet para ver si puede contactar con su familia… ¡Já! Qué ilusa. Se cree que no tenemos capados los ordenadores para que no puedan acceder a lo que ellas quieran.


 Levantándose, Susan salió del dormitorio mientras que Alí le dijo que siguiera avanzando hasta la puerta del fondo, que era el baño.


 Sin embargo, haciéndoles creer a todos que se había ido, Roberto se escondió y cuando no vio moros en la costa salió de su escondite con una idea en mente… Se había encaprichado de una de las chicas y tenía que acostarse con ella de la forma que fuera necesaria.


 Entrando en el baño y cerrando la puerta, Alí comenzó a respirar más tranquilo.

- El baño no está mal,-comentó Susan-.

- ¿Eres otra hija de Agatha?-preguntó Alí sin más rodeos-.

- No, no soy su hija. Soy su hermana…


 Arriba, Moncho comentaba con Michael lo que opinaba sobre Rubí, la chica menor de edad a quienes estaban mirando en ese momento.

- ¿Has visto su cuerpo?-decía Moncho-. Esto de tener las cámaras conectadas las 24 horas es una gozada, porque puedes verlas siempre que quieras, como ahora, justo en el momento en el que se está cambiando de ropa.

- Vaya con la niña, sí que está buena.

- Me la he pedido yo primero Michael, así que si también te quieres acostar con ella que sea después de que me la haya tirado yo.

- ¿Y qué pasa con Mohamed?

- El Turco me puede comer el rabo por debajo del culo. Me la suda lo que ese tío diga.


 Girándose hacia Alí, Susan le hizo una pregunta.

- ¿Conoces a mi hermana?

- Sí, pero ella nunca me ha comentado nada de que tuviera una hermana.

- Normal porque no sabe que existo. Nuestro padre tuvo una aventura con mi madre y me mantuvo en secreto, pero me mandaba dinero todos los meses y se acercaba a verme siempre que podía. Cuando murió me dejó escrito que tenía otra familia y una hermana mayor: Agatha. Luego me enteré de que era actriz y siempre quise conocerla y contarle la verdad pero nunca me atreví a dar el paso. ¿Tú de qué la conoces?


 Ahí ya se complicaba la cosa… ¿Debía Alí seguir con la mentira o contarle quién era de verdad?

- Verás yo… Conozco a tu hermana a raíz de que…

- Si me vas a mentir mejor que te calles. No soporto que me mientan a la cara.

- Joder, supongo que os lo debo, pero mantén el secreto…


 A todo esto, Roberto abrió la puerta y entró en el dormitorio de Helen quien creyó que era Alí de nuevo.

- ¿Qué ocurre Mohamed?

- No soy Mohamed. Soy Roberto, preciosa…


 Tras contarle la verdad de una forma resumida, Susan no se lo podía creer.

- ¿Entonces eres policía?

- Sí y, por favor, guárdame el secreto porque estoy infiltrado. La policía lleva años detrás de esta gente y me he hecho pasar por el verdadero Mohamed Salah para intentar cazarlos de una vez por todas, por eso estoy tan encima de las chicas. No porque quiera aprovecharme de ninguna de vosotras, sino porque quiero sacaros de aquí lo más pronto posible y sin que nadie sospeche.

- Lo tienes muy jodido.

- Ya lo sé, Susan, no paro de darle vueltas a la cabeza y no se me ocurre nada para poder sacaros de aquí, joder…


 En el dormitorio de Helen, Roberto se quitó la parte superior y llevó a la adolescente junto a la cama.

- Lo vamos a pasar muy bien, cariño.

- No quiero… Por favor, suélteme.

- Tal vez ahora no lo quieras, pero te encantará y al final me pedirás repetir. Ya lo verás, mi linda y dulce Helen.


 Michael y Moncho, cuando comenzaron a revisar la cámara de la habitación de Susan y vieron que no estaba, se alarmaron.

- Mierda, ¿dónde está Susan?-preguntó Michael-. ¿Se habrá escapado?

- No lo creo porque me acuerdo de haber cerrado la puerta desde fuera,-comentó Moncho-, así que si no está ahí es porque la han dejado escapar…


 Bajándole los pantalones a la muchacha, Roberto vio su virginal vagina con apenas unos pocos pelos.

- Vaya, te has afeitado ahí abajo…

- Por favor señor, suélteme.

- De eso nada. Ven, ponte de rodillas y chúpame la polla.

- No… Por favor.


 Moncho sabía que Susan no había podido escaparse, por lo que sólo había una solución a esto.

- Ha sido el Turco, estoy seguro. Susan no está en ninguna de las otras habitaciones así que se la ha tenido que llevar ese cabrón. Voy a por él.

- ¿Qué vas a hacer?-preguntó Michael-.

- Lo que sea necesario…


 Tras obligar a la muchacha a que le chupase su miembro, Roberto levantó a Helen y la apoyó sobre la cama, situándose tras ella para lamer su pequeña apertura, preparándola para penetrarla.

- Por favor, soy virgen…

- Lo sé cielo, y no te voy a hacer daño, te lo prometo.

- No, por favor,-decía Helen a punto de echarse a llorar-.


 Escuchando ruido, Alí se alertó.

- Viene alguien. Mierda…

- Joder, ¿qué vamos a hacer?

- ¿Confías en mí, Susan?

- Sí…-contestó ella tras pensarlo unos segundos-.


 En cuanto Roberto comenzó a penetrar a Helen, ella empezó a gritar de dolor porque no estaba lo suficientemente lubricada y él no es que fuera demasiado cuidadoso que digamos.

- Dios, hacía años que no sentía un coño tan apretado. Joder, me vas a hacer que me corra muy pronto…


 Alí estaba en lo cierto, Moncho andaba a paso ligero a través del largo pasillo con no muy buenas intenciones. Tanto Michael como él notaban algo raro en “Mohamed”, pero ninguno de ellos podía imaginar que lo estaban suplantando.


 Entrando en el baño, Moncho descubrió a Alí y a Susan besándose apasionadamente sentados junto a las duchas.

- Después el cerdo soy yo,-dijo Moncho-. ¡Te ha faltado tiempo para tirarte a una, Turco!

- Lo siento, pero es que… no me he podido resistir,-comentó Alí separándose de Susan un momento antes de proseguir besándola para que Moncho se creyese su coartada.

- Pues ya que él ha empezado, yo también lo haré,-pensó Moncho-.


CONTINUARÁ… 


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