miércoles, 2 de marzo de 2022

Capítulo 8 || Mi Otro Yo

 Mientras que Marge hablaba con Louis, los demás revisaban cómo iba Pricia con sus cosas.

- Ey, ¿qué tal la pequeña?-preguntó Robert-.

- Ya estoy casi lista,-contestó Pricia-. Me quedan un par de cosas.

- ¿Y Marge?-quiso saber Robb-.


 Mientras que Laura ayudaba a su nieta, le contestó a Robb.

- Llamaron a la puerta hace un momento y fue a ver quién era.

- Ah vale, será el de la mudanza. Iré a ver si necesita ayuda.


 A todo esto, Marge seguía dándole razones a Louis para que se marchase.

- Te lo vuelvo a repetir, mi marido ha cambiado drásticamente y ya no bebe, no me pone los cuernos y es encantador tanto conmigo como con la niña.

- ¿Y vas tú y te lo crees? Marge, lo nuestro iba en serio o eso quería creer yo. Yo te quería y te quiero… Ibas a dejar a Robb por mí y yo a Vivian por ti, ¿lo recuerdas? Porque te haga creer que ha cambiado no deberías dejarte llevar por lo que te dice, sino por lo que sientes. ¿Qué es lo que sientes por mí?


 Abriendo la puerta, Robb llegó a escuchar esa pregunta y, por un momento, el miedo se apoderó de él pensando en que le volvería a pasar lo mismo que en su mundo.

- ¿Qué está pasando aquí?-preguntó Robb-.

- Nada, un viejo conocido que ha venido a despedirse porque se marcha de viaje, ¿verdad Louis?

- ¿Conocido? ¿Eso es lo que soy para ti?-dijo Louis mirando a Marge antes de iniciar el paso-.


 Antes de marcharse, Louis se acercó a Robb y le dijo algo.

- A mí no me engañas y sé que no has cambiado un ápice. Marge es mía por muy casada que esté contigo, así que suéltala y vete tú con tus amantes. No nos sigas jodiendo la vida más de lo que ya has hecho.

- ¿Perdona?

- Ya has escuchado lo que te he dicho. No lo voy a repetir más.


 Una vez que Louis se metió en el ascensor y se fue, Marge se volvió hacia Robb y comenzó a pedirle disculpas.

- Perdóname cariño. Nunca pensé que Louis fuera a ir tan lejos.

- ¿Estabas liada con él?

- No, nunca le puse los cuernos al otro Robb y mucho menos a ti, pero lo conocí de casualidad, nos gustamos y estuvimos hablando mucho. Siempre le daba largas, pero se convirtió en un gran amigo y yo siempre acudía a él cada vez que el otro Robb se emborrachaba o no llegaba a casa. Él se enamoró de mí y yo estuve pensando en separarme e irme con él pero al final llegaste tú y lo dejé.


 Sonriendo, Robb pudo respirar más aliviado.

- Ay Marge, ¿sabes qué es lo curioso de todo esto?

- ¿El qué?

- Que Louis fue el que me quitó a Marge en mi mundo.

- Espera, ¿el amigo tuyo que me contaste que se fue con tu Marge era Louis?

- Sí, el de mi mundo pero sí, el mismo.

- Joder, pues cielo, te prometo que no te he puesto los cuernos con él ni pienso hacerlo nunca.

- Lo sé cariño, no te preocupes. Ahora terminemos de recoger las cosas de Pricia y vayámonos de aquí.


 Una vez que todo estaba listo y cargado en el camión de mudanza, los demás pusieron rumbo hacia la casa.

- Hogar dulce hogar,-dijo Robb-.

- ¡Qué grande!-exclamó Pricia-.

- ¿Te gusta nena? Es más pequeña que la anterior pero…

- ¡Está increíble!-dijo la pequeña de la familia interrumpiendo a Robb-.


 A decir verdad, la nueva casa era otro ático muy cercano al anterior y en el mismo barrio, pero en esta ocasión la casa era de una sola planta y con dimensiones mucho más normales y con un concepto semi-abierto que estaba muy chulo.


 Agarrando a Pricia de la mano, Robb la condujo hasta su nuevo dormitorio.

- Este de aquí será tu cuarto. Tienes una cama de matrimonio como antes, pero en esta ocasión tienes un vestidor propio y un cuarto de baño, compartido con los abuelos, ¿vale?

- ¡Qué chulo está! ¿De verdad voy a tener mi propio vestidor?

- Sí, en cuanto lleguen las cosas y las coloquemos, será un vestidor en condiciones.


 En la habitación contigua, Marge le enseñaba la habitación a sus suegros, ya que habían vendido la casa de la playa a petición de Robb y quería que viviesen allí con ellos.

- ¿Qué os parece la habitación?-preguntó Marge-.

- Está genial. Ya os lo dijimos cuando nos propusísteis vivir con vosotros, no hacía falta,-dijo Laura-.

- Ya sabes cómo es Robb,-comentó Robert-.

- Tenéis el cuarto de baño compartido con Pricia, ¿vale? Os dejo que os instaléis.


 Viéndose en el comedor, Robb y Marge fueron a ver juntos su dormitorio.

- Uno de los mejores dormitorios,-dijo Robb-. No es el más grande, pero tiene mejores vistas.

- Y lo que es mejor, baño propio para nosotros.

- Cierto. Me encanta cariño.


 Girándose a Robb, Marge lo miró con una sonrirsa.

- Estoy pensando… Ahora que entre nosotros no hay secretos ni ha habido cuernos ni nada… ¿Te importa que llame a Vivian y le enseñe la casa? Sé que hace seis meses que no nos vemos pero…

- Puedes hacerlo. Ha pasado tiempo y espero que se le haya bajado la euforia que tenía. Al fin y al cabo no fue conmigo con quien se acostó, sino con el otro Robb. ¿No te importa?

- Lo haría si hubieras sido tú quien me ponía los cuernos, que es de quien estoy enamorada, pero no de él.


 Sonriendo, Robb hizo un comentario.

- Lo malo es que Vivian se cree que yo sigo siendo el Robb con el que se acostó.

- Bueno, eso da igual.

- ¿No le vas a contar la verdad?

- Nene, dijimos que cuanta menos gente mejor, así que prefiero mentirle y decirle que has cambiado antes que contarle la verdad. Tampoco me iba a creer, igual que yo tampoco lo hice de primeras.

- Eso es verdad…


 Un rato después, Vivian llamaba a la puerta de la nueva casa.

- Bienvenida Vivian. Gracias por venir… Ha pasado mucho tiempo.

- Me ha sorprendido mucho tu llamada y más después de que Robb me echase de vuestra casa y tú no dijeras nada para impedirlo.

- Lo siento… Han pasado muchas cosas desde entonces. ¿Quieres pasar y lo hablamos?


 Echando un vistazo a la casa, Vivian sonrió.

- Está guay la casa. Es más pequeña que la anterior-dijo la recién llegada-.

- Mucho más.

- Pero a mí me gusta, es más coquetona. Más casa y no tan…

- Sala de fiestas, que la anterior parecía una sala de fiesta pero con habitaciones.


 Dirigiéndose hacia el salón, Marge fue comenzando a hacer preguntas.

- ¿Tú qué tal durante este tiempo?

- Pues bien, trabajando mucho como siempre, pero llevo ya un par de semanas parada… Espero que me salga algún papel pronto. Ya sabes cómo es el teatro, un día estás arriba y al día siguiente no te conoce nadie. También la historia con Louis se terminó… En fin, ha habido de todo.


 En cuanto comenzaron a hablar, Pricia vino al salón en busca de su madre.

- Mamá, perdona que te moleste, es que los abuelos me quieren llevar a dar una vuelta, ¿te quieres venir?

- No cielo, estoy charlando con Vivian, ¿te acuerdas de ella?

- Claro, hola. ¿Le pregunto a papá por si quiere venir?

- Sí, está en el cuarto.


 Llamando a la puerta, Pricia entró cuando le dio permiso Robb.

- Papá, los abuelos y yo vamos a dar una vuelta. Me han dicho de ir al karaoke, ¿te apetece venirte?

- No gracias, ve con ellos.

- ¿Y qué vas a hacer aquí?

- No sé…

- Papá, si es porque mamá está fuera con su amiga…

- No es por eso cariño.

- Yo lo que te quiero decir es que tú no eres él. Eres mucho mejor.


 Pricia se marchó con sus abuelos pero dejó a Robb pensando en esa frase que le había dicho la pequeña. Él no era el Robb con el que había sido infiel a Marge, él no era el borracho. Él era él mismo, por mucho que fuera igual y se llamase de la misma forma.


 Respirando hondo, Robb salió de la habitación y fue hasta el salón.

- ¡Muy buenas! ¿Puedo unirme chicas?

- Eh… Por mí sí,-dijo Marge mirando a Vivian-.

- Vale…-comentó ella encogiéndose de hombros-.


 Al principio, Robb se mantuvo más como un espectador y estuvo viendo cómo ambas amigas se ponían al día hasta que la conversación fue cambiando y Robb ya pudo hablar más y entrar en la reunión propiamente dicho.


 Rato después, Vivian se quedó en silencio un momento antes de volver a hablar.

- Pues he de darte la razón en algo Marge.

- ¿En qué?

- Pues que Robb parece otro. Se comporta diferente, la forma en la que te mira… Nunca lo había visto mirar así a nadie.

- Ni a ti,-comentó Marge-.

- ¿Sabes que él y yo…?

- Sí, no te preocupes.


 En un karaoke cercano a la casa, nieta y abuelo cantaban todo lo mejor que podían mientras que Laura los observaba y aplaudía. Esos momentos ella los guardaba muy dentro de su corazón y los atesoraba.


 Laura estaba absorta viendo la actuación de su marido y de su nieta y no se daba cuenta de la gente que entraba y salía del local, ya que sólo tenía ojos para su familia.


 Y hablando de familia… su verdadero hijo, el Robb que ella había parido, se presentó junto a ella y, cuando Laura fue consciente de su presencia, se llevó un buen susto.

- Coño Robb, qué susto me has dado. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué has vuelto?

- ¿Sabes quién soy?

- ¿Tú eres tonto? Soy tu madre aunque te pese y sé quién eres y sé quién es el Robb que está aquí. Conozco la verdad.

- ¿Entonces me puedes explicar por qué mi casa está prácticamente vacía?


 Laura miró a su hijo y lo notó bastante desmejorado.

- ¿Y por qué he de decirte a ti nada? Tú nos abadonaste en esa casa en la playa para no vernos, engañabas a tu mujer, no te ocupabas de tu hija… ¿Por qué he de decirte qué ha estado haciendo Robb aquí con todos nosotros?

- Mamá, es importante… Necesito verlo y hablar con él. Si de verdad me quieres, dime dónde está.


 Laura le dirigió a Robb la mirada más dura que nunca le había echado y eso sorprendió bastante a su hijo.

- Que sea la última vez que me chantajeas emocionalmente, ¿queda claro? Bien… para tu información, nos hemos mudado a otra casa, por eso la antigua está casi vacía.

- ¿Os habéis mudado?

- A diferencia de ti, Robb nos pidió mudarnos con Marge y Pricia, que por cierto, ahí la tienes.

- ¿Y dónde os habéis mudado?


 Levantándose tras recibir la dirección, Robb vio cómo su hija y su padre terminaban la canción. Sonriendo levemente, Robb dio media vuelta y se fue.


 Creyendo reconocerlo, Pricia se quedó mirando a su verdadero padre mientras se marchaba.

- Ojalá tú no fueras mi padre,-pensó para sus adentros-.


 En casa, Vivian tenía que irse porque no se quería quedar a comer en la casa y Robb y Marge la acompañaban hasta la puerta cuando ésta se abrió y apareció el otro Robb, el verdadero marido de Marge y el amante de Vivian.

- Robb, necesito hablar contigo,-dijo el Robb recién llegado-.

- ¿Estoy viendo doble?-preguntó Vivian-.

- Mierda…-susurró Robb-.


CONTINUARÁ…


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