jueves, 24 de marzo de 2022

Capítulo 18 || Mi Otro Yo

 Al día siguiente de la vuelta de Robb, había algo dentro de él que fallaba respecto a Marge y la propuesta de boda.

- No me creo que finalmente nos vayamos a casar, pero esta vez de verdad,-dijo ella-.

- Respecto a eso… Tengo algo que quiero decirte.

- ¿De qué se trata?

- Bueno…


 Quedándose en silencio, Robb lo pensó mejor.

- Será mejor que te lo muestre.

- ¿Mostrarme el qué? No te entiendo cariño.

- ¿Confías en mí?

- Por supuesto.

- Entonces ven conmigo.


 Llevándola hasta el viejo laboratorio, allí Robb estaba a punto de hacerle ver la realidad a Marge.

- ¿Por qué me traes a tu antiguo laboratorio? ¿Me querías decir que no has dejado de usarlo durante todo este tiempo?

- No exactamente. Salgamos por la puerta.

- Pero si acabamos de entrar…

- Hazme caso Marge.


 Pero al volver a abrir la puerta, ya no estaba lo de antes…

- Robb, ¿qué mierda has hecho? Hace un momento esto era un pasillo estrecho con plantas y cuadros. ¿Esto es una especie de truco de magia?

- No es magia ni ningún truco. Todo esto es real y se llama ciencia.

- Estoy empezando a asustarme…

- Tranquila. Tú agárrame de la mano y no te separes.


 Marge le hizo caso a Robb aunque no las tenía todas consigo. Eso le estaba resultando de lo más chocante y no terminaba de comprender lo que estaba pasando.


 Cruzando la puerta, Robb y Marge se encontraron en el baño del pub.

- Wow, ¿dónde estamos?-preguntó Marge bastante alucinada-. ¿Hemos cruzado una puerta mágica o algo así?

- Algo así.

- Pero no has contestado mi pregunta. ¿Dónde estamos? Estás muy misterioso hoy.

- Relájate Marge, que no es para tanto.

- ¿Que no lo es? Entramos en tu laboratorio, volvemos a salir y estamos en un pasillo enorme lleno de puertas, cruzamos una y de repente estamos en el baño de un local. No me digas que no es para tanto porque esto es una locura.

- Ven, sígueme.


 Sin separarse de Robb, Marge lo siguió aunque no entendía nada de lo que estaba pasando.

- ¿Y ahora dónde estamos? ¿A quién vamos a ver?

- Al motivo de todo. Al por qué estamos aquí y hemos pasado por todo esto desde que te marchaste con Louis.


 Abriéndose la puerta, Marge comenzó a mover la cabeza como si viera un partido de tenis de mesa.

- ¿Estoy viendo doble?-preguntó Marge-.

- ¿Qué haces aquí Robb?-preguntó su homólogo extrañado-.

- Necesitamos hablar contigo, ¿podemos pasar?-contestó el Robb visitante-.

- Un momento…


 Entornando la puerta, Robb se dirigió a la Marge que estaba escribiendo en el ordenador.

- Cariño, no te vas a creer quiénes están en la puerta.

- ¿Quiénes?

- Robb y… Marge.

- ¿Mi ex-marido?

- Sí.

- ¿Y la Marge con la que te ibas a casar?

- Exacto.

- Joder qué fuerte. ¿Y qué quieren?

- Hablar…

- Hazlos pasar.


 Abriendo la puerta, Marge pudo ver a su ex-marido después de tanto tiempo y, obviamente, tras la discusión que tuvieron durante la última visita.

- Vaya Robb, cuánto tiempo. Se te ve bien.

- Sí Marge. Tú estás muy guapa. ¿Qué tal todo?


 La otra Marge miraba a la Marge que tenía delante sin entender absolutamente nada.

- Esto no debe ser real, esto es un sueño,-repetía constantemente en susurros-.


 El otro Robb era la primera vez que veía a la Marge con la que estuvo a punto de casarse desde, prácticamente, el día de la boda. Y de eso había pasado mucho tiempo ya, pero aún así sentía un nudo en el estómago por la incomodidad de la situación.

- Marge, pasemos al salón y te explicaremos todo…


 Haciendo caso, los cuatro se sentaron y comenzaron a aclarar las cosas.

- ¿Se puede saber quiénes sois y por qué sois iguales a Robb y a mí?

- Porque somos Robb y Marge, pero de otro universo, de un planeta similar al tuyo-contestó el Robb que estuvo a punto de casarse con ella-.

- ¿Perdona? ¿Tú te quieres quedar conmigo?

- No,-contestó la otra Marge-. El multiverso es real y, al igual que hay miles de planetas idénticos, hay miles de Marge o de Robb, solo que cada uno en su planeta y habiendo tomado unas decisiones completamente diferentes unos de otros.


 Tras explicarle ese concepto y que lo entendiese, prosiguieron con lo más complicado.

- Esta Marge que ves aquí,-dijo el Robb del jersey azul oscuro-, fue mi esposa.

- ¿Cómo?

- Yo soy de este planeta, de este mundo. Y ese Robb que ves ahí fue con el que casi te casas…

- ¿Me estás diciendo que os habéis intercambiado?

- Sí,-contestó el otro Robb-. Cuando me enteré de que me habías puesto los cuernos con Louis… me quedé tan destrozado que seguí con mi investigación hasta que descubrí el multiverso, vine aquí y pude ver a otro Robb, al que está a tu lado, pero él tenía la vida que yo quería: estaba casado, tenía una hija… y también múltiples amantes. Por lo que le pedí que nos cambiásemos y aceptó sin dudarlo. Yo acabé enamorado de su mujer, de esta Marge y él se quedó en mi mundo.

- ¿Por eso te comportabas tan diferente a como eras antes?

- Exacto. Me comportaba diferente porque era distinto. Misma apariencia, pero otro Robb.


 En cuanto aclararon todo, Robb quiso presentarle a Marge a su hija, a la que llevaba sin ver mucho tiempo.

- Esta es mi hija…

- En serio, me resulta tan raro que tengas una hija y que no seas mi Robb…

- Soy tu Robb.

- A ver, sí, pero… Me he enamorado de dos Robb diferentes. Uno de cada universo. ¿Comprendes lo que es eso?


 Sintiéndose algo mal, Robb pidió disculpas.

- Siento no haber sido todo lo sincero que pude, pero de primeras no me habrías creído. En cuanto llegué a tu mundo, lo que quería era libertad, hacer lo que me diera la gana, acostarme con quien quisiera y la palabra matrimonio me provocaba hurticaria. Pero el tiempo pasó y una serie de acontecimientos hicieron que acabase trabajando contigo y ahí te “conocí”. Descubrí a la Marge de ese mundo y, aunque ahora comparo y os parecéis mucho en cuanto a forma de ser, el que es diferente soy yo. No soy el capullo que pone cuernos y no quiere responsabilidades.

- Robb, todos tenemos un pasado y no te juzgo por ello. Yo también he hecho cosas de las que me arrepiento, así que no sientas pena ni me pidas perdón. Yo soy quien debería pedir perdón, pero no a ti…

- Luego, ahora te presentaré a mi hija… ¡Pricia!


 Tras “presentarle” a Marge, Pricia se alegró mucho de volver a ver a su padre biológico y lo felicitó por verlo tan cambiado. Dejándolos porque tenía que hacer un proyecto científico para el día siguiente, Robb y Marge volvieron al salón cuando vieron a sus homólogos con un niño en brazos.

- ¿Y este crío?-preguntó Robb-. ¿Es vuestro?

- Sí,-contestó Marge-. Es nuestro primer hijo en común. Robb, Marge, os presento a Colin.


 Ambos felicitaron a los renovados papás antes de que Marge hablase.

- Yo tengo algo que decir después de todo esto. Aunque todavía me quede mucho por procesar… no puedo evitar pensar que todo esto ha ocurrido por mi culpa. Si yo no hubiera engañado a Robb, a ti…-dijo Marge mirando al Robb que tenía frente a ella-, él no habría venido aquí y hubiera causado todo este revuelo.

- Pues bendita infidelidad,-contestó su homóloga-.


 Los otros Robb y Marge sonreían.

- No me tienes por qué pedir perdón porque estás más que perdonada,-dijo el otro Robb-. Soy feliz, estoy enamorado de una mujer maravillosa y tengo dos hijos estupendos, aunque una no sea mía, es como si lo fuera.

- Marge, aunque el Robb del que estás enamorada no sea el mismo al que una vez quisiste, redescúbrelo. Te hablo por experiencia. Yo también pasé por donde tú estás ahora y, créeme, vale la pena. Yo quise mucho a mi marido, pero nada comparado con lo que quiero yo a mi Robb ahora… Y a ti te pasará lo mismo.


 En el pasillo de las puertas del multiverso, una de ellas se abrió y alguien pisó por allí con paso firme.


 El Robb del mundo distópico, al que todos creíamos muertos, seguía vivo y venía con Cindy, quien le increpaba sin parar.

- Robb, todos han muerto y por un momento creía que tú también. Ahora somos libres y nadie nos buscará. ¿Por qué quieres buscar al otro Robb?

- Porque se fue sin nosotros. Huyó y no se enfrentó al problema cuando Marge, Louis y tu padre nos tendieron una trampa. Nosotros lo sacamos de la cárcel y ¿así nos lo paga? Pues yo le haré pagar la deuda que ha contraído con nosotros.


 Mirando a su alrededor, Cindy no estaba de acuerdo con la idea de Robb.

- Cariño, yo te quiero mucho, pero mira todas estas puertas. Hay muchísimos otros mundos mucho mejores que el nuestro y a la espera de ser visitados. Maté a Vivian para escaparme, maté a Louis, a Marge, a mi padre…

- Cuando comenzaste a disparar yo empujé a tu padre y me eché al suelo rápidamente. Por eso creíste que estaba muerto.

- Y como no lo estás, deja a un lado esa venganza sin sentido y vivamos nuestra vida, amor mío. Si no quieres que sea en nuestro mundo, elige una puerta y crucémosla.

- Lo siento, pero yo hasta no haber matado a Robb con mis propias manos, no me quedaré tranquilo. Quédate aquí si quieres…


 Cindy sabía que, si no seguía a Robb, no podría volver a su mundo por mucho que quisiera porque sólo él era capaz de abrir las puertas y viajar entre mundos.

- ¿Vienes conmigo?

- Sí…

- Ya verás como no te arrepientes.


 Saliendo del laboratorio, Robb y Cindy comenzaron a andar por las calles y viendo a los demás caminar libremente por la calle, sin mascarilla, sin miedo en sus caras aunque los mirasen extraños a ellos dos.


 Quitándose la mascarilla, Robb se giró a Cindy y respiró hondo.

- Quítate la mierda esa de la cara. Respira fuerte. ¡No recordaba lo que era el aire limpio!

- No me fío Robb. En nuestro mundo también se veía así y era malísimo para la salud. Luego se comenzó a poner como era ahora.

- ¿Te crees que te mentiría?

- Bueno…

- Bah, haz lo que quieras. ¡Mira ese parque!


 Robb iba recorriendo las calles completamente entusiasmado mientras que Cindy lo seguía a regañadientes.

- ¿Has visto que sitios más bonitos? En cuanto mate a Robb tú y yo echaremos raices aquí.

- Robb… en serio…

- ¡No me empieces otra vez Cindy!


 Cindy se arrepentía de haber matado a su padre, a Marge y al resto. Ella sabía que Robb no era bueno, que era un asesino, pero estaba cegada por el amor. Sin embargo, la posibilidad del multiverso y ver que había algo más allá que el mundo que ella conocía, le hizo darse cuenta de que Robb era peor de lo que le imaginaba. ¿O siempre había sido así y empezaba a darse cuenta ahora?


 Robb miraba a todos los lados del parque hasta que, en uno de los bancos, creyó reconocer a alguien hasta que ese alguien alzó su mano y lo saludó.

- ¡Hola Robb!

- Mierda, ese es Charles…

- ¿Mi padre?-preguntó Cindy-.

- No idiota. El Charles de este mundo… Y se ve que conoce al Robb de aquí.


 Charles comenzó a acercarse a Robb creyéndose que era el Robb que aún seguía casado con su hija.

- Te he estado llamando, pero no me cogías el teléfono. Supuse que estarías en el trabajo.

- Eh… sí, venimos de ahí ahora mismo.


 Ya junto a Robb, Charles se rió.

- ¿Otra vez con esa ropa? Cada día os hacen trabajar con peor aspecto… En lugar de camarero pareces un extra de cine. Fíjate, hasta podrías salir en mis películas si quisieras.

- Vaya…

- Estás más fuerte, ¿no? He estado tan ofuscado con lo de Cindy y mi nieto que no me he dado cuenta de todo lo demás.


 Mirando a Cindy, Charles la saludó sin reconocerla ya que llevaba la mascarilla puesta.

- ¿Quién te acompaña y por qué lleva mascarilla?

- Oh, ella es… una compañera de trabajo y… tiene mascarilla porque padece de problemas de pulmón.

- Vaya, lo siento mucho. Quería hablar contigo sobre el divorcio con Cindy. Tras tu charla me he dado cuenta de que tenías razón y he de dejar a mi hija que vuele con libertad y es normal que si estás enamorado de otra persona, quieras hacer tu vida con ella, así que cuando quieras puedes firmar los papeles. Ya he preparado todo.

- Oh, genial.

- ¿Vamos a tu casa y los firmamos allí?


CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario