jueves, 17 de marzo de 2022

Capítulo 15 || Mi Otro Yo

 Cindy había hecho dudar a Charles, por lo que no le quedaba más remedio que ceder ante su hija y, para su sorpresa, ella decía la verdad, ya que vio a Robb aparecer por allí y juntos bajaron a las mazmorras donde estaba encerrado el “falso” Robb.

- Ahora Marge está descansando y tendremos via libre, pero no mucho tiempo,-dijo Charles-.

- Está bien,-contestó Robb-.


 Entrando con cuidado y sin hacer ruido, los tres vieron al preso dormido y, por desgracia, no se le podía ver la cara.

- Así tal y como está no podemos ver quién cojones es,-dijo Cindy-.

- Sólo hay una manera de averiguarlo…-comentó Robb-.


 Dando un pequeño golpe a las rejas, el Robb que estaba preso dio un brinco en la cama y comenzó a incorporarse sin darse cuenta de quiénes eran los que estaban allí. Por su parte, los demás se quedaron anonadados.

- Eres tú,-dijo Cindy mirando a ambos Robb-.

- ¿Cómo es posible?-preguntó Charles-.

- Mientras lo averiguamos,-le dijo el Robb de pelo largo a Charles-, ve a entretener a Marge anda.


 Sin hacerle demasiada gracia dejar solos a su hija y a Robb con el otro recluso, hizo caso y entró en la habitación de descanso de Marge.

- Dime Charles, ¿alguna novedad?

- Ninguna. Ese tío sigue callado… Está dormido ahora. Creo que le vendrá bien para recuperar la memoria.

- Está bien… Qué locura, ¿eh? Tantos años buscándolo y de repente se nos planta en la cara.

- Ya te digo… Por cierto, ¿cómo estás?


 Mientras Charles entretenía a Marge, el Robb que estaba preso se dio cuenta de quiénes eran los que estaban al otro lado y se levantó rápidamente.

- Coño, ¿Cindy y… Robb?

- ¿Quién diablos eres?-preguntó ella-.

- Soy Robb.

- No, yo soy Robb,-contestó el otro Robb-.

- Ambos somos Robb Atkinson.

- Pero… ¿Cómo es posible algo así?


 Charles aprovechó y se tumbó junto a Marge.

- Ya sabes por qué te pregunto eso, Marge.

- Charles, te agradezco que te preocupes por mí, pero que nos acostásemos un día no significa que ahora tengamos que mantener una amistad. Somos compañeros de trabajo, soy tu superior al mando y nada más.

- Lo sé Marge pero… creo que aquel desliz fue algo más para los dos, no sólo para mí.

- No digas bobadas.

- ¿No? ¿Entonces por qué no paras de mover la pierna desde que me he tumbado a tu lado?


 El Robb que estaba preso sonrió ante el asombro de los demás.

- Os contaré todo pero si me sacáis de aquí. Odio estar encerrado cuando no he hecho absolutamente nada.

- ¿Podrás sacarlo?-le preguntó el otro Robb a Cindy-.

- Creo que sí. ¿Puedes vigilar por si viene mi padre o la otra puta?

- Voy.


 En completo silencio, Robb fue hasta la sala contigua y se acercó a la puerta que daba a la sala de descanso de Marge y allí pudo comprobar que estarían ocupados un rato tanto Charles como su jefa.


 Y lo que había escuchado Robb no era otra cosa que el sonido del placer de Marge causado por las constantes penetraciones de Charles. Y es que, aunque el momento no fuera el idóneo, la carne es la carne y… esas cosas a veces no esperan.


 Volviendo a la zona de celdas, Robb vio que Cindy había conseguido abrir la puerta.

- Listo, ya eres libre,-dijo ella-.

- Joder, muchas gracias.

- ¿Tenemos via libre? ¿Y mi padre?-le preguntó Cindy al Robb de pelo largo-.

- Se está follando a la condenada de Marge.

- Bah, qué asco. ¿Cómo le puede gustar ese esperpento?

- ¿Nos podemos ir?-pidió el Robb que había estado preso-.


 Robb estaba agradecido de que lo sacasen de la cárcel pero, por otra parte, si lo habían confundido con el Robb que tenía justo delante… ¿Qué era lo que habría hecho para que lo metiesen preso? Eso era lo que no le terminaba de cuadrar.


 Mientras Marge y Charles seguían follando, ella creyó escuchar un ruido.

- ¿Qué ha sido eso?

- No sé, yo no he escuchado nada… Venga, concéntrate Marge.

- No, eso ha sonado a una puerta cerrándose.

- Imposible. Marge, me queda poco para correrme, terminemos y luego miramos.

- No puedo…


 Dejando a Charles a medias y sin ponerse ropa alguna, Marge corrió hacia la zona de celdas y se encontró que la de Robb estaba vacía.

- ¡Hijo de puta! Ese cabrón se nos ha escapado en la puta cara.


 Ya en la guarida de Robb y su banda, cuando Louis vio bajar a dos Robb, su boca se abrió de par en par.

- ¿Estoy viendo bien o es que me he dado un golpe en la cabeza?

- No Louis, estás viendo perfectamente. Yo también lo estoy flipando,-contestó el Robb de pelo largo-.

- Espera, ¿tú eres Louis?-preguntó el otro Robb-.

- ¿De qué me conoces?


 Sentándose, Robb miró a todos con una leve sonrisa mientras los demás se miraban entre ellos sin saber muy bien quién era aquel individuo.

- Qué diferentes sois todos aquí,-comentó el Robb de pelo corto-.

- ¿Por qué diferentes? ¿De qué nos conoces?-preguntó su homólogo-.

- Es difícil de comprender, pero intentaré explicarlo lo mejor que pueda… Vengo de otro planeta, uno exactamente igual a este, con las mismas personas que aquí pero con la diferencia de que en cada uno se han tomado decisiones diferentes.


 Un silencio sepulcral se instaló en el salón hasta que el Robb de pelo largo habló.

- ¿Me estás diciendo que el multiverso es real? ¿Existe de verdad?

- ¿Conoces el multiverso?

- Antes de que saltase la guerra, en mis ratos libres me dedicaba a leer libros científicos, me encantaba ese mundo y me obsesioné con la idea de inventar máquinas para mejorar el mundo.

- ¿Y ese es el motivo por el cual te buscan?


 Una pequeña risa proveniente de Louis cortó la conversación entre ambos Robb.

- No se le escapa ni una…-comentó Louis-. Lo que le pasó a Robb fue que cuando estalló la guerra, se posicionó en un bando y usó las máquinas que había inventado para acabar cuanto antes con el enfrentamiento, pero resultó salir perdedor y ahora le buscan por crímenes de guerra.

- Cojones…-dijo el Robb de pelo corto sorprendido-.

- Y también porque se le fue la pinza y mató a más de un inocente…-comentó Cindy-.

- Ya hablamos de eso,-intervino el otro Robb-, y quedamos en que fue un accidente.


 Intentando cambiar el rumbo de la conversación, el Robb de pelo largo le hizo una pregunta a su homólogo.

- ¿Y cómo has acabado aquí? ¿Por qué te fuiste de tu mundo? ¿También eras científico?

- No, yo en mi mundo invertía en criptomonedas.

- ¿Cripto-qué?

- ¿Aquí no hay de eso?

- No lo he escuchado en mi vida…

- Joder, estoy ahora como para explicarlo… Bueno, en resumidas cuentas era rico, estaba casado y tenía una hija, pero pasaba de ellas y le ponía los cuernos a mi mujer hasta que vino un Robb de otro mundo y me cambié por él.

- Espera, ¿cuántos mundos hay?-preguntó el Robb de pelo largo-.

- Tantos como puertas, y no las he contado, pero no les he visto el fin nunca.


 De repente, una voz femenina se alzó en la sala.

- ¿Se puede saber qué cojones haces aquí, Cindy?-preguntó Vivian-. Se supone que eres mi esclava personal y no te puedes separar de mí. Te permití investigar sobre el arresto de Robb, pero luego deberías haber vuelto conmigo a mi casa.

- Lo siento, se me olvidó…


 Vivian se mostraba muy enfadada.

- Tranquila, me voy a asegurar de que no se te olvide jamás, así que acompáñame. ¿Dónde está tu cuarto?

- Al final del pasillo a la derecha.

- ¿Y qué esperas que ya no estás ahí?


 Cuando Cindy pasó junto a Vivian, esta le pegó un empujón que tiró a la muchacha al suelo y, automáticamente, el Robb de pelo corto se levantó.

- ¿Qué cojones se supone que está haciendo y por qué no se lo impedís?

- Cindy es la esclava de Vivian y es de su propiedad,-contestó Louis-.

- ¿Esclava? ¿Cómo es que se permite esa locura?

- ¿Locura?-preguntó el otro Robb-. Todo el que tiene dinero compra esclavos. Nosotros como somos pobres y estamos escondidos no nos lo podemos permitir, pero Vivian era la antigua gobernadora hasta que Marge y el resto de militares dieron un golpe de Estado, pero sigue teniendo dinero y posición y puede hacer lo que le salga del coño.


 Robb se sentó y comenzó a pensar en que haber ido a ese lugar había sido un terrible error. Dándose cuenta de la expresión facial, Louis le preguntó algo.

- ¿Allí en tu mundo no tenéis esclavitud?

- No… Allí todos trabajan para alguien a cambio de un salario.

- Es decir, ¿la gente trabaja porque quiere?

- Se podría decir que sí. La gente necesita dinero y el dinero se consigue trabajando.

- Joder, qué raros sois. Aquí de eso poco…  


 En la guarida de Marge, ésta había ido en busca de Charles para pedirle cuentas.

- ¿Cómo cojones se ha podido escapar?

- No lo sé… Yo hice lo de siempre y…

- ¡No me mientas! Te conozco lo suficiente como para saber que me estás ocultando algo.

- ¡Ha sido culpa de mi hija! Se presentó Vivian y me dijo que Cindy es su esclava y que estaba bajo su protección, por lo que no podría detenerla y mi hija me pidió que Robb y ella viniesen a ver a quien teníamos detenido.

- ¿Cómo? Pero si nosotros teníamos a Robb.

- Pues no lo sé, porque Robb se presentó junto a mi hija y yo he visto a dos Robb en la misma habitación.


 Marge miró hacia otro lado pensativa.

- Yo estoy flipando igual que tú Marge. No creí que eso fuera posible, pero te prometo que no tuve otra alternativa. Me hizo darle mi palabra de no seguir a Cindy ni de mandar a nadie.

- ¿Pero a que no te dijo nada de seguir a Vivian?

- No…

- Pues si Cindy es su esclava, en algún momento tendrá que volver a su escondrijo y Vivian tendrá que ir con ella para asegurarse de que no se escapa.

- Ya veo por donde vas… Si seguimos a Vivian, daremos con Cindy y su guarida.

- ¡Exacto!


 Mientras tanto, ambas mujeres se encontraban desnudas sobre la cama y Cindy con claros síntomas de estar sufriendo una violación en toda regla.

- No te resistas puta. ¿Me querías abandonar a la primera de cambio? Ahora eres mi esclava, eres mía, mi puta, mi zorra, mi paño sucio y no te voy a permitir que te vayas de mi lado, así que esto te servirá de lección. ¡Deja de gritar!-dijo escupiéndole en la cara-.


 Cindy no podía evitar gritar de dolor porque su vagina no estaba lubricada y los ásperos dedos de Vivian le hacían daño. Aunque sabía que nadie iría a rescatarla, por una parte le encantaría que Robb la sacase de allí y le demostrase su amor después de tanto tiempo de noviazgo.


 Sin embargo, el Robb que iba en su rescate no era su novio precisamente…

- Robb, no puedes entrar ahí,-decía Louis-.

- ¡Pero que Cindy está gritando! ¿No la oís?

- Claro que sí, pero tienes que comprender que Vivian es su dueña y si la quiere violar, cortar en pedazos, matarla, herirla… puede hacer todo lo que quiera y nada ni nadie se lo va a impedir.

- Me da igual…  


 Louis se interpuso en el camino de Robb.

- Oye, es muy valiente por tu parte el querer ayudar a Cindy y, por mucho que nos duela, no podemos actuar. Este mundo es así y porque tú vengas no lo vas a cambiar de la noche a la mañana.

- Lo sé pero… Es inhumano lo que permitís aquí.

- Ay Robb, y eso que no has vivido la guerra que nosotros luchamos. ¿Sabes? Marge y yo íbamos a casarnos cuando la guerra estalló.


 Esa declaración sorprendió a Robb.

- ¿De verdad?

- Sí. Yo la amaba, pero yo decidí apoyar a Robb. Ella, como no estaba de acuerdo con ninguno de los dos bandos, captó a varios de los suyos que pensaban igual y tras luchar contra los dos bandos de la guerra, dio un golpe de Estado e instauró una dictadura. Desde entonces no hemos vuelto a vernos y… si nos encontramos alguna vez, uno de los dos morirá.


 Por su parte, el otro Robb no paraba de darle vueltas al tema del multiverso.

- Si consigo convencer a Robb para que me muestre el camino hacia el resto de mundos… podré crear mi propio ejército de Robbs y derrotar a Marge y a su banda… Debo convencerlo como sea y cuanto antes.


CONTINUARÁ…


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