domingo, 13 de marzo de 2022

Capítulo 13 || Mi Otro Yo

 Los días fueron pasando y, con ellos, las semanas. Robb estaba más que acostumbrado al trabajo y Louis, muy a su pesar, tenía que admitir que era de los mejores de la plantilla. Por su parte, Vivian había mantenido un trato cordial con Robb cuando éste se casó y, desde entonces, no habían vuelto a tener intimidad sexual y se había forjado una bonita amistad. Lo cierto era que la vida comenzaba a sonreírle a Robb, quién seguía sin estar enamorado pero, ¿qué otra cosa podía hacer?


 Vivian le contaba sus cosas a Robb, al igual que él a ella.

- ¿Y qué tal en tu nueva serie?

- Bien, me han dado el papel de mala y no sabes lo malvada que puedo llegar a ser jajaja.

- Te gusta hacer de mala, ¿no?

- Sí porque me salgo de lo que he hecho normalmente. No quiero encasillarme ni ser la típica actriz mona para público adolescente, ¿sabes? Valgo más que para hacer de pelirroja tonta y sexy.


 Robb se alegraba de ver a Vivian tan segura de sí misma en el trabajo.

- Claro que sí Vivian. Así me gusta verte, decidida.

- Ya te digo y ahora más que nunca. Me ofrecieron un papel para una película… pero lo rechacé, ¿no te lo dijo Cindy?

- ¿Cindy? Estoy loco porque tenga al bebé, porque está de un humor que no puedo con ella. Con decirte que me he ido a la habitación de invitados para no dormir con ella…

- ¿En serio? ¿Y eso?

- Yo que sé tía, será el embarazo porque no me lo explico.

- ¿Y no puede ser por el motivo que yo te di?


 Justo estaban hablando de ese tema tan importante cuando uno de los compañeros de Robb se acercó a Vivian.

- ¿Te quieres quedar a comer?

- No gracias, tengo que irme rápido al trabajo.

- Venga va, yo salgo dentro de una hora y te llevo a donde me digas…

- Bueno, tú ganas.


 Sonriendo, Vivian miró a Robb y le estrechó la mano a modo cariñoso y de forma cómplice. Pero justo en ese momento, él recibió una llamada.

- Hola Charles, dime… ¿Qué? Pero… ¿ahora? Joder, voy corriendo para allá.


 Charles prefería que su hija tuviese a la criatura en casa y que lo atendiese el médico de confianza de la familia, por lo que Robb se dirigió hacia allá pero, de camino, tuvo que detenerse a causa de un grave accidente de coche que obligó a cortar la carretera. No podía dar marcha atrás ni tampoco salir del coche por la gran humareda, así que tuvo que esperar y esperar durante varias horas… 


 Cuando llegó a la casa, Robb corrió hacia el piso superior. Había avisado a Charles de lo ocurrido y éste estaba al tanto, pero aún así Robb se sorprendió al verlo en el pasillo y no en el cuarto del bebé con su hija y su nieto.

- Ya estoy aquí Charles. No sabes la que se ha liado. ¿Cómo está Cindy?

- Robb, hay algo que quiero comentarte.

- Después, que primero voy a ver al niño.


 Dejando a Charles clavado en el pasillo, Robb entró en el cuarto del bebé y allí vio a Cindy sentada y con signos de estar agotada.

- Hola, lo siento muchísimo. Ojalá haber estado aquí contigo. Suerte que estaba tu padre… ¿Cómo estás?

- Robb, tengo que decirte una cosa.

- Ahora después, primero voy a ver a nuestro hijo.


 En cuanto Robb se asomó y vio a la criatura, tan dormido, tan dulce y con la piel tan oscura… su alma se vino a los pies. ¿Ese era su hijo? ¿Negro? No podía ser…  


 Girándose y mirando a Cindy, Robb se lo notó en los ojos. Esa mirada cómplice, culpable…

- Dame ahora mismo una buena explicación, Cindy. ¿De quién cojones es ese bebé que hay ahí? Dime que tienes algún pariente negro, porque si no esto me huele mal…

- Cuando te conocí me había estado acostando con otro chico antes y cabía la posibilidad de que fuera de alguno de los dos, pero como me di cuenta del embarazo estado contigo supuse…


 Dejando de mirarla, Robb se sentía estafado y recordó en ese instante las palabras de Vivian cuando le advirtió sobre que había visto a Cindy con una chica.

- Supusiste claro… Y antes de decir la verdad pensaste que sería mejor endosarle el hijo al último que había llegado… Mira que me lo dijeron… y no escuché. Qué tonto fui…

- ¿Decirte qué?

- ¡Que te acostabas con una! Estando ya embarazada me dijeron que te vieron con una tía dándote el lote y no lo creí, pero ahora todo me cuadra. Me atrajiste mucho cuando te conocí, por eso nos acostamos, pero de ahí a quererte va un mundo, pero como creía que te había dejado embarazada intenté hacer las cosas bien, me coloqué en algo que no quería al principio, me casé contigo, he llevado una vida estos últimos meses al más puro estilo sacerdotal… ¿Y todo para qué?


 En ese momento, Charles entró en el dormitorio y lo primero que hizo fue mirar al bebé mientras que Robb le hablaba.

- ¿Sabías algo de esto Charles?

- Robb, me acabo de enterar igual que tú.

- ¿De verdad?

- ¿Te imaginas acaso el palo que es creer que tu niña consentida es, en realidad, una ramera que se acuesta con todo el mundo y que ha sido capaz de engañarte a ti y mí, que soy su padre, haciéndonos creer que el hijo era tuyo?


 Sacando fuerzas de donde no tenía, Cindy consiguió levantarse y protestar.

- ¡No soy ninguna puta papá!

- Eres una zorra igual que lo fue tu madre. ¿Por qué te crees que nos divorciamos? ¿Porque estábamos aburridos? Yo amaba a tu madre, pero si me divorcié fue porque no cabía por la puerta de los cuernos que tenía. Y tú eres igual que ella en eso. Vivís por y para la carne sin importar el corazón y los que podáis romper por el camino. Tu madre se marchó como mujer libre que ha sido siempre, pero yo soy y seguiré siendo tu padre de por vida, así que a partir de ahora cambiarán las cosas.


 Robb nunca había visto tan serio y rudo a Charles. Lo había visto cabreado, pero nunca de esa forma y menos con su hija, ya que era su ojito derecho.

- Ahora mismo vas a llamar al padre verdadero de tu hijo y le vas a decir que venga aquí.

- Papá no.

- Papá sí. Es una orden y la vas a cumplir te guste o no. Ese crío que duerme ahí no tiene la culpa de tener la madre que tiene, así que su padre tiene todo el derecho de saber que lo es y no vivir engañado como hemos estado nosotros dos durante todo este tiempo.


 Aunque a regañadientes, Cindy obedeció y llamó por teléfono. Mientras esperaban la llegada del famoso y “desconocido” padre del bebé, Charles y Robb permanecían en silencio mientras sus cabezas no paraban de dar vueltas.

- Debería haberme ido cuando volví de mi mundo,-pensaba Robb-. Creía que huyendo no iba a arreglar las cosas, pero ahora veo que tenía razón, que cualquier lugar es mejor que este.

- Debería haberme preocupado más por mi hija,-pensaba Charles-. Si me hubiera ocupado más, no me habría engañado de la forma en la que lo ha hecho. Pero eso se va a acabar, porque pienso estar como un alcón con ella a partir de ahora. Dejaré de trabajar y me ocuparé de todo, tengo demasiado dinero como para gastarlo en lo que me queda de vida…


 Minutos después, Cindy subió las escaleras apoyada de, obviamente, Louis.

- No me jodas,-dijo Robb sin poderlo evitar-.

- ¿Os conocéis?-preguntó Charles-.

- ¿Que si nos conocemos? Era el amante de Marge durante nuestro noviazgo y ella me dejó por él cuando nos íbamos a casar y, a día de hoy, es mi jefe… Y pensar que fuiste amigo mío…


 Charles no podía articular palabra, ya que no se esperaba tal respuesta. Pero Robb sí que tenía algo que decir.

- Te habrás quedado a gusto, ¿verdad? Primero me quitas a Marge, luego me quitas a Cindy y a mi hijo justo cuando parecía que todo me sonreía… Qué envidia me tienes, hijo de perra.

- Robb, cuando Cindy y tú os conocísteis, ella y yo ya…

- Oh vaya, con que me quitaste a Marge para ponerle los cuernos a continuación… Qué bonito Louis. ¿Lo sabe Marge? Seguro que no… Pero créeme cuando te digo que se enterará.

- Déjame a mí contarle la verdad, Robb, te lo pido por favor.


 Pero haciendo caso omiso, Robb se acercó a Louis y le pegó un fuerte puñetazo en el estómago, dejándolo casi sin respiración durante unos segundos que se le hicieron interminables.


 Sin decir nada más, Robb se fue de allí. Miró la casa una última vez y cerró la puerta dispuesto a llevar a cabo su plan. ¿Y cual era?


 Mientras llegaba a su destino, Robb comenzó a recibir llamadas de Cindy y de Louis pero, en lugar de contestar, lo que hizo Robb fue estrellar el teléfono y romperlo en mil pedazos.


 Una vez llegado al lugar, Robb se encontró con la persona a la que buscaba: Marge.

- Pero bueno Robb, ¿qué haces aquí que no estás en el trabajo?

- Tenemos que hablar.

- Uy qué serio estás. ¿Ha pasado algo malo? ¿Tu mujer está bien?


 Robb no sabía cómo decir las cosas, así que lo soltó tal y como le salió.

- El hijo que esperaba Cindy ha nacido hoy.

- ¿Y por qué lo dices tan serio? No me digas que ha nacido…

- ¿Muerto? No. El bebé está bien, pero es… diferente

- ¿Diferente en qué sentido?

- En que es negro.

- ¿Cómo que negro?

- Negro Marge, negro color Louis.

- ¿Qué me quieres decir con esto?

- Que el niño no es mío. Que Cindy cuando me conoció se estaba acostando con, oh sorpresa, Louis y ha tenido un hijo suyo.  


 Marge miró hacia un lateral y suspiró.

- Desde que comenzó a distanciarse de mí y a poner como excusa que estaba intentando montar su propio restaurante comencé a sospechar que había algo que me ocultaba, pero jamás creí que fuese tan gordo como un hijo…

- Y tenía pinta de que ya lo sabía, porque yo lo he visto de lo más normal.

- ¿Lo has llegado a ver después de enterarte?

- Y tanto que sí. Charles le dijo a Cindy que llamase al verdadero padre de la criatura y cuando se presentó Louis allí… Imagina mi sorpresa. Eso sí, se ha llevado un buen puñetazo en el estómago de recuerdo… Louis siempre ha sido un mujeriego, no sé de qué te extrañas.

- Joder Robb…

- Marge, desde que estoy trabajando contigo he comenzado a sentir algo por ti y ahora que me he enterado de esto… no tengo ganas de seguir aquí. Quiero desaparecer y conozco la forma perfecta… ¿Quieres venirte conmigo?

- Robb… Huyendo no se consiguen arreglar las cosas. Fíjate lo que me pasó a mí huyendo de nuestra boda y mira lo que nos ha pasado. Te agradezco la propuesta pero yo me quedo…


 Suspirando, Robb miró a Marge y dio media vuelta.

- ¿A dónde irás?

- A donde nadie me conozca y pueda ser yo mismo.


 Yendo hasta el antiguo laboratorio del otro Robb, cruzó la puerta y se encontró en ese pasillo enorme lleno de otras puertas. Cada una llevaba a un mundo distinto, con otras personas y otras posibilidades diferentes… Y cualquier sitio sería mejor que ese.


 Por un momento, Robb pensó en volver a su mundo y contarle al otro Robb lo que había pasado, pero tras su última visita ahí no quería fastidiar más las cosas. Desde luego que lo que le había pasado no era más que las consecuencias de sus actos. Si hubiera hecho las cosas bien en su mundo, con su Marge, con su hija… Nada de esto habría ocurrido y ahora, tiempo después, le había pasado prácticamente lo mismo pero viviéndolas él como víctima. Definitivamente se lo merecía, pero cuánto dolía en ese momento… 


 Fijando su mirada en una de las puertas, Robb la abrió y la cruzó sin pensar demasiado. Quería largarse de allí y como Marge no había querido acompañarle, sería el momento de olvidar todo en otro lugar, en otro mundo…  


 Robb apareció en un baño, igual que la última vez. Pero este baño era diferente, más lujoso.

- Vaya, parece que he acertado con el sitio…


 Saliendo de ese lugar, Robb se percató de que estaba en un parque comunitario pero, mirando a todos lados, no vio a nadie. ¿Qué lugar era ese y por qué el aire estaba tan pesado y oscuro?


CONTINUARÁ…


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