martes, 15 de marzo de 2022

Capítulo 14 || Mi Otro Yo

 De un momento a otro, Robb comenzó a toser de una forma compulsiva. El ambiente era irrespirable y se le había formado un terrible nudo en la garganta, provocándole que se le secase en cuestión de segundos.


 De repente, Robb divisó a alguien a lo lejos y, alzando su mano, lo llamó.

- ¡Hola! Oiga, ¿dónde está todo el mundo?


 Pero, de golpe y porrazo, ese hombre sacó un arma y le apuntó.

- ¡Las manos donde pueda verlas!

- Eh, tranquilo hombre, voy desarmado.

- ¡Me da igual! Pon las manos detrás de la cabeza y no hagas ningún movimiento extraño mientras me acerco.

- ¡Pero que no he hecho nada!


 Aquel tipo se acercó a Robb y, una vez que lo tuvo cerca, le colocó unas esposas.

- Por fin te hemos pillado, hijo de la gran puta.

- Me confunde con otro…

- ¿De verdad? A ver si esto te aclara las ideas…-dijo ese hombre antes de darle un golpe que dejaría inconsciente a Robb-.


 Cuando recuperó la consciencia, Robb se encontró encerrado en una cárcel y, el mismo tipo que le apuntó, lo observaba.

- Tantos años tras tu paradero para que, de golpe y porrazo, aparezcas delante de mis narices…

- Perdone caballero, ¿por qué lleva mascarilla? ¿Y por qué me ha detenido? Yo sólo fui a mear al parque…


 Ese hombre, se acercó más a la reja de la celda y Robb pudo observarlo más detenidamente.

- ¿Charles? ¿Eres tú?

- Hombre, comienzas a recordar… ¿Acaso no te acordabas de mí? Malnacido… Nunca te perdonaré lo que le hiciste a mi mujer. ¡Nunca! Pero ahora que te he cazado, no te escaparás. No saldrás vivo de aquí, te lo prometo.


 Dejándolo solo, Robb se sentó en la cama y, pese a que ya no estaba en el exterior, en ese sitio también se respiraba algo pesado.

- No sé dónde coño he ido a parar o qué cojones habrá hecho el Robb de aquí, pero maldita mi suerte, joder. ¡Yo sólo quiero estar tranquilo coño!


 Un rato más tarde, Robb volvió a escuchar voces acercándose hasta que vio a Charles entrar allí de nuevo pero, en esta ocasión, acompañado de alguien.

- Como te lo digo, estaba haciendo mi ronda de siempre cuando, de golpe y porrazo, lo vi delante mía. Y parece que ha perdido la memoria porque no recuerda nada. Todo lo que le digas le suena a chino.

- A partir de ahora me encargo yo, Charles.


 Esa voz… Le resultaba muy familiar, pero detrás de esas mascarillas todo se distorsionaba.

- ¿Pero qué es toda esta locura?-pensaba Robb sin dejar de arrepentirse de cruzar esa puerta-.


 Acercándose hasta la celda, Robb pudo comprobar que quien hablaba con Charles era una mujer pero, en cuanto la luz iluminó su rostro… lo supo.

- ¿Marge?

- Dicen que has perdido la memoria, pero al menos me reconoces… Ya es algo.

- ¿Qué hago aquí?

- ¿No te acuerdas de nada?

- ¿Pero de qué cojones me tengo que acordar? Todos me miráis como si hubiera matado a alguien, yo que sé. Yo lo único que quiero es vivir tranquilo sin que me estén golpeando, apuntando con pistolas o encerrándome en la cárcel sin darme explicación alguna.


 Girándose hacia Charles, Marge le comentó algo en susurros.

- Avisa a la prensa y diles que hemos atrapado a Robb Atkinson. En cuanto todos se enteren, los demás irán saliendo de sus escondrijos. Incluida tu hija…

- Lo sé. Ahora mismo los aviso.


 Pero antes de irse, Marge le dijo algo a Charles.

- Una última cosa.

- Dime.

- Te perdoné una vez que dejases escapar a tu hija. No habrá una segunda. ¿Queda claro? Es ella o tú, así que tú sabrás si te importa tu vida lo suficiente como para luchar por ella y seguir viviendo.


 Poco tiempo faltó para que los medios de comunicación se hicieran eco de la gran noticia.


 En una casa aparentemente abandonada, un hombre acababa de apagar la tele y bajaba rápido las escaleras hacia el sótano sin terminar de creerse lo que acababa de ver.

- Debe ser un error,-decía ese tipo-.


 Cuando llegó abajo, aquel hombre comunicó la noticia.

- Acabo de ver algo impresionante en la tele.

- ¿El qué?-preguntó esa chica-.

- Han detenido a Robb.


 Tras un breve silencio, las risas comenzaron a escucharse en la estancia.

- ¿Pero cómo se supone que me han detenido si estoy aquí?-dijo el Robb de ese mundo-.

- No lo sé, pero acabo de ver a un tío igual que tú pero con el pelo corto encerrado en una celda.

- Louis, eso es imposible,-dijo la muchacha-.

- Cindy coño, sube y compruébalo tú misma joder.


 Louis se notaba agitado y no se explicaba lo que acababa de ver en la tele porque, por un lado, estaba hablando con Robb pero, por otro, lo acababa de ver encerrado. ¿Cómo era eso posible?

- Vamos a quitarnos las mascarillas,-dijo Louis-. Aquí estamos seguros.

- Es verdad, siempre se nos olvida.


 Robb comenzó a preguntarle a Louis qué era lo que había visto exactamente.

- Ha salido Charles a decir que te habían atrapado y seguidamente pusieron una foto tuya, pero como si fuera de hace unos años, de antes de la guerra nuclear. Y después de eso, ha explicado que te han detenido cuando te encontrabas en un parque intentando huir.

- Pero… eso es absurdo,-comentó Robb-.

- Esa es otra de las tretas de mi padre para hacernos salir,-dijo Cindy-.


 En ese momento, todos se encontraban sin saber qué hacer o decir ante esa situación tan novedosa y tan rara al mismo tiempo.

- ¿Y si es verdad que es una treta de Charles? ¿Para qué le iba a servir?-preguntó Robb-. Sabríamos que es mentira porque yo estoy aquí con vosotros. Sería diferente si yo no estuviera.

- Entonces no me lo explico,-decía Louis completamente perdido-.

- Debe haber algo que se nos escapa. Algo que ellos saben y nosotros no.


 Todos guardaban silencios alternativos mientras que pensaban en posibles soluciones.

- ¿Y si han conseguido una máquina del tiempo y me tienen a mí pero de hace años? Si me matasen, yo desaparecería de la faz de la tierra y desde ese momento hasta ahora todo cambiaría radicalmente.

- Eso es una utopía,-dijo Cindy-. Cariño, nadie va a matarte.

- ¿No cabe la posibilidad de que tuvieras un hermano gemelo?-preguntó Louis-.

- Imposible. Mi madre murió al nacer yo y mi padre se suicidó de la pena que le entró, ya os he contado millones de veces esa historia.


 De repente, Cindy tuvo una idea.

- Podría hablar con mi jefa. Ella tiene contactos y puede enterarse de lo que está pasando de verdad.

- ¡Eso!-exclamó Louis-. Habla con ella y dile que te reuna con tu padre.

- ¿Estás loco? Si me encuentro con mi padre me detendrá.

- No si estás bajo la protección de tu jefa,-sentenció Robb-. Al fin y al cabo era la gobernadora y todavía tiene inmunidad diplomática. Si estás bajo su cuidado, tu padre no puede tocarte.


 Muy a su pesar, Cindy tenía que admitir que no había otra alternativa, así que contactó con su jefa y la esperó en el lugar de siempre.


 Minutos después, la jefa de Cindy apareció por allí mirando hacia todos los lados.

- ¿Te ha seguido alguien?-preguntó aquella mujer a Cindy-.

- No. Me he asegurado bien.

- Estupendo. ¿Qué quieres? Debe ser algo importante cuando me has contactado tú.

- Quiero encontrarme con mi padre pero teniendo la total seguridad de que no me va a poder detener.


 La jefa de Cindy la miró fijamente.

- ¿Tú eres consciente de lo que me estás pidiendo Cindy?

- Vivian, lo sé. Pero ha pasado algo y debo investigarlo.

- Ya he visto las noticias. ¿Han detenido a tu novio?

- No, es la cosa. Que han detenido a alguien que no es Robb. Si es que es verdad que han detenido a alguien.


 Vivian, bastante nerviosa por la situación que se le planteaba, tomó una decisión.

- Si quieres un encuentro con tu padre y que no te pase nada sabes a lo que te expones, ¿verdad?

- Lo sé.

- Dejarás de trabajar libremente para mí como has hecho hasta ahora. Ya no tendrás que esconderte y te unirás a los demás esclavos.

- Soy consciente y acepto todas las condiciones.

- No sé si eres una valiente o una inconsciente de cojones… Mira niña, te tengo cierto cariño y te voy a nombrar mi esclava personal, así que tendrás que acudir a todos los sitios a los que yo vaya, cambiarme, peinarme, follarme siempre que te pida… Y así te cuidaré más que al resto, que duermen en las mazmorras con las ratas.

- Hecho.

- Bien… Déjame mover mis hilos y veremos qué pasa.


 Un par de llamadas le hicieron falta a Vivian para contactar con Charles y decirle que tenía una propuesta que no podría rechazar. Lo que él no sabía era que su hija Cindy estaba escondida tras el muro.


 Presentándose en el lugar de la reunión rápidamente, Charles se dirigió a Vivian.

- ¿Qué quiere de mí la antigua gobernadora? Sólo soy un simple ciudadano.

- Sabes que no, que eres la putita personal de Marge. Pero ahora mismo no quiero hablar de esa zorra. Tenemos otros asuntos de los que tratar.

- ¿Y cuáles son esos asuntos?


 Saliendo de detrás del muro, Cindy saludó a su padre.

- Hola papá.

- Quedas detenida,-dijo Charles comenzando a desenfundar su pistola-.

- Eh, las manos quietas vaquero,-dijo Vivian interviniendo-. Cindy está bajo mi protección. Es mi esclava personal y, como me pertenece y tengo inmunidad…


 Supirando, muy a su pesar Charles guardó su pistola y dejó que su hija se le acercase.

- ¿Qué quieres?

- ¿Quién es el tipo que habéis detenido?

- El sucio de tu novio.

- No, porque a mi novio le acabo de comer la polla antes de venir aquí, así que no sé a quién habéis detenido pero ese no es Robb.

- Eso es imposible…

- Hagamos un trato: Robb y yo iremos a ver personalmente a quien cojones sea ese tipo y tú nos vas a cubrir las espaldas y engañarás a la puta de Marge. Nadie será detenido y tampoco nos seguirás ni mandarás a alguien para que lo haga. ¿Queda claro?

- ¿Pero tú sabes lo que estás diciendo? ¡Es una locura!

- Es lo que hay papá. ¿Lo tomas o lo dejas?


CONTINUARÁ…


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