viernes, 11 de marzo de 2022

Capítulo 12 || Mi Otro Yo

 Un par de semanas más tarde, Robb tenía una cita con Charles, el padre de Cindy.

- Cariño, ¿todavía estás así vestido?-preguntó Cindy-.

- Estaba pensando en ir así…

- Mi padre te mata.

- Pero es que tengo calor…

- Ya, pero con una camiseta sin mangas y pantalón corto no puedes recibir a tu suegro la primera vez. Venga, vamos a buscarte algo en el armario.


 Tras estar unos minutos mirando, dieron con el atuendo perfecto.

- Así estás muchísimo mejor, muy guapo.

- ¿Te gusta?

- Mucho. Pareces de mejor familia y todo.


 Al cabo de cinco minutos, llamaron a la puerta y al abrir entró Charles.

- Mi niña bonita, pero qué guapa estás. ¿Qué tal mi cielo?

- Hola papi. Pues bien, algo cansada pero dicen que es normal en mi estado…

- Y tú debes ser el padre de mi futuro nieto.


 Acercándose a Robb, ambos se estrecharon las manos.

- Es un placer conocerle, señor,-dijo Robb-.

- Por favor, vamos a ser familia, puedes llamarme Charles.

- De acuerdo. ¿Nos sentamos?


 Yendo hacia el salón, Charles comenzó a hablar con Robb.

- Verás, lo tengo todo pensado y planificado. Como mi nena está de un mes y medio, os casaréis dentro de un mes, para que podamos decir que el bebé ha nacido prematuro y nadie sospeche. Esta es tu casa, ¿no?

- Sí, le envié los papeles tal y como me dijo Cindy.

- Estupendo, pues he movido los hilos y he comprado la vivienda de arriba.

- ¿En serio?


 A cada frase de Charles, Cindy sentía que su libertad se iba perdiendo poco a poco. Sin embargo, por otra parte deseaba casarse para dejar de estar bajo la tutela de su padre y poder recuperar la libertad en cuanto fuese madre y dejase al bebé con la niñera.


 Charles, por su parte, seguía contándole sus planes a Robb.

- Oh, va a quedar una casa espectacular. Mientras duran las obras os quedaréis en mi casa.

- ¿De verdad?

- Claro Robb, tengo habitaciones de sobra y, así, podré ver cómo crece mi nieto en la barriga de mi niña, ¿verdad cielo?

- Sí papi, qué ilusión…

- Aunque haya sido todo demasiado rápido, estoy la mar de ilusionado con todo esto.

- Me alegro mucho Charles.


 Los planes se fueron cumpliendo uno a uno, desde la boda por lo civil, hasta la obra que supervisó y pagó Charles de su bolsillo, ya que quería que fuese el regalo de bodas para ambos.


 Robb, por su parte, cumplió su palabra y en cuanto se hizo oficial el anuncio de su enlace con Cindy, dejó de tener rolletes y se centró en su futura esposa, en el bebé que esperaban ambos y en su trabajo, el cual le iba bastante bien pese a que Louis era de lo más exigente con él. No estaba enamorado pero debía hacer el intento de sentar la cabeza y eso era lo que más le costaba.


 La que había hecho amistad con Robb era Marge, ya que trabajar juntos y sufrir al jefe unía mucho. Louis no estaba demasiado de acuerdo con que ambos se llevaran bien, pero como él se pasaba poco por el restaurante, no era demasiado problema. Marge tenía que darle la razón a Robb porque, para ella, había cambiado mucho desde que “se terminase” la relación entre ambos hacía ya un año.  


 Por parte de Robb, el tener una situación más calmada, una vida más rutinaria y unos horarios más normales, provocó que se calmase y se preocupara más por conocer a las personas y no tanto sus cuerpos y descubrió en Marge un gran apoyo y una buena amiga.

- ¿Has terminado ya de hacer piernas?

- Sí, ¿no me las ves temblar?

- Coño es verdad jajaja. Así de buena te estás poniendo, con tanto machaque en el gimnasio es normal. Ay, si te pillara yo ahora…

- Venga ya fantasma, tira para el vestuario anda jajaja.


 Cada uno se metió en su vestuario para ducharse.

- El que termine primero espera al otro,-dijo Robb-.

- Oído cocina.


 Varios minutos después, Marge salió del vesturario y vio a Robb esperándola.

- ¿He tardado mucho?

- No, no mucho más de lo habitual.

- Mira que eres eh… Jajaja. Ay, a ver qué tal hoy la comida.

- Espero que sea tranquilo, que llevamos una época…


 Llegando a casa, Robb subió las escaleras en busca de su mujer.

- Cindy, ¿estás en casa?

- Sí, ¡estoy aquí!

- Voy.


 Entrando en el dormitorio de invitados, Robb miró a su mujer escribiendo en el ordenador.

- ¿Qué quieres?-preguntó ella-.

- Nada en especial. Acabo de llegar del gimnasio y quería saber cómo estabas.

- Pues como siempre, gorda, pesada y aburrida.

- Es normal, estás de seis meses. Ya llevas más de la mitad, cuando menos te lo esperes tenemos a nuestro hijo en brazos.

- Muchas gracias por su comentario constructivo señor ginecólogo. ¿Me deja usted seguir escribiendo este guión para mi padre?


 Desde el punto y hora que Robb se casó con Cindy, ésta cambió su actitud y dejó de ser tan dulce cuando ambos estaban a solas y ahora era normal recibir comentarios de ese tipo. Robb lo achacaba a que Cindy se encontraba mal por el embarazo y que, a causa de eso, habían perdido la intimidad tan profunda que tenían antes, ya que no tenían sexo desde hacía semanas.

- Me voy a trabajar,-dijo él-.

- Bien, así podré concentrarme más en soledad.  


 Suspirando, Robb se marchó hacia su dormitorio y se cambió de ropa. En el trabajo le iba bastante bien y era uno más de la plantilla y bastante querido por sus compañeros.  


 En cuanto Robb cerró la puerta, Cindy se levantó de la silla e hizo una llamada.

- Ya puedes venir. Vale, aquí te espero.


 Minutos después, apareció Jane en casa.

- Hola preciosa. Me alegro de verte…-saludó la recién llegada-.

- Te echaba de menos.


 Cerrando la puerta, ambas chicas se besaron profundamente.

- No sabes las de veces que he soñado con besar tu boca,-confesó Jane-.

- Pues ahora no estás soñando, esto es de verdad.


 Notando la mano de Jane en el culo de Cindy, ésta se separó un poco de ella.

- Veo que hoy estás a tope…-comentó Cindy-.

- Es que son dos semanas sin vernos y… aunque yo me toque, no es lo mismo.

- Yo también tengo ganas, porque con esto del embarazo tengo las hormonas revolucionadas… Con decirte que he pensado hasta en acostarme con Robb y todo jajajaja.

- ¿No te gusta?

- Me gustaba follármelo de vez en cuando, pero no para casarme con él, pero ya sabes cómo está el tema…  


 Yendo para el dormitorio, ambas se desnudaron y se iban a tumbar sobre la cama cuando llamaron al timbre de la casa.

- Joder… ¿Quién cojones será ahora?-preguntó Jane-.

- No lo sé, pero por si acaso tú no te muevas de aquí, voy a ver quién es.


 Poniéndose una camiseta, Cindy fue hacia la entrada y abrió la puerta, encontrándose con Louis.

- ¿Es cierto eso de lo que me he enterado?-preguntó él-.

- Hola, ¿eh?

- Déjate de hola. ¿Es verdad que te has casado con el memo de Robb y que esperas un hijo de él?

- Sí Louis… ¿Te has enterado ahora?

- Claro. Marge antes de irse al restaurante me ha enseñado una foto vuestra y cuando se ha ido me he venido para acá.


 Cindy estaba seria.

- Pues ya lo sabes.

- ¿Y de cuánto estás?

- De cuatro meses…

- Una mierda. Esa barriga no es de cuatro meses.

- Vale, está bien, estoy de seis meses. Me quedé embarazada antes de casarme con Robb, de ahí las prisas.

- Seis meses… ¿Sabes que ese es el tiempo en el que tú y yo no nos vemos?

- Sí…


 Louis se acercó a Cindy con una sonrisa irónica dibujada en su rostro.

- ¿Y no cabe la posibilidad de que ese hijo sea mío en lugar del tonto de Robb?

- Por nuestro bien espero que no. Además, nos acostamos sólo una vez.

- ¿Y qué? Con lo borrachos que íbamos los dos aquella noche… No sé tú, pero yo no me acuerdo de la mitad de lo que hicimos, así que a saber.

- Joder, qué juerga más buena nos pegamos…


 De repente, ambos se acercaron y comenzaron a besarse con ansia y pasión.

- ¿Y qué pasa ahora? ¿Y Robb?-preguntó Louis-.

- Que le follen. ¿Y Marge?

- Que le den también. Yo lo siento, pero he comprobado que no sirvo para la vida en pareja.

- Entonces ven conmigo.


 Entrando en el dormitorio, Jane se levantó en cuanto vio a Louis.

- No te asustes Jane,-tranquilizó Cindy-. Te presento a Louis.

- ¿Este no era el que me comentaste de aquella noche en el que te bebiste hasta el agua de los floreros?

- El mismo. Y va a ser el que te desflore a ti también. ¿Tú no decías que tenías curiosidad de probar un hombre?

- Sí… pero a quien quiero es a ti. Yo… te amo.

- Y me vas a tener, pero también tendrás a Louis. Así que relájate y disfruta.


 Louis se quitó rápidamente la ropa y se tumbó boca arriba mientras que cada una de las chicas estaba a un lado.

- Así, ahora mueve de arriba abajo,-indicaba Cindy a Jane-.

- ¿Lo hago bien?-preguntaba indecisa-.

- Joder…,-logró decir él-.

- Sigue así. Verás ahora,-dijo Cindy escupiendo un poco de saliva en el miembro masculino-. ¿Mejor?

- Ay madre,-gimió Louis-.


 Mientras tanto, aquel día estaba siendo algo más tranquilo para el restaurante pese a que la sala estaba prácticamente llena.

- ¿Qué tal vas?-preguntó Marge-.

- Bien, mucho más tranquilo sin tener que estar aguantando las miradas y comentarios de Louis.

- Y que lo digas… Me tiene amargada.


 Robb miró a Marge con una sonrisa picarona.

- ¿En qué sentido?

- En todos los que te puedas imaginar.

- Vaya… Pues si necesitas una mano…

- Venga Robb, que estás casado y estás esperando un hijo…

- Cierto, cierto, perdóname.

- Nada… Pero no me lo digas otra vez porque al final me voy a acabar arrepintiendo de haberte cambiado por Louis.


CONTINUARÁ…


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