lunes, 28 de febrero de 2022

Capítulo 7 || Mi Otro Yo

 La risa de Marge fue grande al escuchar de la boca de Robb que él no era su marido.

- Ríete todo lo que quieras, pero es la verdad.

- ¿Has vuelto a beber?

- No. Sé que suena raro, pero me tienes que creer. Yo soy de otro mundo.

- ¿O sea que eres un extraterrestre?

- ¡No! Ay. A ver, soy científico y estaba investigando sobre la invención del teletransporte, pero lo que hice fue descubrir el multiverso y aparecí aquí y me cambié con tu marido, con tu Robb. Él se ha ido a mi mundo porque yo allí estoy soltero, no tengo hijos ni nada y yo me vine contigo.


 Marge no se creía nada de lo que le decía Robb.

- Y yo cada noche me cambio por mi gemela que es Catwoman, ¿sabes? Y así puedo vivir un poco de adrenalina porque siento que mi vida es muy aburrida.

- No me crees, ¿verdad?

- ¿Y quién se va a creer semejante tontería? Ni tú eres científico, ni tú eres un gemelo de mi marido ni nada por el estilo. De verdad que qué raro estás últimamente.

- ¿Y no te extraña este cambio de actitud de un día para otro?

- Pues…

- Sólo hay una manera de que me creas. Acompáñame.


 Robb llevó a Marge hasta el pub convencido de que le tendría que enseñar de primera mano que no mentía.

- Entonces me dices que entraremos en el baño y de repente, por arte de magia estaremos en tu mundo, ¿verdad?

- Si todo sale bien sí. Nunca he intentado cruzar con alguien más.

- ¿Pero tú estás escuchando la cantidad de sandeces que me estás diciendo?


 Agarrándola de la mano, Robb y Marge se colocaron delante de la puerta del baño.

- Yo abriré la puerta,-dijo Robb-. Tú no te sueltes de mi mano, por si acaso…

- Está bien, yo me agarraré a ti como una garrapata a un perro.


 Cruzando la puerta, ambos aparecieron en el pasillo lleno de puertas.

- Eh… vale, he de admitir que esto es raro de cojones,-dijo Marge-.

- ¿Me crees ahora?

- Empiezo a hacerlo…

- Pues no has visto nada entonces, cielo.


 Yendo hasta la que era su casa, Robb se quedó ahí delante sin saber cómo le sentaría a Marge ver a su marido de nuevo.

- ¿Qué hacemos aquí?-preguntó ella-.

- Esta era mi casa, ahora es la de tu marido… ¿Estás preparada?

- Sí, claro…


 Entrando y viendo todas las botellas de alcohol, Marge se quedó más en silencio y, tras pasar al dormitorio se terminó de convencer del todo.

- ¿Esa no es…?

- Vivian, sí. Pero no tu amiga a la que acabas de ver, sino la Vivian de este mundo.


 Marge miraba fijamente a Robb, al que era su marido mientras a éste le lamían el miembro ambas pelirrojas. ¿Ese era realmente su marido? ¿Y si hacía lo mismo cuando estaba en su verdadero mundo? Marge tenía sospechas de que Robb la engañaba, pero si se había cambiado de mundo y hacía eso, era porque ya lo hacía en el suyo.


 Saliendo del dormitorio antes de ser vistos, Marge miró al otro Robb, al que no era su marido y que se había portado tan bien con ella y con su niña.

- Con que tú no eres mi marido entonces ni tampoco el padre de Pricia…

- Me temo que no. Yo me iba a casar con la Marge de este mundo, pero ella me dejó tirado el día de nuestra boda porque me engañaba con mi mejor amigo. Por eso cuando descubrí tu mundo y vi que mi homólogo no apreciaba la vida de casado que era lo que yo más ansiaba… No dudé en cambiarme con él. Y ya has visto que a él no le ha importado lo más mínimo…


 Sintiendo un fuerte nudo en la garganta y en el estómago, Robb no sabía qué más decir, ya que Marge lo único que hacía era mirarlo en silencio.

- Pero… Robb, por mucho que tú sigas enamorado de la Marge de aquí, yo no soy esa Marge. Ni Pricia es tu hija ni tampoco estás casado conmigo.

- Lo sé pero…

- Déjame terminar Robb, por favor. Lo que te quiero decir es que, por muy ideal que te parezca esta vida para ti, no es la tuya, no es tu mundo, al igual que el desgraciado ese de dentro me lleva poniendo cuernos desde ni se sabe y ahora, se cree que por estar en este mundo no sigue casado conmigo, pero es engañarse a sí mismo.

- ¿Y qué me quieres decir con esto?

- No lo sé… Pero me gustaría volver a mi mundo, por favor. Necesito pensar en todo esto.

- ¿Y yo puedo volver?

- Haz lo que quieras…


 Finalmente, ambos volvieron juntos pero en total silencio. Robb sabía a lo que se arriesgaba contándole la verdad, pero si quería vivir su vida propia no podía forjarla en una mentira. Lo malo era que ahora Marge no quisiera seguir con él.


 Robb vio cómo Marge se alejaba y se encerraba en una de las habitaciones de la casa. ¿Y si había sido demasiado fuerte para ella descubrir la verdad viendo a su marido acostándose con dos chicas a la vez? Y ahora que caía en la cuenta, ¿qué hacía la Vivian de su mundo teniendo sexo con Robb? Ella seguro que no sabía la verdad así que… Bueno, eso no era lo importante ahora.


 Marge estaba hecha un auténtico lío. Por un lado, acababa de certificar lo que su suegra y sus pálpitos le llevaban diciendo meses y era que Robb le estaba siendo infiel. Pero justo cuando creía que había cambiado y que al final no terminarían divociándose, descubría que el cambio había sido porque literlamente su marido no era su marido técnicamente. Era otro Robb de un mundo paralelo al suyo y completamente diferente en cuanto a personalidad se refería.


 Cerrando los ojos, Marge recorrió sus recuerdos acordándose de todas las veces que había esperado despierta a Robb, que había estado ausente en casa en fechas tan importantes como en cumpleaños, aniversarios, visitas, viajes… Y de una semana a esta parte, todo lo que ella deseaba en Robb se había cumplido. No era su marido pero… ¿Y si aquel tipo era el hombre de su vida?


 Yendo hasta el dormitorio, Marge vio a Robb allí y antes de que ella pudiera hablar, lo hizo él.

- Recogeré mis cosas y me iré de aquí. No ha estado bien que te engañase y comprendo que no quieras estar conmigo. Al fin y al cabo no soy tu marido ni el padre de Pricia, así que le haré caso a tu marido y me buscaré otro mundo…


 Pero justo cuando Robb se levantó de la cama, Marge se acercó a él y lo besó en la boca, notando un poco de resistencia al principio hasta que se dejó hacer.


 Atónito, Robb le hizo una pregunta tras el beso.

- ¿Qué me quieres decir con esto?

- Que aunque no seas mi marido realmente, a partir de ahora sí que lo serás. Y también serás el padre de Pricia, te adora y está más feliz y entusiasmada que nunca.

- ¿Le diremos la verdad?


 Sonriendo de oreja a oreja, Marge afirmó.

- Por supuesto. Ella también merece saber la verdad pero sin necesidad ver a su padre follando, por favor.

- Sí, perdón por mi parte ahí. He sido muy brusco.

- Ha sido un golpe fuerte pero necesario, así que gracias. Y ahora, hasta que venga la nena…

- ¿Qué?

- Quiero saberlo todo de ti, tu infancia, adolescencia… Todo.


 Un par de horas más tarde, Pricia llegó de clase y vio que la estaban esperando.

- Hola preciosa, ¿qué tal el cole?-preguntó Robb-.

- Muy bien papi.

- Pricia, papá y yo queremos contarte algo…


 La pequeña reaccionó mejor de lo que ambos creían y comenzó a decir que ella intuía que aquel hombre era otro distinto a su padre, pero que lo prefería a él mil veces más que a su padre verdadero. Todos prometieron guardar el secreto y no decírselo a nadie… A nadie salvo a Robert y Laura, los padres de Robb.


 Tras seis meses de felicidad absoluta después de contarle la verdad a los padres de Robb, la unidad y el amor se implantaron en las vidas de todos ellos. Robb consiguió colocarse en una empresa tecnológica y trabajar de lo que le gustaba y se trajo a sus padres a vivir con ellos pero, aún así, esa casa era demasiado grande para todos.


 Así que Robb tomó una decisión tras consultarlo con todos y terminaron vendiendo ese ático y se fueron a otra casa menos ostentosa pero con espacio más que suficiente para todos.

- Último día teniendo estas vistas,-le dijo Laura a su nuera-.

- Si te soy sincera, no las voy a echar de menos. La casa nueva es una pasada aunque no sea tan grande como esta. ¿Para qué queremos una cancha de baloncesto, una barra de bar y un karaoke si Robb no celebra fiestas aquí? Es espacio inútil completamente desaprovechado.


 Laura sonreía al igual que Marge.

- Este Robb… es tan distinto al otro…-dijo la mujer mayor-.

- Tampoco ha tenido una vida fácil. Sus padres le abandonaron, la Marge de su mundo le abandonó por su mejor amigo… Eso es duro de procesar.

- Y hablando de otros, ¿qué fue del chico que me contaste que estabas conociendo antes de que pasase todo esto?

- Ah nada, le dejé de contestar y cuando me cansé de darle largas lo bloqueé.


 Girándose hacia Marge, Laura le hizo una pregunta.

- ¿Lo sabe Robb?

- No, porque tampoco ha pasado nada. No le he sido infiel al igual que él tampoco lo ha sido conmigo aunque Vivian crea que sí porque no sabe la verdad.

- ¿Y no sería mejor contarle la verdad para que no os moleste más?

- Lo hemos pensado pero… cuanto menos gente lo sepa mejor.


 En la cancha de baloncesto, Robert echaba unas cuantas canastas con su hijo.

- ¿Y no vas a echar de menos hacer esto?-le preguntó a Robb-.

- La verdad es que no, porque salvo cuando venías de visita o cuando mamá y tú os mudásteis aquí, no la usaba, así que… ¿para qué?

- ¿Y no echas nada de menos de tu mundo que aquí no tengas?

- Absolutamente. Mi vida de allí no me gustaba, no tenía ninguna razón por la que seguir adelante. Pero la vida me dio una segunda oportunidad, unos padres que me quieren, una mujer y una hija… y sois lo mejor de mi vida…


 Haciendo un rápido movimiento, Robb le quitó la pelota a su padre.

- Si te soy sincero, me alegra que te cambiases por mi hijo verdadero. Él nos compró la casa de la playa para tenernos lo más lejos que pudiera y tener esa excusa para no venir a vernos.

- ¿Y por qué era así con vosotros? Siempre me lo he preguntado.

- Tal vez porque cuando era pequeño le dimos todo lo que quería y nunca le dijimos que no. Lo malcriamos sin quererlo y cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde. Suerte que llegaste tú a nuestra vida…


 Laura y Marge iban a ver si Pricia había recogido lo que le quedaba para poder irse a su nuevo hogar y dejar libre esta casa cuando llamaron al timbre.

- Ya voy yo,-dijo Marge-. Tú métele prisa a la niña, que hay que irse.


 Al abrir la puerta, la sorpresa de Marge fue mayúscula cuando se encontró a Louis allí.

- ¿Qué estás haciendo tú aquí?-preguntó ella-.

- Hablar contigo. Ya que me has bloqueado…

- Te dije en innumerables ocasiones que quiero a mi marido, que no me voy a separar y que no te necesito en mi vida, Louis. Tú tienes a Viv, ¿no? Pues quédate con ella.

- Eso era antes, pero ya no salgo con ella y, perdona que te diga, pero no me creo lo que me estás contando. Me dijiste tantas veces que estabas cansada de que Robb se emborrachase, de que seguramente te estuviera poniendo los cuernos, que dejase colgada a Pricia… Yo estuve ahí mientras él se acostaba con unas y con otras… ¿Y ahora me dices que sigues con él después de todo eso? No te creo. Y no me moveré de aquí hasta que me digas la verdad.


CONTINUARÁ…


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