sábado, 26 de febrero de 2022

Capítulo 6 || Mi Otro Yo

 La semana había pasado rápidamente y, aunque a no tener ganas, Robb debía encontrarse con su homólogo en el pub donde había aparecido.


 En cuanto abrió la puerta para salir de casa, se encontró de frente con Vivian.

- Anda, por fin puedo encontrarte,-dijo la muchacha-. ¿Por qué mierda no respondes mis llamadas?

- Hola… Es que he estado muy ocupado.

- No me cuentes cuentos anda. ¿Por qué me dejaste tirada la semana pasada?

- Me surgió un imprevisto y me tuve que ir rápido.

- ¿Y no eres capaz de decírmelo?


 Robb sonrió por compromiso.

- Perdona Vivian, pero ahora mismo no me puedo entretener. Tengo prisa…

- ¿Ya me vas a dejar otra vez tirada?

- No, te estoy diciendo que tengo que irme y me voy a marchar.


 Pero Vivian se negó y empujó a Robb hacia el interior de la casa.

- Tú no te vas de aquí hasta que no me cuentes qué mierda te pasa.

- Que no me pasa nada…

- Antes no pasaba un día sin que nos acostásemos juntos y ahora ha pasado una semana en la que ni siquiera me has contestado a los mensajes.


 Entrando en el dormitorio de Pricia, Vivian lo sentó en una silla. Menos mal que la pequeña estaba en el colegio en ese momento…

- Bueno, habla. ¿Qué te pasa?

- Nada.

- Mientes. Algo te pasa. Te noto diferente.

- Que no coño,-dijo Robb mientras veía como Vivian se ponía con los brazos en jarra.

- Ya sé lo que te pasa a ti…


 Dándose la vuelta, Vivian puso rumbo hacia el cuarto de baño que tenía Pricia en su dormitorio.

- Ni se te ocurra irte de aquí y dejarme tirada de nuevo. Tardo nada.

- ¿Pero qué vas a hacer ahora?

- Voy a hacerte recapacitar y que me digas la verdad, así que no te muevas.


 Efectivamente, la muchacha no tardó ni un minuto en salir cuando vio que la silla estaba vacía y no veía a Robb por ninguna parte de la habitación.

- ¡ROBB! Te voy a matar…


 Robb no tenía ganas de rollo y menos con Vivian. Además, en su cabeza estaba el encuentro con su homólogo pese a que no tenía cuerpo de volver a su mundo y menos después de vivir durante una semana como casado con el amor de su vida y de tener a una niña preciosa.


 Mirando la hora, Robb vio que había llegado a tiempo, por lo que se sentó para esperar al otro Robb.


 Pasados quince minutos y viendo que por allí no aparecía nadie, Robb decidió volver por su cuenta a su mundo y buscar al otro Robb para saber qué mierda le había pasado durante esa semana.


 Cruzando la puerta, volvió a aparecer en el pasillo enorme lleno de puertas y, tras suspirar, puso rumbo a la puerta que daba al laboratorio.


 En cuanto abrió esa puerta y vio su laboratorio, una enorme pesadez acudió a Robb y se sintió ahogado durante unos segundos. Esa vida anterior que él tenía… le resultaba la mar de amargante, de pesada, de lastrante…  


 Yendo hasta su casa se plantó frente a la puerta y suspiró mientras buscaba la llave para entrar.


 En cuanto abrió la puerta lo que se encontró fue la cocina llena de vasos y botellas vacías, medio vacías, un peste a alcohol que echaba para atrás…

- Dios mío,-dijo Robb-. Ahora comprendo a Marge cuando me vio por primera vez y me quiso poner una copa. Madre mía como bebe este colega.


 Escuchando ruido en el dormitorio, fue hasta allí y la situación que se encontró fue la de dos chicas teniendo sexo con su homólogo, los tres revolcándose entre ellos, todos con todos.


 Robb no se podía creer lo que veía y, por suerte, todos estaban tan afanados en chupar, comer, lamer y tragar cosas que nadie se dio cuenta de su presencia. Pobre Marge, la de cuernos que tenía…  


 Haciendo un parón, Robb dejó a las chicas besándose en la cama mientras él se marchaba al baño.

- Voy a darme un agua en la cara, necesito un descanso. Vosotras seguid, que ahora os voy a dar más de lo vuestro…


 En cuanto Robb entró en el baño se encontró al Robb de este mundo allí.

- ¡JODER! ¿Tú qué mierda haces aquí? Qué susto me has dado.

- ¿Tú sabes qué día es?

- ¿No te acuerdas que te dije que si este mundo me gustaba más que el mío me quedaría aquí?

- ¿Me dices en serio que prefieres estar tal y como te acabo de ver antes que con tu mujer, tu niña y un trabajo normal?


 El otro Robb sonrió plenamente.

- Buah, mil veces más. No sabes la semana que llevo… Bebo cuando me da la gana, follo con quien quiero, no tengo que dar explicaciones a nadie… No sabes la suerte que tienes, cabrón. Pero te advierto, yo me quedo aquí, así que si te has cansado de la pelma de Marge búscate otro mundo, que este es el mío.

- Sigues borracho, ¿verdad?

- Pues seguramente, hoy no he dormido… Ya te imaginas el por qué.


 Robb se quedó mirando a su homólogo mientras pensaba en cómo podían ser tan parecidos pero, a la vez, tan diferentes.

- Oye, se me ocurre una cosa,-dijo el otro Robb-.

- ¿Qué pasa ahora?

- Ven conmigo.


 Llevándolo hasta el dormitorio, los dos Robb contemplaron cómo las chicas se comían mutuamente.

- ¿Y si les digo que eres mi hermano gemelo y nos acostamos con ellas? Tiene que ser una pasada. Dos Robb de dos mundos diferentes follando a dos tías en la misma cama. Buah, del tirón, ¿a que sí?

- No. Para ti las dos.

- Qué tonto eres. Más para mí. Ah, por cierto, no esperes que vuelva. Si tú te quieres quedar con la amargada de mi mujer y la tonta de la niña, todas para ti. Yo prefiero quedarme con estas dos bellezas… y las que vengan.


 Suspirando, Robb se marchó mientras veía al otro Robb acostándose en la cama y volviendo a empezar con las dos chicas.

- ¿Me habéis echado de menos? Porque aquí tengo lo que tanto queréis…


 Al salir de la casa, Robb se encontró con Vivian, la Vivian de su mundo.

- Hola Robb, ¿qué tal guapo?-preguntó ella sorprendiendo a Robb, ya que su último encuentro no había ido bien-.

- Hola, bien bien.

- Oye, ¿está Mary en tu casa? Es que hoy no se ha presentado al trabajo y como es mi doble de acción en la nueva película que estamos rodando…

- ¿Es una pelirroja con el pelo corto?

- ¿Me lo preguntas en serio o es que sigues borracho? Porque ayer llevabas un pedal…

- Vuelve dentro de una hora y puede ser que la veas aquí.

- Por cierto, respecto a la última conversación que tuvimos…


 Pero Robb siguió su camino y dejó con la palabra en la boca a Vivian. Había hecho igual con las dos en los distintos mundos.

- Oye Robb, ¡que te estoy hablando!

- Ahora me cuentas, que tengo prisa…


 Robb tenía decidido una cosa: si el otro quería quedarse en su mundo, él se quedaría con la mujer y la hija de éste, con sus padres y con la vida que tenía. Si su homólogo no sabía apreciar esa vida, él sí lo haría aunque no fuera su mujer ni su hija verdaderamente hablando.


 Ese había sido el primer y el último viaje a ver al otro Robb. Ahora él llevaría la vida que siempre había querido sin importarle lo que estuviera haciendo el otro en su mundo. Ahora ya no era el suyo, sino este.


 Al salir al jardín, Robb se encontró a Marge charlando con Vivian. La Vivian a la que había dejado colgada en dos ocasiones, la Vivian que era amante del otro Robb cuando estaba en este mundo. Necesitaba hacer algo para quitársela de en medio y que no volviera a aparecer por allí a molestar.


 Mientras se acercaba a la mesa, Robb pudo escuchar a ambas mujeres hablando entre ellas.

- Pues Vivian, encantada es quedarse corta. Ha dado un cambio increíble y ahora es cariñoso, ha dejado de beber, es muy apasionado conmigo… Incluso hemos vuelto a acostarnos juntos.

- ¿Me lo dices en serio?

- Sí, sí, y con la niña igual. Pricia está encantada con su padre. Lo que no comprendemos es el cambio tan drástico de un día para otro. Lleva una semana de lo más extraño.

- ¿Una semana dices?

- Anda, hablando del rey de Roma,-dijo Marge dándose cuenta de la presencia de Robb-. Te estábamos criticando.

- Ya. Tú,-dijo Robb mirando a Vivian-, fuera.


 Vivian se levantó mientras que Marge protestaba.

- ¿Quieres que me vaya?

- Ya me has oído. De aquí y de mi vida.

- ¿Estás seguro?

- ¿Hace falta que te lo diga en chino?


 Iniciando la marcha hacia la puerta de salida, Marge le comenzó a protestar a Robb.

- ¿Pero qué mosca te ha picado Robb? ¿A cuento de qué echas a una de mis mejores amigas de casa y le dices eso?

- A cuento de que hay algo que te quiero decir.

- Pues va a tener que ser muy creíble para que no duermas en el sofá esta noche y te disculpes con la pobre muchacha.

- Marge, yo no soy tu marido…


CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario