domingo, 13 de febrero de 2022

Capítulo 1 || Mi Otro Yo

 El reloj marcaba las tres de la tarde cuando Robb llegó a casa tras un día agotador en el trabajo. Si tenía que ser sincero consigo mismo, ese día habría faltado porque su cabeza no la tenía donde debía y para trabajar de esa forma… era mejor no aparecer.


 Y es que Robb Atkinson era un científico brillante con una carrera a punto de saltar por los aires si la investigación secreta que estaba llevando a cabo daba sus frutos. No se atrevía a desvelar nada, pero todo el mundo sabía que tramaba algo por la forma en la que le dedicaba tiempo. Sin embargo, ahora la había dejado aparcada porque su mente estaba distraída en algo más importante para él y era en su boda.  


 Robb se casaba dentro de tres días y no podía estar más nervioso, ya que se casaría con la mujer de sus sueños, su única novia y la mujer que amaba. Después de esos días, su casa se convertiría en la casa de ambos, donde crearían recuerdos, formarían una familia… 


 De repente, llamaron a la puerta y Robb, al abrir, se llevó una sorpresa.

- ¿Pero qué estáis haciendo aquí?-preguntó un atónito Robb-.

- Veníamos a ver al novio más guapo del mundo,-dijo la chica-.


 Y esa muchacha no era otra que la novia y futura esposa de Robb, llamada Marge Greenwood. Trabajaba como cocinera en un restaurante de comida rápida y, a decir verdad, se le daba bastante bien pese a que era un ambiente muy estresante, pero su experiencia laboral le había dado tablas para soportar tal presión.


 Mirando al muchacho que estaba junto a Marge, Robb se dirigió a él.

- ¿Tú también quieres un beso?-preguntó-.

- Sí, en el culo no te jode jajajaja.

- ¿Y cómo es que habéis venido?

- Íbamos al trabajo y me he acordado que tenía que decirte que mañana vamos a hacer la última prueba del traje, ¿de acuerdo?

- Sí, no me olvido. Lo tengo todo apuntado. A las cuatro de la tarde.

- Efectivamente.


 Ese chico era Louis Watson, el mejor amigo de Robb y un compañero de trabajo de Marge, pero él trabajaba como camarero, recogiendo comandas, sirviendo la comida… Servicio al público básicamente, por lo cual se desenvolvía bastante bien con la gente y se caracterizaba por tener un piquito de oro; y también por ser un mujeriego, las cosas como son.


 Robb agradeció el gesto a ambos y los despidió antes de entrar en casa y descansar un rato viendo la televisión. Luego le tocaba volver a repasar por enésima vez si todos los aspectos de la boda estaban bien.


 Al día siguiente, Robb acababa de llegar a casa del trabajo y, en esa ocasión, no le había dado tiempo a ducharse en el laboratorio.

- Dame cinco minutos y nos vamos a la tienda,-le dijo Robb a su amigo-.

- ¿Y cómo es que no te has duchado en el trabajo?

- Porque me has metido mucha prisa y no quería hacerte esperar, además… No, nada.


 Esa última frase, dejó intrigado a Louis.

- ¿Qué pasa? Esa frase y tu sonrisa te delatan-quería saber Louis-.

- Como salga bien lo que estoy investigando en el laboratorio… Voy a cambiar el mundo. Me falta muy poco y lo conseguiré.

- ¿El qué?

- No te lo voy a decir todavía. No hasta que sea un hecho.


 Por su parte, Marge había quedado esa misma tarde con su mejor amiga para ir a ver el vestido de ella.

- Aquí estás,-dijo la futura novia-. Perdona por la tardanza, pero hoy la gente parecía que no había comido en tres meses.


 Girándose hacia Marge, una despampanante chica miró a su amiga; y es que Vivian Kendrick era una muchacha que llamaba la atención por donde pasaba. Su belleza natural la acompañaba y, como ella lo sabía, jugaba muy bien sus cartas y tenía a muchos hombres (y mujeres) locos por ella. Pero Vivian era una mujer libre, sin ataduras y no quería más problemas mentales de los que ya le provocaba su trabajo, ya que era actriz.


 Ya en la tienda, Vivian contemplaba a su amiga poniéndose el vestido.

- Estás preciosa Marge, te lo digo en serio. Cada vez que te lo pruebas lo veo más bonito y tú más guapa con él.


 Girándose hacia Vivian, Marge sonreía.

- La verdad es que el vestido es precioso, un poco caro…

- Pero sólo te vas a casar una vez en tu vida, ¿no?

- Sí, sí.

- ¿O es que no te quieres casar ahora?

- No digas eso Viv, ya sabes muy bien que me quiero casar con Robb.


 Levantándose, Vivian terminó de colocar el vestido a Marge.

- Cuando vayas a la peluquería y te hagan el peinado vas a estar impresionante. Vas a dejar a Robb boquiabierto.

- Sí…

- Tranquila Marge, no grites tanto de la emoción, que nos van a echar del probador.

- No seas tonta, es que estoy tan nerviosa que no me salen las palabras. Tú como no te quieres casar…

- ¿Para qué? Follo cuando quiero, duermo sola la mar de a gusto, tengo el trabajo de mis sueños, me doy mis caprichos… Ah, y no tengo ni quiero hijos a los que limpiar los mocos, así que…


 Negando con su cabeza mientras sonreía, Marge pensó en voz alta.

- Con lo bonito que es casarte de blanco, ver la cara de tu novio emocionado mientras avanzas hacia el altar, los invitados, el banquete.

- La noche de bodas…

- También. ¿De verdad que no te entra nada por el cuerpo?

- Si te digo lo que quiero que me entre…


 Justo cuando se estaban ambas riendo, Vivian vio que Louis se acercaba hacia ellas.

- Ey chicas, ¿cómo va la prueba del vestido?

- Estupendo,-contestó Vivian-.

- ¿Puedo verla? Sé que da mala suerte verla antes de la boda pero…

- Pero tú no eres el novio. ¿Ya habéis terminado Robb y tú?


 Sonriendo, Louis asintió.

- Sí, ha sido rápido. Se lo ha probado, no había que cambiarle nada de las medidas y lo he llevado a casa.

- ¿Y qué te ha traído por aquí?

- La curiosidad. Sabía que estaríais por aquí todavía y quería verla, si me dejas…

- Nena,-dijo Vivian mirando a Marge-, Louis quiere verte, ¿le hago pasar?

- Sí, no hay problema.


 Dejándole paso, Louis entró y Vivian salió del probador y se puso a mirar trapitos mientras tanto.

- Wow Marge, estás… increíble. ¿Por qué no vas así siempre a trabajar?

- ¿No crees que sería un poco incómodo para hacer las hamburguesas? Además, el olor se quedaría en el vestido, se ensuciaría… No lo veo yo útil.

- Pues estás sensacional.

- Ay Louis, me vas a poner colorada.

- Lo que quiero ya sabes lo que es.


 Y sin pensárselo dos veces, Louis besó a Marge y ambos estuvieron así durante unos segundos sin importar que la gente, o Vivian, los viera.


 Al separarse, Louis miró a Marge mientras se mordía el labio.

- Qué tonta eres.

- Vaya gracias. Primero me besas y luego me insultas.

- Sabes perfectamente que a quien quieres es a mí y no a Robb. Es mi mejor amigo pero… no te merece, es muy lelo, muy triste, muy pasota.

- No digas eso, es muy buena persona.

- Pero lo buena persona que es no te sirve a la hora de satisfacerte en la cama, cosa que yo sí. Además, tú sabes perfectamente lo que te quiero yo.

- Pero siempre has sido muy mujeriego y no me termino de fiar…


 Marge llevaba manteniendo una doble relación casi un año a escondidas de Robb, pero porque Louis le daba unas cosas que Robb no le proporcionaba, como aventura, pasión, risas, sexo desenfrenado, cierto grado de locura… Robb era muy tranquilo, una persona muy casera, mucho más serio y… sí, estaba bien pero… Marge necesitaba un punto más.


 Volviéndola a besar, esta vez de forma más apasionada, Marge comenzó a sentir que su ropa interior se mojaba y que sus piernas comenzaban a temblar. Dándose cuenta de que Marge temblaba, Louis le dijo algo muy muy cerca de su boca.

- Ahora vas y me dices que Robb te ha provocado esto en todos los años que lleváis saliendo juntos. Y luego vas y me dices otra vez lo de que soy un mujeriego cuando sabes perfectamente que no salgo con nadie más que contigo y que es a ti a quien quiero.


 Dándose la vuelta, Louis comenzó a salir del provador mientras que Marge todavía saboreaba el profundo beso que le acababa de dar. Pero qué bueno estaba, qué bien besaba y qué lío más gordo tenía en ese momento.


 Los dos días que quedaban para la boda pasaron lentos y aburridos, Robb no se concentraba en el trabajo y lo que hacía era cagarla más que avanzar en su proyecto pero, por fin había llegado el día. Los invitados, amigos y familiares de Marge junto con algunos compañeros de trabajo de Robb ya esperaban en la iglesia mientras que éste comenzaba a avanzar por el pasillo central.


 Algunos miraban al novio andando hacia el altar mientras que él saludaba a algunas personas.

- Vas fantástica Silvie,-le dijo a una compañera de trabajo-.


 En el altar estaba su testigo, Louis, con un magnífico traje blanco que resaltaba su oscura piel.

- Vas hecho un dandi,-dijo Louis.

- Gracias… Y tú también estás muy guapo.

- Vaya, uno hace lo que puede. A ver si ligo con alguna…

- Sí, pero después de la boda, hazme el favor. Que eres capaz de ponerte a ligar en mitad de la ceremonia.


 De repente, los cuchicheos comenzaron a incrementarse y creyendo que Marge llegaba, Robb vio que era la mejor amiga de ésta. Vivian llevaba un precioso vestido rosa oscuro ceñido que realzaba muy bien su figura bien cuidada gracias al entrenamiento y a una dieta estricta.


 Pasando junto al novio, ambos se dirigieron bonitas palabras.

- Estás impresionante Vivian. La más guapa de la iglesia.

- Gracias corazón. Aprovecharé estos momentos de gloria antes de que llegue la novia y me quite el puesto, porque el de chico guapo hoy lo lideras tú.


 Pasados unos cinco minutos, Robb comenzó a impacientarse.

- ¿No está tardando mucho?

- Tranquilo tío. Ya sabes cómo son las mujeres cuando se arreglan de normal, imagínate cuando se van a casar.

- Ya, estoy muy nervioso, lo siento…


 Momentos después, Vivian recibió una llamada.

- ¿Ahora? Pero… ¿por qué? Venga ya, ¿en serio?


 Colgando, Vivian pasó frente a Robb y se dirigió hacia el exterior de la iglesia, aspecto que preocupó un poco al novio.

- ¿A dónde va ahora?

- Irá a recoger a alguien que no encuentra el sitio,-contestó Louis-.

- Es que Marge está a punto de llegar y no quiero que se pierda la boda.


 De hecho, Marge ya había llegado y había sido la de la llamada.

- ¿Qué pasa?-preguntó Vivian-. ¿Por qué no entras?

- No voy a entrar Viv. Lo he estado pensando mucho estos días y… no puedo casarme con alguien a quien no quiero.

- ¿Estás de coña?

- No nena. Robb es un tío genial, cariñoso, buena persona… pero no me termina de llenar como lo hace Louis.

- Normal, porque seguro que folla de escándalo.

- Vivian, ¿puedes dejar de pensar sólo en sexo durante cinco minutos, por favor?


 Vivian se quedó mucho más seria y comenzó a hablar.

- Mira Marge, yo lo único que sé es que ahí dentro hay un chico muy nervioso apunto de colapsar porque se quiere casar contigo. Te dije hace mucho tiempo que no podías seguir engañándolo y me dijiste que tú podías, que no estabas implicada emocionalmente con Louis y yo te dije que no me lo creía pero que hicieras lo que quisieras. Decidiste decirle que sí a la boda con Robb, ¿y justo el día del enlace es cuando decides que no quieres seguir con él?

- Sí, por eso tengo que pedirte que me hagas un favor.


 Vivian observó cómo su amiga se marchaba y pedía un taxi mientras que ella intentaba procesar el favor que le iba a hacer. Favor o más buen putadón.


 Armándose de valor, Vivian se colocó frente a la puerta y cuando vieron que se trataba de ella, muchos volvieron a tomar asiento. Robb se mantenía con el ceño fruncido intuyéndose que algo estaba pasando.


 Acercándose a Robb, Vivian estaba tremendamente seria y comenzaba a notar un fuerte nudo en la garganta.

- Robb…

- ¿Qué ocurre? ¿Y Marge?

- Verás…

- ¿Qué pasa? Habla, por favor. ¿Le ha pasado algo a Marge?

- Se ha ido, Robb. No va a casarse y me ha pedido el favor de decírtelo porque ella no se veía con el valor de hacerlo. Dice que lo siente y que un día te pedirá perdón en persona.


 La cara de Robb era un auténtico poema. Su expresión facial se había desencajado y todos esos nervios se vinieron abajo, dejándolo completamente en estado de KO mental. No podía pensar, no sabía cómo reaccionar, qué decir, cómo procesar eso… Por su parte, Louis estaba sorprendido por la decisión de Marge, ya que no se esperaba que dejase plantado a Robb el día de la boda.

- ¿Y bien? ¿Va a venir la novia?-preguntó el sacerdote-.


CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario