sábado, 19 de febrero de 2022

Capítulo 3 || Mi Otro Yo

 Y su motivo para seguir adelante fue el laboratorio. Sus notas habían sido fantásticas y Robb consiguió una primera beca donde poder formarse en la universidad; sin embargo al ver sus dotes, los profesores quedaron maravillados y no sólo le renovaron la beca, sino que le dieron otra y entre todos le ayudaron a colocarse en el mejor laboratorio de la ciudad, donde quedaron encantados con la prodigiosa mente de Robb.


 Tras pedir disculpas, Robb volvió al trabajo y se puso al día con el proyecto que llevaba a cabo, que no era otro que el teletransporte. Había descubierto que ciertos metales, al contacto con otros y teniendo unas condiciones muy específicas, sucedía algo nunca visto y, si podía hacerlo a una escala mayor, podría cambiar el mundo.


 Y después de un duro día de trabajo, Robb pensó que era un buen momento para ir a casa de Vivian y pedirle perdón por sus palabras en el último encuentro que tuvieron.


 Cuando Vivian vio de quien se trataba, se quedó estupefacta y abrió la puerta lentamente.

- ¿Qué haces aquí Robb?

- Hola, pasaba por aquí y quería saludar…

- Claro, pasa. Se te ve bien.

- Vaya, muchas gracias. Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos.

- Sí, como tres meses.


 Robb, dejando a un lado esa conversación insulsa, fue a lo importante.

- Vengo a pedirte perdón. La última vez que viniste a hablar conmigo fui un idiota cuando tú me querías ayudar, lo siento.

- Robb, es normal que actuases así. Yo habría estado mucho más echa mierda que tú, así que no te preocupes.

- Entonces… ¿todo olvidado?

- Sí, por supuesto.


 Mirando la hora, Vivian se fue a su cuarto.

- Dios, mira qué hora es. Me voy a cambiar que he quedado ahora y todavía no me he quitado el traje del trabajo.

- ¿Qué papel estás haciendo ahora?

- De bruja tonta pero sexy… Comedias ridículas pero que pagan bien. Oye, de verdad, perdona pero tengo prisa. Hablamos para quedar otro día, ¿vale?

- Sí, lo siento. Ya vamos hablando.


 Y justo cuando Robb se iba a marchar vio a través de la ventana a Marge y a Louis hablando entre ellos mientras se dirigían hacia la casa de Vivian. ¡Vaya! Esa era la cita que tenía Vivian… Espera, ¿y si…?


 Abriendo la puerta, Robb entró en el cuarto de Vivian justo cuando ésta sólo llevaba las bragas puestas.

- ¡Robb cierra la puerta y vete! ¿Qué coño haces aquí?

- Tranquila, no te voy a hacer nada.

- ¿Qué eres un voyeur de esos? ¡Que te vayas de aquí!


 Volviéndose, Vivian miró cómo Robb comenzaba a quitarse la ropa.

- ¿Qué quieres hacer?

- Nada, tú confía en mí…-dijo Robb justo cuando llamaron a la puerta-. ¡Yo abriré!


 Justo cuando Robb iba a abrir, Marge y Louis estaban entrando en la casa.

- Viv, ¿qué hacía la puerta de la casa abierta? ¿Va todo…?-estaba diciendo Marge cuando vio a Robb avanzando hacia ellos-.

- ¿Robb?-preguntó Louis extrañado-.


 Sin poder ocultar el dolor que todavía sentía, Robb llevó a cabo su plan.

- Perdonad que nos pilléis así, pero es que nos hemos entretenido un rato Viv y yo,-dijo Robb sintiendo cómo la otra protagonista de la historia se colocaba detrás ya con el sujetador puesto-.


 En completo silencio, Louis observó a Marge hasta que ésta habló.

- Será mejor que nos vayamos,-dijo ella-. Ya vendremos en otro momento…

- Nena, ¿estás bien?

- Te espero fuera…


 Mirando a Robb, Louis se acercó a él.

- Que sea la última vez que le haces esto a Marge.

- ¿Hacerle qué? ¿La he dejado tirada acaso el día de su boda? ¿Le he puesto los cuernos con su mejor amiga? Oh no, que eso ya lo habéis hecho vosotros, perdona…

- No quiero volver a saber nada más de ti, ¿te queda claro? A partir de ahora no existes.


 Cerrando la puerta, Louis se fue y Robb se volvió a Vivian para pedirle perdón, otra vez.

- Vivian perdóname, pero me iba a ir cuando los vi llegar y…

- ¿Te has quedado a gusto?

- ¿Cómo?

- Que si te ha gustado hacer esto, montar este numerito.

- Bueno pues… sí, en cierta parte.


 Robb estaba tremendamente serio y no sabía cómo reaccionar frente a Vivian.

- Pues nada, espero que te haya aprovechado el momento de gloria, Robb, porque se acabaron los jueguecitos. No quiero volver a verte más por aquí, ¿te queda claro? Yo no soy el juguete de nadie y mucho menos la moneda de cambio para darle celos a una ex-novia que ya no te quiere. Eres patético tío. Cierra la puerta cuando salgas…


 Robb sabía que la había cagado, pero ya no había vuelta atrás, por lo que debía seguir con su vida y apechugar. En ese momento sólo tenía su trabajo, ni nada ni nadie más, así que Robb se tiraba horas y horas en el laboratorio.


 Día tras día, Robb no paraba de leer, de informarse, de investigar, de buscar… Su vida era su trabajo y ese proyecto y nada ni nadie le iba a impedir llevarlo a cabo.


 Cuando descansaba, pensaba en el trabajo y cuando estaba allí, se volcaba al 200% y nunca llegaba a desconectar del todo. Incluso cuando dormía, soñaba con que estaba en el trabajo…  


 Pero nada era comparable con el placer de saber que estabas haciendo las cosas bien. La investigación estaba llegando a buen puerto y Robb cada día estaba más y más contento.


 Robb estaba haciendo un detallado informe en el que plasmaba todas las pruebas, los fallos, los aciertos… Absolutamente todo. No se podía perder ni uno sólo de los detalles, porque era un trabajo tan preciso que, si algo no se pusiese, no podría volver a recrearse.


 Robb estaba nervioso porque esa investigación le estaba llevando mucho más tiempo de lo que él creía, pero gracias a su profunda implicación, había adelantado bastante y creía que podría ver la luz al final del túnel más pronto que tarde.


 Varios meses después, Robb creía haber dado con la tecla, con el núcleo de todo… Pero ahora era el momento de hacer la prueba y dejar a un lado la teoría. ¡Había llegado el momento!


 Construyendo la máquina tal y como él la había imaginado, Robb siguió uno a uno los pasos para que todo funcionase como en las pruebas anteriores, así que sólo quedaba una cosa… Probarla.


 Robb programó la máquina para teletransportar un bolígrafo desde la máquina hasta la mesa de su escritorio, pero llegado el momento, el bolígrafo no se movió de sitio.

- Menuda puta mierda. ¡Tanto trabajo para nada! Será mejor que me vaya antes de que me cargue la máquina,-dijo dándole un golpe al invento y haciéndose un pequeño corte en el dedo-. Eso es, todo mejora…


 Pero al abrir la puerta para salir del laboratorio, Robb flipó en colores cuando vio un pasillo enorme que parecía no tener fin y todo lleno de puertas.

- ¿Qué cojones es todo esto?


 Robb contemplaba aquellas puertas mientras se preguntaba si eso era un sueño o si había muerto y ese lugar era un punto intermedio, pero no tenía ni idea de nada.

- ¿Hola? Joder… ¿Dónde estoy?


CONTINUARÁ…


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