sábado, 27 de junio de 2020

Capítulo 35 || The Mirror

 Sentándose junto a Thiago, Hugo permaneció en silencio durante unos segundos antes de comenzar a hablar.
- Vale, yo también estoy flipando Thiago. No tenía ni idea de que tenía un hermano mayor, te lo prometo.
- ¿Estás seguro?
- ¿Cómo que si estoy seguro? ¿No se me ha notado cuando me has enseñado la foto? Thiago, te lo juro por mi madre que no tenía ni puta idea.
- Entonces no lo entiendo. Yo tengo 19 años y tú 18, por lo que soy mayor que tú. Es obvio que si compartimos el mismo padre, tuvo que estar antes con mi madre que con la tuya.
- Claro, tiene sentido.
- ¿Entonces por qué se quedó con tu madre y no con la mía? ¿Por qué nunca ha querido saber nada de mí? ¿Por qué mi madre nunca me ha querido hablar de él? ¿Qué le hizo tu padre a mi madre?


 Frunciendo el ceño y sonriendo un poco, Hugo se sintió desbordado ante tantas preguntas.
- Escúchame, no tengo ni puta idea. Eres mayor que yo y por huevos mi padre, bueno… nuestro padre, tuvo que estar con tu madre antes que con la mía, pero lo que no sé es por qué se quedó con la mía.
- ¿Y a ti nunca te ha comentado nada?
- Nada, te lo juro tío. Es que… me resulta muy raro pensar en que mi padre sea un abandona-hijos… No me cuadra.
- Pues si no te cuadra a ti que lo conoces de siempre, imagínate yo…


 Dándole vueltas a la cabeza, Hugo intentaba darle un sentido a toda aquella locura hasta que se le ocurrió una idea.
- Mira, vamos a hacer una cosa… Cuando termine el curso te vas a venir a casa conmigo y tú, papá y yo hablaremos sobre todo esto.
- ¿Y no le vas a decir nada durante todo lo que queda de curso?
- No, prefiero tenerlo cara a cara. Le hablaré de ti y tal, pero no le contaré nada de que somos hermanos.
- ¿Y si resulta después que tu padre sólo fue un novio de mi madre?
- Bueno, me da igual. Como te dije una vez, aquí todos nos consideramos familia y, pase lo que pase, siempre serás mi hermano aunque no compartamos la misma sangre.


 Sin poderlo evitar, Thiago abrazó a Hugo. Se sentía tremendamente agradecido con él por cómo se había portado y mucho más ahora, justo cuando más apoyo necesitaba.
- Venga, volvamos con los demás, que menudas caras se les han quedado cuando me han escuchado decirle a Diana que somos hermanos…


  Lo que restaba de curso pasó rápido y sin complicaciones con la inmensa alegría para todos de que aprobaban el curso y podían dar por finalizados sus estudios básicos. Ahora quedaba lo más complicado: la vida. Muchos irían a la universidad, otros buscarían trabajo… A saber las de aventuras que les quedaban por vivir a todos ellos.
- ¿Has guardado todo?-le preguntó Carmen a Isaac-.
- Sí, creo que no me dejo nada.
- Pues coge al peque, que yo voy a subir mi maleta.


 Agarrando en brazos a Iván, quien ya contaba con 11 meses, Isaac comenzó a hacerle carantoñas. Los posibles parecidos que podía tener el niño con sus padres comenzaban a verse pero, en lo que coincidían todos era en que, como el pequeño era rubio, Isaac parecía su padre biológico.


 Carmen había vuelto a recuperar su figura después de comenzar a entrenar con Rubén y Abraham. El embarazo le había pasado factura y era demasiado joven como para tener kilos de más.
- Entonces, ¿tus padres vendrán a recogernos?-preguntó Isaac-.
- Eso me ha dicho mi madre, que estaban de camino. Les he dicho que se traigan la sillita para meter al niño en el coche, que si no no podemos irnos.


 En la habitación más cercana, Abraham acababa de cerrar la maleta.
- Ya está todo listo.
- Ay, siento no haberte ayudado, pero es que me he levantado hoy de un cansancio…
- No te preocupes, tampoco había tanta ropa.
- Me parece mentira que ya haya terminado el curso…
- Y tanto, pero el año que viene estaremos aquí de vuelta.
- Bueno, lo estarás tú, yo estaré de baja,-dijo Diana levantándose de la cama-.


 Y es que Diana estaba felizmente embarazada de un niño. Durante el transcurso de esos nueve meses, comenzó a notar cierto retraso y, cuando se hizo el test, dio positivo. ¡No podían ser más felices! Cuando se lo comunicaron a los alumnos, todos montaron una fiesta en honor de la criatura que estaba por nacer.


 Cuando le contaron la feliz noticia a Clotilda, la madre de Diana, ésta se alegró pero tampoco demostró demasiado entusiasmo, ya que les comunicó su decisión de volver a la ciudad y dejarles intimidad a partir de ese verano en adelante.


 Por parte de Rubén y Beatriz, ambos tenían una pasión desbordante y no paraban de besarse, meterse mano, de buscar sitios donde hacer el amor… Y ahora más desde que sus respectivas carreras universitarias les alejarían durante cuatro largos años.
- No te has ido y ya te echo de menos,-dijo Beatriz-.
- Estoy aquí contigo, mi amor. No me alejaré nunca de ti.
- Prométeme que nos veremos en cada ocasión que podamos.
- Te lo prometo Bea. Siempre estaremos juntos.


 Comenzando a sollozar, Rubén acarició la mejilla femenina.
- Ey, ¿por qué lloras?
- Porque sé que cuando estés lejos te olvidarás de mí.
- Oye, no digas eso. Yo te amo Bea, ¿me oyes? No hay ninguna chica que se equipare a ti.


 Recomponiéndose un poco, Bea agarró el culo de Rubén.
- Ven, vamos a despedirnos en condiciones…


 La relación entre Diego y Raquel iba viento en popa y ambos tenían pensado planes de futuro. Prepararon todo de forma que los dos estuvieran estudiando sus respectivas carreras en la misma universidad, ambos lejos de sus hogares pero estarían juntos al fin y al cabo, ya que alquilarían un piso para ellos dos solos.


 Dejando de besarse durante un momento, Raquel miró con ojos de gata a Diego.
- Sólo de pensar que viviremos los dos en una casa… SOLOS Diego, completamente solos.
- Yo todavía no me lo creo… Sin más que nosotros por la casa. Será increíble.


 La pareja más veterana de los alumnos, Hugo y Marta, habían decidido estudiar carreras que los mantendrían separados al igual que Rubén y Beatriz pero, a diferencia de estos últimos, la distancia física entre las respectivas universidades de Hugo y Marta no era tanta.


 Ambos se sentían tristes por acabar esa etapa. Había sido dura, pero los millones de recuerdos que tenían allí no se podían comparar con nada en el mundo.
- Qué rápido ha pasado el tiempo, Hugo. Parece mentira que seamos ya universitarios…
- Ya te digo, si todavía me acuerdo de mi primer día de clase cuando comencé secundaria. Joder, qué mal lo pasé ese día. Mis nervios no me dejaban parar y estuve a punto de mearme encima.


 Sonriendo, Marta se acercó a Hugo para besar sus labios.
- Venga, no nos podemos entretener si no queremos perder el autobús. Hoy es el gran día de la presentación de Thiago frente a tu padre. ¿Cómo está?
- Uh, me ha dicho que no ha podido pegar ojo en toda la noche. El pobre estaba que se subía por las paredes. Seguro que ya está abajo esperándonos.


 Al bajar, ni Marta ni Hugo vieron a Thiago por ningún lado, cosa que les sorprendió a ambos.
- ¿Dónde se ha metido Thiago ahora? Perderemos el autobús si no nos damos prisa,-dijo Marta-.
- ¡JODER THIAGO!-gritaron desde la biblioteca-.


 Mirándose, Hugo y Marta no pronunciaron palabra alguna, pero ambos se entendieron perfectamente.


 Abriendo la puerta, Hugo se encontró a Lin cabalgando sobre Thiago.
- Joder,-dijo Hugo dejando de mirar-.
- Coño Hugo,-gritó Lin bajándose de encima de Thiago-.
- Os esperamos fuera… Dios, ahora tendré pesadillas.


 Riéndose de Hugo, Marta no paraba de descojonarse viva.
- ¿Y tú de qué te ríes Marta?
- Deberías ver la cara que has puesto jajajaja. Debería haberla grabado jajaja.
- ¿Tú sabias algo de esto?
- No, pero me lo olía. Thiago y Lin últimamente han estado muy juntos y ya sabes que las chicas lo hablamos todo en la habitación…
- Pues yo no me he enterado de nada.


 A los pocos minutos, Thiago y Lin salieron de la biblioteca sonriendo.
- ¿Ya habéis terminado?-preguntó Hugo algo molesto-.
- No tío, nos has cortado el polvo por la mitad.
- Muuuy bien, no me interesa saberlo,-dijo Hugo completamente avergonzado-. Entonces, ¿vosotros dos estáis…?
- Estamos,-contestó Lin-.
- Le he dicho que se venga con nosotros,-comentó Thiago-. Espero que no te importe…


 Y es que la relación entre Lin y Thiago surgió sin quererlo. Ninguno de los dos se había fijado en el otro y nadie estaba buscando algo, pero de un día para otro, un tropiezo en el comedor, un roce en la piscina y… la chispa saltó.


 Sonriendo ya algo más tranquilo, Hugo no tuvo problema en que Lin se fuera con ellos.
- Bueno, pues ya que estamos todos, vámonos. ¿Os habéis despedido de los todos?-preguntó Hugo-.
- Sí, hace unos minutos,-comentaron los demás-.
- Bien, pues hora de partir…


 Por el camino, Thiago se mantuvo más callado que de costumbre y Hugo sabía la razón. Iba a conocer al que seguramente fuera su padre y no sabía cómo reaccionaría, si cuando se lo contase se lo tomaría a bien o no… Toda su cabeza era un auténtico desastre en ese momento.
Cuando llegaron a casa, Thiago se quedó boquiabierto.
- ¿Aquí vives tú?
- Sí, mi madre, mi hermana y yo.
- Pues menudo casoplón,-comentó Lin-.


 Mirando a su novio, Lin sonrió al verlo tan serio.
- Vamos, relájate. Seguro que no es para tanto.
- Es que… ¿Y si no me acepta?
- Tranquilo. Tú déjate llevar y hazle caso a Hugo.


 Hugo también estaba nervioso. Aunque no tenía la prueba de ADN, él estaba convencido de que Thiago era su hermano. Durante todo el tiempo que habían convivido, se había dado cuenta de que tenía las mismas manías que su padre en ciertas cosas. Y eso era imposible si no fuera también su hijo.


 Al entrar en casa y no ver a nadie, Hugo se extrañó.
- ¿Dónde está todo el mundo?
- ¿No te acuerdas de que el segundo autobús ha venido muy deprisa?-preguntó Marta-. Yo creo que hemos cogido el anterior y por eso ellos nos esperaban más tarde.


 Mirando también en la cocina, tampoco vieron a nadie.
- Quizás tengas razón,-dijo Hugo-. Esperad aquí, voy arriba a ver si veo a mi hermana o a mi madre por un casual. No tardo.


 Subiendo los escalones de dos en dos, Hugo entró en el dormitorio de su madre abriendo la puerta de par en par. No sabía lo que pasaba aquel día, pero era el de las pilladas. Antes Hugo había pillado a Thiago con Lin y ahora… ¡¿A su madre con su padre?! ¿Estaba viendo bien?
- ¡¿Mamá?! ¡¿Papá?!
- Coño Hugo,-dijeron separándose al inmediato-.


CONTINUARÁ…

No hay comentarios:

Publicar un comentario