miércoles, 26 de enero de 2022

Capítulo 8 || Custodio

 Kate, bastante afectada por Trevor y por no saber si estaba bien o no, cuando finalizó la clase se fue al baño. Necesitaba aclararse un poco, porque con Carlos ahí delante no podía…  


 Justo cuando estaba terminando de lavarse la cara después de derramar alguna lágrima, Carlos entró en el baño de chicas y pilló a su novia de aquella forma.

- ¿Estás llorando?

- No Carlos…

- Kate, acabas de secarte las lágrimas, no me jodas.

- Bueno pues sí, estoy llorando.

- Por Trevor, ¿a que sí?


 Kate, incorporándose, miró a Carlos a los ojos de forma muy seria.

- Me parece flipante que, sin tener pruebas de lo que dijo Gerard le hayas creído y, lo que es peor, hayáis ido a quemarle la casa, porque me juego el cuello que no has ido tú sólo, sino que te acompañó tu perrito faldero para intentar matar a Trevor en su casa. ¿Te has preguntado que haya sido Gerard en lugar de Trevor? Porque te recuerdo que cuando terminamos de discutir gracias a Trevor, Gerard ya no estaba. ¿Y si ha sido él quien te modificó el coche?


 Carlos, fijando la mirada en su novia, estaba tremendamente serio.

- No me gusta el tono de lo que estás diciendo ni insinuando. Gerard no haría tal cosa y menos para hacerme daño. Es mi mano derecha y mi primo.

- Por eso mismo, es siempre el segundo en todo. ¿Y si se había cansado de ser el segundón y te quería quitar de en medio? Pero al salirle todo mal, le echó las culpas a Trevor que se ha comido el marrón sin comerlo ni beberlo.

- ¿Y tú por qué mierda defiendes tanto a ese hijo de puta? ¿Acaso lo quieres? ¿Te acuestas con él?

- ¡Viendo en lo que te estás convirtiendo quizás debería!


 Y lo siguiente que se escuchó en el baño fue el guantazo que le pegó Carlos a Kate en la cara…


 Mirando a Kate de nuevo, Carlos siguió hablando.

- Esto es culpa tuya. Tú me provocas y haces que me vuelva violento. Tú.


 Kate estaba cansada de esa situación, dado que no era la primera vez que le ponía la mano encima, pero la llegada de Trevor le había hecho replantearse ciertas cosas y, en ese punto de la historia, tenía claro que la cuerda de la relación se estaba rompiendo.

- Que no se te vuelva a ocurrir ponerme la mano encima de nuevo, Carlos. Ni lo pienses.

- ¿Es una amenaza?

- No, es una advertencia. Porque la próxima vez que pase me largaré de aquí y no volverás a verme el pelo nunca más, te lo aseguro.


 Y sin esperar a la siguiente clase, Kate salió del baño y comenzó a marcharse del instituto mientras que Carlos la llamaba y Gerard salía para averiguar qué estaba pasando.

- ¡Kate vuelve ahora mismo!-gritaba Carlos-.

- Déjala Carlos, ya se le pasará tío,-recomendaba Gerard-. No montes una escena, que van a venir los profesores y más vale que no comiencen a hacer preguntas.


 Kate necesitaba pensar y para eso lo mejor era caminar y aclarar las ideas. Aunque su casa estaba lejos, prefería andar antes que ir en bus. Su mente buscaba claridad, aire fresco, poner en orden los sucesos…  


 Por su parte, Trevor llevaba ya dos noches durmiendo en la calle, en cualquier lugar medio cómodo que encontraba y comiendo lo que podía encontrar en zonas de barbacoa. Si eso seguía así durante mucho tiempo, prefería quitarse de en medio antes que continuar con ese suplicio.


 Viendo pasar un coche de policía por la zona, Trevor comenzó a irse justo cuando creyó ver a Kate.

- Espera… ¿Esa no es Kate?


 Tras saltar el muro, Trevor se pensó en si llamar a Kate o no. Se la jugaba mucho si la involucraba, pero tampoco sabía la forma de pensar de la chica. Pero ante la duda…

- ¡Kate! ¡Kate!


 En cuanto la chica vio a Trevor, corrió hacia él y lo abrazó para su sorpresa.

- Vaya Kate, no me esperaba este abrazo.

- No sabes lo mucho que me alegro de que estés bien. Creía que te había pasado algo malo… Hoy dijeron los profesores lo de tu casa y como no te han encontrado ya creía que te habían hecho malo esta gente.

- Estuvieron a punto, pero pude reaccionar rápido y salir de ahí antes de que se viniese todo abajo.

- Menos mal… ¿Y qué has estado haciendo estos dos días?


 Trevor comenzó a relatarle lo sucedido desde que salió de la casa hasta ese momento y, a cada anécdota, Kate se sorprendía más. Ese chico era todo un superviviente.

- No sabes lo mucho que corrí cuando vinieron detrás mía esa familia por haberle robado un par de muslitos de pollo.

- Madre mía, ¿y qué hiciste?

- Esconderme hasta que dejaron de buscarme. Me los comí fríos, pero al menos comí.


 Trevor estaba más que agradecido por ver que Kate no estaba enfadada con él.

- Y bueno, cambiando de tema… ¿Sabes a ciencia cierta que fueron los de la pandilla los que quemaron mi casa?-preguntó el chico-.

- Todos no, Carlos y Gerard seguro. Pongo la mano en el fuego y no me la quemo vaya.

- Kate, te juro que yo no llegué a tiempo al coche, ya se habían ido cuando salí del bar.

- Tuvo que ser Gerard, pero como no sea por quitar de en medio a Carlos y quedarse él con el liderazgo de la banda…

- O porque yo iba a correr y me quería quitar de en medio,-dijo Trevor sorprendiendo a Kate-.

- Joder, no lo había pensado… Es verdad…


 Quedándose durante un momento completamente pensativa, Kate volvió a mirar a Trevor portando una amplia sonrisa.

- Bueno, tú ahora te vas a venir conmigo a casa.

- Ah no, no puedo ponerte en peligro,-dijo Trevor negándose-. Ya oíste a Carlos…

- No me vas a poner en peligro. Sé lo que hago y a mi abuela no le importará, estoy segura.

- Ah, creía que vivías con tus padres.

- Qué va, ahora por el camino te cuento todo, pero con la condición de que te quedes…

- Vale… tú ganas.


 Durante todo el camino Kate le estuvo contando que su madre se quedó embarazada de ella muy joven y que el padre, pocos años después de su nacimiento desapareció. Sin embargo, hacía unos tres años su madre también se marchó dejando una nota y, por mucho que la estuvieron buscando, no la encontraron, por lo que Kate se tuvo que quedar con su abuela.

- Pues ya hemos llegado,-dijo Kate-.

- Guau, qué casa más bonita.


 Abriendo la puerta de casa, Kate saludó a su abuela, quien preparaba la comida.

- ¡Hola abuela! Hoy traigo visita, ¿vale?

- Hola cariño. Estupendo, ¿quién es?

- Un compañero de clase y un buen amigo mío.


 Dejando de preparar la comida, la abuela de Kate se volvió hacia su nieta y la besó en la mejilla.

- Abuela, seguramente se va a quedar unos días con nosotros, ¿vale? Luego te cuento…

- Ah bueno, sin problema. ¿Dónde se va a quedar?

- He pensado en que duerma en mi cuarto y yo duermo contigo, que como tú tienes cama de matrimonio…

- Claro, buena idea.

- Mira, te lo presento. Abuela, este es Trevor. Trevor, esta es mi abuela, Mercedes.


 En cuanto Trevor se acercó y vio a la abuela de Kate de cerca se quedó completamente helado. ¿Era quien creía que era? No debía ser… No, bajo ningún concepto. ¿Pero y si era?

- Hola…


 Por su parte, Mercedes miró a Trevor y el trapo que llevaba en las manos se le cayó al suelo. La mujer apenas pestañeaba y miraba fijamente al muchacho a los ojos. ¿Qué estaba pasando exactamente ahí?


 Para sorpresa de Kate, la abuela no devolvió el saludo y se marchó hacia su dormitorio pese a que su nieta la llamaba constantemente.

- ¿Qué pasa abuela? ¡Abuela!


 Yendo detrás de ella, Kate vio a su abuela llorando sentada en la cama, cosa que le impactó.

- Abuela, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

- Nena… no he podido evitarlo. Lo siento…

- Pero, ¿por qué? ¿Qué pasa?

- Ese chico…

- ¿Trevor?

- Sí, es que hasta se llama igual…

- ¿Que el abuelo?

- Siéntate…  


 Haciendo caso a su abuela, Kate se sentó a su lado.

- Kate, ese chico es igual que tu difunto abuelo. Es que se llama hasta igual.

- Bueno, hay mucha gente que se parece.

- No, no me entiendes. No es que se parezca mucho, es que es exactamente igual. Los mismos ojos, la misma boca… Todo. ¡Hasta el nombre es igual! ¿Se llama Trevor González?

- No… Creo que es García de apellido.


 Trevor acababa de encontrarse con Mercedes, su “novia” antes de morir. Con la que estaba quedando cuando le dispararon. Con la que tuvo relaciones sexuales antes de… Oh mierda, ¿y si Kate…? No, no podía ser…  


 Levantándose, Mercedes abrió un cajón y sacó de debajo de la ropa una vieja foto. Al verla Kate, se sorprendió.

- ¿Por qué no me habías enseñado esta foto nunca abuela?

- Todavía me duele nena… Todas las noches miro esta foto antes de dormir y me da la sensación que puedo oler su perfume. Y al ver a ese amigo tuyo…

- Es que se parece muchísimo, tienes razón. Parece él… Pero vas a tener que ser fuerte. El muchacho necesita nuestra ayuda y va a quedarse aquí un tiempo, así que…

- Lo sé…


 Un poco a regañadientes, pero haciendo el esfuerzo por su nieta, Mercedes salió de su habitación sin mirar a los ojos a Trevor.

- Siento haberme ido de repente pero me he comenzado a sentir mal…

- ¿Está usted bien?

- Sí, pero llámame por mi nombre.

- Vale… Mercedes…


 Saludando al muchacho, Mercedes estaba sacando fuerza de donde no tenía.

- Me ha dicho mi nieta que te vas a quedar un tiempo aquí, ¿no?

- Sí, ha sido idea de Kate. Se ha empeñado y no hay forma de hacerla cambiar de opinión.

- En eso es igual a su madre, cabezota como ella sola.


 Observando fijamente a Trevor, Mercedes parecía estar viendo a un fantasma.

- Perdona si te miro raro, pero es que me recuerdas tanto a una persona tan querida para mí…

- Oh, ¿quién?

- Un viejo novio que tuve. Creía que ese era el definitivo pero… se me fue…

- Bueno, ven conmigo,-dijo Kate interviniendo-. Te voy a enseñar tu cuarto.


 Dejando a Mercedes haciendo la comida, Kate y Trevor entraron en el dormitorio de la muchacha.

- Te vas a quedar aquí. Yo dormiré con mi abuela.

- ¿No te importa que te quite el cuarto?

- Que no tonto. Ah, y perdona a mi abuela, pero hoy está un poco más sensible de la cuenta.

- Eso te iba a preguntar, ¿qué le pasa?

- Pues que mi abuela se quedó embarazada de mi abuelo y se dio cuenta un mes después de que muriera…

- Joder, lo siento mucho. ¿Y de qué murió?

- Lo mataron.


 A Trevor se le había creado un gran nudo en la garganta con el que apenas podía hablar…

- Oh… y… ¿Cómo se llamaba tu abuelo?

- Igual que tú, Trevor. Por eso mi abuela se ha puesto así, porque dice que le recuerdas mucho a él y me ha enseñado una foto de ellos dos y es que eres clavadito vaya. ¿No serás su reencarnación o algo, no? Jajajaja.

- Qué dices mujer jajaja,-dijo Trevor intentando que no se le notase los nervios que tenía-.


 Si todo eso era verdad, Mercedes estaba embarazada cuando lo mataron, y Kate era nada más y nada menos que su nieta. ¿Cómo podía enfrentarse a eso?

CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario