martes, 4 de enero de 2022

Capítulo 27 || Nada Es Lo Que Parece

 Pedro fue lo más rápido que pudo hasta la casa de Santi. Sabía que estaba dentro porque hacía un rato había llegado del trabajo, así que se quedó fuera esperando a que hubiera un momento en el que saliera. Pocos minutos después, escuchó la voz de su hermana saliendo de la vivienda acompañada de Santi.

- Es mi momento.


 Entrando en la casa, se volvió a esconder en el mismo lugar que antes. Antes o después volvería Santi y ese sería el momento. El problema era su hermana pero, llegados a ese punto, poco le importaba lo que pensara de él ya.


 A Pedro se le hacían interminables los minutos esperando la vuelta de Santi, ya que no sabía a ciencia cierta si volverían ese día, habrían salido para un rato o qué planes tenían, así que se armó de paciencia y esperó durante largo tiempo.


 Pasada una hora y media, abrieron la puerta y no eran otros que Eva y Ferrán, los hermanos de Pedro y Clara, quienes querían darle una sorpresa a su hermana pero… ¿por qué habrían elegido ese día?

- Ya estamos aquí. ¡Qué bien que mamá nos haya prestado la llave que le dio Claudia!

- Sí. Me muero de ganas por ver la cara que va a poner Clara cuando nos vea.


 Pedro, al escuchar voces, se alarmó y a través de la pared creyó escuchar la voz de Clara; lo que no sabía era que la voz que había escuchado pertenecía a su otra hermana…

- Se han ido para el cuarto, ahora sí que sí…


 Entrando rápidamente en el dormitorio, cuando vio de quiénes se trataba, Pedro se quedó helado.

- Ehh… ¿Pedro? ¿Qué haces aquí?-preguntó Ferrán-.


 Girándose hacia su hermano mayor, Eva lo miró incrédula.

- ¿Cómo sabías que íbamos a estar aquí?-pero Pedro no contestaba, por lo que cabreó más a Eva-. ¡Te estoy hablando! ¿No sabes hablar ahora o qué?


 Sacando un par de pistolas que tenía guardadas, Pedro comenzó a amenazar a sus hermanos.

- Quiero que los dos os calléis ahora mismo y os pongáis sobre la cama.

- Pedro, ¿qué coño haces?-preguntó Eva-.

- Eva…-dijo Ferrán asustado-.

- ¡Tumbaos YA!


 Ambos hermanos hicieron caso sin decir nada más mientras que Pedro los observaba.

- Así me gusta. Y ahora vamos a esperar a mi querida hermana y le vamos a dar una estupenda sorpresa a Santi, ¿verdad niños?

- Es nuestra hermana también,-se atrevió a decir Ferrán ante la sorpresa de Eva-.

- ¡VOSOTROS NO SOIS MIS HERMANOS! Callaos de una puta vez si no queréis que os meta una bala en la cabeza a cada uno…


 Eva comenzó a asustarse mucho porque sentía que Pedro sería capaz de hacerlo si seguían presionándole de esa manera.

- Debería haberle dicho a Samuel que me gusta… Ahora si muero nunca lo sabrá… Joder… ¿Quién me habrá mandado venir hoy aquí?-pensaba la muchacha-.


 Por su parte, Ferrán también estaba muy asustado.

- No debí haberle contestado tan mal a mamá. La quiero mucho y no se lo demuestro como debería… Si vivo, le diré más te quiero. ¡Ah! Y dejaré que me bese delante de mis amigos, que se rían si quieren…-decía para sus adentros-.


 A todo esto, Pedro también pensaba y reflexionaba mientras que miraba a aquellos dos chiquillos.

- Esto se me ha liado… Pero así sabrán que voy en serio. Pienso amenazarlos todo lo que haga falta hasta cumplir mi objetivo. Papá estará orgulloso de mí cuando se lo cuente.


 Minutos después, Clara y Santi volvían a casa después de almorzar en un lujoso restaurante.

- Me ha encantado la comida, muchísimas gracias Santi.

- De nada preciosa.

- Pero me habría gustado más si hubieses estado más hablador conmigo. Estás muy serio hoy, ¿qué diablos te pasa?

- Nada cariño, será que estoy cansado.

- Bueno, pues ahora te daré uno de mis estupendos masajes en la cama…


 Lo que Clara no sabía era que el jefe de los oficiales de la cárcel, a escondidas de la investigación, le había soplado a Santi que habían captado una conversación entre Ferrán y su hijo Pedro y que parecían estar compinchados en un plan para acabar con su vida.


 Entrando en casa, Santi notó que el sofá de su casa estaba algo movido hacia delante por la parte izquierda y eso le extrañó mucho dado que el aviso del jefe de la cárcel había sido claro y contundente.

- Bueno, vete quitando la ropa que voy a darte ese masaje,-dijo Clara-.

- Silencio. Creo que han entrado en casa…


 Quedándose ambos en completo silencio, se pusieron a escuchar y lograron oír la voz de Pedro en el dormitorio.

- Si os portáis bien no os pasará nada.


 Enseguida, Santi se dirigió hacia el dormitorio.

- Este Pedro se va a arrepentir de haber nacido,-dijo Santi con paso firme hacia su cuarto-.

- Espera Santi, un momento.


 Colocándose en su trayectoria, Clara interrumpió el avance de Santi.

- Pedro es mi hermano y, aunque esté muy cambiado, lo conozco bien y creo que puedo hacer que se arrepienta de lo que sea que quiera hacer.

- Nena, Pedro estaba hablando a más de una persona ahí, ha hablado en plural y no sabemos qué cojones pretende, si ha secuestrado a alguien o qué, pero aquí el policía soy yo y debo actuar como tal.

- Lo sé, pero déjame intentarlo primero. Tú llama a tus compañeros y luego, si no consigo nada, que intervengan, ¿vale?


 Muy a su pesar, Santi aceptó y vio cómo Clara se dirigía hacia el dormitorio y se quedaba a la puerta. Tras respirar hondo, llamó con sus nudillos.

- ¿Pedro? Soy yo, Clara, abre la puerta por favor.

- ¡No! Dile a Santi que venga y le dejaré entrar a él, pero sólo a él.

- Pedro, ¿qué se supone que quieres conseguir con todo esto?

- Hacer justicia. Quiero enseñarle a Santi lo que es sufrir de verdad y como hagáis alguna tontería te prometo que mato a Eva y a Ferrán.


 Clara miró muy seriamente a Santi y luego volvió a mirar hacia la puerta.

- Pedro, tú no eres así, has cambiado…

- ¡Porque papá me ha abierto los ojos! Me ha mostrado la verdad y ahora sé que tenía razón.

- ¿Pero qué verdad? Se demostró que era culpable, ¿es que no te das cuenta de que te está manipulando para seguir haciendo el mal desde la cárcel? ¿Acaso le importó mamá o alguno de nosotros cuando la engañó y mantuvo tantos años esa doble vida?

- ¡Mientes! Él nos quiere mucho.

- Claro, por eso te ha dicho que vengas aquí a matar a mi novio y a nuestros hermanos, porque quiere lo mejor para todos y le importa mucho si te meten en la cárcel o no, ¿verdad?


 Eva y Ferrán escuchaban la conversación y no podían evitar sentir lástima por Pedro porque estaba tan cegado con su padre que, por muy clara que fuera la verdad, no era capaz de verla.

- Este tío es tonto,-susurró Ferrán a su hermana-.

- Cállate, que nos va a oír.

- Pues que me oiga,-dijo Ferrán levantándose de la cama-.


 Eva comenzó a asustarse más todavía, pero su hermano pequeño iba con paso seguro hacia Pedro. Qué valentía más grande para lo pequeño que era.

- ¿Es que no te das cuenta de que papá te ha manipulado y te ha mentido tanto o más que a nosotros?-dijo Ferrán alertando a Pedro-.

- ¡Vuelve a la cama enano!

- ¡No me da la gana! ¡Sácanos de aquí!

- ¡Que vuelvas a la cama he dicho niñato!

- ¡Que no!-gritó Ferrán agarrándose a la pierna de su hermano-.


 Pedro, sujetando a su hermano de la camisa, logró desengancharlo de su pierna, ponerlo en pie y darle un golpe tan fuerte en la cara a Ferrán que el pobre niño cayó al suelo inconsciente.

- ¡FERRÁN!-gritó Eva levantándose de la cama-.

- ¡Pedro!-gritaba Clara desde fuera intentando entrar sin saber que Pedro había puesto el seguro-.


 Eva intentó acercarse a su hermano pequeño pero Pedro la amenazó con una de las pistolas.

- Un paso más y te juro que te vuelo la tapa de los sesos,-dijo Pedro guardándose la pistola en uno de los bolsillos de su chaqueta-.

- Como le hagas algo más a mi hermano te juro que…

- ¿Qué? ¿Me vas a matar? ¿Tú? No me hagas reír enana…


 Y sin pensárselo dos veces, Eva alargó su pierna y le dio una fuerte patada en los huevos a Pedro, quien comenzó a chillar de dolor mientras que Clara y Santi intentaban entrar en la habitación dándole golpes a la puerta.


 Aprovechando el momento, Eva agarró ambas pistolas que tenía Pedro en su chaqueta y tiró una de ellas lejos de su alcance.

- ¿Ahora quién está amenazando a quién eh?-le dijo en el oído a Pedro justo antes de volver a pegarle, pero esta vez en la cara-.


 Entrando finalmente en el dormitorio, vieron cómo el pequeño Ferrán estaba tendido en el suelo inconsciente, Eva a su lado con una pistola en su mano derecha y a Pedro completamente cagado de miedo en una de las esquinas del cuarto.

- ¡Santi detenla! Me quiere matar. ¡Mira lo que le ha hecho a su hermano!-gritó Pedro-.

- ¿Cómo dices?-dijo Eva apuntando con el arma a Pedro-.

- ¡Baja el arma Eva!-ordenó Santi-. Pedro, ven conmigo fuera.


 En cuanto salieron del dormitorio, Santi le pegó tal puñetazo en la cara que le rompió la ceja de un sólo golpe.

- Se acabó lo que se daba ya, Pedro. Te vas a arrepentir toda tu puta vida de lo que has hecho. Tenemos pruebas de lo que querías hacer, de la conversación con tu padre, del secuestro de tus hermanos, allanamiento de morada… Te vas a pasar una larga temporada bajo la sombra…-le dijo Santi justo cuando llegaron sus compañeros-. Chicos, lleváoslo.


 Clara pudo reanimar a su hermano y le dio un fuerte abrazo.

- Peque, ¿estás bien?

- Sí Clara, estoy bien, pero algo mareado…

- Has sido muy valiente ahí dentro, pero deberías habernos dejado a nosotros actuar. No debes ponerte en peligro.

- Es que no me gusta que la gente mienta y Pedro…

- Lo sé, Pedro no es el Pedro que yo conocía.


 Yendo hacia Eva, ésta le dio la pistola a Santi.

- Aquí tienes cuñado.

- ¿Cómo estás?-preguntó él-.

- Bien… Ya se me ha pasado el susto. Lo que tengo ahora es la adrenalina por las nubes.

- Por un momento, cuando te vi apuntando a Pedro…

- Ya, yo también lo pensé, pero en ese momento gritaste tú y me di cuenta de que no quería convertirme en aquello que odio.

- Has sido muy valiente. Los dos en realidad.

- Ferrán los tiene bien puestos,-dijo su hermana mirándolo con una sonrisa-. ¿Y qué va a pasar ahora con Pedro?


CONTINUARÁ…


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