lunes, 24 de enero de 2022

Capítulo 7 || Custodio

 Todos se levantaron y fueron hacia Carlos acosándolo a preguntas. Querían saber cómo es que seguía vivo, si la policía lo había pillado, qué había pasado con el otro corredor… Todo.

- Notaba los frenos raros y, cuando di la curva, fui a frenar y no me respondían y como iba a toda velocidad, salté del coche justo antes de que se estrellase. Por suerte caí en unos matorrales y no me hice daño.


 Mirando a Gerard, Carlos comenzó a decir la idea que tenía.

- Gerard, tú eres el que más sabe de coches de todos los que estamos aquí y eres al único al que le he dejado tocar mi coche por lo que… ¿Qué tienes que decir a eso? ¿Planeabas matarme y quedarte con mi chica y ser el líder del grupo?


 Carlos comenzó a acorrarlar a Gerard, quien se encontraba muy nervioso.

- Responde Gerard. Te he hecho una pregunta…

- No fui yo. Te lo juro. Yo el último vistazo se lo eché ayer, ¿te acuerdas?

- ¿Entonces por qué los frenos me han fallado?

- No lo sé… Yo me tuve que ir a hacerle un recado a tu padre justo antes de la carrera, Víctor y Marco me vieron marcharme.

- Eso es cierto,-dijeron los otros dos-.

- Como no haya sido Trevor en venganza porque le dejaste aquí encerrado y no pudo correr…


 Automáticamente, todos miraron a Trevor, quien observó a todos con cara de sorpresa.

- ¿Lo hiciste tú?-preguntó Víctor-.

- Pero si Carlos me pegó un botellazo en la cabeza y me quedé inconsciente en el suelo unos minutos y no me dio tiempo a llegar al coche, por eso corrió Carlos. ¿Qué me estáis contando?


 Pero Carlos ya tenía la duda en el cuerpo y se lo preguntó directamente a Trevor.

- Trevor, sé sincero. ¿Fuiste tú?

- ¿Y yo para qué coño iba a querer matarte? Si te dije de correr yo para protegerte a ti y a Kate, ¿te iba a decir eso y luego hacer lo contrario? ¡Es que no tiene puto sentido!


 De repente, Gerard dijo algo que terminó de rematar las dudas de Carlos.

- Tiene sentido que lo haya hecho él porque desde un primer momento no paró de mirar a Kate, se entrometió cuando nos reíamos de ese chaval, te pegó a ti, se sentó en tu sitio… Carlos, quería matarte, sustituirte y quedarse con tu chica. ¿No lo ves? ¡Está clarísimo!


 Acercándose a Trevor, éste tragó saliva.

- Trevor, más vale que salgas corriendo de aquí y que no vuelva a verte nunca más. Ni se te ocurra aparecer por el instituto, ni hablar o quedar con alguno de nosotros porque, como yo me entere de que ves a alguno a escondidas, te juro que te encontraré y te mataré yo mismo.

- Pero Carlos, te digo la verdad, ¡yo no fui!

- Corre Trevor, corre…


 Ante el silencio de todos, Trevor pasó entre ellos y se marchó de allí mientras pensaba en que le habían tendido una trampa.


 Mirando a Carlos con una felicidad plena, Gerard le susurró algo al líder de la banda.

- ¿Nos lo cargamos?

- No, tengo pensado algo mejor…


 Trevor volvió a su casa, a la que ya estaba acostumbrado aunque no le gustase un pelo. Ahora sí que se le había jodido todo el plan… Si no se podía acercar a Kate, ¿cómo iba a protegerla?


 Cambiándose de ropa tras darse una ducha, Trevor se tumbó en la cama. Necesitaba relajarse y pensar, planear algo para poder seguir cuidando de Kate. Aunque, pensándolo bien, ella tampoco había abierto el pico para ayudarlo cuando lo acusaban. ¿Y si la muchacha también lo creía culpable?


 Trevor se daba cuenta de que, por muchos años que hubieran pasado, las cosas seguían igual de complicadas si es que no lo eran más. ¿Para qué le habían dado esa segunda oportunidad si se lo iban a poner tan difícil? O al menos, si tenía que ser una especie de ángel custodio, que le hubieran dado el poder de la invisibilidad, ¿no?


 Poco a poco, el sueño invadió el cuerpo de Trevor, haciendo que éste se quedase dormido sobre la cama. Demasiadas emociones en un rato…  


 Sin embargo, un terrible olor a quemado provocó que Trevor se despertase pasada una hora de siesta y es que su casa había comenzado a arder… ¡por todas partes!


 Trevor miró las ventanas por si podía salir, pero lo veía imposible si no quería romperse una pierna. ¿Cuál sería su salida? Bajar por la escalera y rezar para poder atravesar el fuego sin quemarse en el intento.


 Respirando todo lo hondo que pudo, Trevor comenzó a bajar las escaleras y, cuando estaba cerca del fuego, aumentó el ritmo y pegó un fuerte salto para intentar sobrepasar el fuego.

- ¡Es ahora o nunca!


 Teniendo que agarrarse a la barandilla, Trevor bajó los dos escalones que le quedaban hasta pisar tierra firme. ¡Había pasado la primera prueba! Pero ahora se le ponía otro gran reto por delante… La salida trasera estaba ardiendo y era imposible salir por ahí. ¿Y la puerta principal? Estaba libre de fuego pero había que traspasar una gran barrera de ardientes llamas para llegar.


 Eso tenía que ser obra de la banda, estaba seguro. Ya le dijeron que Carlos era peligroso, pero ahora no era el momento de pensar en eso, sino de idear algo para salir de allí con vida.


 Pensando que lo único que podía hacer era volver a pasar a través del fuego, Trevor miró al cielo y saltó rápidamente hacia la puerta de salida, pasando por encima del calcinado sofá.


 Completamente sucio y oliendo a quemado. Así se encontraba Trevor fuera de su casa. Y en ese momento su único pensamiento era que pasar por eso no estaba en los planes de proteger a Kate. ¿En qué momento tuvo que decir que sí a esa segunda oportunidad? Hubiera preferido cualquier cosa antes que eso.


 Dándose cuenta de que tenía su teléfono móvil encima, llamó a los bomberos para intentar salvar su casa.


 Pocos minutos después, llegó un camión de bomberos y entraron rápidamente en la casa para apagar el fuego.


 Un par desde fuera y otros dos desde dentro comenzaron a exterminar las llamas lo más rápido que podían, pero el fuego estaba muy extendido y violento, por lo que era complicado…  


 Un rato más tarde, dieron por finalizado el incendio y los bomberos volvieron al camión.

- La policía está de camino,-dijo una de las bomberas-. No entres en casa todavía, el humo se quedará un tiempo y tiene que venir un perito para ver si la casa todavía es estable o hay peligro de derrumbe.


 Pero en cuanto los bomberos se fueron y sin que hubiese llegado la policía, Trevor entró y comprobó el estado de la casa. Qué hijos de puta… Era fea, pero al menos tenía un techo donde dormir, pero ahora…  


 No podía estar allí más tiempo y tampoco le apetecía declarar ante la policía, por lo que Trevor tenía que idear un plan de huída. Algo que le diese una oportunidad…  


 Subiendo al piso de arriba con sumo cuidado, Trevor se dio una rápida ducha y se cambió de ropa mientras escuchaba crujir fuertemente el suelo. Eso estaba a punto de derrumbarse y no quería que le pillase dentro, así que tenía que irse de allí cuanto antes pero… ¿a dónde?


 Saliendo de casa, Trevor no pudo evitar cómo el sentimiento de abandono y tristeza le invadía. No podía buscar a sus amigos, si es que seguían vivos, ni a Mercedes, sus padres hacía muchos años que estaban muertos, incluso antes de él morir por lo que… ¿qué le quedaba?


 El siguiente lunes, las clases comenzaron con total normalidad. Los alumnos asistieron a sus aulas y los profesores impartían sus asignaturas.


 Pero en la clase de Kate, la profesora que les daba Inglés les comentó una noticia que los dejó impactados a muchos… pero no a todos.

- ¿Sabéis algo de Trevor? La otra tarde se quemó su casa y cuando acudió la policía no estaba allí. Lo han buscado por todos lados pero no aparece. No está en ningún lío, pero quieren averiguar lo que pasó.

- ¿Y si se ha quemado dentro de la casa?-preguntó Gerard-. Es una posibilidad.


 Mientras la profesora regañaba a Gerard, Kate miraba a Carlos sin que éste se diera cuenta y, tras eso, miró hacia el vacío pupitre de Trevor. No sabía por qué, pero en su interior sabía que Trevor era inocente y que el incendio de su casa no era casual. Carlos debía estar tras eso y no le extrañaría que Gerard le hubiera animado a ello. La cuestión importante venía ahora: ¿debería buscar y ayudar a Trevor pese a la prohibición de Carlos?


CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario