viernes, 17 de diciembre de 2021

Capítulo 19 || Nada Es Lo Que Parece

 Girándose hacia David instantáneamente, Santi tenía una sonrisa de oreja a oreja que lo delataba.

- Uh, esa sonrisa no me gusta,-confesó David-. ¿Qué tienes en mente?

- Joderle la vida a Ferrán.

- ¿Cómo?

- Así,-dijo Santi sacando fotos con su móvil del beso de Ferrán con aquella otra mujer-.

- Vale, ya tienes las fotos, ahora vayámonos.

- No. Ahora voy a entrar en la casa y haré más fotos.


 David miraba a Santi mortalmente serio.

- Santi, si entramos en una propiedad privada sin permiso se nos puede caer el pelo. Los dos estamos con la condicional y antes de un pestañeo podemos volver a estar en la cárcel.

- No te estoy diciendo que vengas conmigo, pero yo voy a entrar.


 Con cuidado, Santi abrió la puerta que daba a la propiedad y, pese a que tenía muchas reticencias, David le siguió.

- Espera, voy contigo…


 Entrando en la casa, ambos se dieron cuenta de que había dos personas charlando entre ellas y, en completo silencio, se iban a dirigir hacia las escaleras para seguir a Ferrán justo cuando Santi escuchó algo de la conversación que le impactó y comenzó a grabar con su móvil.

- Qué bien que papá haya venido después de tanto tiempo de viaje,-decía la muchacha-. Podrá estar para la fiesta de mi 15 cumpleaños y me hace mucha ilusión. El año pasado no pudo estar por otro de sus malditos viajes…

- Sí, la verdad es que yo también echaba de menos a papá, y mamá igual. Muchas noches la he escuchado llorar cuando creía que estábamos dormidos.

- Yo también… Me da mucha pena.


 Tras grabar un vídeo con el móvil, Santi subió las escaleras con sumo cuidado y, ya arriba, escuchó un ruido extraño proveniente de uno de los dormitorios.

- Ni se te ocurra,-dijo David-. ¿No tienes pruebas suficientes?

- Necesito una foto mejor, una buena que disipe cualquier ápice de duda que pueda existir.


 Abriendo la puerta, Santi se encontró con Ferrán manteniendo relaciones sexuales con aquella mujer. Sonriendo en ese mismo instante, sacó varias fotos y volvió a cerrar la puerta antes de ser pillado.


 Justo cuando la puerta se cerraba, Ferrán miró hacia ella y la vio cerrarse sin poder saber quién estaba detrás.

- Mierda, creo que los niños nos han pillado.

- Me da igual, como pares ahora mismo me voy y me llevo a los niños. Sigue follándome, por favor… Ohhhhhhh.

- ¿La tienes?-preguntó David-.

- La tengo.

- Pues vayámonos echando leches de aquí antes de que nos pillen.


 Tras llegar a casa, Santi comenzó a poner todas las pruebas contra Ferrán en un pendrive salvo las de infidelidad… Para eso tenía otra idea en mente. Haciendo varias copias por lo que pudiera pasar, al día siguiente habló con el juez para darle lo que había obtenido tras una larga investigación.


 Pero de camino a la casa, Santi recibió una llamada de David.

- Tío, ¿te has enterado?-preguntó David-.

- ¿De qué?

- Han encontrado muerto en su casa al hombre de la tienda que estuvo en la casa el otro día.

- ¿El que me contó lo de mis padres?

- El mismo. La prensa dice que ha sido un infarto.

- Joder… Pobrecillo.


 Llegando a la casa del juez, éste le abrió la puerta.

- Cuánto tiempo sin verte Santiago. Ven, pasa dentro.

- Muchas gracias.


 Sentándose uno frente al otro, comenzaron a hablar.

- ¿Cómo fue la investigación? ¿Has conseguido respuestas?

- La investigación ha sido dura y me ha costado sudor y lágrimas, créame que sí pero… creo que tengo todo lo necesario para que puedan reabrir ciertos casos de Ferrán y meterlo en la cárcel.

- Entonces… ¿está manchado?

- Es un maldito asesino y un corrupto de mierda desde prácticamente sus inicios como policía.

- ¡Lo sabía! Ese hijo de puta se va a arrepentir…  


 Santi, tras ese comentario, no tenía dudas de que aquel juez estaba llevando a cabo todo eso a causa de una venganza personal y, a esas alturas, no se iba a quedar con la duda.

- ¿Qué le ha hecho o le ha dejado de hacer Ferrán para tenerle tanta inquina?

- No quería decirlo pero… te mereces una explicación. Ferrán es mi yerno.

- ¿De cual de las dos? Mierda…-soltó Santi sin poderlo evitar-.

- ¿Cómo que de cual de las dos? Jovencito, ¿hay algo que no me has contado?

- Pues…


 Santi se sinceró y le contó lo que había grabado y visto el día anterior. Por su parte, el juez le dijo que él era el padre de Claudia, la esposa de Ferrán y la “oficial” por así decirlo, la madre de sus dos hijos y con la que llevaba ya más de 30 años casados.

- Esto es magnífico Santi. Lo siento por mi hija, pero cuando descubra con quién ha estado casada, me lo agradecerá. Estoy seguro de ello. No digas nada de la infidelidad a nadie, será nuestro secreto.


 A la mañana siguiente, Santi se levantó temprano y fue al gimnasio y, al volver, se encontró con que Lucas había venido de visita a la casa y estaba viendo la tele junto a David y Natalia.

- Buenos días familia,-saludó el recién llegado-.

- ¡Buenos días! Qué madrugador te has vuelto últimamente, ¿no?-preguntó Natalia-.

- Necesitaba entrenar y he preferido hacerlo a primera hora.


 Justo cuando iba a pasar por delante, Natalia volvió a hablar para hacerle una pregunta.

- Te estábamos esperando porque queremos irnos a desayunar todos juntos, ¿te vienes?

- Qué va, muchas gracias. Prefiero quedarme en casa, que no está la cosa como para hacer muchos gastos.

- Pero si invito yo, tonto.

- De verdad, no me apetece… Gracias de todas formas.


 Siguiéndolo hasta su cuarto, Lucas vio a Santi encender el ordenador.

- ¿Te pasa algo con nosotros?

- No, simplemente que he desayunado ya antes del entrenamiento y no voy a volver a hacerlo ahora. No me pasa nada, simplemente no me apetece, así que tranquilos.

- Vale, pero después te vienes a comer con nosotros, ¿queda claro?

- Muy bien.


 Tras despedirse de todos, Santi comenzó a ojear la prensa digital como hacía cada mañana hasta que leyó un titular que le dejó en estado de shock.

El ex-juez Moya muere en el hospital tras sufrir un fuerte derrame cerebral”

Ese titular habría pasado inadvertido si no hubieran puesto una foto suya, dado que ese juez no era otro que el suegro de Ferrán.


 ¿No era demasiada casualidad? El día anterior moría el testigo de la tienda y ahora el suegro de Ferrán… No estaba seguro, pero tal vez Ferrán se había enterado de todo de alguna forma. ¿Y si al juez no le había dado tiempo de presentar las pruebas? ¿Y si Ferrán tenía amigos en el juzgado y le habían dado el soplo? Era demasiado en lo que pensar… Necesitaba descansar.


 Pero justo cuando Santi se estaba echando una pequeña siesta en su cama, alguien entró en la casa, fue hasta su habitación y lo amordazó antes de pegarle un fuerte puñetazo que lo dejaría inconsciente.


 El secuestrador, llevando a Santi hasta una zona de trasteros medio abandonada, lo encerró ahí y comenzó a pegarle puñetazos y patadas hasta que Santi volvió a recobrar el sentido, aunque a duras penas se podía mantener despierto.


 Su cara, llena de sangre y moratones, reflejaba la soberana paliza que aquel tipo le había pegado.

- ¿Te creías que no me iba a enterar?-decía el secuestrador-. ¿Crees que soy un ingenuo y que no tengo ojos en todos lados? Qué idiota fuiste creyendo que me ibas a pillar.


 Quitando la sangre de sus ojos, Santi pudo ver con más claridad quién era su secuetrador y, sin llegar a ser una sorpresa, era Ferrán. ¿Quién si no?

- ¿Te crees que no llevo un seguimiento de la gente a la que he extorsionado durante toda mi vida por si alguno se va de la lengua? Te pareces mucho a tu padre y sabía que antes o después intentarías averiguar la verdad sobre tus padres y por eso, tras nuestra última reunión, le puse vigilancia las 24 horas a aquel viejo. Cuando fuiste a la tienda y a la semana siguiente ese hombre fue a la casa donde vives, supe que te había contado la verdad, por eso me lo cargué.

- ¿Y también mataste a tu suegro?

- Uh, no sabes cómo disfruté quitándole la vida a ese viejo asqueroso. Vino a verme a mi casa y, llevándome a mi despacho, me contó la verdad de lo que iba a hacer. Me contó absolutamente todo lo que habías hecho y que él mismo iba a presentar las pruebas para encerrarme… Qué fallo más gordo fue venir y contármelo. Se creía que me iba a hundir y quería regodearse, pero nada más lejos de la realidad, quien se regodeó en su muerte fui yo tras haber quemado la copia que le diste.


 Levantándose como pudo, Santi se acercó a Ferrán.

- Tarde o temprano se sabrá la verdad de todo lo que has hecho, asesino.

- ¿De veras? Porque he destruido el disco duro de tu ordenador y, oh sorpresa, ya no hay más pruebas.

- Pagarás por esto.

- Ay, qué me alegra que me digas esa frase. Justo eso me dijo tu padre la última vez que hablamos.


 Poniendo su mirada en un punto aleatorio de la habitación, Ferrán comenzó a relatar algo mientras rememoraba en su cabeza lo sucedido.

- Tu padre y yo estuvimos en la academia de policía juntos y, en cuanto vimos a Sonia, los dos nos encaprichamos de ella. Yo tomé la delantera y la invité a salir, a cenar, al cine, a dar un paseo… pero nada de eso funcionaba y, sin embargo, ella se fijó en tu padre que era un chico tímido y vergonzoso que no sabía ni dónde tenía la cara. Luego, cuando ya nos graduamos y ellos se casaron, seguimos siendo amigos pero yo tenía esa pequeña espina clavada y, años después, cuando tu padre vino a decirme que sabía a lo que me estaba dedicando y que me iba a encerrar, no pude soportarlo más y le tendí una trampa. Tu padre tenía que presentarse en la tienda él solo, pero no sé por qué cojones tuvo que llevarse a tu madre. Cuando maté a tu padre, disfruté como nunca antes, pero ver que tu madre se había llevado varios disparos… No pude soportarlo. Si ese viejo no hubiese hablado, Tomás no habría perdido de pista a tu padre y él no habría intentado quitarle la pistola. Todo pasó tan rápido que no supe reaccionar… ¿Sabes qué es lo mejor? Que Tomás pagó las consecuencias de su despiste y por eso desde ese momento se hace pis encima. Le di semejante paliza que su cerebro no volvió a ser el de antes, claro está que eso solo lo sé yo y ahora tú, porque la versión oficial fue que tuvo un terrible accidente de coche… Pero no me importa que ahora conozcas la verdad, no vivirás mucho como para poder contarlo.


 Marchándose de allí, Ferrán tuvo encerrado a Santi durante tres largos días con sus tres noches donde su cabeza no paraba de dar vueltas, a causa del dolor y de los pensamientos. ¿Llegaría su fin dentro de poco? ¿Todo por lo que había luchado no iba a servir de nada?


 Santi había perdido ya la noción del tiempo y no sabía cuándo era de noche o de día, ya que tampoco había comido nada y tenía hambre continuamente. Sin embargo, en cierto momento, la puerta se abrió y el que entró fue Ferrán, quien rió abiertamente al ver a Santi tan sucio, maloliente y herido.

- Das pena. ¿Tú te has visto?


 Acercándose a la cama, Ferrán agarró a Santi y lo levantó con violencia. Éste se dejaba hacer ya que tampoco tenía fuerzas para oponerse ni luchar.

- Ha llegado la hora de poner punto y final a tu vida. Me intentaste joder y he acabado jodiéndote a ti. Si me intentas golpear, yo te hundo y así con todo. Soy mejor que tú y siempre lo seré porque yo viviré para contarlo, tú sin embargo… Qué pena. Podrías haberme sido útil si no hubieras sido tan mamón como tu padre. Y ahora, si me disculpas…-dijo Ferrán colocando sus manos sobre el cuello de Santi-.


 Pero de repente, la puerta del trastero se abrió violentamente a causa de una fuerte patada y, por ella cruzaron David seguido de su hermano Lucas y de Natalia.

- Quita tus manos de encima de Santi si no quieres lamentarlo más,-amenazó David-.

- Vaya, pero mirad quiénes están aquí… Si son los tortolitos y el abogado de pacotilla. ¿Sabe Natalia ya que fuiste tú quien mató a ese chico en lugar de David y que él se comió el marrón por ti?

- ¿Saben tu mujer e hijos que conviven con un camello y un asesino que tiene una vida paralela al margen de su familia idílica y feliz con la que tienes otra mujer y dos hijos?

- Anda, si al final no es tan tonto como parece…


 Pese a que lo habían descubierto, Ferrán seguía con aires de grandeza y creyendo que lo tenía todo controlado pero… no contaba con algo.

- Ha sido buena esa de matar a tu suegro y al testigo de la tienda, de destruir las pruebas que tenía el juez y del disco duro de Santi pero… yo me agencié con una de las copias cuando Santi las hizo,-comentó Natalia-. Ni él ni nadie lo sabía y cuando volvimos del desayuno y nos encontramos con que Santi había desaparecido sin decirnos nada y que el disco duro había sido formateado, supe que habías sido tú.

- ¿Y cómo se supone que me has encontrado?

- ¿Sabes quién es el senador Molina? Un íntimo amigo de mi padre y con quien guardo una estupenda relación ya que es mi padrino y… vaya, fue hacerle una llamada y mandarle una copia de la investigación de Santi y ponerse manos a la obra. No ha sido muy complicado encontrar este viejo trastero al final de todo, ni para nosotros ni tampoco para…-decía Natalia justo cuando comenzaron a escucharse unas sirenas de policía-. Ahora, David y Lucas, llevaos a este hijo de puta con la policía.


 Tras sacarlo de la habitación, Santi fue corriendo hacia Natalia y se abrazó a ella.

- Gracias, gracias y gracias. Nunca podré pagarte todo lo que has hecho por mí. Ojalá tu padre se dé cuenta de lo mucho que vales y te ponga al frente de la empresa porque estoy seguro de que lo harás enormemente bien. ¿Te puedo hacer una pregunta?

- La que quieras.

- ¿Cómo conseguiste la copia?

- Santi, soy rubia pero no tonta y… yo también he estudiado, he aprendido muchas cosas a lo largo de mis años y… tengo mis trucos. Lo importante es que el secuestro servirá de excusa para encerrar a Ferrán y para que comiencen a investigar de nuevo todos sus casos. Al fin se hará justicia.


 Por su parte, Ferrán iba tremendamente enfadado porque no se había salido con la suya.

- Ahora serás tú quien esté a la sombra, hijo de puta,-dijo David-. Y no sabes cómo se las gastan en la prisión cuando se enteren de que hay un viejo policía entre ellos… Te van a llover ostias como panes.

- Esto no quedará así, ¡lo juro!

- Menos lobos, caperucito. Te dijimos que pagarías por lo que has hecho y es el momento.

- ¡Me vengaré!

- Tío Lucas, ¿no te da la sensación de que este tío ha visto muchas películas?

- Demasiadas, diría yo.


CONTINUARÁ…


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