jueves, 29 de abril de 2021

Capítulo 26 || Condena

 Megan fue la primera en salir. Ella en lugar de ponerse junto a los demás puso rumbo hacia su caseta pero…

- ¿A dónde se cree que va usted Capitana?-preguntó Kwan desde la puerta-.

- Venga Kwan…

- Sitúese junto a los soldados Taylor, Brown y Potter, por favor.


 Kwan bajó la escalera y se situó frente a aquellos cuatro individuos.

- ¿Os creéis que la guerra es un juego de niños? ¿Que estáis aquí porque es un trabajo sencillo? Me imagino que pensaréis: “Me gradúo, cobro del Estado y a vivir la vida que son dos días”. Eso no es así. Dais vergüenza. Aquí no estáis para follar, ni comerle la polla al compañero. Vuestra función es aprender a sobrevivir y si no os gusta, haberlo pensado mejor antes de hacer las pruebas de acceso.


 Dándose cuenta de lo que pasaba, Joe avisó a los demás.

- Eh chicos, mirad ahí. Al parecer el Teniente ha pillado in-fraganti a Frank y a Sheila… ¿Pero qué hacen Alan y la Capitana ahí?

- Calla, que quiero escuchar,-dijo Rob-.

- Me dijeron que erais los que mejores resultados sacasteis en las diferentes pruebas…-seguía diciendo Kwan-. Me imagino que sería en procrastinar, ligar y chupas pollas, porque si no no me lo explico. Pero ahora no va a haber tiempo de eso… Soldado Taylor,-le dijo a Alan-, desnúdese como el resto de sus compañeros.

- ¿Cómo?

- ¿Es que es usted sordo? Ya me ha oído soldado.


 Rob, escuchando las palabras del Teniente, se levantó indignado.

- ¿Te crees que esas son formas de hablarle a la gente? ¿Quién se habrá creído que es ese pavo?

- Ese pavo,-dijo Joe-, es un veterano de guerra. Seguramente fue quien acabó con la Guerra de Corea matando al líder norcoreano. Mataron a sus padres, asesinaron a sus compañeros y amigos delante de él… Yo creo que es lo suficientemente grande como para hablarles de esa forma. Y poco me parece.

- ¿Y tú dónde coño sabes todo eso?-preguntó Pepe-.

- Se llama leer e informarse. El Teniente es una leyenda viva de este país…


 De repente, Kwan se volvió hacia el resto del grupo e instantáneamente, Pepe sonrió.

- Marchaos a la caseta, por favor,-pidió Kwan-. Monroe,-le dijo a Joe-. Usted quédese vigilando.

- ¿Para qué? ¿Para poder hacer con ellos lo que le venga en gana sin que haya testigos? Haga lo que haga, Joe lo tiene en un pedestal y no dirá nada…-dijo Rob con un enfado más que considerable-.  


 Mirando a Rob sin pestañear, Kwan se acercó a él hasta tenerlo a un palmo de distancia.

- Si cree que los voy a matar, pegar o torturar está muy equivocado, soldado Castle. Pero si tiene alguna duda, le invito a quedarse y ver lo que va a ocurrir en unos minutos, pero si no, métase dentro con carácter inmediato. ¿Me he expresado con la suficiente claridad?


 Tras eso, Kwan volvió a dirigirse hacia los soldados castigados pero Megan intervino.

- Kwan, por favor, esto es humillante… No me hagas esto…

- Haberlo pensado mejor.

- ¿Esta es tu forma de vengarte por lo que te dije hace años?

- Ve a nuestra caseta y quítate esa corrida de la cara, haz el favor.


 Megan echó a correr hacia la caseta mientras que Kwan la seguía.

- Monroe, ya sabe. Vigile que no se muevan de ahí ni un milímetro.

- Sí señor.

- Castle, Calvo, ¿qué coño hacéis aquí todavía? ¡A vuestra caseta ya!


 Cuando vieron a Kwan cerrar la puerta, Pepe y Rob se dirigieron hacia sus compañeros.

- Espero que hayáis disfrutado del último polvo de vuestras vidas porque el Teniente os va a matar…-comentó Pepe con una sonrisa-. No me gustaría estar en vuestros pellejos ahora mismo.

- Eres un puto lameculos, nazi asqueroso,-le dijo Rob a Joe-.


 Una vez dentro de la caseta, Pepe se puso a comentar sus pensamientos con Rob.

- ¿Tú que crees que hará con ellos, Rob? ¿Será capaz de matarlos?

- A saber… Ese tío está zumbado de la cabeza. ¿No has visto qué prepotencia tiene? Por mucho que haya vivido, nadie le da derecho a tratarnos peor que al ganado. No somos carne con ojos, coño.

- ¿Y por qué se habrá llevado a la Capitana? Seguro que ahora se la está zumbando él para rematar la faena. ¿Has visto cómo tenía la cara llena de lefa?

- Sí tío. Tiene pinta de ser una guarra de cuidado…


 La propia Megan salía en ese momento del baño con la cara lavada y aseada mientras que Kwan la esperaba de pie junto al sofá.

- Siéntate,-le dijo a ella-.

- Kwan, antes de nada…

- ¡Que te sientes!


 En completo silencio, Megan accedió y se sentó junto a Kwan, quien miraba a un punto fijo sin parar de resoplar como un toro a punto de embestir.

- Me parece increíble que tú, la Capitana a cargo de estos reclutas junto conmigo, seas la primera en comportarse de esta forma. ¿Es que no te acuerdas por lo que pasamos? ¿Ya lo has olvidado? Todo no es alegría, felicidad y paz en este mundo, por desgracia… Y si queremos que sean buenos soldados, con más razón. Ellos van a estar en primera línea en caso de algún enfrentamiento, invasión o alzamiento… Y si no los preparamos, este país será un auténtico coladero. ¿Por qué no eres capaz de tomarte las cosas en serio? Cuando te conocí no eras así… ¿Por qué has cambiado?


 Suspirando, Megan contestó.

- Cuando nos conocimos, acababa de salir de una relación tormentosa. Mi novio de entonces me usaba para lo que quería, me maltrataba y encima, cuando decido dejarlo, me pega una paliza de tal magnitud que me provocó un aborto sin que él ni yo supiéramos que estaba embarazada. Cuando vio tanta sangre, se asustó tanto que huyó y no he vuelto a saber nada de él. Por eso no quería nada contigo, pero cuando estalló la guerra me di cuenta que la vida eran dos días y que debía aprovecharla al máximo.


 Fuera, Joe estaba siguiendo a rajatabla las órdenes de Kwan.

- Venga ya Joe,-le decía Alan-. Deja que me ponga la ropa coño, que me estoy congelando.

- No Alan. Las órdenes del Teniente han sido claras y no quiero cabrearlo más de lo que ya está.

- ¿Y si te pide que le chupes la polla también lo haces?-dijo Sheila cabreada-. Menudo calzonazos estás hecho.

- Y a todo esto, ¿qué cojones estará haciendo el Teniente con la Capitana ahí dentro?-se preguntó Frank-.


 Megan seguía sincerándose con Kwan.

- Por eso, cuando terminó la guerra y te vi con mi hermana… sufrí un golpe de realidad enorme. Había adoptado contigo la misma actitud que tuve con mi ex y fue ver a mi hermana follando contigo lo que me sacudió de tal forma que, desde entonces, no he tenido nada serio con nadie. Por eso no he sido madre, no me he echado novio, follo con quien quiero y cuando quiero. No le doy explicaciones a nadie y, ¿sabes qué Kwan? Soy feliz.

- Sí, serás feliz, pero estás cagada de miedo. Aunque hayas estado en una guerra y matado a gente, sigues siendo esa chiquilla que no ha superado la pérdida de su bebé, quien todavía tiene un estigma enorme en su corazón porque no ha superado a su ex y que usa el sexo como vía de escape de la realidad pero, ¿sabes qué? Las cosas siempre caen por su propio peso y, cuanto más alargues la agonía, peor será el golpe.


 Esas palabras que acababa de escuchar hicieron que Megan reflexionase por un momento hasta que Kwan volvió a hablar.

- Venga, andando.

- ¿A dónde me llevas ahora?

- Si te crees que no vas a pagar por tus actos es que eres más ingenua de lo que creía.


 Saliendo de nuevo, Megan se colocó junto a los demás soldados y Kwan, junto a Joe.

- Buen trabajo soldado,-le dijo Kwan agradeciéndole por su trabajo-. Puede volver con el resto de sus compañeros.

- Sí señor.


 Abriendo la puerta de la caseta, Joe entró y quien le preguntó por lo ocurrido durante ese tiempo fue Pepe, ya que Rob no le dirigía la palabra.

- ¿Qué ha pasado tío?

- El Teniente obligó a Alan a desnudarse y luego se llevó a la Capitana a la otra caseta. Han estado unos minutos ahí dentro y ahora la ha vuelto a poner junto con los demás.

- ¿Y qué va a hacer ahora?

- Ni idea…


 Fuera, Kwan tenía un plan en mente.

- Bien, como vuestros actos han dejado mucho que desear y no veo arrepentimiento por vuestra parte, he decidido no haceros dormir al raso con el frío que hace aquí. Esas son buenas noticias, ¿no os alegráis?-preguntó Kwan provocando una leve sonrisa en Megan, pero Alan no se fiaba un pelo-. ¿Y qué castigo tendréis? Venid conmigo… Vais a retirar la hoguera y a apartar las sillas de donde están.


 Pocos minutos después, toda esa zona ya estaba despejada. En cuanto la última de las sillas fue retirada, Kwan dejó caer cuatro pesadas palas en el suelo.

- Bien, hora del castigo. Comenzad a cavar.

- ¿Cómo?-preguntó Megan-.

- A cavar he dicho. Y rápido, que no me apetece estar con esto todo el día…


 Las miradas de los soldados y de Megan se sucedían continuamente mientras comenzaban a cavar. Aprovechando ese momento, Kwan se dirigió hacia la caseta donde estaban el resto de reclutas, quienes se cuadraron al ver al Teniente.

- Espero que este acto de arrepentimiento que están llevando a cabo vuestros compañeros también os enseñe algo a vosotros. Esto no es ningún juego infantil. Creo que os ha quedado claro.


 Haciendo una pequeña pausa, Kwan prosiguió.

- Pero también he de daros las gracias por vuestro comportamiento. Castle, comprendo que quieras defender a tus compañeros y eso te honra, es síntoma de ser un buen soldado. Pero recuerda que siempre habrá un superior por encima tuya que te esté dando órdenes que tendrás que cumplir. Si os soy sincero… Me recordáis a unos viejos amigos y compañeros míos… Que descansen en paz. Tomaros esto en serio y podréis vivir para contarlo.


 Luego Kwan miró a Joe y le hizo un gesto con su cabeza.

- Gracias por su servicio, Monroe. Su ejemplo debería ser copiado por todos… Mi enhorabuena.

- Gracias señor.


 Saliendo al exterior, Kwan comenzó a supervisar la excavación.

- ¿Hasta cuándo debemos cavar?-preguntó Megan-.

- Hasta que me aburra…


 La noche ya caía sobre el campamento y apenas se vislumbraban ya las cabezas de los cuatro castigados, quienes estaban fatigados y con sólo un buche de agua en el cuerpo cada uno de ellos.

- ¡Quietos!-ordenó Kwan-. Creo que ese agujero es más que suficiente,-dijo acercándose a ellos-.

- ¿Suficiente para qué?-preguntó Sheila-.


 Una vez que Kwan estuvo al borde del agujero, contestó.

- Suficiente para que paséis la noche ahí. De pie, en cuclillas… eso no me importa. Pero vais a pasar la noche ahí para que aprendáis que cada acción, tiene su reacción.


 Ver a Kwan ahí, en esa posición, con esa ropa… Megan comenzó a temblar al recordar cuando ella y sus compañeros, Kwan entre ellos, cayeron en la trampa del sargento y de Kilian.

- Kwan, por favor. No te conviertas en quien odiabas. Mírate ahora mismo… ¿No te resulta familiar?


 Justo en ese momento, Kwan fue consciente de que había reproducido la misma escena que él sufrió años atrás. Sintiendo remordimientos, Kwan intentó que no se les notasen demasiado para mantener la compostura.

- No es lo mismo, Capitana. Ustedes estáis ahí por culpa de vuestros comportamientos. Nosotros, cuando estuvimos en esa situación fue a causa de una trampa. En esa ocasión fuimos las víctimas, pero ahora vosotros no lo sois. Esa es la diferencia.


 Saliendo de la caseta en ese momento, Rob alzó la cabeza para ver qué ocurría.

- Vuelva dentro, Castle.

- ¿Qué ocurre Teniente? Llevamos todo el día encerrados sin saber qué sucede.

- Se os informará en su debido momento. Ahora vuelva con sus compañeros, por favor.


 Haciendo caso, Rob entró y contó lo que había visto.

- El Teniente les ha hecho cavar un agujero tan profundo que apenas les he visto las cabezas.

- ¿Ves? Te dije que sería capaz de matarlos. Este tío los va a enterrar vivos,-dijo Pepe-.


 Pero Joe frunció el ceño negándolo.

- No seáis idiotas. El Teniente no sería capaz de hacer tal cosa.

- A ti no porque eres su ojito derecho, nazi asqueroso,-le dijo Rob-.

- Hay que actuar…-comentó Pepe-. Y tengo algo que puede servirnos de utilidad…


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. He leído los dos últimos capítulos seguidos. Ni de lejos me esperaba que los soldados fueran así, tan poco serios e inmaduros, y no digamos Megan que se metió en el baño con uno de ellos siendo la capitana. No sé qué respeto le van a tener ahora si ella se está comportando igual.

    ResponderEliminar