domingo, 25 de abril de 2021

Capítulo 24 || Condena

 Una mañana como otra cualquiera, Kwan se encontraba frente a la tele viendo un programa que le gustaba mucho. Desde que tuviera el accidente, su lugar favorito era ese.


 Saliendo del baño, Helen se le unió.

- Uf, qué a gusto me he quedado,-dijo ella-.

- Ibas a reventar, ¿no?

- Sí, es que la tripa me oprime la vejiga y aguanto menos que tres viejas.


 Y es que Helen podría ponerse de parto en cualquier momento, ya que los mellizos estaban colocados. Y sí, he dicho los mellizos…

- ¿Cómo va el programa?

- Bien, ahora el presentador le ha hecho una pregunta al invitado y lo ha puesto en un compromiso, jaja.


 Ambos estaban de baja, Kwan por enfermedad y Helen por estar embarazada y eso propició que los dos pasasen mucho tiempo juntos y se uniesen más que antes.


 A todo esto, el resto de la familia llamó a la puerta porque iban a pasar el día en el campo y se llevaban también a Selene para que se lo pasase bien.

- Venimos para despedirnos, familia,-dijo Hyun-.


 Kwan salió a recibirlos. Desde hacía un par de meses había conseguido levantarse y ya, poco a poco, caminaba mejor y podría decirse que estaba casi en perfectas condiciones.

- Qué os gusta iros por ahí,-le dijo Kwan a su hermano-.

- Es que hace un día genial,-contestó Hyun-. Y con este sol lo que apetece es irse al campo a pasar el día tumbados sobre el césped.

- Papá,-dijo Selene interviniendo en la conversación-, Helen se está meando encima…

- ¡¿Cómo?!-dijo Kwan-.

- Eso no es pis, ¡ha roto aguas!-gritó Pilar-.


 Al cabo de unos días, los mellizos y Helen ya estaban de vuelta en casa. El parto había sido duro porque los bebés luchaban entre ellos por salir primero, pero en cuanto sacaron a la niña en menos de un minuto ya estaba el otro fuera.


 No había padres más orgullosos que ellos. Al niño le llamaron Choi en honor a su abuelo paterno y a la niña Lucy como su abuela materna. Y todo el mundo que los veía les decía lo preciosos que eran y tanto Selene como Nico estaban encantados con sus hermanos y primos, respectivamente.


 Kwan estaba muy implicado en las tareas domésticas, en cambiar pañales, acunar… Hyun estaba muy sorprendido de ver así a su hermano porque, como él había cuidado a Selene cuando ésta nació, no había visto nunca a Kwan de esa forma y no podía evitar emocionarse.


 El tiempo fue pasando y, al cabo de unos tres o cuatro meses, Kwan estaba terminando de vestirse para irse a celebrar su aniversario con Helen cuando recibió una llamada…  


 Las noticias que le habían dado no eran buenas, al menos para Kwan. Éste estaba totalmente recuperado y podía volver a trabajar, pero el destino y la labor que debía desempeñar era de lo más tediosa para él.


 Entrando en el dormitorio, se quedó pasmado al ver a su mujer.

- Todavía no me puedo creer que semejante mujer como tú esté con un hombre como yo.

- Y pensar que me caíste mal cuando te conocí… ¿Quién era?


 Poniéndose serio, Kwan le contó lo sucedido.

- Pero Kwan, ¡eso es genial! No estarás lejos y, lo más importante, no volverás a estar en peligro. Los niños tienen que crecer viendo a su padre y Selene, con siete años que tiene ya, no para de fijarse en ti y te tiene como referente. Va a ser un trabajo muy sencillo después de todo por lo que has pasado. ¿Y cuándo te marchas?

- Mañana…

- Pues vayamos hoy a celebrarlo por todo lo alto. Por nuestro aniversario y por tu nuevo trabajo. Te amo.

- Y yo también te amo.


 A la mañana siguiente, bien temprano, Kwan ya estaba en su nuevo destino. ¿Su función? Enseñar y entrenar a unos nuevos reclutas que habían sobresalido en todas las pruebas de acceso. El ejército quería sacar lo mejor de ellos y para eso estaba Kwan allí. Lo consideraban el mejor, ya que era el Teniente Coronel más joven del ejército.


 Dirigiéndose a una de las casetas, Kwan entró y descubrió que esa era la habitación de los reclutas.

- Uf, los camastros incómodos de siempre… Eso no ha cambiado desde la guerra. Espero tener una cama mejor, porque no quiero dejarme la espalda allí cada mañana.


 Kwan estaba en el campamento físicamente, pero mentalmente se encontraba en casa con su mujer y sus niños. Riéndose con las ocurrencias magníficas de Selene, con las bromas de Nico, charlando con Pilar y su hermano… Los echaba muchísimo de menos y acababa de llegar.


 Entrando en su caseta, Kwan se llevó un chasco.

- Nada, la misma cama para mí… Pero espera, aquí hay dos camas… Nadie me dijo que seríamos dos, o tal vez sea que antes aquí había dos… Ni idea.


 Yendo al baño, Kwan se refrescó un poco porque allí la humedad era mucho más alta que en su ciudad y sudaba bastante. Mientras se lavaba las manos, Kwan escuchó cómo la puerta de la caseta se volvía a abrir.

- ¿Hola?-se escuchó una voz desde la habitación contigua-.


 Saliendo del baño, Kwan fue a saludar pero, al ver de quién se trataba, se frenó en seco.

- No puede ser… Esto debe ser una broma,-dijo él-.

- ¿Kwan? No sabía que tú serías mi compañero.

- Y yo no tenía ni idea de que tendría una compañera, Megan…  


 El reencuentro entre ellos estaba siendo de lo más incómodo. Kwan la llamó cuando ocurrió lo de la bomba para prevenirla pero físicamente no se veían desde aquel día cuando Megan se presentó con su hermana y le propuso tener una relación abierta…

- Me alegro de verte,-dijo ella-.

- Ojalá pudiera decir lo mismo.

- Venga hombre, ¿todavía me sigues guardando rencor por lo que te dije?

- No es rencor…


 Kwan no podía creerse que nadie le hubiera avisado. Tal vez lo habían hecho así para que aceptase el trabajo y no se echase atrás, porque eso olía a encerrona.

- Kwan, lo que te propusimos mi hermana y yo es el sueño de cualquier hombre.

- Y vuelvo a decirte lo mismo, yo no soy como cualquier otro hombre. Yo en ese momento te quería a ti, estaba interesado en ti y no en tu hermana. Lo que me parece increíble es que te hicieses la digna y luego me propusieses eso… ¿Quién te entiende Megan?

- Bueno, han pasado ya muchos años desde eso, así que mejor cambiemos de tema y pongámonos al día, que vamos a pasar mucho tiempo juntos y debemos permanecer unidos.


 Kwan hizo caso y se sentó en uno de los laterales del sofá mientras que Megan se sentó en el otro lado y miraba a su ex.

- ¿Qué es de ti? ¿Al final encontraste a alguien?

- Pues sí. Pilar me presentó a una amiga suya, nos enamoramos y hace cuatro meses nacieron mis mellizos.

- Vaya, ¡mellizos! ¿Y cómo está tu hija mayor?

- Enorme. Siete años tiene ya… ¿Y… tú qué?


 Kwan comenzó a sonreír al recordar a su familia mientras que Megan le ponía al día.

- Pues yo después de ti no he querido tener nada serio con nadie, así que tengo mis amigos y listo. Yo me valgo genial por mí misma y no necesito a ningún tío a mi lado.

- Salvo para follar… Para eso sí que los necesitas.

- Mira quien habla, quien le puso los cuernos a su novia con una amiga y luego con la siguiente se los pusiste con tu ex…

- Megan, hace ya más de diez años de eso. Mucho antes de la guerra y ese Kwan ya no es el que ves ahora. Soy un hombre felizmente casado con una mujer increíble. Es la mujer de mi vida y no hay otra como ella.


 Megan iba a contestar justo cuando Kwan se levantó al escuchar ruido exterior. Los nuevos reclutas habían llegado y, cuando vieron al Teniente Coronel Park todos se cuadraron inmediatamente.


 Kwan y Megan se colocaron frente a los chavales y él fue quien inició la charla.

- Bienvenidos reclutas. Soy el Teniente Coronel Park y ella es la Capitana Montaner y los dos seremos vuestros instructores. Nos han dicho que sois los mejores en todas las pruebas de acceso… Muy bien, pues ya os adelanto que eso no os va a servir de nada en el mundo real. La Capitana y yo os pondremos a prueba, sacaremos lo mejor de vosotros llevándoos hasta tal extremo que vuestras fuerzas flaquearán, vuestra mente os jugará malas pasadas y, sobre todo, os haremos hombres y mujeres valientes, sin temor a la muerte, ni al dolor.

- ¡Señor, sí señor!-dijeron los reclutas-.


 Tras eso, Megan tomó la palabra y dejó descolocado a Kwan.

- Tranquilos, esto no va a ser de un día para otro, así que respirad tranquilos. El Teniente es a veces… algo serio y duro, pero es el mejor, os lo aseguro. Como hoy es el primer día, os dejaremos adecuaros aquí, que entabléis conversación entre vosotros y que los lazos que os unen se vuelvan más fuertes.

- No os relajéis demasiado porque esto no va a ser ningún puto campamento de verano,-dijo Kwan mientras miraba de reojo a Megan-.


 Al acercarse a los chavales, Kwan no pudo evitar pensar en él mismo cuando estaba en esa situación con el resto de sus compañeros. Incluso, podría sacar ciertos parecidos a alguno con Bob, Abraham, Trevor, Kilian o con la propia Megan.

Pasando frente a ellos, Kwan los iba nombrando uno a uno mientras ellos se cuadraban ante él.

- Potter, Calvo, Brown, Taylor…

- Aquí estoy,-dijo el recién nombrado Taylor-


 Parándose en seco, Kwan miró al recluta.

- Soldado Taylor, ¿alguien le ha dado permiso para hablar?

- No pero…

- ¿Y sigue hablando?

- Pero si no quiere que hable y luego me hace una pregunta, ¿cómo cojones le voy a contestar Teniente?

- Cayese. ¡AHORA!


 Tras pasar lista al resto de los reclutas, Kwan se volvió para colocarse en su sitio cuando Megan soltó otro comentario fuera de tono…

- Disculpad al Teniente, ha sido padre hace poco y seguro que apenas ha pegado ojo en los últimos meses…

- Capitana, ¿podría hablar con usted a solas?-dijo Kwan mirándola mortalmente serio-.


 Llevándose a Megan aparte, Kwan la increpó.

- ¿Se puede saber qué cojones estás haciendo? Estos son reclutas, no niños en un campamento de verano. ¿Te crees que ahora les vamos a preparar la merienda? Esos chavales son como nosotros cuando estalló la guerra. ¿O es que no te acuerdas? Porque yo sí y te puedo asegurar que no nos prepararon todo lo bien que deberían para lo que tuvimos que vivir.

- Pero es que resulta que no hay ninguna guerra ahora mismo, así que relájate.

- ¿Que me relaje? Me has contradicho dos veces delante de los reclutas y ahora me dices que me relaje porque no hay ninguna guerra en ciernes… ¿Y había alguna guerra cuando nosotros éramos los reclutas? Porque te recuerdo que la guerra estalló de un día para otro y, vuelvo a repetir, no estábamos preparados.

- Ay, qué hombre… Relájate Kwan, que no es para tanto. ¿Llevas mucho tiempo sin follar o qué? Relájate tío…


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. Vaya, pensé que el trabajo de Kwan iba a ser otra cosa y en su misma ciudad. El ha sido algo duro con los reclutas pero no me gusta la actitud de Megan al dirigirse a él delante de los reclutas.

    ResponderEliminar