martes, 6 de abril de 2021

Capítulo 16 || Condena

 Kwan subió los escalones de dos en dos hasta llegar al piso superior, donde se encontró con una Pilar muy sonriente.

- Dichosos los ojos que te ven, Kwan.

- Pilar… Cuánto tiempo. Qué guapa estás…

- Tú tampoco estás nada mal. Anda, ven a darme un abrazo.


 Acercándose a ella, Kwan la abrazó con gran fuerza.

- Pilar, que tenemos una hija en común… ¿Te lo puedes creer?

- Sí Kwan. Ha sido lo mejor que nos pudo pasar a ambos.

- Siento que lo nuestro no funcionara… Creo que si no me hubiera ido…

- Pero te fuiste y llegó tu hermano y, sinceramente, no he amado nunca a nadie como lo amo a él. Todo ocurre por un motivo, Kwan.

- Eso dicen, sí…

- ¿Estás listo para conocer a tu hija?


 Abriendo la puerta muy despacio y completamente atacado de los nervios, Kwan pudo contemplar a su hija por primera vez, de pie con un juguete en la mano. Nunca olvidará ese vestidito amarillo, ni ese peinado con los dos cocos… Llevándose las manos a la boca, aquel padre primerizo comenzó a llorar de la alegría.


 Dándose cuenta de que había alguien en la habitación, Selene lo miró con una amplia sonrisa.

- Hola desconocido.

- Hola Selene…

- ¿Quién eres?

- Pues soy tu padre…

- ¿Tú eres mi otro papi?

- Sí cariño. Soy tu otro papi.


 Dejando el juguete en el suelo, Selene fue hacia Kwan y lo abrazó. Al sentir el pequeño cuerpo de su hija estrechándose contra el suyo, Kwan no pudo evitar llorar de nuevo. Toda esa guerra le había dejado muy marcado y tocado para siempre y, por primera vez en mucho tiempo, abrazado a su hija, se sentía a salvo.

- ¿Por qué lloras papá?

- Porque soy muy feliz. Te quiero mucho bichito.

- Y yo también papá.


 Agarrándola en brazos, Kwan bajó con ella y con los demás al salón para charlar y ponerse al día mientras Selene jugaba.

- ¿Y cómo es que os habéis mudado a esta mansión?-preguntó Kwan-.

- Esto es cosa de tu hermano, que está loco,-contestó Pilar-.

- Ya decía yo… ¿Qué has hecho Hyun?

- Pues que llevábamos en un apartamento minúsculo varios años y como nuestra intención es que seamos más en la familia, allí no podríamos llevarlo a cabo, así que me puse a buscar casas, descubrí esta a un precio ridículo para las dimensiones que tiene y no me lo pensé.


 Pilar aprovechó ese momento para contarle a Kwan que esa casa era una vieja conocida de ella.

- Eso no lo lo sabía,-contestó el padre de la niña-.

- Tampoco cuando nos veíamos hablábamos demasiado…-dijo Pilar carraspeando un poco-.

- Bueno sí, suficiente,-comentó Hyun algo incómodo-. No me apetece escuchar al amor de mi vida relatar sesiones sexuales con mi hermano, sinceramente jajajaja.

- Jajajaja, será mejor que cambiemos de tema,-dijo Kwan-. ¿Y cuántas habitaciones tiene?

- Cuatro habitaciones, tres cuartos de baño, una casa para invitados con su cocina, salón, dormitorio y baño propios y un sótano gigantesco.

- Lo que yo digo, mansión.


 Quedándose algo más pensativo, Kwan les comentó una idea a su hermano y su cuñada.

- Ahora que he vuelto y con la fue mi casa alquilada… Creo que podría quedarme en la que habéis estado viviendo vosotros hasta ahora, así estaría relativamente cerca de vosotros y de la niña. El ejército me ha comentado que tras mis vacaciones tienen que decirme algo acerca de un puesto de trabajo, así que mi futuro creo que está asegurado y no tendré problemas para pagar el alquiler hasta que encuentre algo.

- ¿Tú sigues con Megan?-preguntó Pilar-.

- Oh sí, pero no hemos hablado de nuestros planes una vez que estuviéramos aquí. No sé si querrá que vivamos juntos, que esté cada uno en una casa… No tengo ni idea.


 Mirándose entre ellos durante un momento, Pilar y Hyun volvieron a mirar a Kwan mientras ambos sonreían.

- ¿Y por qué no te quedas a vivir aquí?-dijo Hyun-.

- No, necesitáis vuestra intimidad y no quiero fastidiaros.

- No digas tonterías,-replicó Pilar-. ¿No te ha dicho tu hermano que tenemos una casa de invitados? Podrías vivir allí: tendrías tu cocina, tu salón, dormitorio y baño propio… Y encima vivirías en el mismo solar que la niña, a la que podrías ver todos los días. ¿Qué mejor?

- Bueno… no sé qué decir…

- Di que sí y todos contentos,-sentenció Hyun-.


 En casa de Rebecca, ella y Megan se ponían al día.

- ¿Y qué hiciste en la guerra?

- Uf pues… cosas que me gustaría no recordar.

- Anda venga, cuéntame un poco. En la tele apenas decían nada.

- No tiene nada que ver lo que vemos en las películas con lo que se vive allí. Pasas frío, no tienes higiene personal ninguna, te pasas muchas noches en vela sin poder pegar ojo porque hay ruidos extraños que no te dejan descansar, desconfías de todo el mundo… Allí no hay piedad ninguna. Los que vienen a atacarte, sólo quieren verte muerta, destruirte, acabar contigo de la forma que sea… Y es una lucha entre tú o él. Si no lo matas, serás tú quien alimente a las ratas. Y cuando acabas con él, hay otro más, y otro, y luego el siguiente… Así hasta que pierdes la cuenta de los muertos que tienes a tus espaldas.

- Dios… ¿Y estás bien ahora que has vuelto?

- Estoy… Digamos que necesito recuperarme y volver a tener una vida normal pero bueno, ¿tú qué tal?


 Rebecca comenzó a hacerle un resumen de lo que estuvo haciendo durante esos años.

- Yo también lo he pasado mal en ciertos aspectos, aunque nada comparable contigo. Terminé los estudios a la vez que me encargaba de la casa yo sola, me hacía de comer, limpiaba… A decir verdad, apenas he tenido vida social desde que papá murió y el poco que tenía lo dedicaba a entrenar en el gimnasio.

- Al final te apuntaste, ¿no?

- Sí y fíjate,-dijo Rebecca mirándose a sí misma-.

- Ya te digo, estás buenísima. Si tienes hasta más tetas que yo…

- Pues mi siguiente objetivo es superarte en culo.

- Ah no, eso sí que no. Tú podrás tener mejores tetas, no te lo niego, pero yo tengo más culo que tú y por mucho que lo entrenes, yo lo tengo respingón y tú no.

- Ya lo veremos… Al final te voy a superar hermanita…


 De repente, el timbre sonó y Rebecca frunció el ceño.

- No espero a nadie… ¿Quién podrá ser?

- Mi novio, que le he dicho que se venga para pasar un rato juntos,-contestó Megan-.

- ¿Tienes novio y no me lo habías dicho?


 Al abrir la puerta, Rebecca pudo ver a Kwan. ¿Ese era el novio de Megan?

- Pero bueno Kwan, ¡cuánto tiempo sin verte!

- ¿Rebecca? Joder, estás irreconocible. Quién te ha visto y quién te ve…

- ¿Qué te parece el cambio? ¿Te gusta?

- Muchísimo, estás genial tía.

- Los 18 me han sentado muy bien.

- Enhorabuena por tu mayoría de edad jeje. ¿Está tu hermana?


 Rebecca afirmó con su cabeza y Kwan fue a entrar en la casa, pero Rebecca se interpuso.

- ¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos, Kwan?

- Cómo olvidarlo… Me plantaste un morreo sin venir a cuento jajaja.

- ¿Y te acuerdas de la promesa que te hice?

- ¿Cual?

- Te dije que nunca más besarían esta boca ni tocarían mi cuerpo a no ser que fueras tú.

- Ah bueno, bobadas de adolescente.

- Para mí no fue ninguna tontería. Lo sigo cumpliendo…

- Genial Rebecca. Eres una chica con las ideas claras, igual que yo. Mi idea es pasar tiempo con mi novia que, oh sorpresa, ¡es tu hermana! ¿Me dejas pasar?


 Apartándose, Rebecca dejó paso a Kwan, quien saludó efusivamente a Megan.

- Por fin nos vemos con ropa de calle, oliendo bien y sin llevar un arma entre las manos,-dijo Kwan-.

- Apenas me lo puedo creer. ¿Has conocido a tu hija?-preguntó Megan-.

- Antes o después serás mío, Kwan Park,-pensaba Rebecca-. Y cuando pruebes este cuerpo del deseo, no volverás a acercarte a ninguna otra.


 Agarrando por la cintura a Megan, Kwan la besó con una pasión desbordante.

- Pero bueno, ¿y este beso?

- Necesitaba tenerte entre mis brazos.

- Pues contrólate que está mi hermana delante, venga.


 Separándose, Rebecca miró a los tortolitos y propuso un plan.

- ¿Qué os parece si nos vamos a cenar por ahí y luego nos tomamos unas copas en un sitio que conozco?

- Oye, pues suena bien, ¿tú que dices Kwan?-comentó Megan con agrado-.

- Pues… Bueno, creo que nos vendrá bien despejarnos un poco.

- Genial,-dijo Rebecca-. Tenéis que vestiros bien guapos para la ocasión.

- Yo solo tengo esta ropa…-dijo Kwan-.

- Ve a casa de tu hermano, que seguro que tiene ropa tuya guardada por algún lado,-propuso Megan-. Venga, no pongas tantas pegas, que me hace mucha ilusión volver a la vida real.

- Eso Kwan. No seas aguafiestas,-comentó Rebecca-. Megan, yo tengo tu ropa guardada en un par de cajas, ¿las miramos juntas y vemos qué te queda mejor?


 Quedando directamente en el restaurante, Kwan apareció vestido muy elegantemente, al igual que Megan y su hermana. Tras una cena opípara, Rebecca los condujo hacia el local que había mencionado previamente.

- ¿Qué sitio es este?-preguntó Megan-.

- Uno que os encantará, sobre todo a ti Megan,-aseguró Rebecca-.


 Tras entrar, la pareja comenzó a mirar las paredes y, al ver los cuadros de gente desnuda y practicando sexo, pudieron notar que aquel local era diferente.

- ¿Este sitio qué es exactamente?-preguntó Kwan-.

- Hace años fue un prostíbulo, pero ahora es un local swinger con una música de la leche y un rollazo que te cagas,-contestó Rebecca-.

- A saber lo que has hecho en mi ausencia…-dijo Megan-.

- Nada hermanita, he sido muy buena…


 Sentándose frente a la barra, los tres pidieron unas bebidas y los recién llegados se dieron cuenta de que Rebecca tenía razón respecto a la música.

- Oye, las canciones que suenan son buenísimas,-comentó Megan-.

- Te lo dije. Es el sitio con la mejor música que he escuchado nunca. ¿Te gusta Kwan?

- Sí, no está mal…


 Dándole un sorbo a su bebida, Rebecca pensaba en alguna forma de engatusar a Kwan para engancharlo y que probase su “néctar sagrado”.

- Kwan tiene que ser mío…


 Pasando varias personas por detrás de Megan, ésta pudo escucharles hablar sobre una de las habitaciones que había en el piso superior.

- Joder, me han puesto cachondísima. Siempre quise probar un “glory hole” y sentirme como una puta,-dijo una muchacha-.

- ¿Has oído Kwan?-preguntó Megan-. ¿Y si nos vamos tú y yo arriba a investigar qué hay y… nos divertimos un poco? Ahora ya no hay general ni nadie que nos interrumpa…

- Me has leído el pensamiento.


 Levantándose, la pareja se encaminó hacia la planta de arriba mientras que Rebecca los miraba.

- ¿A dónde vais?-preguntó la pequeña de las hermanas-.

- A pasarlo bien,-contestó Megan-. Así que ni se te ocurra subir por la cuenta que te trae.


 Entrando en una de las habitaciones, descubrieron la famosa habitación de la que antes habían oído hablar.

- Joder, este sitio es auténtico,-comentó Kwan-.

- ¿Me esperas aquí mientras voy al baño a prepararme?

- Ya estás tardando.


 Megan salió de la habitación y se metió en el baño justo cuando Rebecca subió las escaleras. Como si de un relámpago se tratase, se le ocurrió un plan y comenzó a llevarlo a cabo.

- Ha llegado mi momento…-dijo Rebecca-.


 Escuchando cómo la puerta se abría, Kwan se desnudó y metió su miembro por el agujero. Apenas diez segundos después, comenzó a notar cómo le chupaban el pene de una forma magistral.

- Joder Megan, se notaba que tenías ganas… Qué de tiempo sin que me dieras una mamada… Me cago en la puta, como sigas así vas a hacer que me corra…


 Pero Megan estaba encerrada en el baño. La puerta estaba atrancada desde fuera y, por muchos golpes que le daba, no se movía de su sitio.

- ¿Me puede ayudar alguien? ¡Estoy encerrada en el baño!


 Ese había sido el plan de Rebecca desde el principio: encerrar a su hermana y aprovechar el “glory hole” para que Kwan no se enterase de que se estaba acostando con ella y no con Megan. ¿El plan? Perfecto y la mamada parecía que también.

- Joder Megan, me corro. Me voy a correr… Si sigues así voy a acabar en tu boca… ¡Ahhhh!


 Tras terminar en la boca de Rebecca, ésta se tragó el semen de Kwan y pudo contemplar que el miembro masculino seguía duro. Justo cuando Kwan se iba a retirar, Rebecca lo volvió a agarrar y se abrió de piernas. Notando qué era lo que quería hacer, Kwan sonrió y arremetió.

- Ahhhh,-gritó Rebecca-.

- Me cago en… Megan, ¿se te ha cerrado el coño o qué? Uffff, tanto tiempo sin follar creo que ha hecho que todo vuelva a su sitio… Madre mía… Qué puto gustazo.


 Abriendo la puerta de par en par, la verdadera Megan entró en aquella habitación y pudo ver a su hermana manteniendo relaciones sexuales. Sin embargo, lo que más le cabreó fue escuchar la voz de su novio al otro lado de la pared…

- Joder, joder… Qué apretada estás, ohhhh,-dijo Kwan entre gemidos-.

- ¡Hijos de puta!-gritó Megan justo antes de marcharse-.


CONTINUARÁ…



1 comentario:

  1. Sabía que Rebecca la iba a liar. Qué cara más dura sabiendo que es el novio de su hermana. Veremos qué pasa ahora.

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