sábado, 10 de abril de 2021

Capítulo 18 || Condena

 Secándose rápidamente las lágrimas, Kwan se giró y pudo ver a Rebecca. Por un momento creía que sería Megan pero no… Era Rebecca, otra vez…

- ¿Qué haces por el barrio Kwan?

- Pues nada, pasaba por aquí y me he parado a contemplar el paisaje.

- Claro… Tú has venido a ver a mi hermana, ¿no es así?

- ¿Y a ti qué coño te importa?

- Ay, te empeñas en luchar por algo que nunca va a ser tuyo y, sin embargo, yo podría serlo para siempre…


 Sonriendo, Kwan tuvo una idea.

- Tienes razón, yo sé que tú siempre vas a ser mía.

- ¿Por fin te has dado cuenta?

- Claro, es que no sé por qué no he sido consciente de todo esto antes. Te faltó tiempo para comerme la boca hace ya varios años y, cuando tuviste la oportunidad, me comiste la polla y te estrenaste conmigo… Tú sí que eres una chica que lucha por mí.

- Joder, te comía ahora mismo. Eres adorable…

- Pues cómeme. Vayámonos a tu piso.


 Sin pensárselo dos veces, Rebecca y Kwan se fueron a casa de la primera.

- Pues ya hemos llegado. No me puedo creer que hayamos ido durante todo el camino agarrados de la mano. Por fin he conseguido superar a mi hermana en algo…

- No tienes por qué mencionar a tu hermana y menos para decir que la has superado en algo. Cariño, tú ya la has superado en todo. Eres más guapa, tienes más tetas que ella, estoy viendo que tienes hasta más culo y me juego el cuello de que eres más guarra en la cama.

- Joder, no te haces una idea de lo perra que me puedo poner y más contigo.


 Rebecca se acercó a Kwan y posó las manos masculinas sobre su culo.

- ¿Te gusta lo que estás tocando?

- Y tanto…

- Pues hazme lo que quieras. Soy completamente tuya.

- ¿Estás segura?

- Me tienes a tu completa disposición…

- Me encanta que digas eso.


 Casi arrancándole la ropa, Kwan desnudó a Rebecca y la empujó al cuarto. Una vez allí, la puso a cuatro patas, le escupió un poco sobre su vagina y, sin mucho miramiento, la penetró duramente. Para Rebecca era la segunda vez que mantenía relaciones sexuales en su vida y aquello la dejó algo trastocada.

- Kwan, ten cuidado por favor. Es mi segunda vez…

- ¿Tú no decías que querías ser mi perrita? Pues lo vas a ser y lo vas a experimentar. ¿Quieres mi polla? Pues te vas a hartar.

- Por favor, suéltame… No me gusta cómo te estás comportando,-dijo Rebecca al notar los brazos masculinos alrededor de su cuello-.


 Pero Kwan, haciéndose el sordo, cambió de posición y agarró las manos de Rebecca para penetrarla más a fondo que antes, si todavía eso era posible.

- Así, hasta el fondo. ¿La notas?

- Suéltame. Me haces daño…

- ¿De verdad? ¿Estás segura de que no te diviertes? Porque ahora estamos solos tú y yo… Y tu hermana no está por aquí. Tienes lo que querías, ¿no es cierto?


 Justo cuando Rebecca comenzó a sollozar, Kwan volvió en sí de nuevo y fue consciente de lo que estaba haciendo en ese mismo instante. Soltando a Rebecca, Kwan se levantó de la cama y se colocó la ropa mientras que la muchacha seguía consternada en la cama tras la violación sufrida.

- Gracias por romper lo poco bueno que quedaba en mi vida, Rebecca. Espero que esto te haya servido de lección… Hasta nunca.


 Yendo a su casa, Kwan se metió en la ducha y permaneció bajo el agua durante más de quince minutos. Se sentía sucio y para nada bien. Tras colocarse otra ropa, se sentó en el sofá y pensó en que, por lo mismo que acababa de hacer él, Kilian fue expulsado del ejército. ¿Se había convertido en él o es que Kwan ya era así antes de la guerra? Todo en ese momento era muy confuso.


 Tomando una decisión, Kwan llamó al ejército y rechazó el puesto de trabajo para dar clases a los nuevos soldados, formándolos en el “arte de la guerra”. No creía que esa fuera la mejor forma… Dando un paseo por su casa mientras pensaba, descubrió una puerta y vio unas escaleras que bajaban hacia un sótano.

- No sabía que esta casa también tenía otro piso inferior…


 Encendiendo las luces, Kwan pudo ver que bajo su casa había una habitación enorme con un pasillo que comunicaba con la casa de su hermano. Instantáneamente, Kwan tuvo una idea.

- Es hora de reformar esta parte de la casa…


 Al cabo de un mes, la empresa de Mike, el ex-novio de Pilar, le había reformado el sótano tal y como Kwan había pedido.

- Ha quedado genial… Tras mucho tiempo de espera, ha llegado el gran día.


 Recibiendo una llamada en ese preciso momento, Kwan la contestó.

- ¡Hombre! Contigo quería yo hablar,-dijo Kwan-. ¿Ya estáis aquí? Ah, genial. Voy a abriros.


 Subiendo por las escaleras, Kwan corrió hacia la puerta del jardín y allí se encontró a Abraham y a Trevor.

- Qué ganas tenía de veros, cabrones,-dijo el anfitrión con una amplia sonrisa-.

- Coño con el coreano,-comentaba Abraham-. Lo mucho que ha mejorado desde que terminó la guerra, ¿no crees Trevor?

- Ya te digo, le va mejor que a nosotros dos juntos.

- Eh, esta casa es de mi hermano,-intervino Kwan-. Yo vivo en la casa de invitados. Venid conmigo.


 Cruzando la puerta, Kwan miraba a sus compañeros alternativamente.

- No sabéis lo mucho que me alegro de veros,-dijo Kwan-.

- Y nosotros a ti,-comentó Trevor-. Bueno, ¿qué era eso que querías comentarnos?

- Eso será mejor que lo hablemos en privado…


 Kwan inició la marcha hacia su casa seguido de sus compañeros.

- Oye, pues tu casa por fuera tampoco está mal,-dijo Abraham-.

- Para lo que necesito, es más que suficiente tío.


 Entrando en ella, Trevor y Abraham vieron el salón y la cocina mientras se alegraban por Kwan.

- Tengo que admitir,-decía Trevor-, que la casita no está nada mal. ¿Qué tenías que decirnos?

- Aquí no. Vayamos a… otro sitio. Tengo una sorpresa.

- Trevor corre, este tío quiere secuestrarnos y tirar la llave,-dijo Abraham en tono de broma-.


 Bajando por las escaleras, los tres chicos llegaron hacia la nueva sala.

- Joder con este sitio. ¿De quién era esta casa? ¿De Rambo?-comentó Abraham-.

- Creo que era de una antigua banda de mafiosos o algo de eso me comentó Pilar.

- ¿Y qué es ese sitio?-preguntó Trevor-.

- Nuestra nueva sala de operaciones y nuestro nuevo lugar de trabajo. Poneros alrededor de la mesa, por favor.


 Haciéndole caso a Kwan, los dos muchachos se miraron entre sí justo antes de que el anfitrión comenzase a hablar.

- Como bien sabéis, rechacé dar clase a los nuevos reclutas en la base. No me veía de profesor y tampoco tenía ganas de aguantar a niñatos consentidos que se creen que todo es alegría y color después de lo que hemos vivido durante la guerra.

- Te comprendo tío,-contestó Abraham-.

- Yo habría hecho igual,-dijo Trevor-.


 Mirando a sus amigos, Kwan prosiguió contando.

- Pero mi renuncia no significaba alejarme del mundo militar, ni mucho menos. He estado hablando con altos cargos del ejército y les comenté la idea que tuve. Tras muchas negociaciones y quebraderos de cabeza, me dieron el visto bueno y… Vamos a ser el primer equipo oficial en dar caza a los más buscados de todo el territorio estadounidense.


 Abraham miró a Trevor en cuanto escuchó las palabras de Kwan.

- ¿Este tío está bien de la cabeza? La mayoría de personas que están ahí hace años que no se sabe nada de ellas. Incluso algunos tal vez estén hasta muertos…-comentó Abraham-.

- Menos trabajo tendremos que realizar,-intervino Kwan-. Esto no lo haremos por nuestra cuenta, sino que podremos trabajar con las mismas herramientas del ejército, que nos facilitarán ordenadores y maquinaria específica para lograr nuestros objetivos. Lo mejor es que capturemos a nuestros objetivos con vida. Mientras menos rasguños tengan, más alta será la recompensa.

- Si queremos tener éxito, deberíamos incluir a Megan. Es la mejor francotiradora que conozco,-comentó Trevor-.


 Al escuchar su nombre, Kwan sintió un pinchazo en el pecho.

- Megan no estará con nosotros,-contestó Kwan secamente-.

- ¿Pero por qué?-preguntó Abraham-. Trevor tiene razón…

- He dicho que no formará equipo con nosotros. Si os gusta bien y si no ya sabéis por dónde se va a la calle. ¿Queda claro?

- ¡Señor, sí señor!-contestaron ambos al unísono-.


 A todo esto, Pilar acababa de subirse la ropa interior tras hacerse una prueba de embarazo. Llevaba ya varios días sospechando algo pero… quería asegurarse antes de lanzar las campanas al vuelo.

- Ay, parece que ya se ve algo…  


 Saliendo del baño, Pilar se encontró con Hyun, quien volvía del trabajo.

- Cariño, ya estoy aquí. ¿Cómo estás? Que esta mañana me dijiste que te sentías algo mareada.

- Estoy mucho mejor, infinitamente mejor.

- Joder, ¿y eso a qué se debe?

- A que vas a ser papá. ¡Vamos a tener nuestro primer hijo en común!


 Abriendo los ojos como brótolas, Hyun se abrazó con fuerza a Pilar mientras no paraba de darle besos en la mejilla.

- ¿De verdad? ¿Me lo estás diciendo en serio?

- De verdad de la buena. Para asegurarme, me he hecho dos pruebas y en las dos ha salido positivo.

- Joder, ¡sí! Me haces el hombre más feliz del mundo…


 Rápidamente, la mente de Hyun comenzó a volar a gran velocidad.

- Ahora tendremos que remodelar otro de los dormitorios para el bebé. Llamaremos a Mike para que nos la arregle. ¡Oh! Y verás cuando se entere Selene… ¡Va a ser la hermanita mayor! Tendremos que tener cuidado para que no tenga celos de su hermano o hermana cuando nazca. Joder, hay que decírselo también a mi hermano. ¿Tú crees que se emocionará al saber que va a ser tío?


 Al escuchar a Hyun, Pilar no pudo evitar soltar una carcajada.

- ¿Qué pasa? ¿De qué te ríes Pilar?

- De ti, de que te has puesto como una moto en un momento.

- Joder, es que no me lo esperaba y ha sido una sorpresa gigantesca para mí y…

- Tranquilo, que todavía queda mucho camino por delante. Sólo estoy de mes y medio más o menos, así que vayamos paso a paso.

- Sí, lo primero será llamar al doctor para que te hagan una ecografía,-dijo Hyun justo cuando sonó el timbre-.

- No, lo primero va a ser abrir la puerta, así que tira,-dijo Pilar guiñando un ojo-.


 Abriendo la puerta, Hyun no sabía quién era aquella chica, aunque creía haberla visto antes.

- Hola, ¿vive aquí Kwan Park?

- Sí, es mi hermano. Vive en la casa del jardín. Si pasas por la izquierda la verás de frente.

- Oh, muchas gracias. Muy amable.

- No hay de qué.


 Cerrando la puerta, Pilar quería saber quién era.

- ¿Qué quería?

- Nada, una chica preguntaba por mi hermano.

- Vaya, una chica… Mira qué calladito se lo tenía.

- Sí, desde que se terminó la relación con Megan no se le ha vuelto a ver con ninguna otra.

- Es que yo creo que por fin había sentado la cabeza pero ese malentendido le trastocó todo,-dijo Pilar cuando volvió a sonar el timbre-. Coño, parece la casa del ministro. Voy yo.


 Y en aquella ocasión no era otra que Megan.

- Pero bueno Megan, qué alegría verte,-dijo Pilar-.

- Igualmente Pilar. ¿Qué tal, todo bien?

- Sí, la verdad es que no nos podemos quejar. ¿Vienes de visita?

- Por así decirlo. ¿Está Kwan?


 En cuanto escuchó esa pregunta, Pilar se acordó de la conversación que tuvo con Kwan la noche de los acontecimientos. Sabía que si esa chica quería realmente a su cuñado, volvería.

- Sí, en la casa del jardín. Si sigues el sendero de la izquierda verás la casa de frente.

- Vale, luego seguimos hablando. Muchas gracias.

- Nada mujer.


 Avanzando hacia la casa, Megan vio a otra chica llamando al timbre.

- ¿Rebecca? ¿Qué estás haciendo tú aquí?

- ¿Megan? ¿Y tú?


 Entrando de nuevo en la casa, Pilar caminaba con una media sonrisa.

- ¿Quién era cariño?-preguntó Hyun-.

- Era Megan y me juego el cuello que la de antes era su hermana…

- Joder… Aquí se va a liar una buena.

- ¿Pero a bien o a mal?-preguntó Pilar guiñándole un ojo al futuro padre de su hijo-.


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. Parece interesante el nuevo trabajo de Kwan. Me alegra de que Megan haya ido a ver a Kwan pero lo malo es que también ha ido Rebecca. No me imagino qué va a pasar ahora. Espero que Kwan salga airoso de la situación que se le ha presentado con las visitas de las hermanas.

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