jueves, 15 de abril de 2021

Capítulo 20 || Condena

 Pilar se quedó en el sótano con la niña mientras que Hyun subió a Helen hasta su nuevo dormitorio.

- Quiero darte las gracias a ti también por permitir que me quede aquí hasta que encuentre un trabajo y pueda costearme una casa.

- No tienes por qué darme las gracias de nada. Mira, esta es tu habitación, ¿te gusta?

- Guau, es enorme. Casi tan grande como mi antiguo piso jajaja.

- Está un poco vacío porque no era de nadie, pero ahora que estás tú lo puedes decorar como prefieras.


 Girándose hacia su nueva huésped, Hyun tenía una duda.

- ¿De qué estás buscando trabajo? Si no es mucho preguntar.

- Pues ahora mismo de lo que me salga, pero yo en realidad soy administrativa.

- Ah bien. Verás, yo trabajo en un bufete de abogados y… tal vez necesitemos alguien de tu perfil.

- ¿En serio?


 Helen estaba muy contenta porque no se esperaba esa propuesta.

- Claro. Hagamos una cosa, Helen. Prepara tu currículum y, cuando lo tengas listo, me avisas y te vienes conmigo al bufete para que te hagan una entrevista y a ver si hay suerte.

- Pues lo prepararé hoy mismo. De verdad, muchísimas gracias. Sois geniales los dos.

- Nada mujer. Te dejo instalarte…


 Hyun se fue de la habitación cerrando la puerta y, una vez sola, Helen se sentó en la cama mientras daba las gracias al cielo porque, posiblemente, a causa de algo malo iba a surgir otra cosa mucho mejor que la de antes. Nunca había que perder la esperanza.


 Pasada una semana y media, Helen ya se había instalado en condiciones en su nueva habitación. Estaba muy contenta allí porque disfrutaba de la compañía de Pilar cuando no trabajaba, de Hyun cuando no estaba en el bufete y de la pequeña Selene cuando volvía de la guardería. Por su parte, Helen aquella mañana había hecho la entrevista y todavía no tenía respuesta de si estaba contratada o no.


 Esa tarde, había quedado con Pilar para dar un paseo y hacer algo de ejercicio. Pilar necesitaba ejercitarse un poco para que su embarazo fuera lo mejor posible y, ya que estaba Helen allí, no había excusa.

- Chica, qué guapa te has puesto,-dijo Pilar-.

- Mira quién habla. Quién diría que estás embarazada.

- Bah, este cuerpo ha empeorado mucho desde que tuve a Selene…

- Deja de decir tonterías y vayamos a andar.


 Por el camino, ambas mujeres hablaron de todo un poco, poniéndose al día de sus vidas y de los planes que tenían pensados realizar a corto, medio y largo plazo.

- ¿Y ese fue el motivo por el que cortaste con Kwan?-preguntó Helen-.

- En realidad nunca tuve ninguna relación seria con él. Éramos follamigos, lo único es que yo pasaba mucho tiempo en su casa hasta que él tuvo que irse a la guerra, como te acabo de contar y fue cuando me di cuenta de que estaba embarazada.

- Joder, pues qué pena que se tuviera que marchar.

- Sí y no. Sí porque lo pasó realmente mal, pero por otro lado, gracias a que él se fue, vino Hyun y fíjate…

- Ya, eso es verdad. Tuvo que pasar eso para que tú conocieses al hombre de tu vida.

- Y que lo digas. Eso sí, Kwan es un tío genial, muy simpático y dicharachero. Te va a caer genial cuando lo conozcas.


 Recordando en ese momento el detalle que tuvo Selene, Helen se lo comentó a Pilar.

- Pues, ¿te puedes creer que tu niña me dijo que si yo era la nueva novia de su papá?

- Ay esta Selene… Qué boquita tiene jajaja.

- Nada mujer, me hizo mucha gracia.

- Pero oye, ¿quién sabe Helen? Tal vez mi hija te haya adivinado el futuro.

- Sí claro. Voy a empezar a salir con un tío al que ni conozco todavía.

- Tiempo al tiempo, amiga mía.

- Anda ya… Venga, volvamos que se hace tarde.


 Una vez que llegaron a casa de nuevo, ambas decidieron que Helen se quedaría haciendo la cena mientras que Pilar subiría a ducharse.

- ¿Qué te apetece para cenar?-preguntó Helen-.

- Me da igual. Mira lo que hay en la nevera y haz lo primero que se te venga en gana.

- Estupendo.


 Unos minutos después, mientras Helen hacía la cena alguien se acercó a la puerta de entrada y, tras unos segundos frente a ella, la abrió y se adentró en la casa.


 ¡Era Kwan! Había vuelto de su viaje y, de golpe y porrazo, se encontraba a una completa desconocida en la casa de su hermano. ¿Quién era esa chica?

- Buenas tardes. ¿Quién eres?

- Ay hola, tú debes ser el hermano de Hyun, ¿no? Hay que ver lo que os parecéis… Yo soy Helen, encantada de conocerte.

- Muy bien, ¿y qué haces aquí?

- Soy amiga de Pilar y me voy a quedar por aquí unos días… ¿Pasa algo?


 Kwan no se esperaba esa sorpresa. Por muy amiga que fuera de Pilar, para él era una completa desconocida y tenía miedo de que le pasase algo a Selene.

- ¿Va todo bien?-preguntó Helen-.

- Sí, estupendamente.

- Ah bueno, yo lo último que quiero es causar algún problema.

- Pues menos mal,-susurró Kwan de forma que Helen llegó a escucharlo levemente-.


 Yendo hasta la escalera para subir al piso superior sin decir nada más, Helen se quedó haciendo la cena completamente alucinada del comportamiento de Kwan. ¿Ese era el tío genial, simpático y dicharachero que decía Pilar? Pues menos mal… Si era así en estado normal, no quería ni imaginárselo enfadado.


 Justo cuando Pilar salió del baño tras ponerse ropa de andar por casa, vio a Kwan sentado en su cama y, al no esperarlo, se llevó un fuerte susto.

- ¡Joder Kwan! Pareces un espectro coño. ¿Cuándo has llegado?

- Hace unos minutos.

- Pues chico, haber avisado para no darme estos sustos. Que no estoy para llevarme muchas sorpresas en mi estado.

- Lo siento pero necesitaba hablar contigo.

- Oh, ¿sobre qué?


 Levantándose de la cama, Kwan miró seriamente a Pilar mientras que ésta permanecía a la expectativa.

- He conocido a… tu “amiga” Gilian.

- Helen.

- Me da igual como se llame. ¿La conoces bien?

- Claro. Estuvimos secuestradas las dos en esta misma casa por la banda de Gregor, ¿por qué?

- Pilar… debes tener mucho cuidado de a quién metéis en casa Hyun y tú. Ahora no estáis vosotros dos solos, sino que debéis mirar por Selene y por vuestro futuro bebé. No quiero que os pase nada malo y meter a una completa desconocida en casa así por las buenas… no me parece lo correcto.


 Pilar sonreía mientras se acercaba a Kwan.

- ¿Te puedo pedir un favor?-dijo ella-.

- ¿Cual?

- Levanta la cara del suelo porque te la vas a pisar. ¿Qué te pasa Kwan? Es una amiga mía a la que llevaba años sin verla. Estuvimos secuestradas juntas, la empresa donde trabajaba quebró, la echaron del piso y se había quedado en la calle, ¿tú crees que no iba a echarle una mano?

- ¿Y tú has comprobado que todo lo que te ha dicho es verdad?

- Mira Kwan, deja tus paranoias a un lado y céntrate en el mundo real. No todos tenemos cosas que esconder, no todo el mundo es un terrorista o va con malas intenciones. ¡Ya no estás en la guerra!


 Sin decir ni una palabra más, Kwan salió de la habitación y se dirigió hacia su casa por el sótano. Justo cuando pasaba por el salón, Helen le hizo una pregunta.

- Kwan, la cena está lista. ¿Tú vas a querer cenar con Pilar y conmigo?-pero Helen no obtuvo respuesta-.


 Cerrando de un portazo, Helen frunció el ceño y se disgustó bastante.

- Menudo borde de mierda es este tío. Muy guapo y todo lo que tú quieras, pero no le llega a su hermano ni a la suela del zapato. Igualito que Hyun… Ese sí que es simpático y divertido y no este… memo. Oh, no lo puedo ni ver. Qué mal me cae ese tío.


 Bajando por las escaleras, Pilar alabó a Helen por el buen olor que venía de la cocina.

- Estás hecha una magnífica chef.

- Gracias.

- Uh, ¿y esa cara? Espera, no me lo digas… Has conocido a Kwan, ¿no es cierto?

- Menos mal que era simpático y dicharachero, ¿verdad? Mira, espero que vuestra hija se parezca a ti, porque si no vas apañada.

- Venga, no seas tan mala con él.

- ¿Que no? Entra por la casa y me viene haciendo preguntas como si fuera una criminal y luego pasa por aquí y ni me contesta cuando le hablo. Este tío es gilipollas.


 Pilar intentaba echarle un capote al padre de su niña, pero tenía que reconocer que Kwan estaba muy raro.

- Créeme cuando te digo que no es tan malo como parece. Simplemente tendrá un mal día… Ni idea.

- Pues que no lo pague conmigo porque no lo conozco y, por el camino que va, ni quiero.

- Mira, Hyun tiene que está al caer con la niña. Cuando llegue le pediré que hable con Kwan y que te pida perdón.

- A mí no tiene por qué pedirme perdón. Por mí como si se encierra en su casa y no lo vuelvo a ver. Anda ya, hombre. Voy yo con toda la buena intención y me trata así…


 Justo en ese momento, Hyun entró en casa.

- Buenas noches familia,-saludó el recién llegado-.

- Hola cariño,-dijo Pilar-. ¿Y la niña?

- Detrás, dice que quiere ser como las niñas grandes que va andando ella solita desde el coche hasta la casa. Por cierto Helen, tengo la respuesta a tu entrevista… Enhorabuena, estás dentro.

- ¡¿De verdad?! Ay, qué bien coño. Por fin una noticia buena,-dijo Helen yendo a por Hyun para darle un abrazo-.


 Tras separarse, Helen fue a por Selene, quien acababa de entrar en casa mientras que Pilar hablaba con Hyun.

- Tu hermano ha llegado hace un rato.

- ¿Ah sí? ¿Y dónde está?

- En su casa. ¿Podrías hablar con él? Está un tanto raro…

- ¿Raro? ¿En qué sentido?

- Que ha entrado en la casa interrogando a Helen y ha subido a mi cuarto para preguntarme que si nos hemos asegurado de que nos ha dicho la verdad, que debemos proteger a Selene y a nuestro futuro bebé.

- Oh vaya, estamos en ese plan… Ya veo. Gracias por contármelo. Voy a hablar con él…


 Llamando a la puerta primero, Hyun entró en casa de su hermano.

- Muy buenas, ¿se puede?-preguntó Hyun-.

- Ya estás dentro así que no sé para qué preguntas.

- Eh, baja el ritmo machote que vengo en son de paz. ¿Se puede saber qué cojones te pasa?

- Nada.

- Mis huevos morenos. ¿Qué te pasa Kwan?

- Pues que tuvimos problemas en París intentando capturar al fugitivo, nos vimos involucrados en una persecución a toda velocidad por la ciudad provocando varios accidentes y al final el tío se nos escapó y le hemos perdido la pista. Así que todo el trabajo, el esfuerzo y el tiempo dedicado, tirados a la basura.


 Levantándose con una clara frustración encima, Kwan miraba hacia un punto fijo recordando lo sucedido.

- No siempre se gana ni se consiguen las cosas a la primera, hermano. Lamento lo que os sucedió, pero eso no te da derecho a tratar a Helen tal y como lo has hecho.

- ¡Es una desconocida! Y está viviendo bajo el mismo techo que mi hija.

- ¡Eh! Que yo a Selene la considero como si fuera hija mía también y sabes perfectamente que no dejaría que le pasase nada malo, así que no te pongas como el único que mira por la familia. Te recuerdo que mientras tú estabas en la guerra, yo cuidé de Selene, la vi nacer, le cambié los pañales, la llevé al médico cuando se puso mala… Así que yo también miro por la familia y te aseguro que Helen no es nadie de quien debas temer. Si estás frustrado te comprendo, pero en casa no quiero comportamientos de ese tipo porque tan rápido como te acepté aquí te puedo decir que te busques otra cosa.

- ¿Serías capaz de poner a una desconocida por delante de tu hermano?

- No, pero si te pones tan tonto como ahora te mando a la mierda rápido,-dijo Hyun marchándose-. Ah, se me olvidaba. Helen ha conseguido trabajo en el bufete donde trabajo, así que me las voy a llevar a cenar fuera. ¿Quieres venirte?

- No. Me quedo con la niña.

- Muy bien, como quieras.


 Un rato más tarde, Kwan se servía un plato de la cena que había preparado Helen antes de saber que iban a cenar fuera. Sentándose junto a su hija, ambos comenzaron a hablar.

- ¿Está bueno, papá?

- Pues sí, está muy rico.

- ¿Te gusta Helen?

- ¿Por qué preguntas eso, hija?

- Porque es muy guapa.

- Ya, pero porque sea guapa y viva ahora en casa no significa que tenga que estar con ella. Fíjate, tu madre es también muy guapa, vive en esta casa y no por eso estoy con ella.

- Ya, pero porque mamá está con el tío Hyun.


 Kwan se estaba sorprendiendo mucho porque su hija, pese a tener casi los cuatro años de edad, razonaba bastante.

- ¿Y tú desde cuando eres tan lista y estás tan mayor, señorita?

- Pues no sé. Será la guardería,-dijo Selene encogiéndose de hombros y provocando la risa de Kwan-.


 Tras cenar, padre e hija vieron una película en la tele. Cuando terminó, Kwan le cepilló los dientes a su hija y le leyó un cuento para dormir.

- Érase una vez, un príncipe muy apuesto que vivía en un hermoso castillo en unas tierras muy muy lejanas…


 Cuando Selene se durmió, Kwan bajó al salón y se puso a leer un libro que había por allí. Cuando comenzó a leerlo, tuvo que reprimir la risa para no despertar a su hija.

- Pero por favor, menuda ñoñería más grande. Cómo se nota que es una novela…


 Al cabo de una hora, Hyun, Pilar y Helen volvieron a casa.

- Buenas noches,-saludó Hyun-. ¿Qué tal la niña?

- Bien, dormida como un angelito.

- Voy a verla… Gracias por quedarte a cuidarla.

- No hay de qué.


 Levantándose y guardando el libro en la estantería, Kwan se disponía a bajar al sótano para irse a su casa cuando Pilar lo llamó.

- Kwan, ¿puedo pedirte un favor?

- Depende de lo que sea.

- ¿Puedes quedarte un rato cuidando a Helen? Ha bebido un par de copas de vino y no sabíamos que se le iba a subir tanto.

- Quedarme a cuidar a Selene te lo acepto porque es mi hija y mi responsabilidad, ¿pero de Helen? Ni de coña vaya. Es lo suficientemente mayorcita como para cuidarse ella sola. Buenas noches.


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. No me esperaba que Kwan se portara tan grosero con Helen, no es propio de él. De todas formas, creo que ha sido el destino el que ha traído a Helen hasta allí y que irán solventando sus diferencias poco a poco.

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